EL CONOCIMIENTO, CAPITAL DEFINITORIO DEL CAMPO DEL PODER. Su aplicación en El Eternauta
Introducción
Este trabajo se enmarca en el proyecto de investigación "Historietas realistas argentinas: estudios y estado del campo", con sede en la Escuela de Ciencias de la Información de la Universidad Nacional de Córdoba. Tomando como referencias teóricas la teoría de Pierre Bourdieu, en especial su texto Las Reglas del Arte (1), y Roberto von Sprecher, a partir de su trabajo Modelos de sociedad y de agentes sociales en "El Eternauta" y "Mort Cinder", de Héctor Germán Oesterheld, hemos analizado las disputas que se producen entre protagonistas de El Eternauta, Primera Parte por definir qué tipo de capital conocimiento será no sólo la guía de estrategias de acción tendientes a comprender y enfrentar al invasor, dotado de un poder marcial y de un conocimiento inmensurable a ojos de los terrestres, sino también el capital que definirá la estructura del mando social, es decir, el poder.
Bourdieu considera que cualquier tipo de campo puede surgir en tanto y en cuanto haya algo en juego y gente dispuesta a jugar. A este respecto, la posición de un agente social dentro de un campo se define como el lugar que éste ocupa en relación con el poder específico que allí está en disputa, es decir, por su mayor o menor grado de posesión o administración del capital en juego. Por lo tanto, el autor considera posible la existencia de diversos capitales y no sólo el capital económico, aunque éste último suele ejercer presión e influencia sobre la lógica de funcionamiento de otros campos sociales en los cuales el económico no es el capital específico en juego.
El problema central del relato es una continua puja entre los seres humanos en la cual el peligro más letal no es el enemigo en sí, sino la ignorancia e incapacidad de conocer sus propósitos y objetivos. Y sólo con un habitus ajustado a esa necesidad cognoscitiva, se podrá delinear una estrategia de acción coherente con el objetivo último de sobrevivir.
Homenaje a El Eternauta y a Oesterheld, por los 50 años de la creación del personaje y 30 de la desaparición de su creador. Buenos Aires, 2007
A los fines del estudio, hemos dividido el espacio macrosocial de análisis de El Eternauta –que, parafraseando a Pierre Bourdieu, es un mundo social construido, en este caso de ámbito nacional, allende que la acción transcurra en Buenos Aires- en dos campos antagónicos: el campo de la invasión, compuesto por seres extraterrestres que atacan el planeta y, el campo de la resistencia terrícola, dividida principalmente en dos subcampos de relativa y variable autonomía y cuyos agentes presentan capitales –que funcionan como poderes- y habitus bien definidos –disposiciones a actuar de una forma más que de otra-: la corporación militar y los civiles.
Primeras páginas
Para describir el espacio de la resistencia humana y la evolución de sus estructuras externa e interna, dividimos el tiempo de la historia en cuatro fases temporales, para así poder representar las posiciones y relaciones, las trayectorias, capitales y habitus de los protagonistas más relevantes.
Las primeras secuencias del relato de Juan Salvo ocurren antes de la nevada. Cuatro amigos juegan al truco, como todas las noches, en el chalecito de Salvo, ubicado en los suburbios del Gran Buenos Aires, la mayor urbe de la República Argentina. Son agentes insertos en un mundo social que por entonces se mueve según las reglas de juego capitalistas, donde el campo económico tiene preeminencia sobre el resto de los campos que componen el espacio macrosocial. Por ende, las relaciones de dominación cultural y política están fuertemente determinadas por la propiedad de los medios de producción económica.
Cabe aclarar que en los años '50, la economía argentina experimentaba un sostenido crecimiento industrial. Las ramas fabriles de la metalmecánica, la petroquímica y la siderurgia requerían, entre otros factores productivos, mano de obra especializada. Además, existía un movimiento obrero fuertemente constituido, aunque en el plano político buena parte de las masas enfrentaron de forma no organizada y clandestina tanto a los regímenes antidemocráticos como a los patrones capitalistas aliados a los primeros.
La nevada mortal
De improviso, el orden social originario se quiebra. Fuera del chalet la gente se muere al ser tocada por una nevada fosforescente. Nuestros cuatro protagonistas, junto a Elena y Martita, esposa e hija de Salvo, sobreviven porque la casa está cerrada y aislada del exterior.
Con el espacio social general anterior destruido, se transforma la estructura del poder y dominación en la sociedad, que ya no estará regida por la lógica del campo económico. No obstante, existirá la posibilidad de reconversión de los capitales previos detentados por los agentes para hacerlos gravitar dentro de nuevas estructuras de una realidad social cambiante.
