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Conan no sólo es uno de los personajes más
emblemáticos de las historietas de espada y brujería, es el
epítome del género. Las características de los relatos
protagonizados por él lo convierten en héroe único, no por
singular, sino por inmejorable, a no ser que se caiga en la
imitación o el plagio. Otros héroes howardianos llevados al
cómic, como Kull o como el trasunto de dos de sus heroínas que
es Red Sonja, no carecen de interés, pero los imitadores de la
exitosa estela de Conan no han visto, o no han querido ver, el
potencial de estos otros personajes y por ello sus viñetas han
cosechado menor éxito.
Fuera de estas consideraciones, los
seguidores españoles de Conan, y por extensión de la fantasía
heroica, han disfrutado de cómics de bárbaros casi desde
tempranas fechas: las aventuras de Conan aparecen en España en
1972, en uno de las “Novelas Gráficas Marvel” que lanzó
Editorial Vértice, donde tan pronto se ponía en boca de los
personajes una verborrea cargante como se les añadían
adminículos anatómicos de todo tipo y grosor. Eran los tiempos
de los remontajes de las viñetas originales y de la ausencia del
color. Para algunos, tiempos de gloria, para otros, de oprobio.
Ediciones
Vértice.
Los
superhéroes habían llegaron a España temprano. Superman ya
aparecía en cuadernos de aventuras en los tempranos años
cuarenta, Popeye lo hizo en el tebeo bilbaíno El Pionero
(si es que se quiere considerar a Popeye como el primer
superhéroe) y Batman también visitó España poco antes de que la
censura les cortara el paso a él y al Chico Maravilla.
Las labores
de censura arreciaron en los años sesenta paradójicamente, y si
disfrutamos de los cómics de Marvel en España desde 1969 tuvo
que ser con la etiqueta de “historietas para adultos” y
recluidos en formatos estranguladores de la versión original.
Fue Ediciones Vértice la empresa que finalmente se atrevió a
adquirir las licencias pertinentes para editar tebeos de
aventuras y de superhéroes, y los destinó a un formato menor que
el original, sin color, en mal papel (casi pulp), sin las
portadas originales y con retoques en la obra de los autores
estadounidenses.
Así venía
procediendo J. Torra Más desde que en 1965 regentase el sello
Mundi-Comics, o Ediciones Vértice, decidido a editar cómics
producidos en el Reino Unido servidos por licencia (Mytek,
Spiderman, Battle Action) y luego en EE UU (de Marvel,
principalmente, aunque también de DC Comics y de otros sellos
editoriales). Fue E. Chimenos Vallverdú su mano derecha en aquel
ejercicio de “transformación” del formato original, puesto que
era mutilada la composición de la página del comic book, los
textos sufrían una traducción salvaje e irrespetuosa y se vendía
una edición, en general, indecorosa.
Los cómics de
bárbaros fueron promocionados por Vértice como un gran éxito
editorial en 1972 (coincidiendo con el premio concedido por la
ACBA a Conan the Barbarian ese mismo año), y sus editores
decidieron publicar casi simultáneamente una nueva colección de
libros de 128 páginas titulada Conan el Bárbaro y a
incluir una historieta de Kull en la colección, también de
libros de igual tipo, Superhéroes. La edición de estas
historietas venía avalada por algo denominado “La Marca de los
Cómics”, cuya producción mercenaria corrió a cargo de varias
manos, como las anteriormente mencionadas o las de L. Lión
Galán. Entre los colaboradores destacó sobre todos López Espí, a
quien se le encargó copiar las portadas originales americanas
con el fin de dotar a las colecciones españolas de una
apariencia homogénea. López Espí se lució sobre todo en las
primeras series editadas en España, los añorados libritos de 238
páginas (luego popularmente conocidos como “Volumen 1”) y las
cubiertas del Volumen 2, que fueron editadas con formato mayor,
con o sin grapa pero semejante al de un magazín.
