DELTA 99. EL COMIC QUE REVOLUCIONÓ EL MERCADO ESPAÑOL
ANTONI SEGARRA

Notas:
Artículo que sirvió como prólogo del libro de Glénat Delta 99, recopilatorio de toda la obra de Flores Thies, Carlos Giménez, Víctor Mora y Adolfo Usero
DELTA 99: EL CÓMIC QUE REVOLUCIONÓ EL MERCADO ESPAÑOL
 
Es lamentable que en nuestro país, a diferencia de lo que sucede en Francia, no abun­den las reediciones de nues­tros autores y comics clási­cos, presentadas de manera respetuosa y digna. Hasta ahora, la mayoría de estas ediciones han estado a cargo de aficionados individuales o colectivos que, sin estructura empresarial, se han visto obligados a ediciones limi­tadas y de difícil distribu­ción. Con el agravante de que la carencia de capital y medios, ha hecho que muchas de estas reediciones dejasen mucho que desear en cuanto a calidad y fidelidad a la obra original. Aunque siempre hay algún ejemplo que contradice lo expuesto y cuando, raramente, se pro­duce uno no podemos por menos de alegrarnos.
Ahora tiene usted una de estas excepciones en sus manos. Se trata de la edición en un libro integral de los primeros diez episodios de la serie Delta 99 de Carlos Giménez. Esta obra la publicó en su día, junto con la serie Cinco por Infinito, la editorial Ibero Mundial de Ediciones en forma­to vertical de novela gráfica, y fue a través de sus páginas cómo Giménez se dio a conocer a un amplio público, el mejor narrador que posiblemente ha tenido el cómic en España. Hasta entonces sólo unos cuantos especialistas conocían Gringo, su trabajo anterior, producido y distribui­do fuera de España por Selecciones Ilustradas y que sólo fue publicado aquí, en 1970, por Ibero Mundial de Ediciones gracias a la notoriedad conseguida por Delta 99. En 1968, cuando aparece Delta 99, el tebeo de aventuras hecho en España se había infantilizado hasta límites insospechados por culpa de una censura que actuaba con un rigor inimaginable, pero también, todo hay que decirlo, por culpa de unos editores y guionistas que habían elegido como paradigma el estilo impuesto por los guiones del primer Flash Gordon: narraciones simplistas y esquemáticas, en las que los "buenos" eran modelo perfecto de la fuerza puesta al servicio del bien y donde los malos eran seres abominables, codi­ciosos, lujuriosos y sádicos que pretendían dominar al mundo o, como mínimo, su particular entorno territorial. Claro que en Flash Gordon al menos había la inventiva de un universo distinto poblado de hombres con alas, ciudades arbóreas, be­llas princesas submarinas y un sinfín de elementos fan­tásticos, exóticos y atrac­tivos que los guionistas his­panos se afanaban en copiar adaptándolos a sus circuns­tancias.
En los tebeos de aventuras españoles la trama se resolvía expeditivamente con la espada o los puños. Y, casi nunca, se pretendía que el tebeo tuviera un contenido con pretensiones realistas o ideológicas. Excepto, claro está, aquellas que sin pre­tenderlo deliberadamente se leían entre líneas por ser un simple reflejo de la sociedad del momento, en todo lo que de peor tenía ésta. En cierto modo hay que reconocer a Víctor Mora el mérito de ser, con El Capitán Trueno, uno de los primeros guionistas en intentar romper estos planteamientos. Pero, con todo, esta serie seguía estando pensada para un público infantil y poco podía aportar a quienes habían crecido leyendo tebeos y al hacerse adultos querían seguir leyéndolos, pero con niveles intelectuales más altos. Por esto, con todos los defectos propios del momento y la circunstancia, Delta 99 supuso una bocana­da de aire fresco que a los adultos jóvenes de aquel momento nos permitió respirar hondo y seguir leyendo tebeos sin avergonzarnos.
La idea inicial de Delta 99 partió de Josep Toutain, direc­tor y propietario de una agencia de producción de comics, y más tarde editor, al que hay que reconocer sus intentos de renovar y dignificar el cómic español. Jesús Flores Thies primero y Víctor Mora después fueron los encargados de escribir los guiones. Para el dibujo se contó con Carlos Giménez, quien a partir del episodio octavo dio la alterna­tiva a su amigo y excelente dibujante Adolfo Usero, como colaborador primero y como dibujante único a partir del episodio onecavo.