En este período de la historia no existen estrategias ni prácticas sociales de resistencia, porque el grupo no sabe a quién resistir. Sólo hay una "situación Robinson", una lucha por la supervivencia y por la adaptación, donde existió un doble enemigo: los humanos sobrevivientes extraños a los protagonistas y la situación climática.
La solidaridad dentro del grupo y el liderazgo del profesor Favalli, quien fue capaz de ajustar su habitus a la nueva situación objetiva y planificar con lógica científica la supervivencia, permitieron sortear las dificultades de la hecatombe. Sin embargo, ciertos agentes como Polsky y Lucas no lograron adaptarse y sus trágicos finales significan que no se puede sobrevivir aislado del colectivo.
La resistencia organizada
Con el avanzar de la historia, Juan Salvo, Favalli y Pablo se unen al ejército argentino en calidad de reclutas para hacer frente a la invasión, mientras que Elena y Martita se quedan en la casa. Entre los civiles se suman otros dos sobrevivientes: Ruperto Mosca, un historiador que toma nota de todos los sucesos y cuyo conocimiento se ciñe al saber enciclopédico no aplicado; y Franco, un obrero fundidor rico en conocimientos técnicos y estéticos.
La catástrofe no es natural, sino provocada y a partir de ahora los protagonistas no estarán aislados. La anomia general que caracterizó las dos etapas anteriores es superada y el espacio que inicialmente se constituyó como de supervivencia se convertirá luego en campo de la resistencia humana. En su estructura inicial, este espacio contempló la división entre militares, con rol dominante, y civiles de diversos estratos sociales, con rol de dominados.
Los militares impusieron su mando en virtud de sus capitales simbólico e institucional, que les daba autoridad para dirigir al frente humano. Luego, surgirá un período de transición estructural durante el cual la estrategia militar, defensiva e impróvida, contrasta drásticamente con la capacidad de resocialización que tuvieron los miembros de las milicias civiles, sobre todo los ocupantes de los puestos de vanguardia. Esto se debió a la posesión de una estructura de capitales como el conocimiento teórico-técnico, el saber popular enriquecido por la técnica aplicada, la visión antropológica acerca de la naturaleza del enemigo (2) y la capacidad psicológica e intelectual para hacer de la palabra un arma de lucha. Estos poderes, reconvertidos en un nuevo espacio social general, resultaron más adaptados al objetivo de resistir y permitieron al subcampo civil conquistar espacios, pese a su posición inicial dominada -aunque relativa y variablemente autónoma- respecto de los militares.
Posteriormente, en este largo y parcialmente exitoso camino de los protagonistas "tratando de identificar al verdadero enemigo que se revela esquivo y oculto detrás de seres de otros planetas esclavizados" (3), la corporación castrense reconoce su incapacidad estratégica para enfrentar nuevas formas de guerra con reglas de juego diversas a las prácticas marciales argentinas convencionales (4), y un nuevo salto en la historia se produce con la defección del Mayor del Ejército, quien hasta entonces tenía el mando.
El Eternauta
Una movida en el tablero del poder se produce tras el traspaso del mando por parte de los militares, y el protagonismo del disminuido frente humano recae en los tres protagonistas de las milicias civiles: Salvo, Franco y Favalli.
Frente al vetusto y errático habitus militar argentino, la implacable lógica científica de Favalli sumada al sentido práctico de Salvo y de Franco, permitirán a los humanos hacer diagnósticos rápidos y resolver al calor de la acción, enfrentando certeramente la realidad. Junto a la valoración positiva que Oesterheld realiza sobre el capital conocimiento técnico y tecnológico, podemos observar la existencia de una alianza entre civiles de diferentes estratos socio-culturales -intelectuales y obreros- (5), la cual se manifiesta a través del protagonismo colectivo: la afinidad de intereses entre Franco y Favalli los orienta, pues, a apropiarse del capital conocimiento del enemigo para reconvertirlo en un capital de resistencia humana. Allende lo dicho, los éxitos bélicos no hubiesen sido posibles sin los valores de solidaridad, cooperativismo y lealtad entre los humanos (6).
Finalmente, tras el regreso de los héroes al hogar para reencontrarse con Elena y Martita, hay un contraataque invasor efectuado a través de una sutil trampa: un informe radial habla de zonas de seguridad libres de la nevada. La huida hacia ese lugar lleva a la derrota, pero hasta en ese momento extremo, Favalli pone en juego su lógica implacable y su férreo valor de solidaridad para planificar su misma desaparición como ser humano. Junto a Franco y compañía, el profesor se sacrificará para salvar a su amigo Salvo y, de algún modo, intentar preservar la descendencia de la especie humana.
