|
Aquí no
podíamos ser menos, sobre todo habida cuenta de que el espectro
editorial no cubría con sus traducciones todo lo publicado en su
país de origen. Pero en España el fandom por lo
fantástico no afloró hasta mucho más tarde, en los sesenta, en
las publicaciones sobre ciencia ficción Dronte (de
Sebastián Martínez y Luis Vigil) y Cuenta atrás (de
Carlos Buiza), ambas de 1966. Luego, el movimiento de la afición
comenzó a medrar en publicaciones profesionales del tipo de
Nueva Dimensión (desde enero de 1968) donde se destinó parte
de su espacio a estos temas. Tras estos inicios, el fanzine
pionero en la fantasía heroica española fue el aparecido a
finales de los años setenta con el título Blagdaross. Iba
entonces dedicado a la “Expresión Fantástica”, según su editor y
director, Alberto Santos, quien tuvo el honor de ser el primero
en traducir relatos originales de Howard inéditos con
anterioridad. Ya se habían publicado historias de R.E. Howard en
libros de las editoriales Mateu, Bruguera o Lidium, pero en
Blagdaross se publicó por vez primera “El Dios Gris pasa”,
cuento del ciclo de Turlogh O’Brien (fue en su número
penúltimo, el siete).
Pasado un
tiempo, ya finalizada la década de los setenta, otras
publicaciones siguieron su ejemplo. Caso de Fan de Fantasía,
editada desde 1980 por José Luis González Lago, en cuyas páginas
hubo lugar tanto para los textos sobre el creador de Kull
(memorable el de Carlos Saíz Cidoncha “Conan-Kull: vidas
paralelas”, o el de Emilio Serra “R.E. Howard. Una escueta
semblanza”), como para sus relatos sobre el personaje de
esta colección “El cráneo del silencio” y “Los espejos de Tuzun
Thune”. O caso de Terminal, coetáneo del anterior e hijo
de los afanes editores de Lorenzo F. Díaz, donde apareció por
primera vez en España el relato “Los hijos de la noche”.
Fue el
mentado faneditor J.L. González Lago quien, en 1983 y bajo la
etiqueta de Tiempo Ediciones, publicó el libro La Canción de
las Espadas, obra Javier Martín Lalanda, colaborador de casi
todas las publicaciones que van asociadas a la fantasía heroica
en España desde los años setenta y posiblemente uno de los
mayores expertos en literatura fantástica del mundo. Tal libro,
hoy manual codiciado, daba cuenta de los héroes del creador de
Conan y Kull tangentes a la fantasía heroica, un concienzudo
repaso a todas y cada una de sus aventuras escritas, así como a
la figura de su autor y la plasmación de su obra en otros medios
de comunicación. Por fortuna, en breve el libro será rescatado
del olvido y editado tras haber sido revisado concienzudamente
por su autor.
De vuelta al
pasado de la afición española de fantasía heroica, recordemos
que en 1984 nació en Málaga el fanzine Berserkr, una
publicación de reducidas dimensiones pero de amplio contenido en
torno a los personajes que amamos y cuya trayectoria se amplía
más adelante.
Casi al
tiempo surgió Unlimited, editado por el murciano Juan A.
Jiménez Gómez, del cual se conocen cuatro números. Ésta fue la
primera y única publicación española que ha ofrecido una
historieta sacada de la serie de DC Claw the Unconquered:
“El Templo del Oráculo”. El héroe Claw, dibujado por
Ernie Chan, era aquí rebautizado el héroe como Serre, por ser
traducción de una edición francesa. En las páginas de
Unlimited se dio cumplida información de las publicaciones
americanas y francesas sobre bárbaros, se publicaron textos
sobre autores de fantasía heroica y relatos de autores españoles
entre los que destacaría el de M.A. García Giner “La trampa de
marfil”, al hallarse protagonizado por Conan.
También
paralelo en el tiempo a Berserkr fue el fanzine Avalón.
Su editor, Angel González Mirou, acogió en cinco números a
importantes firmas de la afición y se dio en sus páginas repaso
a grandes autores del fantástico ya desde el primer número, el
cero, con una “Bibliografía sumaria en castellano de obras de
fantasía” escrita por J.M.Lalanda y el editor. Prosiguió su
andadura con estudios sobre la obra de autores de la categoría
de Tolkien, Lovecraft, Poe, Blackwood, C.A. Smith, Derleth, etc.
En concreto sobre R.E. Howard apareció el interesante texto de
Ángel González “El Valle del Gusano (una ojeada al racismo
howardiano)”, y el poema de Eugenio Fraile dedicado a él “In
memorian”.
