Antecedentes
La reflexión sobre
si lo caricaturesco y jocoso dibujado era algo condenable o mero objeto
de divertimento sin más ya se lo planteaba Charles Baudelaire en 1852,
cuando concibió una estética de lo cómico de la que en España tenemos
traducción en Lo cómico y la caricatura (Visor Dis: La Balsa de
la Medusa, 25, Madrid). Entonces ya hablaba Baudelaire de la doble
naturaleza de la caricatura, como dibujo e idea, de la risa como
expresión de un sentimiento doble o contradictorio y, en suma, de que
«la risa es satánica, luego es profundamente humana»; es decir, que con
la risa la naturaleza humana manifiesta su condición más recóndita.
Baudelaire se
esforzó por separar lo cómico, que desde el punto de vista artístico
consideraba una imitación, con lo grotesco, que asimilaba a una
creación, a lo primero lo llama cómico significativo, a lo segundo,
cómico absoluto. Lo cierto es que desde la revolución de 1830, y las que
le siguieron, los artistas que incursionaron en el humorismo mezclaron
ambas naturalezas descritas por Baudelaire. De hecho, calificó a la más
importantes de entre las publicaciones satíricas ilustradas pioneras,
La Caricature (fundada por Charles Philipon en 1830) como «un
barullo, una leonera, una prodigiosa comedia satánica, tan pronto bufona
como sangrante». Y fue en esa publicación donde hallamos los primeros
precedentes de la persecución de los artistas con alma de sátiro o de
bufón: Philipon tuvo que enfrentarse a un tribunal por dibujar al
regente Luis Felipe como una pera, acuñando la célebre frase que se
comentó pronunció ante los jueces: « Aquello de lo que me acusan no está
en mi dibujo, sino en su conciencia». Su caso no fue el único: un
Gargantúa dibujado por Daumier en La Caricature fechado el XII-1831
le valió una condena de 6 meses de prisión. Luego, Daumier tendría que
renunciar a la caricatura política tras votarse una ley de prensa
exigiendo previa autorización para publicar este tipo de dibujos, que
fue promulgada el 25-VIII-1835. Otro de los
primeros incitadores a la risa sobre la base de la mordacidad fue el
gran George Cruishank, quien ilustró muchas revistas y periódicos del
siglo XIX, especialmente la mítica Punch. Precursor de la
ilustración de libros para niños paradójicamente también destacaba por su
capacidad para depositar en sus personajes una «violencia extravagante
del gesto y del movimiento», al decir de Baudelaire.
El acoso de las
instituciones, militares y poderosos sobre las publicaciones satíricas
prosiguió a lo largo del siglo XIX, tanto en Inglaterra, como en
Francia, como en Cuba, como en México, como en Portugal... En nuestro país
vecino, desde 1848 ya se vilipendiaba a los políticos en A Matraca,
haciéndoles objetivo de apelativos como “ladrones, vendidos,
caciques, embusteros...”. No tardó en promulgarse allá una ley para
aplacar tal agresividad satírica, la llamada Lei da Orla, en 1850, que
fue la principal causante de que autores fundamentales del humor gráfico
portugués como Raphaele, Celso Herminio o Leal da Câmara anduviesen
metidos en litigios durante el último cuarto del siglo XIX, un período
realmente turbulento en toda Europa. La dictadura que en Portugal se
promulgó en 1929 alentó otro tipo de humor que jugaba a eludir la
censura, y hubo más sutileza y fina ironía en publicaciones como
Semper Fixe, Os Ridículos y también autores beligerantes
contra la clase política, como José Villena, que fue muy perseguido por
la policía al servicio del régimen dictatorial de entonces, la PIDE.
Según Osvaldo De Sousa (de quien he tomado estos datos), la represión de
la libertad de expresión existía incluso en 1972, a dos años de la
Revolución de los Claveles que devolvió la democracia a Portugal,
cuando fue demandado Joao Abel Manta por introducir un elemento
humorístico en un dibujo de la bandera de la patria. En 1974, con la
liberación, se pasó allí de la prohibición al ruido humorístico
ensordecedor que, según De Sousa produjo una suerte de «pensamiento
pornográfico que lleva al mal humor, por caer en lo escatológico».
La evolución del
humorismo gráfico en otros países es similar (como comprobaremos al
repasar la de España en la página siguiente), pero ahora nos interesa
quedarnos en lo internacional para comentar que, actualmente, existen varios casos de humoristas que se hallan
sujetos a litigio; hasta donde sabemos, el de un egipcio y el de
dos iraníes. De mostrar interés por estos casos de Oriente Próximo, en
Tebeosfera se participó información en la página dedicada a la
exposición Palestina celebrada en Sevilla en 2002
[leer]. Un caso
reciente de la comunidad hispano parlante que sí ha tenido cierto eco en
los medios ha sido el del dibujante panameño Julio Briceño, quien firma
como RAC. Este autor fue demandado judicialmente por el ex
vicepresidente panameño Arias Calderón al considerar que se le injuriaba
en una viñeta publicada en la edición del 30 de diciembre del 2000 del
diario La Prensa en la que una caricatura de Calderón aparecía de
la guisa que se observa en la imagen que encabeza esta página.
