Ilustrador de portadas de género fantástico para cómics de horror y ciencia ficción durante los años setenta y ochenta, siendo el autor más identificado con el personaje Vampirella debido a la gran cantidad de portadas que dibujó. Luego se dedicó a la pintura.
Dibujante desde niño, Enric Torres se integró en la redacción de Selecciones Ilustradas como rotulista, y desempeñó ese oficio durante años sobre las historietas que se rotulaban directamente en la redacción de SI. Dotado para el dibujo, pero más aficionado a la fotografía, se obsesionó con la investigación en distintos tipos de revelado hasta que se concienció de que la pintura podía servirle para plasmar más eficazmente lo que quería fotografiar. No obstante, también se obsesionaba con la forma de pintar, pues opinaba que no debía haber una base de dibujo en la pintura, sino un afloramiento de los volúmenes casi desde cero.
Comenzó a dibujar ilustraciones para SI lentamente, primero, luego con mayor velocidad. Sirvió, de esta guisa, portadas de todo género para publicaciones como Acción Extra o los primeros tebeos de Ediciones Vértice, tanto de suspense como de superhéroes, siendo al poco sustituido en estas labores por López Espí. Todas estas imágenes las firmaba como "Enrich", al igual que hizo en el proyecto Altamira, del denominado Group Experimental d'Illustradors. Esta misma firma usó para sus trabajos del final de los años sesenta y de comienzos de los setenta, en revistas de ciencia ficción como Nueva Dimensión, o en el tebeo de horror de Buru Lan Drácula, donde hipnotizó a todos con sus impactantes imágenes con base fotográfica.
Con posterioridad, saltó al mercado estadounidense de las revistas de horror de Warren, donde se le encargaron portadas para Creepy (tres), Eerie (seis), Vampirella (cincuenta y dos), en todos los casos acreditado como Enrich Torres pero sin esa firma visible. Destacó su labor especialmente en Vampirella, pues fue el portadista oficial de la revista entre los números 17 al 110, con varias interrupciones y portadas reimpresas, de modo que Enric fue quien moldeó la imagen de la vampira alienígena para la mayoría de aficionados, pues fueron abundantes las cubiertas de esa revista ilustradas por él. Warren lo reconoció con el premio al mejor ilustrador en 1974.
Gran parte del trabajo de Enric se vio en España en las publicaciones de IMDE, y sobre todo de Garbo, que fue el sello que editó Vampirella. También se vieron portadas suyas, ya con la firma Enric, en Delta, Hunter, Bumerang, 1984 y otras revistas no de cómics, todas ellas servidas por Selecciones Ilustradas. Toutain, en sus galardones anuales, le concedió premios en 1981 y 1987. El resto de su obra como ilustrador ha sido publicada en Estados Unidos (en colecciones de paperbacks) y en los mercados centroeuropeos, también en portadas de libro de bolsillo sobre todo, para novelas de ciencia ficción, horror, romántico o western.
Posteriormente ha iniciado carrera como ilustrador y pintor, distinguiendo sus obras de una disciplina u otra mediante las firmas Enric y Torres-Prats, respectivamente. En su pintura e ilustraciones más actuales ha dado rienda suelta a su interés por el simbolismo como corriente pictórica, pero sin dejar a un lado los temas fantásticos o terroríficos, o sus personajes, como Vampirella, a la que ha seguido pintando por encargo. Ha expuesto en Nueva York (Artexpo, 2002).