A finales de
los años ochenta, mientras otros fanzines hacían sus referencias
al género literario, hablaban sobre los cómics que lo adaptaban
(Bocatas, Sunday...), o se marcaban el tanto de traducir
algún relato inédito de Howard (como Tránsito, que
incluyó en su núm. 16 el cuento de terror “La cosa en el
tejado”, o Delirium Tremens, cuyos números 0, 1 y 2 nos
legaron la saga se tres relatos protagonizada por Cormac
Fitzgeofrey, “Aguilas de ultramar”, “La sangre de Belshazzar” y
“La princesa esclava”, así como el cuento de terror “Los muertos
se acuerdan”), o se hacía el primer intento de fundar una
agrupación sólida de aficionados al género, surgió un colectivo
gallego que puso en pie de guerra el fanzine Sword y
desarrolló en él una encomiable labor, de la que se tratará por
extenso. Al igual que se hará con Lhork, la publicación
que, como si relevase a la anterior, no permitió que quedase el
panorama vacío de publicaciones sobre este género. Sí hubo dos
excepciones notables: el fanzine Zero, que publicó una
historieta paródica de Conan obra de Mike Ratera en su núm. 6, y
el fanzine cordobés Androito Ke-ke Comics, que alojó una
corta historieta de Conan en uno de sus números de principios de
los noventa, el 4.
En 1992
Alberto Santos dio finalmente el salto a la edición profesional
con la revista
Cyber Fantasy,
que dedicó gran parte de su primer número a nuestro querido rey
Kull, traduciendo unos cuantos de sus relatos originales. El
número 2 lo dedicó por completo a otra creación de Robert E.
Howard, Solomon Kane, y allí se publicaron todas sus aventuras
poco antes de que J. M. Lalanda hiciese lo propio (pero mejor y
completando los escritos inconclusos) en el libro de la
colección Nueva Thule de Anaya
La aventuras
de Solomon Kane.
En los
últimos años, con
Lhork
y
Sword
presentes al
fondo del escenario de la fanedición, la presencia de la afición
a Howard no ha desaparecido. Antonio Lara puso en circulación el
fanzine
Opar,
dedicado a la Aventura, con mayúsculas, que en su núm. 2 publicó
“Por el amor de Bárbara Allen”, relato de Howard ambientado en
el Oeste pero con elementos fantásticos. En 1996 apareció el
fanzine madrileño
El Bucanero,
que en sus tres primeros números tradujo los cuatro relatos que
Howard escribiera sobre la espadachina Agnes de Chastillon, que
fue uno de los personajes del tejano en los que más se fijó Roy
Thomas para crear a la comparsa guerrera de Conan de todos
conocida: Red Sonja. Aquel mismo año de 1996, M. Fernández, M.
Saura, y los hermanos Lorente lanzaron
El hombre que
mató a Konan,
desternillante tebeo de grueso calibre y muy bien dibujado que
constituyó una de las parodias más interesantes sobre el
personaje homófono de Howard.
Durante la
segunda mitad de los noventa se avivó el fuego, El Boletín
publicó el fanzine a modo de libro
Barry Windsor-Smith:
El prerrafaelismo bárbaro,
obra de Manuel Barrero que glosaba mucho de lo referente a Conan
dibujado por este autor británico, y Alberto Santos
publicó el exquisito libro
Guía de la
Era Hyboria,
de J.C. García Herranz, que repasaba todo lo relativo al
personaje Conan y su mundo (y también su padre literario) pero
cuyo tratamiento de los cómics era muy desafortunado.
En los años
de entre siglos el
fandom
anduvo
desorientado, porque la calidad de algunos fanzines igualaba la
presencia de productos editoriales, y algunos lanzamientos
profesionales parecían hechos por fanzinistas. A finales de los
noventa vio la luz el libro autoeditado
Conan. Un
estudio sobre el mito
(Metrópolis
Milenio, Madrid, 1999), obra de León Arsenal, Eugenio Sánchez
Arrate, José Miguel Pallarés, Carlos Yáñez y Conner McLeod
(seudónimo de Ramón J. Campins), que profundizaba en el mito
Conan desde distintos enfoques, siendo el cinematográfico el más
acertado. Otros fanzines que fueron apareciendo desde finales de
los noventa fueron:
Sangre y
Acero,
fanzine muy bien cuidado sobre fantasía heroica, histórica y
épica en el que colaboraron José María Bravo Lineros, Eugenio
Fraile, Carlos Jiménez y Andrés Díaz Sánchez. Este último era
una buena pluma de fantasía heroica, tanto que terminaría
publicando su primera novela de genuina fantasía heroica
protagonizada por su personaje Skarrin Gunthar:
Los guerreros
sin rostro
(Timun Mas, 2003). El prozine
Magia & Acero
fue un
producto de la joven editorial valenciana 7 Monos obra al
completo de Jordi Bayarri quien nos contaba las aventuras
eróticas y fantásticas de las descaradas guerreras Ashla e Ihana.
