Los tres
grandes semanarios franco belgas que han canalizado el sentir de
sus respectivas poblaciones hacia la narrativa dibujada son por
orden de aparición Spirou de la editorial belga Dupuis cuyo
inicio data del 21 de abril de 1938 y que continúa vigente en
2004. Le sigue Tintin, también belga, editado por
Casterman a partir del 26 de septiembre de 1946 y nacido con la
evidente intencionalidad de dar soporte y continuidad al personaje
creado en 1929 por Hergé, cuya última edición (aproximadamente la
1.800, téngase en cuenta que se numera por años, esto es unos 52 o
53 tebeos por año) vio la imprenta el 16 de diciembre de 1980.
Este somero recorrido finaliza con el último de los tres clásicos,
el francés Pilote, amanecido un 29 de octubre de 1959
fundado por René Goscinny, Albert Uderzo y Jean Michel Charlier, y
editado a partir de 1961 por Georges Dargaud, antiguo editor de la
revista Tintin en su edición francesa. Su llegada supone
una inyección económica al semanario manteniendo intacto al equipo
creativo y garantizando su libertad expresiva, además de crear una
división para producir álbumes de cubiertas duras a imagen de los
éxitos de Casterman.
Goscinny y
Uderzo habían dado muestras de su calidad en los semanarios belgas
con obras como las protagonizadas por Luc Junior para Spirou
o por el indio Oum Pah Pah para Tintin. El genial Goscinny
además colaboraba con Morris en el serial Lucky Luke
(también en Spirou) a partir de la historia “Des barbeles
sur le praire” (# 906 a 929, entre 1955 y 1956) manteniendo su
colaboración hasta 1977 a lo largo de treinta y siete relatos
editados en varias editoriales incluida Dargaud en los semanarios
Pilote y Lucky Luke entre otros.
Fruto de unas
diferencias creativas con Dupuis, René y Albert, al que se le unió
Jean Michel, fundaron en Francia el mencionado semanario con tal
éxito que pronto compitió de poder a poder con las grandes
editoras belgas. Como es bien sabido, su estrella fue Asterix
que se mantuvo en la publicación hasta el número 708 fechado
el 10-V-1973.
Jean Michel
Charlier, nacido en Lieja en 1924, ha sido junto con Goscinny el
guionista más importante que ha tenido el cómic francés. Aunque
llegó a formar parte de un bufete de abogados, sus dos grandes
pasiones fueron la aeronáutica y los tebeos llegando a ejercer
como profesional en la realización de estos últimos en 1946 (de
piloto, en 1953). Escritor prolífico, son multitud las series que
llevan su firma que se inician con la titulada Buck Danny
(2-I-1947), dibujada por Victor Hubinon para el número 455 del
semanario Spirou con marcadas influencias de Milton Caniff
y en la que el propio Charlier era autor del dibujo de las
aeronaves. Entre las numerosas series que desarrolló para este
semanario destacan Les histories de l’oncle Paul, dibujada
por Eddie Papee desde 1-II-1951 en el número 668, Kim Devil,
de ambiente exótico, con dibujos de Gerland Forton en la edición
820 fechada el último día de 1953 y La patrouille des castors
en 25-XI-1954 (#867) con dibujos de Mitacq. Asimismo continúa
con la andadura del detective Jean Valhardi desde el número
704 fechado un 11-X-1954 para Eddie Papee (a partir de la creación
original de Jean Dolsy y Jijé inaugurada en 1941 y con álbum ya en
1953...). La enorme capacidad de trabajo de este escritor
infatigable le hace coautor de otras cuatro series más para el
mencionado semanario que son por orden de aparición las
siguientes: Thierry le Chevalier, # 989 en 28-III-1957
con realización gráfica del español Carlos Laffond, Marc Dacier
con dibujos de Paape en el 1059 de 31-VII-1958, Simba Lee,
a partir del 1138 de 4-II-1960 con escenificación de Herbert, y
finalmente Brice Bolt dibujado Aldomá Puig y publicado en
el número 1707 el 31-XII-1970.