Si en lo que se refiere a los guiones ya hemos mencionado el claro esfuerzo de renovación de los autores, a lo que hay que añadir la introducción de un evidente erotismo todavía larvado para bordear la censura, las planchas de Carlos constituyeron una autentica revolución en el grafismo y el lenguaje con una planificación, un montaje, la introducción de diversos tipos de fundido y unos saltos elípticos insóli­tos hasta la fecha en el panorama del cómic autóctono. Ya desde la pági­na de presentación las viñe­tas parecen perder su lugar, dimensión y colocación para ofrecer un lenguaje moderno y dinámico. Y a partir del segundo episodio Giménez comenzó a prescindir de la compartimentación en viñe­tas para trabajar la página como unidad narrativa. Delta 99 es un cómic de ciencia ficción, categoría que había abundado en la produc­ción nacional de tebeos, pero sin alcanzar mayor rigor argumental ni densidad na­rrativa. Ahora, las ideas de fondo se basaron en temas y planteamientos que estaban de moda en aquel momento, el año en que se estrenó la película de Kubrick, 2001, Una Odisea del Espacio. El hombre no está solo en el Universo y civilizaciones más antiguas y avanzadas que la terrestre han de velar para que nuestra tecnología y nuestra fuerza nuclear, sumadas a nues­tro belicismo y nuestra inconsciencia no sean una amenaza para los extraterrestres, que en este caso son presentados como pacíficos, bondadosos y generosos. Por esto Delta, el protagonista, que procede de la "Confederación de Planetas de las Tres Galaxias", es enviado a nuestro plane­ta para velar por la Tierra hasta que esta se encuentre preparada para integrarse en la citada Confederación. Y por lo pronto para controlar y aniquilar a Peligro 1, alienígena que ha tomado la Tierra como base de operaciones para atacar a la Confederación.
Delta tiene unas capacidades distintas y superiores a las de los humanos, de forma similar a Superman pero que nunca se concretan de manera precisa, es fuerte, inteligente y de una agilidad pasmosa. No es invencible y más de una vez corre grandes peligros en situaciones extremas. Cuando Peligro 1 es vencida, la serie cambia de planteamiento y a partir de entonces Delta luchará contra traficantes de droga, empresas de asesinos profesionales y toda clase de delincuentes que, como los clásicos malos, intentan sub­vertir en su favor el orden establecido. Sin que puedan fal­tar, fruto de la época, los misteriosos "camaradas" de una potencia no mencionada que quiere destruir a los EE.UU. y empezar una tercera guerra mundial para obtener el dominio del planeta y esclavizar a los humanos. Sorprendió en aquella época contemplar como las historie­tas de Carlos Giménez tenían fondos documentados y muy bien cuidados. Los típicos primeros planos de tantos tebeos, que servían a muchos dibujantes para obviar el dibujo de fondos y am­bientes, aquí sólo se utiliza­ban cuando eran necesarios para la narración. Los per­sonajes iban vestidos a la moda del momento, melenas, pantalones acampanados, camisas floreadas, minifaldas, grandes y vistosos pen­dientes, peinados exóticos, jerséis cuello de cisne, biki­nis; y atrezzos apropiados para caracterizar a grupos determinados como el de "los sucios", especie de ángeles de la muerte moto­rizados que lucen símbolos nazis. Es asi, como cuando el guión nos dice que la acción transcurre en San Francisco, las viñetas muestran sufi­cientes elementos como para que lo creamos realmente. Y lo mismo sucede si nos ha­llamos en un escenario de la guerra civil americana o en las cumbres del Himalaya.
En Delta 99, Carlos Giménez no había alcanzado todavía la madurez creativa que le convertiría en uno de los grandes maestros del cómic mundial, pero estaba a punto de conseguirlo. Sólo un año más tarde Gaceta Júnior pu­blicaba ya las primeras planchas de la serie Dani Futuro y en la década siguiente se publicaron tres de las mejores obras del autor: Hom, Koolau el Leproso y Érase una Vez en el Futuro. Sin contar, con su obra básica, el extraordi­nario Paracuellos. Es así como en la historia del cómic español Delta 99 ocupa un lugar destacado en los orígenes de la obra total de Carlos Giménez, lugar que, gracias a esta nueva edición de Glénat, contribuye a dar a conocer y a situar en su punto justo.

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Carlos Giménez en 1968, año en que realizaba esta obra

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Creación de la ficha (2009): Toni Segarra
CITA DE ESTE DOCUMENTO / CITATION:
ANTONI SEGARRA (2007): "Delta 99. El comic que revolucionó el mercado español", en DELTA 99 (2007). Asociación Cultural Tebeosfera. Disponible en línea el 21/XI/2024 en: https://www.tebeosfera.com/documentos/delta_99._el_comic_que_revoluciono_el_mercado_espanol.html