Otra publicación con ínfulas profesionales fue
Renna
que vivió
dos números desde octubre de 2000 bajo edición del subsello Pin
Up’s
Studio
dependiente del sello zaragozano Burz Comics. Es posiblemente el
único tebeo de fantasía heroica protagonizado por una chica y
hecho en España. Su autor J.A. Rubio, se rodeó de otros amigos
maños para dibujar sus aventuras (Daniel Zarzuelo, Salvador
Molina, Yago, Daza, Braña, Velázquez) y del zamorano Alberto
Andrés Lopetegui; y hasta consiguió que López Espí hiciera una
ilustración y que el famoso George Pérez les dibujase una
cubierta. También prozine de fantasía heroica fue el publicado
bajo el sello Alakrán Cómics Group,
Gañán El
Bestiajo,
obra de Paco Nájera de vena paródica que estuvo acompañada de
buenos amigos (Oscar Martín, José Ramón Gallego, José Luis
Escalante, Joseba Acebes, Emilio Gallego, Jordi Bayarri, Rebote
y Nicolás). Acaso este último sea una de las producciones
fantásticas españolas más sobresalientes.
Los fanzines
de papel editados al estilo tradicional siguieron existiendo
cuando moría el siglo: La publicación cordobesa
Crónicas de
Acero
publicó
durante 1999 excelentes relatos de fantasía heroica de Andrés
Díaz Sánchez, historietas de Bernardo Reyes e ilustraciones de
Carlos Jiménez. La alicantina
La Espada
Bastarda
se estrenó
con textos sobre Kull el Conquistador, relatos de Robert E.
Howard y de A. Díaz Sánchez. El fanzine vallisoletano
El Centinela
desde el año 2000 viene ofreciendo noticias y cómics, pero el
plato fuerte son los relatos fantásticos de JJ Castillo, A. Díaz
Sánchez, M.A. Aijón u O.G. Yánez; y, lo mejor, el segmento
coleccionable central confeccionado por David García y otros:
“Mitología Howardiana”, una suerte de diccionario comparado de
términos de la cosmología de Robert E. Howard. que fue
ofreciendo por entregas una “Enciclopedia Hyboria”. El fanzine
cordobés
Phantasmagoric’zine,
de Jesús Chacón, desde el año 2000 ha venido publicando
artículos sobre Thor, R.E. Howard y relatos de Andrés Díaz
Sánchez (uno de ellos, ambientado en la Era Hyboria) e
historietas de espada y brujería de Alberto Muriel y José Marín.
Concluiremos citando la algecireña
Cimmeria. La
revista de la Era Hyboria
que funcionó
en el año 2000 eficazmente, con cubiertas en color y con edición
de Jesús Barony, que se rodeó de autores revelación como Juanjo
RyP, M.A. Cáceres, Pedro Espinosa o Antonio Rojo, quien publicó
allí una historieta de Conan
Algunas otras
publicaciones, no especializadas en el género de la espada y
brujería, también han venido incluyendo referentes a los
universos de Robert E. Howard. Caso de
Amazing Book
que en 2000 dedicó su número 3 a John Buscema y su Conan; caso
de la publicación bilbaína
Sassenach,
que publicó el relato de Howard “La tumba india” en su núm. 0,
en julio de 2001; caso del palentino
Black and
White,
que dedicó un número a Conan y los bárbaros y otro al
trogloditismo en el cómic; caso de
Los
Diletantes de Lovecraft,
que en 2001 reeditó un relato coescrito por Robert E. Howard,
Lovecraft y otros.
El panorama
de la fanedición fue menguando según las posibilidades de hacer
un “Conan español” se difuminaban en Planeta-DeAgostini, y
también desde que los aficionados enfocaron sus intereses hacia
la edición digital, donde desde el comienzo del siglo XXI se han
hecho algunas propuestas interesantes: Biblos
(http://www.dreamers.com/conan/),
del riojano Ramón J. Campins Yusta, con muchos relatos del
género;
La página de
Conan
(http://www.geocities.com/lapaginadeconan/),
del burgalés Rodrigo Pérez Miguel, con datos sobre autores,
cubiertas originales, filmes...;
Los
Manuscritos Perdidos
(www.dreamers.com/manuscritos),
del barcelonés Óscar Camarero Alejandro, con gran cantidad de
libros para descargar, manuales sobre cómo escribir y relatos a
porrillo (de toda la afición más sobresaliente, entre ellos:
Andrés Díaz Sánchez, Óscar Camarero, Sergio Mars, Jesús Chacón
Rodríguez, Gaizka Fernández Soldevilla, José María Bravo
Lineros, José María Acevedo Mesa...). Muchos de estos
aficionados han participado habitualmente en los foros
cibernéticos
Espada y
Brujería
y
Círculo de
Conan,
o en listas
de correo sobre el particular.
Lo más
reciente en el ámbito del fanzinismo ha sido la aparición, en el
premiado fanzine
Frenzy
(núm. 4,
de 2004), de la historieta "Las palomas del infierno", inspirada
en el relato de Robert E. Howard “Pigeons from Hell”, con
dibujos de David Lorenzo y guión de Francisco Calderón. Este
último, también ha sido autor del libro Conan, biografía de
una leyenda, que bajo el sello Dolmen Editorial, un libro
sobre la vida y tebeos de Conan de Marvel.
Repasemos
someramente algunos de los fanzines de fantasía heroica y con
dedicación a Robert E. Howard más importantes
[>]
|
|