La serie protagonizada por el personaje The Spirit fue creada como un encargo que una agencia –o syndicate- de prensa le hizo a un editor y agente de cómics. El jefe de ventas de la agencia de prensa Register and Tribune Syndicate, Henry Martin, a la vista del éxito comercial de los comic books de humor, aventuras, acción y fantasía nacidos en los finales años veinte y con gran impulso desde 1938, deseaba integrarse en ese negocio y vender comic books a través de los periódicos. Para ello contactó con Everett M. Arnold en 1939, editor de Quality Comics, que por entonces también funcionaba como agencia que servía viñetas, tiras e historietas a los diarios. Arnold puso a Martin en contacto con Eisner, que comandaba un taller –o shop- de cómics, el Eisner & Iger Studios, desde el cual elaboraban tiras para diarios y largas historietas para los comic books de Quality y otras empresas. Eisner comprendió de inmediato que esto suponía un riesgo pero también un aliciente: sus cómics pasarían a ser leídos no sólo por los chavales que se acercaban al quiosco, también por el público adulto que accedía al periódico. Eisner dejó, pues, el taller Eisner & Iger y comenzó a trabajar para este renovado formato de “comic book suplementario” que entonces fue denominado Comic Book Section (luego The Comics Weekly Section), y así debería de catalogarse.
Hay quienes han denominado a aquel tebeo inserto como The Spirit Section, pero el cuaderno de 16 páginas –en color- ofrecía aventuras de tres personajes, es decir tres series diferentes y no interconectadas: The Spirit, Mr. Mystic y Lady Luck.Esta última era una mujer intrépida que corría aventuras por todo el mundo, exotismo creado por Chuck Mazoujian y que ocupaba 4 páginas del cuaderno. Mr. Mystic era un detective de lo sobrenatural, un tipo de personajes muy popular en los pulps de los años veinte y treinta en los EE UU, y era hijo del autor Bob Powell, también pupilo de Eisner y a quien le correspondían otras cuatro páginas. Las siete páginas restantes –una quedaba para otras secciones- las ocupaba The Spirit, un aventurero justiciero y levemente enmascarado que emanaba de las propuestas de luchadores contra el crimen de la imaginería pulp:trajeados y pulcros, duchos en artes marciales, detectives asombrosos, algo apartados de la legalidad y operando en la sombra, con sede de operaciones oculta y amigos de los gagdets tecnológicos (epítome de Sherlock Holmes, Houdini, Steve Costigan, The Shadow, los Batman de las revistas de quiosco…).
La primera entrega de este cuaderno de historietas controlado por Eisner apareció el día 2 de junio de 1940. Pero no fue esta su única presencia en la prensa: la serie con sus aventuras se desarrolló paralelamente en los diarios en el formato de tira diara –daily strip- desde el 13 de octubre de 1941. Estas tiras cesaron el 16 de mayo de 1942, debido a la incorporación de Eisner a filas tras declararse la II Guerra Mundial. Desde esta fecha hasta diciembre de 1945 realizaron las aventuras de la serie The Spirit los ayudantes de Eisner: Jack Cole, Lou Fine, Toni Blue, Manly Wade Wellman, William Woolfolk y algún otro, ninguno de ellos acreditado, aunque las diferencias de dibujo y narrativas eran evidentes. Durante esta época, la serie discurrió por los canales más convencionales, con el personaje operando como mero agente de la ley en historias con algún viraje hacia lo romántico o lo detectivesco, pero sin mostrar ni un atisbo de innovación. El 23 de diciembre de 1945 Will Eisner se reincorporó a la Comic Book Section con una historieta de corte navideño titulada “The Christmas Spirit” (e intitulada con el tiempo: “Horton J. Winklenod”) y, al poco, volvió a narrar el origen del personaje (“Dolan’s Origin of The Spirit, en Comic Book Section, de 13-I-1946), tomando las riendas de la serie a partir de entonces, en lo cual tuvo capital importancia la intervención de Jules Feiffer como guionista, hasta el cierre del suplemento debido a la crisis del sector el 5-X-1952, temporada en la cual el personaje estaba ya participando en aventuras espaciales, a tono con los tiempos.
Las aventuras de Spirit no comienzan en un episodio principal o germinal desde el cual discurren el resto con una sucesión diacrónica. El personaje vive aventuras cuando arranca la serie y luego estas se suceden sin una sucesión pactada, fieles al sistema de serial: personajes monolíticos e inmutables, que se recuperan de un episodio a otro, que no guardan necesariamente memoria de los hechos concretos que suceden de una entrega a la siguiente. Solo a cierta altura de la serie comienzan a ofrecerse aventuras que se continúan una de la otra, con personajes que regresan (como Silk Satin, como Octopus) o como aquellas en las que participa Sand Saref, que discurren dentro de un arco argumental de varios episodios, nunca más de seis. Entre los grandes hitos de la serie hallamos algunos que no tienen necesariamente continuidad en siguientes entregas, como algunas destituciones (de Dolan, por ejemplo) que son recuperadas, o algunas celebraciones religiosas o civiles (bodas) que tampoco tienen una implicación clara para el personaje principal.
