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| TEBEOSFERA \ EDITORIAL edición 040306 ( decimaquinta ) |
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| TEBEOSFERA RECUPERA |
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La virtud de la memoria reside en
recuperar sin reparo alguno. Esta actitud lleva el aroma de lo rancio en
estos tiempos de obnubilación por lo nuevo y las tecnologías salvíficas,
o sea, de lo nostálgico mal entendido. No es ese nuestro olor; en
Tebeosfera deseamos recuperar la memoria válida, la rigurosa, la
útil, de ciertas artes y medios.
De ahí que continuemos con esta edición en este propósito (iniciada en Tebeosfera, 14) de plantar cara al olvido y rescatar a obras y autores tanto viejos como nuevos, los reaccionarios y la progresía, el estudio erudito y el fanzine corriente. De ahí que en la presente edición se encuentre el navegante o el curioso entrevistas, textos, reseñas y ensayos sobre autores como Puebla (que nos hizo portada donde se alude al descubrimiento de viñetas embadurnadas por el polvo de la desmemoria), Elgar, Alcaide, Barony, Ricardo Barreiro, Cerdán, Kim Deitch, Ferrari, el recientemente fallecido Madorell, Jan, el extraordinario británico Brian Lewis, Alí Lmrabet, Peyo o Tarquinio. También han hallado hueco los comentarios de actualidad, sobre una oferta variada publicada por los sellos Polaqia, Astiberri, Caleuche, Comic's Studio, Planeta-DeAgostini, Astiberri, T.C. Pestana, De Ponent, el CSIC, Sergeus Productions, Sinsentido, Aleta Ediciones o los diarios Diari de Tarragona y Clarín. Y hemos querido convocar de nuevo a los articulistas (entre los cuales damos la bienvenida a Juan Alcudia y Antoni Guiral), para extendernos sobre publicaciones como La Risa, El Víbora o El Globo, sobre simposios como HumorAula, o sobre un tema siempre tan apasionante como luctuoso: la guerra a través de las viñetas. Las guerras van pasando y quedando atrás, como recuerdos atroces anidados en pesadillas que obviamos de nuestra memoria. El rescate no cabe. Basta con leer a Anna Politkovskaya en Una guerra sucia (Ediciones del Bronce, 2003) para sentirse trenzado de escalofríos. Limpiezas étnicas y escaladas hacia el poder. Todo dolía; todo duele. De hecho, en Iraq ya se podría hablar de guerra civil, entre los chiíes y el resto. Es un suma y sigue a esos otros lugares del mundo donde persisten los conflictos soslayados por la CNN, Reuters o EFE: el Iraq que aún dominan los yanquis, esa bomba de relojería que es hoy Cachemira, Sudán, la República Centroafricana, Chechenia que sigue oprimida, Burundi, Colombia, Congo, Somalia, la también reprimida China, Costa de Marfil… ¿Y qué decir tiene de los juicios, a casi una década vista, de los genocidas Kamuhanda, en Ruanda, y Dabira, en el Congo? Parece que no nos preocupa. Según encuestas realizadas por fundaciones que trabajan en sociología, uno de los hombres más influyentes y respetables de Latinoamérica es Ronaldo, un futbolista. Ya te digo. Según otra encuesta, realizada por internet en un campus universitario británico, el individuo más influyente en la Historia ha sido Beckham... Sí, David. El futbolista. Recuperar la cordura nos toca. Recobrar el sentido común; abrir los ojos. ¿Habíamos dicho ya que la guerra en Iraq no acabó aún? En realidad sigue, a fecha de hoy, con casi 400 “aliados” muertos desde su proclamado “fin”. Sí, sí, Saddam no resistió el impulso de salir a comprar hojillas de afeitar y le pillaron a la puerta del zulo, lo cual que únicamente sirve para alimentar los recuadros de los humoristas, los renglones de los columnistas o las teorías de los analistas (algo exagerada la de Sami Nair: que esto ha sido una invasión colonial al uso de las del XIX). Estas tenemos: los sumís rabian, los chiís lanzan hurras y el resto de las armas de destrucción masiva siguen esparcidas por Oriente Medio (o más lejos, en Corea, o más cerca, en Libia, verdadero arsenal nuclear). Los políticos nos encalabrinaron con esto de las armas ocultas. Hoy nos reímos, pero estos fueron sus embelecos:
Para postre, nuestro Tribunal Supremo rechazó 13.345 denuncias contra Aznar, Ana Palacio, Federico Trillo y Tony Blair por considerar que el apoyo logístico, político a la ya “conclusa” guerra de Iraq no crea responsabilidad penal. ¿No es para morirse de risa? O sea, que aquí se hace lo que las políticas a reacción y de conservación dictan. Y no son ganas de alarmar. Hace poco supimos que la primera fuerza política en Suiza era la comandada por Christoph Blocher, de la UCD, un xenófobo y aislacionista que puede congelar el corazón geográfico de Europa en la extrema derecha. Al ladito, Le Pen afila estrategias para volver a las urnas a ver si Francia también repele la inmigración. Y no sólo en el centro de Europa cuecen habas: los ultranacionalistas serbios ganan las elecciones (por minoría), en Guatemala logró la presidencia el empresario de la derecha Oscar Berger, la RSF (Reporteros sin fronteras) calificó la Cuba bajo el régimen de Castro como la mayor cárcel del mundo para periodistas, Cachemira sigue en conflicto, Georgia bajo la dictadura, Bolivia quiere asomarse al mar aunque tenga que atravesar Chile para lograrlo, y, ay, Haití