[
leer la parte anterior de la entrevista ]
3. La experiencia del Globo Editor
DA/LV
- Hablenos de Puertitas...
CT-
Puertitas era
una revista que armábamos los dibujantes, un diagramador amigo y yo.
Compramos algún material, tuvimos la oferta de Manara y publicamos
Puertitas Sex. La gente de Manara se había peleado con la
mujer de Cascioli porque decían que no les pagaba. Como yo conocía
personalmente a Manara, un día me llamaron sus agentes y me
preguntaron cuánto podía pagar por una historieta de Milo. Les di un
precio e hicimos el trato. En Puertitas no podía ofrecer ese
material así que saqué una revista aparte. En el número 8 o 9 ya no
teníamos más material de Manara, así que seguimos sacando material
de un italiano, pero la cosa era horrible. La editorial cerró cuando
me empecé a dar cuenta que tenía que poner plata de mi bolsillo. No
perdimos ni ganamos. Manteníamos una oficina, compramos una
computadora y pagamos las colaboraciones. La editorial se llamaba El
Globo Editor. Fue un lindo sueño.
DA/LV
- ¿Y ya no sueña con ser un editor independiente?
CT-
¿Por qué no?. A mí me encanta la edición. Aunque es muy sacrificado.
DA/LV
- ¿Cuál fue la política editorial de El Globo Editor? ¿Cuál era el
público de sus publicaciones?
CT-
No sé si teníamos una política, o en todo caso, la política era
“editar lo que se hace”. Todo el material era Saccomanno y mío y
comprábamos alguna cosa que nos gustaba o que nos parecía que nos
permitiría vender algunos ejemplares más. Por ejemplo, compramos
algunas cosas de Prado. Pero lo nuestro era más que nada un acto de
vanidad. “Nadie conoce nuestras historietas, hagamos una revista”.
Eso pensábamos.
DA/LV
- ¿Pero porqué no toma la posta de los editores ausentes?
CT-
Por el sacrificio. Me gusta, pero no sé si ahora quiero ser editor.
Lidiar con el papelero, el distribuidor, controlar que no te caguen
con los cheques... es un trabajo para el que no estoy preparado. Lo
hago si hay que hacerlo, pero no me reditúa placer en este momento.
Es mejor escribir.
DA/LV
- ¿Cuál fue la repercusión que tuvo Puertitas?
CT-
No lo sé. Nadie me hablaba de la revista Puertitas, todo el
mundo me hablaba de la revista HUM®. El mejor estudio de
mercado es el más barato: subir a un vagón de tren y ver qué lee la
gente. Si ves a tres tipos leyendo HUM®, ya sabés que la
revista es un éxito. Nunca ví a nadie leyendo
Puertitas.
DA/LV
- Quizás su público no viajaba en tren...¿cuánto
vendió el primer número?
CT-El
primer número 17.000 ejemplares, con una campaña en medios e incluso
un comercial en televisión. Fue un gran esfuerzo. La cerré vendiendo
4.500 ejemplares. Se salvaba con los reentapados. Era difícil
mantenerse en equilibrio. Como teníamos el depósito repleto de
material le vendimos mucho a un distribuidor de España que nos pagó
con material. Y entonces hicimos una librería, que me permitió
mantener una SRL. ¿Ustedes saben lo difícil que es sacarse de encima
una SRL? Tenés que pagar cinco años a un contador y después de no sé
cuánto tiempo te dan de baja. Yo usé El Globo Editor para la
librería. Hice una sociedad con Javier Doeyo, que en ese momento
sacaba su revista, “Cóctel”. Además pude reciclar a los dos
empleados de la editorial, inclusive ahora trabajan en la librería.
Por supuesto que mi parte la vendí en cuanto pude. Cuando comenzás
el negocio de una librería te das cuenta que es como tener un taxi,
si lo manejas vos, ganas mil pesos por mes, si lo maneja otro, ganas
trescientos. Encontré a un tipo que se dedicaba a vender figuritas y
quería una parte del negocio, al tipo le dicen “el bicho”, pero se
llama Fernando García...todavía está. A veces me pregunto: ¿para qué
quería una librería?. Y me alegra haberme deshecho de ella...no me
interesaba para nada.
4. El camino de la formación
DA/LV
-¿Cuál es el camino ideal que debe seguir un historietista?