En Pilote
difunde Charlier sus más conocidas y mejores creaciones en la
que tres de ellas son además sus favoritas. Michel Tanguy,
iniciada en el primer número (29-X-1959) y dibujada hasta 1966 por
Uderzo y posteriormente por Jijé –con el que se sentía más cómodo-
hasta 1977, reanudando el tema aeronáutico. Barbarroja (una
serie que nació con el título Le démon des Caraïbes),
nuevamente con dibujos de Hubinon para el que rindió un total de
dieciséis historias –además de una editada directamente en álbum,
“Le vaisseau de l’enfer”- comenzadas en el número 1 de Pilote
y finalizadas en el 470 (24-X-1968), plena de aventuras
trepidantes con una ambientación extraordinaria. Y Blueberry.
Pero la primera edición de Pilote todavía incluiría una
tercera serie, Jacques Le Gall (con Mitacq) de la que
escribió cinco episodios, acabando el último en el número 390 (13-IV-1967).
El guionista siguió dando muestra de su prolificidad y
versatilidad escribiendo otras series entre las que destacan
Rosine petit fille modèle con dibujos de Martial e iniciada en
el 14 (28-I-1960), Allo D.M.A. que se inicia en el 105
(26-X-1961) y cambia de nominación a partir de su tercer episodio
por el de Guy Lebleu, el nombre del protagonista, en el
número 289 y mantenerse hasta el 389 (6-IV-1967) rindiendo un
total de seis historias dibujadas por Raymond Poivet, para
finalizar con Tiger Joe de nuevo con Hubinon salida a
prensa a partir del 240.
Jean Michel
Charlier formó equipo con Albert Uderzo en un serial del que se
realizaron cuatro episodios. Llevaba por título Les aventures
de Belloy, y fue editado en la revista Pistolin entre
sus números 1 (febrero 1955) y 84 (agosto de 1958). Dicha revista
constituyó el primer intento del grupo formador de Pilote
de escindirse de Dupuis creando para ello la agencia de prensa,
publicidad e historietas Edifrance / Edipresse. Uno de sus
patrocinadores fue la empresa Chocolates Pupier y bajo su
patrocinio vio la luz la mencionada revista quincenal (además de
otra llamada Clairon que dependía de la agencia aludida).
Los tres primeros episodios del personaje Belloy se reeditarían en
Pilote entre sus números 133 (10-V-1962) al 200 (22-VIII-1963).
Pistolin, como personaje, tuvo una historia serializada en
los 36 primeros números de Pilote escrita por el propio Goscinny y
dibujada por Hughes.
Cuando en 1974
el semanario Pilote daba sus últimos pasos, Charlier se
retiró de la empresa que había cofundado para iniciar una corta
aunque intensa carrera como reportero televisivo creando una serie
de documentales que llevaban el título genérico Les Dossiers
Noirs. Con su proverbial amenidad y su inmensa capacidad
fabuladora desgranó a modo divulgativo grandes temas de periodismo
internacional como el asesinato de Kennedy, la biografía de Eva
Braun o el escandaloso affaire Stavisky entre otros. La relación
de Jean Michel con el medio televisivo se había iniciado en 1966
cuando escribió los guiones de la serie Les Chevaliers du Ciel,
dramatización televisiva de su obra Michel Tanguy, y aún
continuaría con la escritura de otros guiones para telefilmes
serializados o independientes.
Todavía
Charlier iniciaría dos lucidas obras muy relacionadas con el
teniente Blueberry ajenas ya al espacio Pilote. Entre
ellas: Jim Cuttlas para el mensual Metal Hurlant
entre sus números 44 al 46, entre octubre y diciembre de 1979
(pese a que sus primeras diecisieta páginas –tituladas
Mississippi River- fuesen publicadas en el mensual Pilote
número 25 bis fechado en junio de 1976 con temática exclusiva de
western) con un guionista en plena forma que revisita una
de sus argumentaciones más queridas cual es la Guerra de Secesión
estadounidense y el desarraigo subsiguiente que este avatar deja
como secuela en su protagonista. Recibió los honores de la
ilustración de un Gir desganado que se parece cada vez más a su
alter ego Moebius. Los siguientes episodios fueron escritos por un
Giraud voluntarioso pero poco capacitado para esa labor –como
sucedía cuando escribía los guiones de Blueberry- ilustrados por
Christian Rossi y editados en la revista A Suivre de
Casterman a partir de 1990.
