Francisco Solano López

Solano López nació en Buenos Aires en 1928. Como correspondía a su estirpe, pues era descendiente del presidente paraguayo del mismo nombre, inició carrera militar en el Liceo Militar bonaerense a temprana edad, tiempos en los que demostró pasión por el dibujo. Militar nada brillante, pasó luego al Colegio Nacional Avellaneda y a la Escuela Naval Militar, pero desistió e inició a continuación estudios en la Facultad de Derecho de Buenos Aires, que no concluyó. Decidió dedicarse a lo único que se le daba bien, dibujar, comenzando como ilustrador publicitario mientras se desempeñaba como empleado en el Banco de la Nación entre 1949 y 1953.

Decidió por fin dedicarse a la historieta, por entonces un mercado boyante en la Argentina y en 1953 debutó como dibujante en la editorial Abril, adaptando un cuento de Jack London, sobre guión de Julio Portas, que llevó por título “Frisco Kid”. Este trabajo se publicaría más tarde de su siguiente encargo, solicitado por el sello Columba: la historieta policiaca “Perico y Guillermina”, escrita por Nico Pons. Fue en editorial Abril donde conoció a H.G. Oesterheld, guionista con el que dibujó episodios de “Uma-Uma”para Rayo Rojo  y varios de “Bull Rockett”para la revista Misterix, lo cual fue suficiente para que entre ellos naciera la confianza y una amistad que duraría años. En 1955, Oesterheld le invitó a aventurarse con él en el lanzamiento de una nueva editorial, Frontera, donde Solano se fogueó en series de ciencia ficción aventurera como Joe Zonda, Rul de la Luna, para la revista Frontera ambas, Rolo el marciano adoptivo, para Hora cero, y las bélicas Ernie Pike y El cuaderno Rojo.

Desde el comienzo Solano demostró ser un dibujante prolífico y rotundo, goloso con las tintas y muy dotado para la caracterización, el encuadre y, sobre todo, para adoptar dinámicos ángulos para enfocar cada escenario; el acabado de sus viñetas parecía abigarrado, muy nutridas de tinta, pero era precisamente este estilo el que le convertiría en un autor singular. Hacia 1957 su actividad era muy intensa, puesto que dibujaba hasta seis series simultáneamente al mes para las revistas Hora cero y Frontera, siendo una de estas series El Eternauta, que había comenzado a aparecer en Hora Cero (semanal) el 4 de septiembre de 1957. Había sido Solano quien, atraído por el género de la ciencia ficción, había pedido a Oesterheld ser el dibujante de esta serie, llamada a convertirse en un hito de la historieta mundial por cuanto transformaba el relato tradicional de aventuras en un drama narrado a través de un personaje colectivo.

Cuando comienza la década de los años sesenta, la estabilidad del sello Frontera se resintió y Solano decidió trabajar para el mercado europeo, concretamente para el grupo IPC británico, con quienes comenzó a dibujar en 1960. En las revistas británicas Solano aplica lápiz y tinta sobre cientos de páginas de dinamismo puro, comenzando en revistas de género bélico: Air Ace Picture Library (para la que dibuja una treintena de historietas entre 1960 y 1969), War Picture Library, War at Sea Picture Library, Battle Picture Library y Thriller Picture Library. Mudó su estudio a España en 1963 para trabajar más cómodamente con los británicos y allí cultivó los géneros aventurero y fantástico, en publicaciones como Knockout (en 1962 “Kelly’s Eye”, que luego seguiría en Valiant; en 1963 “Kraken”), Buster (“The Drowned World” en 1964, “Toys of Doom” en 1965, “Galaxus” en 1966, “The Wizard of Football” en 1969, “World Wide Wheelers” en 1972, “Pete's Pocket Army” en 1972), Valiant (la serie deportiva “Raven on the Wind” iniciada en 1968 fue muy popular hasta mediados de los setenta), Lion (entre 1968 y 1970 inicio en sus páginas las series: “Murphy's Magic Mauler”, “Gargan”, “Stringbean and Hambone”, “The Fugitive from Planet Scror”, “Britain AD 2170” y “Sweeper Sam”), Smash (la también popular “Janus Stark”, en 1969), Thunder (“Thunder Eterno” en 1971) y otras en las publicaciones Jet y Scorcher and Score entre 1971 y 1974. En este mercado estuvo Solano trabajando hasta 1975, con alguna edición posterior.

Solano vivía en Roma cuando decidió regresar a Argentina en 1967 para fundar en Buenos Aires un taller o estudio de dibujantes desde el que resolver encargos para el mercado británico. De hecho, esta circunstancia es la única que explica la enorme prolificidad del autor en los cómics britanicos, pues aquellas páginas no las terminó él, se ayudó de un equipo de dibujantes integrados en ese talles, entre ellos: Ramiro Bujeiro, Tibor Horvath, Silvia Lechuca, los hermanos Julio y Jorge Schiaffino y Nestor Morales. Con ellos también dibuja para algún título local, como en Billiken en 1972.

