Víctor Mora nació cinco años antes del estallido de la Guerra Civil y pasó parte de su infancia en Francia, adonde emigró su padre por razones ideológicas. Allí aprendió su segunda lengua, el francés, y fue un voraz lector (de bande dessinée y de libros de aventuras) que se formó en la escritura de manera autodidacta, dado que dejó la educación reglada con once años tras la muerte de su padre. Su formación ideológica, republicana por influjo de su padre, persistió a su regreso a España en 1941, y estuvo vinculado siempre al PSUC (Partido Socialista Unificado de Cataluña). Esta vinculación le trajo problemas, hasta el punto de ingresar en prisión en 1957 y verse obligado a exiliarse en Francia por un corto periodo de tiempo, entre 1963 y 1968.
En España buscó trabajo como redactor y traductor del francés, integrándose en la redacción de Editorial Bruguera con veinte años, en 1951. Se encargó no solo de traducir tebeos (como los de Astérix, al menos doce álbumes), también novelas y cuentos, y él mismo inició una carrera literaria en catalán. Fue uno de los traductores del poeta Rafael Alberti al francés.
Como guionista destacó sobre todo desde 1956, cuando comenzaron a ofrecerse las aventuras de El Capitán Trueno en tebeos de Bruguera. Esta serie protagonizada por tres personajes desenfadados y valerosos logró una popularidad casi inmediata, en gran medida gracias al vigoroso dibujo de Miguel Ambrosio "Ambrós", y se convirtió en una de las sagas de historieta más queridas por los aficionados españoles; de hecho, sería el símbolo de más de una generación de lectores sobre la base de la constante reedición de sus múltiples aventuras, dibujadas por otros autores posteriormente.
Mora intentó repetir el éxito de la terna de personajes con el peplum El Jabato, dibujado por Francisco Darnís, con El Cosaco Verde, dibujado por Fernando Costa, y con El Corsario de Hierro, de nuevo con Ambrós. Otros de sus éxitos en el tebeo de aventuras fueron El Doctor Niebla, El Sheriff King, Dani Futuro (con dibujo de Carlos Giménez este último, que se publicó en paralelo en francés en la revista Tintin), Sunday (con dibujo de Víctor de la Fuente) o Supernova, entre bastantes más personajes. Desde 1971, en vista de la caída del mercado español, prefirió destinar sus esfuerzos al mercado francés, desarrollando una carrera doble. Por una parte trabajó en tebeos de aventuras tradicionales, sobre todo con dibujantes italianos: Ivanhoé desde 1971 (en la que se publicó El Capitán Trueno, así como en otras revistas francesas); Akim y Atoll, desde 1974; Marco Polo desde 1975; Whipii!, desde 1979; Ajax (en la que se publicó El Jabato también), desde 1980; En garde!, desde 1983, y otros títulos. También estuvo implicado en guiones sobre héroes religiosos o revisiones históricas (Bernard de Clairvaux, Histoire de France en bandes dessinées o Taranis fils de la Gaule sirven de ejemplo). Y por otro lado inició una serie de obras escritas con un tratamiento más adulto y dirigidas a un público más maduro: Arcane, Felina, Les anges d`Acier, Les Inoxydables, Les chroniques de l`Innommé (aquí: Las crónicas del Sin Nombre). En este apartado trabajó fundamentalmente para las revistas Pilote, Circus, Charlie Mensuel y Pif. Uno de sus últimos guiones publicados en Francia fue destinado al libro colectivo Après le Mur... (Les Humanoïdes Associés, 1990).
En el tramo final de su carrera como guionista de cómic escribió algunos guiones nuevos para El Capitán Trueno, para autores como Blasco, Bermejo, Redondo o Burns, y desarrolló nuevas series, como la de Tallaferro l'Almogàver, también con los hermanos Blasco, primeramente ofrecida en 1989 en el diario Avui. Durante este periodo desempeñó labores como director de publicaciones y coordinador editorial, siendo suya la responsabilidad de la recuperada revista TBO entre 1988 y 1992.
Como novelista tuvo una carrera impulsada por su primera novela, Els plàtans de Barcelona, un retrato de la dictadura española que tuvo que ser primeramente publicada en París en 1966. El éxito de la obra, que, superada la censura nacional, fue publicada en catalán en 1972, le llevó a escribir dos continuaciones: Paris flash-back (1978) y El tramvia blau (1985). Sus primeros libros publicados en España vieron la luz en 1966: El cafè dels homes tristos, tras haber ganado el premio Víctor Català, y La pluja morta. Luego escribió narrativa breve y no ficción (França, revolució 68 y Converses a Paris fueron sus dos ensayos más conocidos) y narrativa de aventuras, como el ciclo Cor d`Acer, sobre todo durante los años noventa. Su última novela de este tipo fue la publicada en el año 2000 bajo el título El castell de lava negra. Su autobiografía, Diari de bord, publicada en el año 2000, fue escrita tras haber superado un accidente vascular cerebral padecido en 1996.
Era socio de honor de la Associació d'Escriptors en Llengua Catalana (AELC). Entre los reconocimientos recibidos a lo largo de su vida estuvieron: el premio Víctor Català de literatura en 1966 por El cafè dels homes tristos, el Joan Crexells en 1993 por La dona dels ulls de pluja, el Fiter i Rossell en 1998 por Carícies d`un desconegut, la Creu de Sant Jordi de la Generalitat, el Memorial Jaume Fuster y el nombramiento como Chevalier de l`Ordre des Arts et des Lettres en 1991 (un reconocimiento del Ministerio de la Cultura francés). También recibió galardones relacionados con el cómic, como el premio Haxtur por la mejor historieta en 1989 y el Gran Premio del Saló del Còmic de Barcelona.
Desde el año 1998 se entregan unos premios de narrativa breve que llevan su nombre, otorgados por la Fundació Victor Mora, creada gracias al apoyo del Ajuntament de l'Escala con el fin de preservar la memoria de sus creaciones y la documentación atesorada durante su vida por él y su mujer, Armonía Rodríguez, gran impulsora de su reconocimiento y su sostén emocional e intelectual durante muchos años.