Simultaneando
con la labor en Metal Hurlant, Charlier escribió los textos
de los dos primeros títulos de Los Gringos, realizados para
el semanario políglota Super As que publicaba la editorial
alemana Koralle con versiones en lengua germana, francesa,
italiana, holandesa y española. Entre los números 11 y 19 de la
versión francesa –inmediatamente después de la conclusión del
episodio de Blueberry “Nariz Rota”- aparecía la primera historia
“Viva la Revolución” (1979) y entre el 60 y 68 (1980) la segunda,
“Viva Méjico”, que antecedía el episodio de Blueberry titulado “La
larga marcha” (Super As # 69 al 72, 1980). De Los
Gringos todavía aparecerían cuatro episodios más fechados
desde 1992 a 1996 guionizados por Guy Vidal y publicados por la
editorial alemana Alpen los dos primeros y por Dargaud los dos
últimos. Las seis historias fueron dibujadas por el excepcional
Víctor de la Fuente y se ambientan en el Méjico de principios del
siglo XX en plena revolución Villista y Zapatista. En el quinto
título de enero de 1995, “Viva “Nez Casse”, o lo que es lo mismo
“Viva Nariz Rota”, el mismo Mike Blueberry tiene un destacado
papel como un anciano octogenario y constituye la única aparición
del oficial renegado fuera de la enmarañada franquicia creada por
Charlier y Giraud.
Pese a que la
posteridad no le va a conceder el prestigio y la gloria que sin
duda le otorgará a Giraud sirvan estas páginas para declararle un
sincero y emocionado homenaje. Murió el 10 de julio de 1989 y con
su desaparición el arte de la historieta mermó al perderse una
forma de narrar única e irrepetible, algo de su propia esencia.
Pilote
se mantuvo con su filosofía de hacer historietas comerciales
sacando al mercado continuos éxitos de ventas lo que terminó
coartando la libertad artística de sus colaboradores al
encasillarlos durante sus etapas más prolíficas (según el
particular punto de vista de ellos y ajeno por completo a la
concepción del cómic que tenía Goscinny). Goscinny, redactor jefe
y director del semanario, se ve obligado a dar un giro de timón
permitiendo a los copartícipes una mayor expansión artística, un
reconocimiento en los créditos y una actividad creciente en su
labor de cazatalentos, entrando en el equipo autores como Druillet,
Loro, Gotlib, Mandryka, Comes, Dionet, Tardi, Lauzier, Christin y
Bretecher, que en este semanario inician y prestigian sus
carreras.
La incierta
leyenda negra de Goscinny (y por tanto de Uderzo y Charlier) se
debe a la incomprensión de necesidad de libertad creativa de su
equipo y al rechazo que el mismo tenía al encasillamiento lo que a
la larga motivó la desaparición del semanario (en su edición
número 760 de 30-V-1974) y su remozamiento en mensual (número 1,
junio de 1974, hasta el 140, fechado en febrero de 1986) y que
pese a comenzar dirigiéndolo fue acuciosamente sustituido por Guy
Vidal.
Podría decirse,
desde un punto de vista estético, que el equipo Pilote se escindió
en dos publicaciones, donde los creadores se autoeditaban, gozando
además de un éxito llamativo durante algunos años. En 1972 Gotlib,
Mandryka y Bretecher fundan L’Echo de Savanes del que se
publicaron en una primera etapa ochenta y cuatro números entre
mayo de 1972 y enero de 1982. La segunda gran escisión se
materializa en 1975 con la creación de la editorial Humanoides
Asociados y su revista Metal Hurlant
(número 1 en febrero
de 1975, dilatándose hasta su edición 133 en julio de 1984) creada
bajo la inspiración de Moebius -ya completamente bifurcado de
Giraud- Druillet y el guionista Dionnet con los ocho primeros
números de periodicidad trimestral. Publicación de fantasía con
portadas de gran impacto gráfico y un regusto a filosofía
pesimista con tintes new age y humor negro.
Para terminar
de encuadrar el soporte estético y editorial de Blueberry se hace
concluyente hablar de su dibujante, Jean Giraud, nacido en 1938 en
Fontenoy-sous Bois (Francia). Cuando tenía 16 años fue a vivir a
México a resultas de los terceros esponsales de su madre con un
ciudadano de aquel país. Según declaración propia, el contacto con
el país azteca le despertó en todos los sentidos (sensoriales
sobre todo) y marcó su futuro, no sólo como dibujante de cómics,
sino como un ser bipolar (él mismo y Moebius) con ambas
personalidades realizando la misma labor aunque con filosofías
netamente encontradas. En 1961 entra a formar parte del estudio de
Jijé del que ejerce como ayudante en su famosa serie Jerry
Spring. Es
1963 su año del dragón al emprender la saga de Blueberry y
declararse su disociación con sus contribuciones como Moebius
(aunque no firma como tal) en el magazine satírico Hara Kiri,
siempre en la frontera de la permisividad censorial francesa. El
primer trabajo de Moebius como tal es el titulado La déviation,
publicado en primera edición en el semanario Pilote # 688
con fecha de 11-I-1973 pero con la característica de que en la
firma se vuelve a leer “Gir”, quizás por inseguridad o quizás
porque en Pilote no quería dar pábulo a su ya conocida
disociación.
