El caso Pérez vs.
Martín
El día 14 de enero
fue difundido por agencias de prensa el siguiente comunicado:
«Un concejal de IU
en Motril denuncia por agresión al editor de una revista satírica
MOTRIL (GRANADA), 14 (EUROPA PRESS)
El concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Motril (Granada),
Bonifacio Pérez (IU), presentó hoy en el juzgado de guardia de esta
ciudad una denuncia por agresión contra el editor de la revista satírica
"El Batracio Amarillo", Javier Martín, que le habría roto las gafas e
intentado propinar un manotazo en el transcurso de una pelea ocurrida
ayer a las puertas de la casa consistorial.
En declaraciones a Europa Press, Pérez recordó que los hechos sucedieron
al mediodía de ayer, cuando él salía del Ayuntamiento en compañía de
otro concejal, que a su vez "se paró a hablar con otras personas". El,
por su parte, tras avanzar "tres o cuatro pasos", se dio la vuelta y
entonces se encontró con Martín, que le habría dedicado palabras como
"fascista y vendido", entre otras.
El edil confesó haberse sentido "parado" ante estos hechos y agregó que,
al pedir explicaciones a su presunto agresor, éste le "lanzó la mano" y
él "echó la cabeza atrás", aunque el editor le "cogió las gafas y las
rompió".
Otros compañeros del Consistorio que presenciaban la trifulca separaron
a Bonifacio Pérez y a Javier Martín, que a su vez denunció al concejal
por los mismos hechos y aseguró haber sido él quien recibió los insultos
y la agresión.
El responsable de Medio Ambiente del Ayuntamiento declaró tener la
"conciencia muy tranquila" y consideró que una agresión "no es el
camino" para resolver ninguna discrepancia, a la vez que agregó
desconocer los motivos por los que su oponente le habría atacado.
Aseguró que no tiene "ninguna historia con nadie" y sospechó que el
incidente tenga su origen en el momento en que IU se integró como socio
del PSOE en el equipo de gobierno local, que anteriormente había
denunciado en varias ocasiones a la revista, lo que habría provocado
malestar al editor.
Por su parte, éste apuntó a algunas críticas a la labor de Pérez
publicadas en las páginas de "El Batracio Amarillo" como posible causa
del comportamiento del edil y rechazó asimismo la utilización de la
violencia para resolver las diferencias con nadie.»
Puestos de
inmediato en contacto con el editor de El Batracio Amarillo, éste
emitió otro comunicado que Tebeosfera hizo extensivo a la
comunidad de historietistas y humoristas gráficos españoles:
«EL EDITOR DEL
BATRACIO AMARILLO AGREDIDO POR EL CONCEJAL DE MEDIO AMBIENTE
DEL AYUNTAMIENTO DE MOTRIL
El editor de la revista satírica El Batracio Amarillo, Javier Martín,
fue
agredido por el concejal de IU, Bonifacio Pérez, a las puertas del
ayuntamiento motrileño.
El hecho ocurrió a las 11'50 de la mañana del pasado día 13. El
consejal
del ayuntamiento al cruzarse con el editor de la revista se dirigió a
éste
llamandolo "marrano", a lo que Javier Martín le respondió diciéndole que
"el
marrano eres tú, fascista". Sin mediar más palabras, el concejal
propinó un
puñetazo en el mentón y varias patadas al editor. El agredido, al
intentar
zafarse del agresor, le rompió las gafas.
Las personas que allí se encontraban no daban crédito a lo que
sucedía,
pues además de la agresión, varios compañeros del político se lo
llevaron en
volandas ante las acometidas que éste prometía descargar sobre el
maltrecho
humorista gráfico.
La ira del concejal viene motivada por las caricaturas y viñetas que
desde
el Batracio Amarillo se le dedican desde hace unos meses. Dichas
viñetas
aluden al carácter transfuguista del concejal, pues perteneciendo a IU
gobierna con el PSOE y participa del acoso y derribo que recibe esta
publicación por parte del equipo de gobierno desde hace varios años.
Además, desde la publicación se denuncia que el 70% de las horas extras
que
se realizan en la empresa de limpieza municipal que regenta "LIMDECO",
se
reparten entre los dos concejales de IU, suponiendo un sobresueldo de
cerca
de 380.000 pts. mensuales.
Tras la publicación de esta información, dichos políticos en lugar de
acudir a los tribunales y denunciar a la editorial por "calumnias", se
dedican a visitar a los anunciantes "recomendándoles" que dejen de
patrocinar semejante obra gráfica.
Tras los acontecimientos, el editor del Batracio presentó denuncia en
comisaría y actualmente se encuentra de baja laborar a consecuencia de
las
lesiones sufridas tras la agresión.
Destacar también, que el video de los hechos que grabaron las cámaras
de
seguridad del ayuntamiento, se ha borrado por pura casualidad. En
definitiva, el juez dictará sentencia en su momento.»
La prensa se hizo
eco del suceso: en el web
PorraPunto, en Ideal Digital de 14-I-2003 y de 15-I-2003, Idígoras y Pachi
lo hicieron en
El Mundo / Andalucía (la tira del 15-I-2003, que se ofrece sobre
este párrafo), y ese mismo día y
en ese mismo diario Manuel Julia en su columna “Hoy miércoles” aludía a
la sinrazón del concejal... Tebeosfera también reaccionó de
inmediato ante lo que parecía tener visos de ser una agresión motivada
por un deseo de coartar la libertad de prensa y de expresión satírica.