En 1975 el sello Record le contrató para abordar trabajos en la revista Skorpio y entonces, por demanda popular, volvió a dibujar historietas de y sobre su país escritas por el gran Oesterheld, con quien abordó la continuación de El Eternauta en 1976. Ocurría esto en las páginas de Skorpio y en pleno clima de represión dictatorial, lo cual se transparentaba en los guiones de HGO, en esto momentos militante de Montoneros y contrario al régimen militar. Su hijo también es militante y, tras ser detenido éste y sufrir el estudio del dibujante un incendio aparentemente provocado, Solano decide salir de su país por seguridad, afincándose en España otra vez, desde donde terminó de dibujar El Eternauta II, aunque disconforme con la línea marcada por el guionista, y abordó la serie ideada por Ricardo Barreiro Slot-Barr, otra historia sobre personajes alienados en la que Solano mostró una evolución en su estilo, más estilizado ahora, y un turbador modo de dibujar a las mujeres, lo cual le abriría puertas a otros géneros y mercados.

Solano López deambuló por varios países durante los siguientes años. De España pasó a Italia y también estuvo en Brasil. Pero no dejó de trabajar. En estos años, toda la década de los ochenta, resolvió las dramáticas e inolvidables historietas editadas primero en España: Ana e Historias Tristes (escritas por su hijo Gabriel), luego La guerra del Paraguay, ya en 1980 la bélica Aguila Negra. En los ochenta, Solano López trabajó con el guionista Ray Collins para la revista argentina Nippur Magnum y con otros guionistas en viñetas que reflexionaban sobre la sociedad argentina tras la dictadura: Calle Corrientes, con guiones de Saccomano (para la revista Superhumor),y Evaristo, ésta con guiones de Carlos Sampayo y ambientada en la Buenos Aires de los años cincuenta.

En 1984, Solano López dio un giro a su carrera. Se trasladó a vivir a Río de Janeiro y comenzó a dibujar proyectos pensando en el mercado internacional. Fue entonces cuando abordó junto a Ricardo Barreiro las series El instituto y El Televisor, de gran éxito la primera de ellas, un drama pornográfico muy bien conducido por ambos autores y que triunfó de inmediato en Francia, Italia y España. En 1987 volvió Solano a trabajar para el mercado inglés, en series tan añoradas como Roy of the Rovers, en la cabecera Hot-Shot y en la mítica revista Eagle, en este caso con la serie Dark Angels, que dibujó entre 1990 y 1991. Es por entonces cuando comienza a colaborar con él un joven dibujante llamado Pablo Maiztegui, que le ayuda con las historietas cortas que realiza para la editorial italiana Eura y que posteriormente se convertirá en su guionista asociado firmando como "Pol".

Durante su afincamiento en Río de Janeiro fue cuando Solano López comenzó a publicar de manera constante con editores estadounidenses. Vio su nombre en los créditos de comic books desde 1986 en publicaciones como Dark Horse Presents, heavy Metal o Epix (ya en 1989) y en los noventa dibujó comic books de horror (Bram Stoker’s Burial of the Rats, del sello Roger Corman’s Cosmic Comics, 1995) y de pornografía, género con el que cosechó un gran éxito. Sus historietas eróticas obtuvieron gran popularidad en función de la voluptuosidad de sus chicas y por el atrevimiento de sus propuestas eróticas, lo cual le llevó incluso a las páginas de Playboy. El sello estadounidense Fantagraphics logró una gran proyección internacional de sus productos eróticos, tras haber colaborado con el sello en un cómic diametralmente opuesto en intencionalidad y contenidos: una magistral adaptación de la película de T. Browning Freaks, sobre guiones de Jim Woodring, en 1991, lo cual poco tuvo que ver con las siguientes obras suyas publicadas durante los años noventa bajo el subsello Eros Comix: la saga de Young Witches (la traducción de El internado) a la que añadió las series Empire of Sin, London Babylon y The Eternal Dream, o las sugerentes ensoñaciones mudas tituladas Sexy Symphonies, recopiladas en seis tebeos en 2001 por Eros Comix y muy difundidas por todo el mundo.

De regreso a Buenos Aires en 1994, desde allí desarrolló Solano sus trabajos para Fantagraphics, para otros sellos americanos como Dark Horse (dibujó a los personajes Alien y Johny Quest), y también se atrevió a continuar El Eternauta en 1997 junto a Pol para la obra titulada El mundo arrepentido. El personaje le siguió acompañando, pues en el final del siglo XX dibujó una tira para el diario Clarín titulada “Los eternautas”, desde 2003 aportó a esta saga una nueva serie de nueve entregas ambientada en un futuro lejano, y desde 2006 otra, de seis, titulada La búsqueda de Elena.

 

Mientras sigue publicando por todo el mundo, en Argentina han ido apareciendo libros recopilatorios de toda su obra, incluso de ilustraciones: Solano López. En primera persona (Ancares Editora, 2001), Solano López Sketchbook - 100 % Sex (Ancares Editora, 2002 y 2006), 45 Toneladas (Editorial Perfil, 2005), 50 años de Arte de El Eternauta (Ancares Editora, 2006), Rescate. Las historietas perdidas de Solano López (Domus Editora, 2007). Desde el año 2007 se viene ocupando de la conformación del nuevo sello Solano Ediciones y de supervisar el llamado “Universo Eternauta”, trabajando sobre guiones de Maiztegui. Tras su intervención en la película documental Imaginadores (Daniela Fiore, 2008), en 2009 Solano López ha visto editados tres libros recopilatorios de su obra en Argentina: Freaks, Rolo, el marciano adoptivo, y El día del juicio (publicada en origen en D’Artagnan).