Tras sus
colaboraciones en l’Echo des Savanes (la prestigiadísima
Cauchemar Blanc en el octavo número de julio de 1974)
desarrolla todo su potencial en Metal Hurlant donde su ya
personalidad principal (Moebius) genera ríos de laudatorias tintas
en sus primeras obras, Arzack (en los cuatro primeros
números), The long Tomorrow, escrita por O’Bannon en el
séptimo y octavo y siguientes colaboraciones como Ballade,
Le Mayor Fatal, o Les yeux du chat, su primera obra
con el excéntrico y de vez en cuando genial Alejandro Jodorowsky
editado como un coqueto librito de tirada limitada regalo para los
suscriptores de Metal Hurlant de 1978. Con este guionista
que además es literato, cineasta y filósofo realiza dos sagas más,
tituladas L’Incal (seis historias en Metal Hurlant
recopiladas en álbumes entre 1981 y 1988) y la divertidísima Le
Coeur Coroné (1992 a 1998) con tres volúmenes, el primero de
ellos admirable.
Su actividad se
ramifica hasta el punto de generar una intensa y afortunada
carrera cinematográfica realizando entre otras actividades propias
del oficio, el storyboard de Dune (1985, David Lynch,
tras el fracaso del propio Jodorowsky de llevar la extensa novela
de Frank Herbert al cine en 1975), colaborando en Alien (Ridley
Scott, 1978), Tron (1982, Steven Lisberger), Willow
(1988, Ron Howard), Le cinquieme element (1997, Jean Luc
Besson) o en la deliciosa película de animación Les maitres du
Temps (dirigida por Rene Laloux en 1982, inédita en España
salvo en su presentación en el II Festival de Cine Fantástico
de Madrid en 1983 y proyectada en doblaje simultáneo) donde el
protagonista Jaffar tenía un aspecto muy similar a cierto famoso
ex oficial de caballería.
El intenso
quehacer cinematográfico en las Américas le reporta el nombre
necesario para que su actividad como historietista sea
sobradamente reconocida estableciendo una relación doble con la
poderosa editorial Marvel. Esta empresa, además de publicar en
Estados Unidos buena parte de su obra, le promociona como
ilustrador de un guión de Stan Lee en uno de los trabajos más
peculiares de la carrera de ambos: Silver Surfer: Parabole
(1988, Epic). La elección es lo suficientemente afortunada para
encontrar un término medio, en absoluto artificioso, entre el
concepto de cómic de superhéroes de Marvel con la peculiar
filosofía de sectas o grupos ideológicos con las que el autor ha
gustado implicarse a lo largo de su trayectoria vital y que tantas
influencias le han reportado tanto en su modo de pensar como en su
labor como autor de cómics.
Durante la
década de los noventa su producción ha seguido siendo prolija y
cambiante -como su propia vida- alternando sus trabajos como Gir (Blueberry
y Jim Cuttlass), sus opúsculos acreedores de su
adscripción a sectas o grupos ideológicos en los que milita o ha
militado (serie de Edena con obras como “Les jardins
d’Edene” en 1988, “La déesse” en 1990, y “Stel” en 1994 entre
otras, anteriores y posteriores) o ilustrando guiones de su amigo
Jodorowsky, en donde se vuelve a apreciar el Moebius más prístino
(Trilogía Le Coeur Corone entre 1992 y 1998).
Jean Giraud
/ Moebius es uno de los grandes maestros vivos del cómic mundial,
de abrumador estilo, técnica cambiante y depurada, constructor
prodigioso de todo tipo de escenarios e inmensamente respetado en
el gremio de los creadores. Sólo con su actividad como Moebius
alcanza ese puesto de distinción. Al añadirle el firmamento de
Blueberry se le confiere una categoría mítica que muy pocos
historietistas han alcanzado.
sigue > |