Arias Calderón se sintió injuriado por la caricatura, donde se sugiere
que existe una alianza entre él y una figura que representa a la muerte
y el grupo político Partido Revolucionario Democrático. A Briceño se le impuso una multa de un millón de
dólares, con la posibilidad abierta de un ingreso en prisión por dos
años. Hubo un gran revuelo en Latinoamérica y los humoristas se
movilizaron para ayudar al panameño. Varias muestras de apoyo a esa
causa aparecieron en páginas web diversas:
Interplus,
The Panama News,
WittyWorld,
La Prensa...
También se
manifestaron muy solidarios con el panameño nuestros colegas en Portugal, más
concretamente los editores de la publicación especializada BronKit
que dirige Zé Oliveira, de la cual se reproducen a continuación
algunas páginas dedicadas al caso [clic sobre las imágenes para ampliar].
En España también
hubo muestras de adhesión, eminentemente desde la germinal asociación de
la Organización de Naciones Unidas por el Humor, presidida por Armengol Tolsá, en cuyo seno se redactó un escrito que fue remitida al Procurador
General de la República de Panamá, en defensa del derecho a la libertad
de expresión. Solamente la publicación Quevedos mostró
sensibilidad hacia el asunto, reproduciendo el contenido de la carta,
firmada por Antonio Fraguas, “Forges”, secundado por un nutrido grupo de
humoristas españoles y latinoamericanos. [Se reproduce aquí esa carta tal y como fue publicada en
Quevedos # 9] En enero de 2003,
Tebeosfera se puso en contacto con Rac para interesarse por el
estado de la situación, a lo cual el panameño nos respondió: «Hasta el
presente, la demanda reposa en los tribunales de justicia sin que se
llame, finalmente, a juicio. Aún falta la audiencia preliminar para
establecer si hay bases suficientes para que un juez haga el llamado a
proceso. Pueden pasar un par de años para que eso ocurra, como también
puede ser estrategia de la parte acusadora para que el proceso muera en
la fase en la que está. El abogado que me defiende ha ganado varias
demandas por calumnia e injurias y, es su opinión que la demanda en mi
contra no tiene posibilidad de resultar exitosa.»
Se puede hallar
más casos internacionales sobre Argentina (HUMO®,
la revista Argentina,
Libre expresión de
la sátira en Argentina,
el caso de El
Vigía), y sobre la libertad de expresión en Brasil
también en relación con el humorismo y la historieta, según la
Asociación de Periodistas.
No se conoce mucho, es verdad que ha habido casos atentatorios
contra la libertad no ya en situaciones de gobiernos represivos (cuyos
autores no han declarado, en buena lógica, para Tebeosfera), pero
sí en gobiernos democráticos, como nos han manifestado varios amigos en
respuesta a una mínima encuesta:
Jorge Barale
(Argentina): He sido demandado alguna vez por el ejercicio de mi profesión, pero he salido sin problemas
y no han quedado antecedentes.
¿Cuál fue la razón concreta que instigó al querellante:
palabras del texto de una viñeta, una caricatura, una metáfora? Palabras
de una nota. ¿Qué razones adujo tu abogado, cuáles el fiscal. Cuál fue
la sentencia concreta? Que no había intenciones de ofensa de ninguna
clase. ¿Si no has sido demandado, conoces otros procesos judiciales de
otros humoristas? Desde luego que sí, al menos en Argentina. ¿Dónde
crees que se halla el límite de tu libertad de expresión como humorista?
El humorista no debe conocer límites en su libertad de acción.
Martha Montoya
(Los Angeles): «Te estoy enviando a un humoristas de USA que tuvo
problemas aqui en USA
con el Senor Emilio Estefan (si el esposo de
Gloria Estefan) por unas caricaturas que hizo. El te va a contactar y
contarte como le fue entre la demanda y los medios de comunicacion.»
Zé Oliveira
(Portugal): «¿Has sido demandado alguna vez por el ejercicio de tu
profesión? Enquanto humorista, no; enquanto periodista, si. Contudo,
tengo muchos más chistes publicados que trabajos de periodista. ¿De ser
así, cuál fue la razón concreta que instigó al querellante: palabras del
texto de una viñeta, una caricatura, una metáfora? ¿Qué razones adujo tu
abogado, cuáles el fiscal. Cuál fue la sentencia concreta? ¿Si no has
sido demandado, conoces otros procesos judiciales de otros humoristas?
José Vilhena (Portugal); Cid (Portugal); Carlos Laranjeira (Portugal);
Varella (Portugal); muchos más en la história de Portugal (contactar
Osvaldo de Sousa); Rac (Panamá) ¿Dónde crees que se halla el límite de
tu libertad de expresión como humorista? Puedo ridicularizar las
atitudes de las personas públicas, pero con respecho por suya intimidad.
¿Consideras que, durante los últimos 25 años de Constitución, ha sido
respetada la Libertad de Expresión en España? En Portugal, la liberdad
de expresión es "solo" amenaçada por los sistemas
administrativo-editoriales.»
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