P. Castillo,
Ortega y Blay Navarro fueron los traductores de las historietas
de bárbaros que Vértice publicó, pero sobre todos ellos descolló
Salvador Dulcet. En la rotulación también hubo muchos nombres
(M. Carmen Ruiz, F. Pujol, F. Sesen, Azpe, C. Taurá, Mario
Ramírez...) pero destacaría con creces la labor nervuda y
sobresaltada de Tunet Vilá, que también fue actor y dibujante de
historietas (¿quién no recuerda a Tumbita?) El editor que
orquestó las labores de estos trabajadores en las colecciones
protagonizadas por Conan y otros bárbaros fue siempre J.
Perales, que trabajó junto al resto de los responsables de
Ediciones Vértice en la redacción sita en Concepción Arenal, en
Barcelona.
Vértice
brindó al público un producto manejable y barato pero jamás fiel
a los cómics originales. En un principio, el formato cuyas
dimensiones eran de 15 × 20 cm. no dejaba otra opción que
guillotinar viñetas, “completar” su dibujo sin compasión y
embutirles pesados bocadillos de traducción excedida y
dramatizada. Con la llegada, en agosto de 1974 y en virtud de
orden ministerial, de los formatos verticales denominados
volúmenes 2 y 3, comenzó a respetarse el formato de las páginas
originales americanas, si bien no sus dimensiones, ni su color,
ni su traducción. Solamente al final de su trayectoria
editorial, hacia diciembre de 1980, se permitió Torra Más el
lujo de editar cómics en color: Spiderman sería el más
beneficiado con esta medida; de Conan solamente apareció en
color el volumen extraordinario Anual. Pudiéramos haber
podido degustar los cómics de Conan en color durante el
principio de la década de los años ochenta, pero Editorial Surco
(o Vértice Línea 83), no obtuvo los derechos de las colecciones
de bárbaros de Marvel y tuvimos que rabiar. Y aún más por cuanto
esos cómics siguieron editándose, muy reducidos en su formato y
con textos propios de un telegrama y un espantoso color, en las
cuatro ediciones que perpetró Editorial Bruguera en su
tristemente célebre colección Pocket de Ases.
Si en el Debe
de Vértice hemos de hacer la anotación de su mala edición, en el
Haber hay que corresponder con el reconocimiento de que fueron
los editores primeros de un material que generó aficionados por
miles. También en el Haber está el hecho –alejado de la
nostalgia– de que Vértice editó ciertos materiales de acuerdo
con su orden de publicación original, algo que en su primera
década de existencia no respetó Planeta Comic / Comics Forum /
Planeta-DeAgostini. El ejemplo más patente sobre esta
singularidad fue la edición que hizo Vértice de The Savage
Sword of Conan, fiel a la original en lo relativo a
contenidos literarios, ilustrados y de complemento, no obstante
la destinase a aquella suerte de cajón de sastre que fue
Relatos Salvajes. Artículos de Blosser, DeCamp, Carter,
Thomas (cerca de 20), portafolios de Fabian, Conrad, Buscema,
Giordano (55 en total), historietas de complemento de Black Mark,
Solomon Kane, Bran Mak Morn, Kull y Red Sonja (una docena) o
portadas originales de la revista americana (al menos 25),
fueron materiales que aparecieron publicados en Relatos
Salvajes y que no fueron rescatados luego durante las
coordinaciones editoriales de Mariano Ayuso y Antonio Martín.
A Vértice, en suma, le debemos el
reconocimiento de ser la primera editorial que publicó los
cómics de bárbaros de Marvel en España dando cabida entre sus
colecciones tanto a Conan, como a Red Sonja (desde 1973), como a
Kull (desde 1974), como a Bran Mak Morn (desde 1977), como a
Solomon Kane (desde 1974), algunos de los cuales no fueron
recuperados posteriormente. Y una de sus ediciones,
concretamente la llamada Relatos Salvajes, ostenta el mérito de
haber sido la mejor edición del magazín americano The Savage
Sword of Conan, pues reproducía su contenido íntegro
(historietas, artículos, portafolios, portadas), siempre y
cuando no se tenga muy en cuenta la calidad de reproducción y la
traducción de los textos, en bastantes casos deshonrosas.
