Autor nacido en Llinars del Vallès pero que pasó la mayor parte de su vida en Gracia. A los seis años inició estudios en el colegio de los Hermanos de La Salle, y allí logró graduarse como perito mecánico. El interés por el dibujo y la pintura le llegó muy pronto, ya que era hijo del también dibujante Ramón Sabatés i Malla, y a los trece años ya había hecho algunas colaboraciones en las revistas Cholito, Pocholo y Jordi. Hizo historietas para la revista de Radio Barcelona, con textos de Miret y protagonizadas por Miliu, personaje del programa que el mismo Miret y Toresky hacían en la radio.
En 1934 inició sus colaboraciones en TBO, y según explica Rosa Segura en Memorias secretas de una secretaría del TBO, aún iba con pantalones cortos cuando ofreció sus dibujos a la dirección de la revista. ATBO permaneció ligado durante más de medio siglo; en 1943 se hizo cargo en esa revista de la sección "Los grandes inventos de TBO". En 1935 también probó suerte con la editorial El Gato Negro, futura Editorial Bruguera, ya que figura su firma en algunos ejemplares de Calderilla, Ja... Ja y Shirley Temple.
Después del parón ocasionado por la Guerra Civil, Ramón Sabatés retomó la participación en las revistas y editoriales en las que había colaborado. En 1944 dibuja para Patufet, y a Bruguera destina una serie de ocho cuadernos del Capitán Microbio y cromos sobre cuentos clásicos como Caperucita Roja o Blancanieves. En la misma editorial, colaboró en las revistas Pulgarcito (recordemos su serie Sindulfo Sindetikón, entre otras) y más tarde en Tio Vivo. También trabajó en otras editoriales, como con las historietas de La familia Sulfamida para Trampolín (revista vinculada a Acción Católica), Remigio y El Doctor Perezstein para Jaimito, de Editorial Valenciana, o las de Pepe el Gitanillo para Florita, de Ediciones Clíper (después para Hispano Americana), que fue exportada a América Latina.
En 1943 también se reintegró en la plantilla de TBO, por supuesto, revista a la que siempre fue fiel. Allí dibujó muchos personajes que se fueron adaptando a las nuevas líneas de la publicación, como Casimiro Noteví agente del TBI, pero su colaboración estelar fue en una sección mítica de la publicación: "Los grandes inventos de TBO". Esta sección se había ido gestando a partir de secciones pretéritas a veces sin título y otros con títulos como "Los Inventos Prácticos de TBO", "Las ideas prácticas de TBO", "Las grandes ideas de TBO" o "El profesor Franz de Copenhague", con dibujos de Nit, Tinez, Benejam y Tur, pero fue Sabatés quien mejor quedó identificado con la serie a ojos de los lectores. Esto fue en parte porque su formación de perito mecánico aportó verosimilitud a las disparatadas propuestas. Esa misma formación científica le llevó a publicar Tom juega con 50 experimentos de física (y más tarde los equivalentes de óptica, química y botánica, ya que también era diplomado en Botánica Medicinal y, de hecho, su último libro (1995) fue La salud por las plantas medicinales). Que fue un autor con gran inventiva lo demuestra que también lanzó el "libro sonoro", una patente propia en la que incorporó elementos que emitían sonidos relacionados con la lectura. Se puede añadir que tenía buena formación lírica musical y que fue amigo del gran tenor Hipólito Lázaro, sobre el que escribió un libro que publicó en la colección Gente Nuestra.
Dibujó para editoriales europeas, norteamericanas e incluso japonesas, así como en periódicos como La Vanguardia o Saturday Evening Post.
Ramón Sabatés falleció el jueves 9 de enero de 2003, a los ochenta y siete años, en la residencia hogar Nuestra Señora de Lourdes, sita en Sant Just Desvern (a pocos kilómetros de Barcelona), donde había estado residiendo los últimos cinco años junto a su esposa, Enriqueta Hernández, al cuidado de la orden religiosa de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. El dibujante padecía una penosa enfermedad cerebrovascular que fue mermando sus facultades hasta postrarlo sin apenas poder hablar ya en los últimos meses de 2002. Durante sus últimos años de vida había sido olvidado por gran parte de la afición y la industria de los tebeos, y en 2001 tuvo que poner en venta 55 de sus páginas y dibujos originales con el fin de solventar la penuria económica que atravesó en su vejez. Estos originales los adquirió casi totalmente el Colegio de Ingenieros Técnicos Industriales de Barcelona, y al año siguiente se expusieron en un homenaje en el Salón del Cómic de Barcelona.
Su hija María Ángeles Sabatés (Barcelona, 1947-1992), periodista, fue también dibujante de TBO.