CT-
Hay escuelas, pero ahora están devaluadas. Todos los dibujantes de
mi época salieron de la escuela Panamericana de Arte, que era una
buena escuela. Actualmente, cambió el sentido del porqué se hace una
escuela de dibujo. La mayoría abre una escuela o da clases porque
necesita unos mangos
extra,
esto no quiere decir que no haya dibujantes que enseñan por pura
vocación, pero son pocos. Otro problema es que la enseñanza, enseña
a dibujar los vicios. Acá no hay dibujantes que trabajen para el
mercado de Francia, un mercado con muchas exigencias. Ya están
hechos para mercados como el norteamericano, el español, a lo sumo
el italiano. Algunos jóvenes se están rozando con la escuela
francesa, es el caso de Bobillo. Pero él se avivó en una etapa en la
que estaba en formación. En cambio, los más viejos no tienen
retorno. Les mostrás las cosas pero no les entra. Un editor francés
te puede llamar para decirte que el sol sale del otro lado. A cuento
de esto, conocí a un psicoanalista de la CIA, una rareza total, y se
me ocurrió hacer una historieta con eso. El personaje llega al
aeropuerto de Berlín y toma un avión muy temprano a la mañana hacia
París. El dibujante dibuja un avión de Alitalia, el editor llama y
dice: «Alitalia vuela a la tarde, a la mañana vuela solamente
Lufthansa». Como en el cine, que hacen el editing de la
película,los franceses hacen lo mismo con la historieta. Que sea
dibujo la historia, no quiere decir que tenga que ser inverosímil.
Si haces una historia en Venecia, tenés que conocer Venecia o estar
muy pero muy bien documentado. Tenés que hacer un verdadero trabajo.
DA/LV
- ¿Y si la historia es ficcional y se desarrolla en una ciudad
inexistente?
CT-
Si haces todo irreal, llenalo de decorado. Hacé el decorado, tomate
el trabajo. Es una forma de ser obsesivo con la historieta,
puntilloso. Entender que el oficio es serio. Pero acá todo está
deteriorado. Los pibes no saben bien hacia dónde van.
DA/LV
-¿Es un problema de educación historietística?
CT-
Creo que hay un problema de educación hasta en los debates del
Congreso. ¿Vieron que hasta los discursos son chotos?. Caen en
lugares comunes. No dicen nada importante. Lo ves en los movileros,
en el cine, en la calle. Somos un país de medio pelo. Es lo que
tenemos.
DA/LV
- ¿Qué pueden esperar los jóvenes historietistas?
CT-
La nueva generación de pibes que hacen historietas no tienen medios
de expresión, pero tampoco los generan. Hoy por hoy nuestra tarea es
una tarea de secta. Vos sacás una revista a través de Colihue y te
leen los quinientos tipos que sabes que te van a leer. ¿Cómo hacés
para interesar a un público más masivo?...no tengo la menor idea.
Hace un tiempo me llamó un italiano y me dijo que quería una
historieta mía para ponerla en el visor de los teléfonos celulares.
¡Hasta aquí hemos llegado! Por ahí, se trata de eso, hacer que la
historieta circule por soportes nuevos, medios aún no desarrollados
completamente. ¿Porqué todo tiene que seguir en el papel?. La
posibilidad laboral de los más jóvenes, está afuera y adentro al
mismo tiempo. Podés editar allá y vivir acá, pero no a la inversa.
La tarea de autor internacional te hace perder identidad pero
trabajas. Es otra cosa. Inclusive te podés dar el lujo de editar acá
alguna cosa que te interese.
El otro día me preguntaba dónde ocurren mis historias y la verdad es
que no lo sé. Hay historias que son así: “día-ciudad” y no “Berlín a
las nueve de la mañana”. Yo siempre estoy tratando de vender
material de mi ciudad, pero es muy dificil. Hice una historieta en
Italia hace poco tiempo y me llama el dibujante para preguntarme:
¿dónde ocurre la historia? Y le digo “¡no tengo la menor idea!”. Me
parece que me abstengo de pensar en dónde pasan mis historias. Y eso
es dificil porque el lugar siempre es importante. Incluso, un lugar
como Buenos Aires.
5. La autoedición: sus límites y posibilidades
DA/LV
- ¿Qué es lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de querer
editar una revista propia?