es un tropel... Cerca, en Santo Domingo, los dominicanos andan locos por marchar a Estados Unidos para escapar de la crisis. No sé si recuerdan que el EE UU al que desean ir es el EE UU del replegamiento y la moralina, un país donde Cheney, Rumsfeld y Condoleezza se han erigido en los nuevos Catón, en los nuevos censores... La “ola de moralina pro decencia” última llama la atención. No ha sido solamente la teta remachada y saltarina de Janet Jackson en el intermedio de la SuperBowl. Parece que tras los conflictos bélicos toca lección de moralidad: el 4 de febrero la BBC suspendió la emisión de Poder Absoluto, una sátira radiofónica sobre el informe del juez Hutton en la que se trataba de mentiroso al primer ministro Blair. Antes, en noviembre de 2003, el Consejero de Administración de la RAI italiana decidió suspender el programa de sátira política Raiot dirigido pro Sabina Guzzanti (debido a sus imitaciones cáusticas de Silvio Berlusconi). También se han censurado alusiones al sexo en Policías de Nueva York, y la CBS desaprobó sexo también en Without a trace. Ocho videoclips de MTV fueron desplazados a las 22:00 horas por salir en bolas las pibitas (Britney, una de ellas). Y en París (ya decíamos que algo atufa a extremismo en Francia), Dieudonné fue acusado de antisemitismo y le cancelaron la obra humorística que dirigía en el teatro Olimpia. De vuelta a los Estados Unidos, finalmente, los organizadores de los Grammy optaron por retirar a la Jackson de la lista de presentadores de sus premios, y la ABC emitió los Premios Oscar con retardo para censurar «contenidos impropios». ¿Alguien sigue creyéndose el disfraz de “ola de moralidad”? La máscara encubre “control mediático”, a nuestro juicio. Queda la esperanza de no votar a Bush (no lo hagan, por favor) en la próxima vuelta. Aquí en España estamos de enhorabuena, al menos Arzalluz se va de la política... Moral y guerra se hallan enturbiadas por el poder económico y mediático, y la filosofía y la ciencia nada pueden hacer para poner coto. Pongamos que hablo de Marte, por ejemplo. Dicen que van allí a por agua pero en realidad es destino de tanto viaje se debe a que es el planeta de la Guerra. ¿Nadie había reparado en ello? Por eso seguirán otras expediciones a estos primeros emigrantes terrestres, la Spirit, la Beagle 2 o la Opportunity, que colapsaron el tráfico en el mundo Bradbury imaginó tan melancólico y que Sardá convirtió en un estercolero. La ciencia que interesa al poder está para estas cosas, para los grandes proyectos inútiles y para los pequeños pero eficaces. Uno de los grandes pasos se dio en febrero al localizar la galaxia más lejana (tanto gusto, oiga) y otro de los pequeños y polémicos lo logró el coreano Woo-Suk-Hwang al clonar persona y no ratón, oveja o cebra. Más desapercibidos pasaron sin embargo las conclusiones de Kostiuk y Holmes sobre el uso del agua como forma de energía sustituta en años venideros. Al poder le interesa, no en vano buscan como posesos agua en el planeta rojo. Pero, los demás, ¿cómo íbamos a darnos cuenta? Según un estudio reciente, el 45% de los estadounidenses cree que Dios hizo el mundo en los últimos 10.000 años... Es triste que no se recuerde lo desarrollado hasta ahora, que se olviden los logros. ¿De que sirve enorgullecernos con eso de que Kant sigue vigente en el bicentenario de su muerte si lo de obrar de modo que seamos ejemplo para los demás no se puede aplicar en Iskandariya, ni en Gaza, ni en California -Estado de Schwarzenegger-, donde se muere por ser negro, ni en la Meca donde se muere por la avalancha, ni en Bam o Marruecos, donde se muere por terremoto o por tener rey, o viceversa? Al menos recordemos el ejemplo de los que han venido muriendo estas semanas: Roberto Bobbio, militante antifascista neoilustrado que preconizaba el racionalismo abierto a la ciencia y la erradicación de la desigualdad social; Luis Cuenca, que hizo entrañable cada rincón de la pantalla de cine; John Hench, artista de Disney; Lázaro Carreter, académico y escritor que intentó ayudarnos a utilizar mejor la lengua; Carod-Rovira, que se canibalizó políticamente al merendarse estúpidamente su coalición. Y Arizmendi, Horacio Saavedra, Julius Schwartz, Madorell, El Víbora, que fueron personas y obras vinculadas a la historieta o al humor y que se nos fueron también. A estos sí que los rememoramos en Tebeosfera, que de los otros de más arriba aún no muertos sólo articularíamos dicterios. A algunos les recordaremos el día 14 de marzo, el día de las dos decisiones en España. Rafael Algullol enjuiciaba en enero que la mayoría de los españoles jóvenes de la actualidad «ya no poseemos capacidad verbal para la crítica», por aquello de que a más globalización menos aculturación y andamos afectados. Puede que tenga visos de razón, pero en Tebeosfera creemos lo contrario. No dudamos en recomendar que recurran a su capacidad crítica y voten por la alternancia en el poder. Tanto en EE UU. como aquí. El único voto inteligente es el que releva a los que se afianzan en el trono. Recuérdenlo. |
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EDITORIAL DE LA EDICIÓN
011222 (PRIMERA) |
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