Martín Merlo, el editor de El Batracio Amarillo nos puso sobre
antecedentes:
«Las tropelías que
nos han acontecido dan como para escribir un libro. Eso es algo que
hasta la fecha no nos hemos planteado. Tampoco nunca ha llegado la
persona indicada para hacerle sabedor de todos los pormenores, los
buenos y los malos, de este peliculón digno de Luis Buñuel. El
sentimiento de estar solos en todo esto caló tan profundamente que no
podemos sentir otra cosa que desprecio hacia el funcionamiento de las
instituciones más locales, indiferencia hacia los voceros oficiales
(llamados medios de comunicación ). Teniendo en cuenta la cercanía de
los denunciados y el carácter aldeano del lugar, la soledad la
deberíamos haber previsto para no haber llegado al desencanto.
Transcurrido el tiempo llega la hora de la reflexión. Llegando a la
conclusión de que se podía haber hecho mejor, incluso habernos ahorrado
varias querellas.
Por el 97 llegó al
Batracio una extensa documentación, cedida por un funcionario que nunca
hemos desvelado (los fiscales y acusación solicitaban su nombre en todos
los procedimientos. La ley nos ampara y no nos obliga a desvelar la
fuente de información, lo cual hubiera sido una traición por nuestra
parte y la crucifixión de dicho funcionario.), en la que se ponían al
trasluz innumerables irregularidades contables, cobro de plusvalías,
gastos suntuarios en el Ayuntamiento de Motril.
Con esta
información en nuestras manos, decidimos publicarla. Con la nobleza que
da la juventud de los 23 años, recién llegados de la Universidad, nos
embargó el espíritu de Robin de los Bosques, sentíamos que debíamos
desenmascarar una maraña de influencias, mendigueos, clientelismos y
trincamientos. El Batracio vino a denunciar lo que todo el mundo
sospechaba y solamente comentaban en las barras de los bares.
Tras los primeros
números, y hasta 30, comenzaron caernos las querellas y distintas
amenazas veladas (llamadas anónimas, pedir escolta policial para
distribuir la revista, etc.) Fue entonces, tras las primeras querellas
estúpidas cuando comenzamos a calentarnos y fue aquí donde cometimos el
único fallo que a mi parecer tuvimos: Pasamos de la sátira al insulto
directo. Eso no estuvo bien, lo provocó la edad, el temperamento y la
seguridad de que lo que publicábamos era cierto, acompañado de la
impotencia que sentíamos al ver que nadie reaccionaba a lo que
publicábamos (medios locales y clase política). No obstante, la rabia y
el coraje que esto provocó hizo que persistiéramos en nuestro intento de
esclarecer la verdad, aunque fuera lo único que hiciéramos en esta
vida.
Tras los primeros
números, la maquinaria oficial se puso a funcionar. Visitaron
anunciantes para sugerirles que no se anunciaran en semejante medio,
requisaban cualquier Batracio que vieran suelto por la calle, editaron
una revista de 24 páginas llamada "LA VERDAD", etc. Todo esto con la
única intención, evidentemente, de desprestigiar la información que
nosotros publicábamos cada mes con documentación y pruebas palpables.
Sin duda, fue esto último lo que hizo que nos tiráramos de cabeza al
charco. Estaba en juego la credibilidad, nuestra palabra. No podía
vivir con la idea de que nos pudieran llamar vocingleros o verduleras.
En ningún momento,
salvo en un caso y por cuestión estratégica, dejamos de publicar algo
vital para provocar la querella y así coger más notoriedad. La
notoriedad alcanzada a través de los juzgados nunca es gratuita, ni
económicamente ni estéticamente. Si hubiésemos sabido hacerlo bien,
hubiéramos llegado a tener la misma notoriedad y habernos ahorrado unas
cuantas querellas. La notoriedad no la buscábamos a través de los
juzgados, esa notoriedad nos la dio la prepotencia y estupidez de unos
políticos de pueblo que se sienten ganadores y menosprecian al medio. Podría contar
innumerables aventuras y desventuras de todo este asunto. Así como un
extenso artículo sobre la vinculación del poder Político y el poder
Judicial.
[...] cuando ha
salido la noticia de que me habían pegado una ostia, llovieron los
mensajes de apoyo y solidaridad. Cuando nos pedían cárcel, la única que
me llamaba era mi madre, para que comiera y no perdiera el sueño con
tonterías.
P.D.: Mi ambición
más íntima es que el Batracio Amarillo llegue a cumplir 25 años,
entonces puede que empiece a pensar que hemos hecho algo. Ahora tan
sólo somos una revista con 9 años de funcionamiento. La edad de un niño
que aún debe caerse doscientas veces más. Sin desmerecer los 94 números
editados, creo que aún no hemos hecho nada. Si el Batracio dejara de
salir mañana, a lo sumo en un año, nadie recordaría que un día
existimos.
Decirte por
último, que tanto las costas de nuestro abogado, como las multas que nos
impusieron, todo ha sido pagado por un servidor, jamás se ha reclamado
una peseta a ningún colaborador de esta revista implicado en los
juicios. En su momento no me parecía pertinente y hoy día, después de
habernos pasado el tren por encima repetidas veces, me sigue pareciendo
igual. Podemos decir que no le debemos nada a nadie y que seguimos en
pié. Seguir de pié, para nosotros ya es un gran logro.».
Hay que mencionar que salvo U,
concretamente Enrique Bonet (que por otro lado es
colaborador de El Batracio Amarillo), ninguna publicación teórica
española especializada en cómics o humor se ha preocupado de recabar
información sobre este caso directamente de Martín Merlo, ni ha montado campañas de
solidaridad de tipo alguno. Al menos hasta según manifestó el editor de
esa revista satírica a 29 de enero de 2003.
[ leer informe sobre la atribulada trayectoria de
El Batracio Amarillo ]
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