Aficionado desde siempre al dibujo, finalmente comenzó su carrera profesional a mediados de la década de los años cincuenta ilustrando adaptaciones de novelas clásicas editadas por Archivos de Arte: Cinco semanas en globo, Don Quijote de la Mancha, Simbad el marino, Veinte mil leguas de viaje submarino o Viaje al centro de la Tierra. Las ilustraciones para Don Quijote también se usaron en un álbum de cromos promocional de Chocolates Lloveras.
En 1958 comenzó a trabajar como historietista y humorista gráfico para Editorial Bruguera, donde a través de la agencia de creación de la empresa, Creaciones Editoriales, elaboró multitud de páginas para diversas publicaciones, como Selecciones de Humor de El DDT o Blanca. Fue autor de muchas ilustraciones para secciones de pasatiempos, de texto y con relatos, como los de Armando Matías Guiu aparecidos en El Campeón de las Historietas (Alberto, chico despierto) o Can Can (Chuchita y Arturito).
Según indicaciones de la editorial, basó sus primeros trabajos de historieta en la obra de Nadal, realizando tiras sobre parejas jóvenes o chicas atractivas, con un trazo más realista, para Sissi o Can Can (fueron sus series más importantes: Robertito y Elisenda, una pareja estupenda; Heliodoro y Robertita, una feliz parejita; Chelito y Marisita, ambas con su parejita; y participó en la serie compartida con otros autores Las chicas de…). Su serie más conocida fue Lola (más adelante también titulada Lolita), creada también por encargo de Creaciones Editoriales para el mercado internacional en 1962. Trataba sobre una atractiva chica y su relación con los hombres, y en España comenzó a publicarse en el verano de 1963 en el diario Pueblo. Algunas de sus tiras se reprodujeron en la revista Can Can, pero con las viñetas modificadas y el nombre de Sofía, a partir de 1963. Bruguera recopiló estas tiras en una colección de cuadernos con el título Lola desde 1975. A partir de 1984 y hasta 1997 Lolita pasó a publicarse en ABC.
Con características argumentales similares a las de Lolita y aprovechando su capacidad para dibujar bellas mujeres, Íñigo también creó para ABC las series: Marta y María (en 1959) y Candela (en 1983), dirigidas a un público adulto, y para lectoras adolescentes ideó a Maica para la revista Esther (en 1981) y a Susana en la publicación Pecosa en 1986.
Otra de las populares personajes de Íñigo fue Trotamundo, protagonista de una serie humorística de creación propia sobre un vagabundo bonachón y su perro estrenada en 1981 y que comenzó en Zipi y Zape pero acabó difundiéndose por el resto de publicaciones de la postrer Bruguera.
Tras el cierre de esta empresa en 1986, y junto con sus trabajos para la prensa, el autor también realizó ilustraciones editoriales para novelas, como Aladino y la lámpara maravillosa (Editors, 1993).
Retirado desde mediados de los años noventa, Íñigo continuó realizando ilustraciones a la acuarela aunque ya sin objeto profesional.