CT-
Saber que seguro vas a perder dinero. Cuando yo editaba mis
revistas, siempre había alguna forma de conseguir adelantos del
distribuidor, es decir, conseguíamos financiación para el papel y la
impresión. La única vez que perdí dinero fue haciendo Puertitas
y Cybersix. Pero no me arrepiento de esa experiencia. No
sabría dar cifras exactas, pero creo que pusimos dos mil pesos y
recuperamos mil doscientos En resumen, lo primero que tenés que
tener en cuenta es que una revista la hacés por ego. Que autoeditas
porque es algo que te gusta mucho. En definitiva, es como dijo
Dolina una vez: uno se levanta minas para contarle a sus amigos.
Muchos que autoeditan lo hacen, levantar minas y contarle a sus
amigos. Lo que no es lo mismo que levantarte a una mujer y hacer una
revista por placer. Otros, autoeditan porque quieren ser en el
futuro como Kafka y otros simplemente autoeditan porque la
marginalidad los hace más libres.
DA/LV
- Si tomamos ejemplos de proyectos comerciales y masivos vemos que
muchos han fracasado. ¿Qué hace que las condiciones sean tan
adversas para la edición industrial de la historieta nacional?
CT-
El problema es que cayeron los lectores masivos. La fragmentación
del público hizo que muchos géneros desaparecieran o estén en vías
de extinción. Hoy sobreviven pequeñas revistas especializadas, los
fanáticos de la historieta las siguen, pero no se suma nueva gente.
Las historietas en algún momento de su historia perdieron la
brújula. No sé a quién podemos echarle la culpa. ¿A los autores? ¿A
los editores? ¿A los lectores? ¿Al mercado?. Todos en parte tienen
que ver con su caída. El mercado es impredecible. Nadie hoy día
puede decir: este producto va a funcionar. Cuando salió la revista
Anteojito, una publicación por la que nadie daba dos mangos,
se produjo un cambio. Nadie pudo adelantar el poder de influencia
que tenía la televisión sobre los chicos. Los chicos querían la
revista porque a Anteojito ya lo conocían en la pantalla.
¿Qué es lo que hace Billiken
inmediatamente
después?. Se nutre de la experiencia de Anteojito y vende
tres veces más con utilizando la misma fórmula. Es fácil, sólo había
que poner al Mono Relojero en la televisión y convertirlo en su
personaje de tapa. A las revistas de historietas nunca las hicieron
editores grandes, siempre fueron editores que vivían de las
historietas. Incluso editorial Abril que nació haciendo revistas de
historietas, el día que sacó la revista femenina Claudia
vendió sus títulos de historieta a otro. La editorial, se dio cuenta
que el mercado de la publicidad era rentable, que se recauda más
poniendo avisos que aumentando la tirada de ejemplares. Una empresa
pone su aviso en una revista para mujeres, no en una revista de
historietas. Las historietas nunca tuvieron avisos, a excepción de
aquellos del tipo: Academias para ser Detective.
DA/LV
- Entonces...¿cuál es la salida?
CT-
No voy a decir ninguna genialidad. Yo creo que hay que seguir
probando, algún día alguien hará un Eternauta. En El Eternauta
original leías, de algún modo, algo que estaba pasando o que iba
a pasar. Era una historieta liberadora. Creo que faltan historietas
liberadoras. Sin embargo, a pesar de todo, se ven historietas vivas
en muchos lados, el manga es un ejemplo de ello. Tiene cosas
notables. Los yanquis también siguen haciendo cosas interesantes.
Todos los productos de la serie Vértigo, Preacher, Neil Gaiman, Alan
Moore, Daniel Claws. Todos estos grandes autores trabajan fuera del
circuito de superhéroes, se alejan de esos temas remanidos y siguen
buscando cosas nuevas. Pero lamentablemente, acá no se hacen cosas
muy buenas. He leído algunas historias del Cazador. No me
gusta para nada. Caballero rojo es una parodia de los
superhéroes, no sé sí es en serio o en broma. Por ahí si fuera en
broma sería más divertida. Yo no podría escribir Cazador.
Evidentemente ellos saben ser efectistas porque la gente se
engancha. Por eso, y en última instancia, las cosas no tienen que
ver con que te lean mucho o te lean poco. Los peores episodios de
Batman deben ser mucho más leídos que los mejores episodios de Death.
Y eso no significa nada. O nada importante, en definitiva, para
dejar de hacer lo que te gusta. |