Faro ataca de
nuevo. Casi sin dejar que el mes de febrero llegue tranquilamente a su
fin, ya tengo en mis manos el Anuario 2003. Después de publicar
Tanta tinta tonta y Tanta tinta t'unta, el Anuario
2003 se suma a éstos recopilatorios anuales de chistes a los que
Faro nos está acostumbrando y que poco a poco van creándonos una
insana adicción. Ya me temo lo peor si algún día no nos facilita la
dosis anual prescrita de chistes, tendremos el mono. Y será un mono de
monos.
Es un librito
delicioso que recoge las viñetas de Andrés Faro en el Diari de
Tarragona, acompañados por textos de Gustavo Hernández. O es al
revés? Ah, ¡con los libros de Faro, nunca se sabe!
El nuevo libro
introduce, empero, algunos cambios significativos respecto a los que
hubo en anteriores años. La edición es más sencilla, con menos páginas
y encuadernación en rústica; creo que puedo hablar en nombre de todo
un colectivo, el de los lectores voraces de chistes, y afirmar que si
bien lo de la encuadernación es un elemento que nos deja indiferentes
(tapa dura, tapa blanda, con tapa, sin tapa, o una tapita de calamares
a la romana, qué más da?), lo de las páginas menos, ay, sí que nos
duele: si las casi cien páginas del Tanta tinta tonta ya nos
dejaban con ganas de leer más, las 52 páginas de éste anuario saben a
tan poco que al terminar de leer el libro, uno tiene que conectarse a
la página web de Faro (www.e-faro.info) para chutarse una nueva
dosis de chistes de Faro en vena.
Otro significativo
cambio en éste libro es que faro ha cambiado de partenaire. Ya no es
Xavier Grasset que nutre el libro de prosa, sino otro columnista del
Diari de Tarragona, Gustavo Hernández.
De los artículos no
hablaré porque mi campo de acción no es la literatura, pero cabe decir
que son artículos simpáticos, bien escritos, que van deshilachando los
acontecimientos del año de forma más o menos divertida. Aunque yo le
reprocho a Faro que no se atreva a hacer el salto mortal y publique un
libro con sus chistes en solitario, sin estar arropado por un
escritor (aunque entiendo que hay condicionantes editoriales que
aconsejan no arriesgar nunca), debo reconocer que en algunos momentos,
la prosa de Hernández resulta incluso clarividente, como cuando
escribe, por ejemplo sobre
Carod-Rovira (sin duda, antes de la crisis que provocó su entrevista
con ETA):
«Carod
es el hombre de moda. Un político inteligente, un político que piensa.
Cuidado: un político que piensa puede sentar precedentes peligrosos.
Por supuesto que Carod piensa.
Con
un cabezón así, si uno no piensa es que es tonto.»
El libro está
dividido en doce capítulos, uno por mes del año. Y de modo cronológico
va recordando los más importantes hechos del año 2003. Que no son
pocos. Los políticos se llevan -como tiene que ser- la peor parte.
Pero es que se lo merecen. De todos modos, Faro tiene una gran
preocupación por la sociedad, y muchos de sus chistes están poblados
por personajes anónimos, con las preocupaciones de esos personajes
anónimos que cuándo dejan de ser anónimos es para ser los
protagonistas de alguna mala noticia. Otros de los chistes se refieren
a temas locales, pues no podemos olvidar que el publico natural de los
chistes de Faro son los lectores del Diari de Tarragona. Nada,
pues que hay de todo un poco, como un menú de degustación en el que
uno puede comer un poco de todo y hartarse de nada.
Faro es un gran
dibujante de chistes. Me remito a la reseña del anterior libro
Tanta tinta t'unta, y me ratifico en afirmar que el dibujo de
Faro es de una gran potencia grafica, con un estilo propio de trazo
limpio, claro y agradable, autor de unos chistes que enganchan, con un
humor amable, con olfato para el gag, y con un punto de ternura e
inteligencia. Y, por si fuera poco, cada chiste va rematado por el
"Farillo", que apuntilla con sus sentencias filosófico-jocosas
cualquier situación que se tercie.
Para ir acabando,
pues me han pedido unas pocas líneas y yo tengo tendencia a escribir
enciclopedias, quiero hacer mención de la apuesta de el Diari de
Tarragona al publicar éste librito. En una época en que las
empresas no arriesgan nada de nada, y si se pueden ahorrar algo, se lo
ahorran, es de agradecer que en el Diari de Tarragona hagan
éste regalo a sus lectores, que redunda en beneficio de los amantes de
los chistes y el humor y los garabatos. Aunque, a mi modesto parecer,
éste libro, para ser un libro de artículos ilustrados tiene demasiados
dibujos y para ser un libro de chistes, tiene demasiados pocos
chistes... Pero, en fin, contentémonos con lo que hay, que la cosa
podría ser peor. El libro es totalmente recomendable, para grandes y
chicos, y es, además, bueno bonito y barato. ¿Qué más se puede pedir?
Deseamos a Faro que
nos regale próximamente el Anuario 2004, y luego el 2005, y el
2006, y así hasta que seamos capaces de superar nuestra enfermiza
adicción a sus dibujos. |