Libro de 94 páginas de historieta, encuadernado en rústica.
Desde pequeñito demostré mis dotes artísticas al ilustrar a bolígrafo mal agarrado las enciclopedias de mis padres, quienes, para salvarlas, comenzaron a suministrarme libretas, que yo iba llenando de monigotes a buen ritmo. Más tarde, me marché a Tenerife a estudiar Bellas Artes, a una facultad que tenía más de arte que de bella, y fui saltando de publicación en publicación, plasmado mi visión de estudiante poco modélico. Y a lo tonto, me pasé una década publicando.
Ahora soy un profesor de dibujo superchachi, según mis alumnos, y aún sigo dibujando de vez en cuando.
Y en eso estaba, cuando resulta que me editan un libro que reúne casi todo mi material publicado. ¿Qué más se puede pedir?