Enrich se dedicó fundamentalmente a la historieta humorística, en la que comenzó a en los años cincuenta, en las páginas de la revista Trampolín, para la que creó la serie Ciriaco Majareto. Otros trabajos suyos de la misma índole se publicaron en la revista Alex (El pirata Malapata), Jaimito y Nicolás.
Fue captado pronto por el poderoso sello Bruguera, pero para trabajar en su departamento de publicidad, curiosamente. No obstante, su talento le condujo a las páginas de la revista Tío Vivo en 1957, donde creó al personaje El caco Bonifacio, un ladrón incompetente. La serie comenzó como un chiste de una sola viñeta en la contraportada de la revista, pero su éxito hizo que llegase a tener serie y página propias. Otras series de Enrich para la primera etapa de Tío Vivo (de la que fue director artístico un par de años) fueron El doctor Perejil y Boliche. Y no olvidemos que tras la muerte de Cifré en 1962, Enrich continuó la mítica serie El repórter Tribulete, si bien no pudo firmarla por imposición de Bruguera. En el final de los cincuenta también trabajó para otros sellos, publicando sus viñetas e historietas en revistas como La Olla, Pepe Cola y Rififí, revista de corta vida que él mismo dirigió en 1961.
En los años sesenta y setenta dibujó por medio de la agencia Bardon Art para el mercado británico (viñetas sicalípticas en su mayoría, aunque también de otros géneros), pero no dejó de colaborar con Bruguera aportando numerosos chistes de una viñeta y algunas series, como Crispín en Din Dan, en 1970, o Ganzúo y Pesquisón. Para la revista Lecturas creó la saga El matrimonio Pirúlez (1974) y cuatro años más tarde, en la revista femenina Gina concibió Montse la amiga de los animales, que se publicó también posteriormente en Zipi y Zape, semanario para el cual creó Leoncio en 1981.
También se vieron viñetas suyas en revistas de los sellos Símbolo, Ferma, Solidaridad Nacional, Crisol, Toray, Gemex, Tele Radio, Dronte e Ibero Mundial de Ediciones.
En 2009 recibió el premio Diario de Avisos “A la totalidad de su obra de humor”. Precisamente, pocos años más tarde, el sello Amaníaco rescató sus viñetas humorísticas de carácter sicalíptico publicadas en el extranjero, en los libros Sexy Humor y Sexy Humor 2.