Es
incontestable que Planeta-DeAgostini haría una edición mucho más
digna de los materiales de Marvel a partir de 1982, sobre mejor
papel (incluso mejor que el original), con mejores traducciones,
con respeto al color, con mayor atención puesta en la difusión y
la distribución... Pero es de lamentar que todavía hoy queden
bastantes contenidos de ciertas ediciones originales por
recuperar, sobre todo de las cabeceras The Savage Sword of
Conan y Kull and the Barbarians, y la
oportunidad de disfrutar los cómics con la continuidad y
sucesión con que fueron concebidos en su tiempo.
Planeta Comic / Comics Forum
El momento a partir del cual comienzan a
publicarse los cómics de Conan en España con cierto rigor y
respeto es cuando la Editorial Planeta (luego Planeta-DeAgostini),
y a través de la división Comics Forum, adquiere los derechos de
reproducción de The Savage Sword y, al poco, de Conan
the Barbarian, a principios de la década de 1980. Hoy mismo
estamos celebrando el decimoquinto aniversario de aquel
acontecimiento, que también fue el inicio del camino jalonado de
éxitos de la editorial de cómics más boyante hoy en España.
Al amor del
estreno en España de la película Conan el Bárbaro de J.
Milius, en 1982, una legión de aficionados acudió al quiosco
para adquirir la nueva y más digna revista La Espada Salvaje
de Conan y, al año siguiente, la continuación de las
aventuras de Conan procedentes de Conan the Barbarian.
Durante más de 20 años, la popularidad de estos cómics entre el
público aficionado español se ha mantenido asentada sobre esos
dos pilares; y a estas dos colecciones primeras le seguirían
nuevos rescates de series americanas de bárbaros que disfrutaron
de mayor o menor suerte en el mercado.
Los cómics americanos que durante estas dos décadas se fueron
traduciendo casi alcanzaron a editar todo el material original
americano basado en personajes de Robert E. Howard (por orden
alfabético): Bizarre Adventures, Conan, Conan Classic, Conan
the Adventurer, Conan the Barbarian, Conan the Barbarian Annual,
Conan the King, Conan the Savage, Conan vs. Rune, Creatures on
the Loose, Giant Size Conan, Graphic Novel, King Conan, Kull the
Conqueror, Kull the Destroyer, Marvel Featuring..., Marvel
Premiere, Marvel Super Special, Monsters on the Prowl, Red
Sonja, Robert E. Howard’s Conan the Barbarian, Savage Tales, The
Savage Sword of Conan, The Savage Sword of Conan Annual, The
Sword of Solomon Kane, las últimas miniseries de Conan…
Con todo ello
se fueron produciendo un buen montón de colecciones españolas,
editadas con seriedad por lo común: Conan, Conan (de
Barry Windsor-Smith), Conan (tiras de prensa), Conan
el Aventurero, Conan el Aventurero (libro), Conan el
Bárbaro, Conan el Bárbaro (nueva edición), Conan el
Pirata, Conan Rey, Conan y Bêlit, Conan. Antología / 15 años, El
Reino Salvaje de Conan, Extra Conan, Kull el Conquistador, La
Espada Salvaje de Conan, Los Mejores Autores Conan, Novelas
Gráficas Conan, Red Sonja, La Espada de Solomon Kane, Súper
Conan, What if?, What if? Conan el Bárbaro, las últimas
miniseries de Conan... Más de 600 tebeos diferentes
protagonizados por bárbaros.
Bárbaros de Planeta-DeAgostini
Durante los años noventa, Antonio Martín
quiso potenciar la línea fantasía heroica del Departamento de
Publicaciones Populares de Editorial Planeta-DeAgostini. Se
esforzó por idear nuevas ediciones de los personajes de más
éxito (léase Conan) y lanzar nuevas colecciones protagonizadas
por otros bárbaros, incluso producidos en España.
