Prolífico autor belga que destacó en sus inicios trabajando con el guionista Greg en series como Bernard Prince y Comanche. El éxito también le acompañó en las series que realizó como autor completo, Jeremiah y Las torres de Bois-Maury. Desde 1981, también ha realizado obras singulares con guión propio o de su hijo Yves H., como: Missié Vandisandi, Sarajevo-Tango o Caatinga.
Nacido en Bévercé, un pequeño pueblo belga, Herman Huppen tuvo una infancia y adolescencia marcadas por la II Guerra Mundial. Afincado en Bruselas desde 1950, trabajó como ebanista y como ayudante de arquitecto al mismo tiempo que se formaba en la Academia de Bellas Artes de St. Gilles. Pasó tres años en Canadá trabajando en un estudio de Arquitectura y en 1960 fue convencido por Philippe Vandooren para hacer historietas, debutando en la revista de scouts Plein-Feu.
En 1965 publicó una historieta en Spirou y llamó la atención de guionista Greg, que le sedujo para trabajar con él, aunque su primer trabajo juntos no se publicó. Sí que lo lograron con su segundo proyecto juntos, la serie de aventuras Bernard Prince, estrenada en la revista Tintin en 1966. Hermann experimentó una sorprendente evolución gráfica mientras dibujaba esta serie, lo cual le granjeó el reconocimiento general de la profesión. No logró las mismas cotas con Jugurtha, serie seudohistórica que dibujó sobre guiones de Laymilie también para Tintin. Otros trabajos de Hermann de esta época consistieron en semblanzas de personajes o hechos históricos escritos por Yves-Duval o Pierre Step, entre otros guionistas. También en la misma publicación dibujó historietas de vaqueros escritas por Pierre Pelot.
Del mismo género, de western, fue la obra que le dio más popularidad internacional, Comache, también escrita por Greg, que comenzó en Tintin en 1969 y que le sirvió para aprender a dotar a los personajes de profundidad y a definir un estilo gráfico muy personal y expresivo. Una década después, Hermann se sentía preparado para iniciar una carrera como autor completo y abandonó la serie Bernard Prince para comenzar a trabajar en Jeremiah, una ficción posapocalíptica que sirvió al autor para ejercitar la crítica social y crear situaciones inauditas en la historieta convencional. La obra sigue en curso y ha dado lugar a una adaptación televisiva.
Hermann también dejó la serie Comanche para iniciar una nueva en la que fue autor único: Les tours de Bois-Maury, drama medieval que se ha alabado por su acertada recreación histórica y su espectacular grafismo.
En 1980 también trabajó Hermann en otra serie, esta de corte fantástico, titulada Nic. Se publicó en Spirou pero no tuvo mucho éxito. Otras obras del autor aparte de sus grandes series fueron los tebeos unitarios que fue publicando a partir de 1991: Missié Vandisandi (de intriga política), Sarajevo-Tango (de 1995, una tragedia bélica), Caatinga (de 1997, sobre las bandas armadas brasileñas) y On a tué Wild Bill (de 1999, un western crepuscular). A partir de ese momento comenzó a trabajar en equipo con su hijo Yves, que le escribió los guiones de Liens de sang (2000, una trepidante historia de crimen), Manhattan Beach 1957 (2002, historieta policíaca que continúa el tono de la anterior), Zhong guo (2003, de espionaje mezclado con ciencia ficción), The girl from Ipanema (2005, de genuino género negro). En 2006, Hermann se enfretó al mito de Drácula dibujando Vlad l’Empaleur, con guión también de su hijo. Solamente se dignó a trabajar con otro guionista en 2007, con Hans-Michael Kirstein, en el inusual proyecto de cómic humorístico La vie exagérée de l´homme nylon.
Aquel mismo año volvió a ejercer como autor completo en Afrika, álbum de intriga política en la que volvió a demostrar su gusto por dibujar animales. Con su hijo volvería a dibujar otra serie en 2008, de pura aventura, que comenzó con la historieta Le diable des sept mers. Otros trabajos recientes de Hermann han sido: Une nuit de pleine lune (2011), Retour au Congo (2012) y Station 16 (2013).
Hermann siempre fue un autor atrevido. Atrevido por mostrar una violencia amoral en sus historietas, dibujada con realismo crudo y por cambiar a menudo de técnica e incluso de estilo.