Salvo y familia logran escapar hacia una nave extraterrestre, dentro de la cual el ex teniente entabla una última lucha tecnológica donde pone en juego su capital conocimiento para descifrar sus controles, es decir, apropiarse intelectualmente de la tecnología alienígena. La derrota de la resistencia es total, en virtud del fracaso de la búsqueda del conocimiento que los humanos emprenden para entender y derrotar al invasor, pero al menos Elena, Martita y Salvo lograron librarse de la esclavitud. Éste último se convertirá en el eternauta, quien buscará a su esposa e hija desaparecidas.
Ideas finales
En este artículo hemos establecido un parangón entre las dos principales concepciones del saber en pugna durante la historia de El Eternauta.
El capital armamento actuó, durante el liderazgo de los militares en el frente humano, como vía de un capital conocimiento estratégico militar. Si bien el poder castrense demostró capacidad organizativa al principio, acabó revelándose invariable, anacrónico y obsoleto frente a una situación donde la velocidad de ajuste del habitus a los repentinos cambios era crucial para sobrevivir.
Por otro lado, el bagaje intelectual de los civiles, cuyo mayor exponente fue Favalli, tiene su origen epistemológico en una concepción más contemporánea del conocimiento, más relacionada con la práctica empírica, es decir, un saber abocado a la solución de problemas en la vida del hombre. Oesterheld, al colocar a este capital como el más atinado para apropiarse del saber que podía llevar a la salvación de la humanidad - que consiste básicamente en tratar de entender los propósitos del invasor y las novedosas estrategias y tácticas de guerra que plantea-, se adelanta al tiempo, pues concibe nuevas formas de aprehender la realidad poco valoradas en la época de producción de su obra.
El obstáculo clave para encauzar la resistencia orientándola manera más ajustada, fue político, desde el momento en que el polo del poder de mando social estuvo ocupado por la corporación militar.
Estimamos, pues, que la valoración social tanto del dominio práctico y tecnológico como de ciertos principios como el cooperativismo, la solidaridad colectiva y la empatía, es la base sobre la cual el autor sugiere que el hombre puede forjar un destino común libre de servidumbre y alienación económica, cultural y política.
NOTAS
1- Pierre Bourdieu, Las reglas del arte. Génesis y estructura del campo literario. Anagrama. Barcelona. 1995. Del autor hemos tomado los conceptos de espacio social general, campos, habitus, ajuste y desajuste, etc., que se usan en el análisis.
2- von Sprecher, Roberto H. "Discurso montonero en las historietas de Héctor Germán Oesterheld". Publicado en Astrolabio No. 4, Centro de Estudios Avanzados de la Universidad
Nacional de Córdoba. 2007. Podemos observar sobre el final de la historia la aparición de un "mano" –ser inteligente- que auxilió a los protagonistas humanos y ofreció una alianza con ellos, lo cual confirmó la certeza de la visión antropológica de Favalli, inclinado a comprender al invasor y sus intenciones como base para la acción. El profesor estimaba posible una estrategia de subversión por parte de seres extraterrestres esclavizados quienes, en caso de apropiarse y librarse de la tecnología de sus amos, los "ellos", podrían incluso llegar a unirse a quien estructuralmente ocupa una posición homóloga de poder en el espacio interplanetario, es decir, el frente de la resistencia humana.
http://www.astrolabio.unc.edu.ar/articulos/filosofiasocial/articulos/vonsprecher.php
3- von Sprecher, Roberto H. Arte desde los géneros y medios de comunicación masivos en Argentina: modelos de sociedad y de agentes sociales en "El Eternauta" y "Mort Cinder", de Héctor Germán Oesterheld. Fondo Nacional de las Artes. 1996. p.63.
4- Es dable destacar que las Fuerzas Armadas de otras naciones, como la aeronáutica francesa, se mostraron más ajustadas a la necesidad de utilizar medios más avanzados intelectual y tecnológicamente para enfrentar al enemigo. En este orden, el descubrimiento y la destrucción de las nubes alucinógenas por parte de Salvo y de Franco, y el combate psicológico-intelectual entre Favalli y el "mano" en el túnel del subterráneo, son ejemplos de la gravitación de estas subespecies de capital conocimiento.
5- von Sprecher, Roberto H. ob. cit.. p.164
6- "Todos necesitamos confiar en alguien. Martita y Elena confían en mí, lo mismo que Pablo y Mosca y los otros. Yo confío en Fava, en el Mayor, aunque sé que en el fondo, ellos son tan impotentes como yo", señaló Juan Salvo al fiel Mosca.