Seguía presidiendo la línea La Espada
Salvaje, la cual fue distribuida de nuevo con la distinción
en los créditos de Segunda Edición, que se caracterizó por ser
impresa en mejor papel y con una mejor reproducción de las
ilustraciones de cubierta. Al tiempo, algunas de las secciones
interiores (caso del correo, o algún artículo) fueron suprimidas
en la nueva edición y sustituidas por ilustraciones de autores
americanos entresacadas de las que habían ido quedando sin
publicar, bien procedentes de The Savage Sword o Conan
Saga. También se le incorporó un nuevo correo, a la altura
del núm. 60, conducido por Manuel Barrero, que duró hasta el
núm. 100.
También La Espada Salvaje fue el título elegido para editar en
España a la sustituta de The Savage Sword en los Estados
Unidos: Conan the Savage. Se diferenció en créditos como
La Espada Salvaje Volumen II, y a su término se siguió
con el Volumen III. Esta Espada Salvaje Volumen III se
nutrió de material producido en Europa, en la factoría de Marvel
Italia. Marvel Internacional, una división de Marvel Comics sita
en la península de la bota, adquirió los derechos necesarios
para seguir produciendo historietas del cimmerio con guiones y
autores europeos, sobre todo italianos y españoles, como Xavi
Marturet, Mike Ratera, Paco Díaz y Rafa López. La gestión de
estos materiales desde Italia llegó a alcanzar la producción de
15 historietas extensas de Conan que en España se recogieron en
los 15 números de La Espada Salvaje de Conan Volumen III,
hasta el año 2001 (en Italia no, sólo cuatro historietas vieron
la luz: dos en dos números de Conan il Conquistatore, y
otras dos en un grueso Speciale Conan).
Uno de los aplausos más merecidos de la editorial Planeta-DeAgostini
fue la de atreverse a editar los
veintiún números de Kull el Conquistador. La
colección, conformada por gruesos tebeos que fueron ilustrados
por Enrique Jiménez Corominas, reunía todos los comic books a
color de Kull publicados originariamente. Sus contenidos eran
heterogéneos, pero se consiguió darles cohesión y una estructura
elegante, convenientemente aderezada con artículos y
portafolios. Incluso se ofreció, en el último número, un encarte
especial que reproducía todas las cubiertas originales de todas
las series de Kull, con el aliciente de que llevó como portada
una obra de Barry Windsor-Smith que había quedado inédita en
Estados Unidos.
Pero el aplauso mayor se lo merece la nueva
edición de Conan el Bárbaro. Ediciones Vértice había
hecho de estos materiales pesadillas dibujadas, Bruguera los
había convertido en telegramas chillones y la primera edición de
Forum había trastocado la colocación de las historietas,
eliminado cubiertas y cortado episodios. Desde 1998 y con
asesoría editorial de M. Barrero (al igual que pasó con Kull
el Conquistador), se editó una colección nueva de Conan
el Bárbaro, desde el número uno, con un cómic original por
número, con aderezo ilustrado por autores españoles, con
secciones de texto atractivas, con interés por recuperar
ilustraciones y viñetas inéditas.
También la editorial se decidió a reeditar
los dieciséis libros de Conan titulados Súper Conan,
algunos de los cuales llevaron nuevos artículos y mejoras en la
edición. Y se recopilaron de dos modos las revistas de La
Espada Salvaje de Conan, en los retapados para su
distribución escalonada y estival, y La Espada Salvaje de
Conan Edición Coleccionistas, los denominados “tapas
rojas”, por su encuadernación en cartoné que reunía los números
de la revista de tres en tres. Pero no fueron los únicos álbumes
compilatorios de material anterior, también hubo lanzamientos
más atractivos y con la pátina de la novedad, como la colección
de libros en cartoné y con lomo redondo Los Mejores Autores
Conan (libros monográficos que recopilaban algunas de las
mejores historietas de los autores: Roy Thomas, Neal Adams, Gil
Kane, Ernie Chan, John Buscema, Alfredo Alcalá y Tony de
Zúñiga), o como el volumen La Aventura de Conan Antología /
15 años, que contenía algunas de las mejores historietas de
Conan de todos los tiempos y que no podían recopilarse en Los
Mejores Autores Conan (dibujadas por Brunner, Conrad, Niño,
Giordano, etc.)
