Atraído desde muy pequeño por el dibujo, comenzó a los diez años copiando las portadas de los libros de bolsillo que llegaban de España y de las revistas americanas, motivado por la fascinación que estas le despertaban. Sólo contaba en ese entonces con materiales escolares elementales: lápiz, goma, plumín, una cajita de acuarelas... pero una inmensa pasión. Acostumbraba a ir al cine para luego dibujar las secuencias más impactantes de la película y recreaba dioramas con los personajes y monstruos reconstruidos en plastilina. Todo eso le sirvió de ayuda para organizar los espacios narrativos y crear secuencias.
Su primer trabajo profesional como historietista lo hizo a los dieciséis años en la revista Hora Cero (gracias a la ayuda de Víctor Hugo Arias), para luego dibujar en Misterix y Frontera. La facilidad para el dibujo, la constancia y sus posteriores estudios de Diseño Industrial fueron de gran utilidad para adentrarse en el mundo del cómic. Posteriormente, durante los años sesenta, trabaja para Agencias de Publicidad, realizando storyboards publicitarios. Esto lo enriquecería en el sentido de aprender a contar una historia en poco tiempo y calcular al milímetro el montaje y la planificación de cada escena. En los años setenta regresó a la historieta, elaborando historietas cortas para Skorpio, entre ellas las de la serie El extraño juicio a Roy Ely y As de Pique, una serie bélica dibujada sobre guion de Ricardo Barreiro que llama la atención de los editores de Europa.
A finales de los años sententa deja Argentina para emigrar profesionalmente a Europa, donde comienza a trabajar para editoriales italianas, españolas y francesas. Fue en las revistas españolas 1984 y Comix Internacional, de Toutain Editor, donde desarrolló las series que le fueron abriendo las puertas de Europa: War III (1981), Ciudad (1982) o Cuestión de tiempo (1982). Los primeros álbumes en los que figuró su firma aparecieron en 1981: Factor Límite (Vilán) y L'Étoile noir (Glénat). Luego aparecerían nuevos álbumes:Mutante, Gangrène, Titania, Cuestión de Tiempo, El Cuarto Poder, Leo Roa y Juego Eterno, trabajos que denotarían su inclinación por lo fantástico y la ciencia ficción.
El gran reconocimiento internacional lo obtuvo cuando Alejandro Jodorowsky lo eligió para ser el dibujante de la serie de ciencia ficción La Casta de los Metabarones, continuación de la saga de El Incal. Los álbumes comenzaron a aparecer en 1992 y estuvo trabajando en esta saga hasta 2017, alternándola con la titulada Les Méta-barons, una serie derivada de la anterior.
Sus últimos trabajos, todos ellos estrenados en el mercado francés, fueron la serie de fantasía Moi, dragon (sobre guiones de Olivier Brouet), la de ciencia ficción La Dernière vie (con el mismo guionista) y Segments (también de ciencia ficción y sobre guiones de Richard Malka), cuyo cuarto álbum se publicó en abril de 2019.
La aceptación por parte del público y la crítica lo hicieron merecedor de numerosos galardones internacionales: Mejor Dibujante elegido por los lectores de las revistas 1984 y Comix Internacional en los años 1983, 1984, 1985 y 1990; Premio al Mejor Dibujante en el Salón del Cómic y la Ilustración de Barcelona en 1984; Yellow Kid otorgado por el Salón Internacional del Cómic de Lucca en 1990; Bulle D'Or en Francia en 1994. Sus trabajos han sido expuestos en distintas ciudades del mundo, sobresaliendo la realizada en el Centro Georges Pomidou de París, en 1997.
También desarrolló una fructífera carrera como ilustrador.