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CONAN
CIMMERIO
Descendiente de un abuelo del sur de Cimmeria que había
sido expulsado al norte por una rivalidad de sangre, Conan el
bárbaro tiene la mala suerte de nacer en la batalla que
mantenían los de su clan, el del Halcón de las Nieves, contra
vanires (o vanes, los habitantes de Vanaheim) en una región al
noreste del país. En tan improvisadas condiciones viene al mundo
de hace aproximadamente 10.000 años, alumbrado por una mujer de
Aesgard llamada Greshan que era esposa del cimmerio
nativo Corim, herrero de oficio. Casi es seguro que el
evento tiene lugar en pleno invierno, entre los tres días
previos al comienzo del año 1 y los tres primeros días de este
mismo año.
Como todos los bebés cimmerios, Conan es sometido a los
rigores de la desolación nevada para probar su valía y ser
aceptado por la tribu. Con el trauma superado y con el paso del
tiempo se convierte en un salvaje e inteligente niño que mata,
en una suerte de rito de sangre, a sus dos primeros
enemigos a la tierna edad de 12 añosS
El afán de convertirse en un guerrero y ganarse el respeto de su
frío y distante padre generan en el mozalbete tal obsesión por
la lucha, las armas y la caza mortal que mantiene su
mente completamente ocupada con esos asuntos; tanto que, años
después, no recordaría la visita de la hechicera Tetra, a
la que se enfrentaría en el futuro.
El joven Conan va perdiendo su inocencia y limando su ardor
juvenil durante los dos siguientes años, período en el cual, no
sabemos exactamente si en el año 14, conoce la verdad oculta en
el corazón del viejo Garrad, un cimmerio de su
tribu. Al fin, a punto de comenzar el año 16, precisamente el
día de su decimoquinto cumpleaños, Conan se prepara para recibir
el bautismo de fuego exigido a los guerreros cuando en su tribu
se alcanza la mayoría de edad. El rito implica dos
pruebas: la de fuerza, consistente en doblegar a un toro, y la
de resistencia, que estriba en sobrevivir, de nuevo, a los
rigores del frío en las grandes laderas nevadas extendidas al
norte de su aldea. Allí conoce a Ursla la Sacerdotisa,
que le ayuda a superar la prueba y le brinda su primera
experiencia sexual (tal hecho se nos narrará cuando las ratas
bailan en Ravengard, años más tarde), después de lo cual los
hombres de su tribu le prometen que la próxima primavera, a dos
o tres meses vista, irá con ellos al saco de Venarium, un
bastión de Aquilonia, país que pretende invadir Cimmeria por el
sur a través de la frontera de Gunderland.
Los centinelas del baluarte invasor de Aquilonia ven aproximarse
un ejército sanguinario y enorme que no esperaban y profieren
con auténtico pavor el aviso: “¡Llegan los bárbaros!”
Conan ya es un joven bien formado y de respetable estatura
actualmente, y es uno de los primeros en salvar la empalizada
levantada por los gunderios. Ganada la batalla, Conan demora el
regreso a su hogar seducido por la belleza de una muchacha que
se interna con su novio en el lugar donde reside el pueblo de
las tinieblas, una raza subterránea más antigua que el
tiempo. Con posterioridad a esta aventura, el cimmerio regresa a
su tribu y a los cálidos brazos de su novia Mala, quien
le enamora tras mucho insistir. Sin embargo, no lo suficiente
como para que el joven bárbaro evite rondar a otras mozas junto
a diversos compañeros de juventud, con quienes practica la caza
tanto de bestias como de bellas jovencitas, jugando a ser
cazadores y cazados.
Pronto se cansa Conan de esta vida tranquila y al final de la
primavera del año 16 opta por dirigirse al norte de su país en
busca de acción. Antes de atravesar la frontera se encuentra con
que unos guerreros vanires han masacrado un poblado cimmerio,
por lo cual jura practicar revancha contra esta sanguinaria raza
y se une a los aesir que avanzan sobre el territorio de Vanaheim
resolviendo asuntos de vida y muerte.
No sabemos exactamente el porqué, pero Conan retorna con los
suyos hasta la llegada del verano, momento en que harto de la
inactividad se une a otro grupo de aesires conducidos por
Jarl y con ellos sube a matar vanires de nuevo. Este ataque
no resulta muy exitoso, saliendo con vida de ello gracias a la
participación de un brujo que detiene a los vanes con un
sortilegio. La nieve que mata a sus atacantes es tan
blanca como la que holla Conan cuando, poco después, huye de
unos vanires con dirección hacia Aesgard. En su fuga, el joven
cimmerio se precipita en una cripta olvidada por el tiempo donde
toma en sus manos una espada encantada y donde observa, atónito,
cómo cobra vida la sombra sobre la tumba que él mismo
proyecta. Una vez lejos de aquella pesadilla y zafado de sus
perseguidores, Conan retorna a Vanaheim cuando todavía es verano
para proseguir la lucha contra los odiados vanireS.