Tras agotar las
posibilidades de editar materiales no publicados de forma
conveniente en el pasado o nunca antes traducidos (caso de la
colección Extra Conan, que recogía bajo una misma
cabecera casi todos los Conan the Barbarian Annual), los
únicos bárbaros inéditos en España eran los de Marvel Italia,
las miniseries últimas yanquis y los nuevos lanzamientos de
Cross Plains Comics. El material de Marvel Italia se publicó en
España convenientemente, en 15 revistas del Volumen III de La
Espada Salvaje de Conan, como ya se ha dicho, y desde luego
mucho mejor que en otros países europeos, bien que algunos de
los materiales desestimados por otros editores eran francamente
pobres. Para las miniseries últimas de Conan se eligió el más
cómodo formato prestige antes que una nueva serie,
Conan the Barbarian Vol. II o similar, por causa de la falta
de periodicidad de la salida de estos materiales en su país de
origen. Tanto fue así que quedó sin editar la última serie de
tres comic books publicada por Marvel: Conan. Flame and the
Fiend. De los lanzamientos de Cross Plains se hizo en España
una edición correcta, aunque no se adquirieron los derechos de
todos ellos, y los amantes de Sonja se quedaron sin leer la
última aventura de la hyrkania, así como los amantes del arte se
quedaron sin contemplar la obra maestra en que habían convertido
Worms of the Earth tras añadirle un exquisito coloreado.
Paralelamente, desde la redacción de Planeta-DeAgostini se
intentaba dar marcha al proyecto de editar una revista con
historietas de fantasía heroica de autores españoles y ajustarle
las tuercas a una maquinaria de producción de historietas nuevas
y originales de Conan desde España. El primer esfuerzo no
prosperó más allá de un puñado de obras que aparecieron
publicadas en algún número especial, como en lanzamiento único
Relatos Salvajes (con obras de J.R. Cano, J.C. Cereza, I.
del Rivero, M. Pallarés, M.A. Cáceres, Ramón, Barba, F.
Xalabarder, R. González, S. Saiz) y las colecciones con formato
revista que rescataba obras de espada y brujería con cierto olor
a alcanfor: Axa Mundo Salvaje (de Donne Averell y Enrique
Badía Romero) y Taar el Rebelde (de Claude Moliterni y
Jaime Brocal Remohí).
Para intentar consolidar la línea de fantasía heroica de la
casa, se abrazaron las producciones del género editadas por
Planeta-DeAgostini
Elric /
Stormbringer
(6 magníficos
números de Paul Craig Russell),
Fafhrf y el Ratonero Gris
(cuatro estupendos libros con formato prestige de
Howard Chaykin y Mike Mignola) y las
diferentes subseries de Magic. The Gathering (al menos 16
colecciones a modo de miniseries). E incluso se llegaron a
adscribir
a la línea de fantasía heroica, en algunos
catálogos, las obras más distanciadas del subgénero:
Tor,
de Joe Kubert, y el lanzamiento único Príncipe Valiente.
