José Peñarroya era muy aficionado al dibujo pero se desempeñó como contable en una licorería, hasta que comenzó a trabajar en un estudio de animación (Chamartín) en 1942. Participó en algunos cortometrajes y, luego, se integró entre el equipo artístico de Pulgarcito, en 1946, dado que había conocido a Cifré en el estudio de animación.
En la historieta triunfó rápidamente con su estilo desenfadado, dinámico, contundente. Fue el dibujante de series (presuntamente ideadas por el director de la revista) Don Pío (1946), Calixto (1947), Gordito Relleno (1948) y Don Berrinche (1948). Todos estos personajes nacieron en Pulgarcito salvo el último, que surgió en El Campeón. Peñarroya era muy hábil con el humor y fue un especialista en chistes gráficos y un gran portadista.
Fue uno de los protagonistas de un intento de competición con Bruguera en 1957, cuando él y otros autores -Cifré, Conti, Escobar y Eugenio Giner- se asociaron para lanzar una nueva revista, Tio Vivo. Para esta revista creó La Familia Pi. No obstante, retornó a Bruguera en 1958 y destacó por su participación en varias revistas de la casa, sobre todo en El DDT contra las penas. Entre sus series creadas después están: Floripondia Piripí (1958), Polita (1959), Quinielo Futbolínez (1960), Pepe el “hincha” (1962), donde retrataba con ironía las vicisitudes de un aficionado al fútbol, su deporte favorito. Sus dos últimas y más señaladas aportaciones a Bruguera fueron Pitagorín (1966), o Rudesindo el bucanero (1966). En 1974 crea los personajes de Apartamento para cuatro, aunque la mayoría de los dibujos fueron de María José Cano.
Peñarroya también dibujó en otras publicaciones, como El Noticiero Universal, Dicen, Lean, Lecturas, A todo color, Tele Chico o Patufet.