Después de la llegada de Conan a estas tierras obtiene de
un brujo una visión de su regio porvenir en la Edad Hyboria y,
tras haber perdido a sus iniciales compañeros de armas, inicia
un solitario vagabundeo de regreso a CimmeriA.
Durante su bajada hacia el sur, el cimmerio es esclavizado por
primera vez en Brutheim, la madriguera de los Hombres Bestia,
una suerte de etnia simiescA.
Su salida victoriosa de este incidente no impide que unos
vanes le den caza al poco y que le arrastren hacia el Oeste,
hasta alcanzar la costa de Vanaheim, justo en un poblado que se
halla atemorizado por el demonio surgido de las profundidades
del Océano Occidental. Es la primera vez que Conan ve el mar
y no le gusta debido a los muertos vivientes que cobija, así que
vuelve sus pasos hacia Cimmeria de inmediato, un viaje que le
ocupa otro mes de marcha, hasta el otoño del año 16.
Inspirado por un inmarcesible espíritu aventurero y deseoso de
hacer nuevos descubrimientos, Conan decide no retornar a su
tribu y baja hasta la región aquilonia de Gunderland con
intención de cobrar una deuda que contrajo tras el saco de
Venarium. Allí toma conciencia de la falta de honor de los
llamados hyborios y cae en el pozo negro en el que
dormita un ser salvaje e infernal antes de volver sus pasos
hacia su hogar.
Ya es invierno del año 16 cuando Conan se enfrenta, en Cimmeria,
a un enemigo poderoso. El negro perro de la muerte con
dientes afilados que le acosa, llamado Grimm, consigue
esquivar el acero del joven. El bárbaro, después de esta
experiencia, desarrolla una vida normal hasta cumplir 16 años de
edad. Precisamente el día de su onomástica es cuando Conan toca
la puerta de la casa estrecha, una construcción mágica
oculta entre las montañas nevadas de Nordheim.
El cimmerio transita esa zona y, harto de contemplar la vileza
de los vanir, termina por uniser a un grupo de ases que
practican razzias contra vanes bajo el mando de Niord, cuya hija
le traerá problemas a Conan. Niord le cuenta al joven cimmerio
maravillas de la vecina Hyperbórea, una descripción que se halla
lejos de las colinas oscuras y malignas que en realidad
es ese país. En tierras hypebóreas pasa un tiempo Conan junto a
Gorm, Niord y los ases de Njal, guerrero cuya hija
ha sido raptada por unos guerreros de HyperbóreA.
En el intento de rescate Conan es capturado por los zombis
integrantes de las legiones de muerte convocadas por
Vammatar, reina del castillo hyperbóreo de Haloga. No tarda
el cimmerio en desasirse de sus cadenas, dejando en la
huida muerte en Hyperbórea como recuerdo, por lo cual es
perseguido y se ve forzado a torcer hacia el suR.
En su escapada, se refugia en una cripta oculta para evitar el
ataque de los lobos que ansían catar su joven carne, con la mala
fortuna de que allí yace un esqueleto horrendo. La cosa de la
cripta cobra vida cuando Conan le arrebata su espada y sólo
el fuego coarta su afán destructor. Todavía provisto de cadenas,
pues el fugitivo ha prometido no quitárselas hasta haber matado
al hyperbóreo que se las puso, alcanza las llanuras de Brythunia
con cierta facilidad dado que el invierno está retirándose
cuando cruza la áspera cordillera llamada Graaskal. En Brythunia
tiene la fortuna de cumplir su venganza contra quien le había
encadenado, por ser uno de los participantes en la batalla entre
Hyperbórea y su vecino reino del sur; batalla sangrienta que
tiene lugar a la par que el ocaso del sombrío Dios Gris,
con el que Conan conversa antes de entrar en lizA.
Conan prosigue vagabundeando hacia el sur en busca de los
“enjoyados reinos resplandecientes” de los que su madre y su
abuelo le hablaron en la niñez, y cuando los ojos del fornido
muchacho contemplan por vez primera una gran ciudad en esos
días sangrientos en Brythunia es ya primavera del año 17.
Sigue su camino con un grupo de guerreros vinculados por un
mismo objetivo: la formación de un puzzle mágico, el talismán
de Tolometh. Junto a ellos transita entre terrores
gemelos hasta que halla a la mujer que camina sola en
otra plaza, Potrebia, para luego abandonarlos con objeto de
cruzar la frontera y llegar a Zamora, país que le atrae
enormemente. Le costará llegar: Entre mayo y junio del año 17,
cercano a la frontera entre Brythunia y Zamora, su poca pericia
para sobrevivir por sí mismo le conduce a un estado de hambruna
del cual le salva la providencial acogida de unos granjeros.
Mientras recupera sus fuerzas, el jovenzuelo aventurero se
dedica a labores agrícolas y se halla tan a gusto que decide
permanecer con los labriegos que lo han alimentado. Siete
semanas más tarde, Conan cambia su decisión cuando los
esclavistas de la zona matan a su nueva familia y, después
de hacer frente a las que eligen a los muertos, prosigue
la senda de la espada.
NOTAS:
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