El proyecto de fantasía heroica “a la española” no fraguó. La
revista Relatos Salvajes no terminaba de arrancar, debido
a la cautela editorial de A. Martín, editor responsable de la
línea, y algunos de los proyectos que se fueron aprobando
acabaron publicados a modo de miniseries de comic books, algunas
de ellas bajo otro subsello de la casa, y como colecciones de
rescate. La relación no es muy extensa: Se reeditaron los 14
tebeos de
Andrax El Último Guerrero
y el libro Sarvan, ambos de Jordi Bernet y ambos posibles
de incluir bajo el marchamo “fantasía heroica española”. Luego,
los únicos tebeos sujetos exclusivamente a ese sello que fueron
publicados serían los comic books: Héroes (de Valentín
Ramón y Víctor Barba),
Fian, de R. González y Rebollo,
Fian: El rebelde, de los mismos, y Witchfinder, de
Mike Ratera. Y fueron adscritas a las líneas de fantasía heroica
las siguientes publicaciones: Gorka, de Portela y
Sanjulián, Crónicas de Mesene, de González, Guerrero y
Jiménez, el manga El Brazo de Dios, de Brocal Remohí, e
incluso el libro de ilustraciones de Brocal Remohí Fantasía
Heroica (mas, curiosamente, no se procedió así con la
parodia Groo ni con la edición que Planeta hizo del
Dax el Guerrero de Esteban Maroto, que en los catálogos
siempre fueron colocados aparte).
El último gran acierto de la editorial a la hora de editar un
material asimilable a este género fue Guerreros del Reino de
las Sombras, compilación de los episodios del mundo de
Weirdworld ideado por Doug Moench, más afín a la
fantasía de J.R.R. Tolkien que a la de R.E. Howard, bien es
cierto. Por desgracia sólo recuperó las historietas
dibujadas por Buscema, dejando de lado las maravillosas obras de
Mike Ploog y Alex Niño que les precedieron, y las más mediocres
que a posteriori publicó Marvel en Marvel Fanfare.
La sustitución de A. Martín en el puesto de
Director Editorial de Planeta-DeAgostini Comics y sus sellos
asociados dio al traste con todos los proyectos de fantasía
heroica en curso. Las historietas cortas de este género y
protagonizadas por Conan que habían ido produciéndose bajo
supervisión editorial acabaron complementando las páginas de
El Reino Salvaje de Conan. Las historietas de Conan
producidas sin supervisión editorial, como las producidas por el
Sword Studio, ni se contemplarían. Los autores interesados por
la fantasía heroica con proyectos en curso (R. González, M.
Guerrero, A. Jiménez, A. Vázquez, J. Bayarri, J.M. Pallarés, M.A.
Cáceres, P. Camello, los Lorente BROS.) acudieron a sellos
editores menores como Dude, MegaMultimedia y otros. Y se
quedaron en el archivo las esperanzas de editar las historietas
protagonizadas por otros personajes ideados por Robert E. Howard
como Kull, Bran Mak Morn, Cormac Mac Art, Almuric, etcétera.
La última producción de fantasía heroica de autor español que
respaldó Planeta fue la miniserie Witchfinder, de Mike
Ratera, quien también trabajó sobre la continuación para su
publicación bajo el formato comic book, aunque al final tuvo que
conformarse su autor con ver diseminadas sus páginas como
complementos de la revista de rescate de materiales El Reino
Salvaje de Conan, ya llegado el siglo XXI. Y la última
colección de fantasía heroica que editó Planeta, aparte de las
últimas miniseries de Conan producidas en Estados Unidos y de la
torpe creación de Rob Liefeld Warchild (de Maximun Press,
pero asimilada por el editor español a la línea de fantasía
heroica de la casa), fue la penosa colección Xena. Warrior
Princess.
En el momento en que escribimos estas líneas no sabemos si
Planeta-DeAgostini –u otra compañía editora– tiene interés por
rescatar los excelentes cómics aún inéditos de fantasía heroica
de Marvel
(de The Savage Sword of Conan, Kull and the Barbarians,
Marvel Treasury Edition, Conan Saga y la mencionada
miniserie Flame & the Fiend),
algunos otros cómics de espada y brujería publicados en los
Estados Unidos (los de Elric, por ejemplo, los de Epic
Illustrated, los magníficos pero contados lanzamientos de
Cross Plains), o bien la nueva serie de Conan que en Estados
Unidos acaba de salir publicada por Dark Horse.
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