Acaso el único acontecimiento que sí implica una transformación capital en algunos de los personajes es la evolución de Ebony, de joven guasón y zompo de los primeros episodios, que representaba a los negros zumbones aceptados por la sociedad clasista y racista americana del periodo prebélico, a chico inteligente y arrojado, que pasó a ser considerado la mano derecha de The Spirit en los años cincuenta, en correspondencia con el lento pero exitoso proceso de integración racial de la población afroamericana en los Estados Unidos.
Algunos otros personajes que crecen según se desarrolla la serie son los femeninos. Ellen Dolan representa a la mujer ideal, la hija deseada, mujer virtuosa y novia fiel y eterna, que a lo largo del tiempo va madurando en función de la competencia que le plantean las muchas mujeres que optan a despertar el interés del enmascarado resurrecto. Pero si Ellen resulta atractiva por madura, mucho más arrebatadora resultará la intrépida Sand Saref, que al contrario que Ellen se revela enamorada de Spirit desde siempre y por esta dimensión levemente trágica del personaje se nos aparece como el más patente y humano de la serie.
El personaje central experimenta sorpresa cuando es ‘resucitado’ nuevamente para los cómics en los años sesenta. En las nuevas historietas que Eisner dibuja para los tebeos de Harvey Comics, en 1966 y 1967, Spirit conoce el espíritu antisistema que insufla el pecho de los hippies. Con ello, el enmascarado cambia un escenario por otro radicalmente, adoptando una postura de defensor de las minorías, los marginados y los débiles dentro del marco social, que viene a ser la representación del análisis que ya había hecho la periodista Marilyn Mercer en el New York (suplemento dominical del diario New York Herald Tribune, 9-I-1966), quien tenía a The Spirit por alguien que combatía al crimen en representación de la clase media.
El personaje volvería a protagonizar alguna aventura ligada a la serie principal pero siempre de modo excepcional: una historieta en Nueva York aparecida en el suplemento dominical del 9-I-1966 del diario New York Herald Tribune; un nuevo origen del personaje recontado para el primer número del comic book The Spirit de Harvey Comics (X-1966) y una historia sobre su archienemigo para el segundo número ("Octopus: The Life Story of the King of Crime", III-1967); varias historietas de un par de páginas para estos mismos tebeos, alejadas de la temática principal de la serie; historietas de nueva orientación aparecidas en la colección The Spirit -insistementemente denominada underground- de Kitchen Sink en 1972 y 1973 ("The Capistrano Jewels" y "The Invader"); alguna historieta de carácter especial para las reediciones de Warren (“The Christmas Spirit”, The Spirit Special, 1975); algún cameo en otras series o tebeos (The Spirit Casebook of True Haunted Houses and Ghosts, 1976, Vampirella #50, 1977, ambos de Warren) o, al contrario, participación de otros personajes y autores en una aventura del personaje construida como un ‘cadaver exquisito’ (“Jam” / “Waterfront”, en Will Eisner’s The Spirit, Kitchen Sink, 1981).
La serie fue continuada por otros autores, aún con Eisner en vida, en 1998, cuando Kitchen Sink lanzó la colección de talante homenajeador The Spirit: The New Adventures. Luego, el personaje aparecería como invitado ocasional en alguna serie (The Amazing Adventures of the Escapist, Dark Horse Comics) o como espíritu guía de otras (Greyshirt, en Tomorrow Stories, ABC Comics), Finalmente, ya fallecido el autor y con los derechos en propiedad de DC (y con la certeza de que iba a realizar una producción cinematográfica basada en la serie), se desarrollaron nuevas aventuras en una colección de comic books titulada The Spirit. Esta colección sigue en curso el 25-XII-2008, fecha de estreno de la película homónima de Frank Miller, cuyo argumento se separaba ampliamente de los dictados de la serie original.
En estas continuaciones Spirit es ya un personaje que mira hacia el siglo XXI, no tanto en la edición finisecular de Dark Horse, que hace un ejercicio de rescate del personaje que bascula entre el metacómic y la desconstrucción, pero sí la flamante revitalización de DC, en la que la serie adquiere pinceladas de actualidad, con villanos y agrupaciones enemigas más a tono con los tiempos, y con secundarios necesariamente reconstruidos, como Ellen Dolan, que da lecciones de sabiduría detectivesca o de conocimiento en el ámbito de las nuevas tecnologías a The Spirit y forma con él un equipo sólido de aventureros.
Pero el núcleo de las aventuras del personaje es el canon de historietas para Comic Book Section, que el estudioso Martínez-Pinna ha dividido en tres etapas claramente definidas (en Tebeosfera, Astiberri, 2006):
I- Época seminal, del 2-VI-1940 al 12-I- 1941: The Spirit es un enmascarado protagónico, que vive aventuras detectivescas con interés por mostrar sus acciones físicas y técnicas de deducción y detención, amén del interés por la tecnología del momento. La época termina con la movilización militar de Eisner.
II- Época movilizada. 19-I-1941 al 16-XII-1945. Mientras Eisner está movilizado, son sus ayudantes del estudio Jack Cole y, en mayor medida, Lou Fine, los que se ocupan de las entregas para el encarte semanal en los diarios. Es una época en la que el personaje experimenta evolución nula y sus guionistas y dibujantes apenas innovan.
III- Época Dorada. 23-XII-1945 al 5-X-1952. Eisner regresa del servicio militar y comienza la mejor época de la serie pues tanto gráfica como argumental como narrativamente Eisner se encuentra en su apogeo. Aparte de que se asocia con estupendos colaboradores, entre ellos Jules Feiffer.
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