TEBEOSFERA \ TEBEOTECA \ LIBROS \ ANTOLOGÍA

TANTA TINTA T'UNTA

Tanta tinta t'unta
 

Autores: Xavier Grasset y Andreu Faro

© 2003 Cossetània edicions: Tanta Tinta, # 2

Impresión: Formes Gràfiques Valls, SA

ISBN: 84-96035-32-8

 96 pp. | 21 X 22 cm. | rústica  |  b/n y color | PVP: 13,2 €

[ Cubierta del libro, obra de Faro ]


Comentario por Jaume Capdevila

Xavier Grasset y Andreu Faro vuelven a la carga. Después del éxito del primer libro que hicieron juntos (Tanta tinta Tonta, 2002), repiten la fórmula que les ha dado tan buen resultado. Jugando al filo de la actualidad (hasta el título no deja de ser un juego, pues “tanta tinta t’unta” en castellano sería “tanta tinta te unta”, haciendo referencia a la viscosidad y negrura tanto de la tinta como del chapapote), en casi un centenar de páginas hacen un repaso a los temas que han marcado el último año, muchos de ellos todavía presentes hoy en los medios de comunicación.

Andreu Faro Lalanne se ocupa de dibujar la viñeta diaria en el Diari de Tarragona, y en las revistas Claxon y Espai 7. Licenciado en química y profesor de ésta materia, también ha dibujado en otras publicaciones, como el Nou Diari, La Mañana o La Vanguardia, y ha ilustrado distintos libros como Terratarragona i l’univers, la História de Vila-seca, y El rescat de les cent donzelles. También podemos encontrar sus dibujos en la web de Humorália [http://www.humoralia.org]

Xavier Grasset Forasté, periodista, corresponsal de Catalunya Ràdio en Madrid durante casi una década, participó en diversos programas de la factoría El Terrat [http://www.elterrat.com/] en TV3, con lo que consiguió una gran popularidad. Conductor del programa “El món s’acaba” [http://www.catradio.com/cr/elmon/]en Catalunya Rádio.

“Tanta tinta t’unta” és un libro de humor bastante atípico. No es un típico libro de humor con textos ilustrados, ni un libro de humor gráfico con chistes al uso. Los textos y los dibujos se combinan de tal forma que casi se podría decir que son los chistes de Faro que están ilustrados con artículos de Grasset. No hay que dejar de tener en cuenta que en Cataluña, Xavier Grasset es un conocido periodista con un programa de gran audiencia en Catalunya Rádio y que ha participado en programas de gran éxito de la televisión catalana, de modo que se le puede considerar un autor mediático. Yo pienso que la aportación de Grasset al libro es la manera con la que el editor se asegura el tiro, aprovechando el tirón mediático del personaje, para vender más libros, aunque los chistes de Faro tienen suficiente calidad, interés y personalidad como para venderse en un volumen en solitario. El mercado es el que manda.

Vamos a hablar del libro. Prologado por un original dibujo-prefacio de Forges, el álbum está dividido en poco más de una veintena de capítulos dedicados cada uno a los más variados temas de la actualidad. Se trata de una selección de los chistes publicados a lo largo del último año en el Diari de Tarragona, por lo que las referencias a los temas de actualidad son no sólo inevitables sino necesarias. Por ejemplo en “No ho vegeu tot negre” (no lo veáis todo negro) el tema es el naufragio del petrolero “Prestige” y sus consecuencias; o en “Desorientat” (desorientado) se habla de lo que acontece en Oriente Medio. Ni el fenómeno de Operación Triunfo, ni la invasión de Irak, la situación del Barça o el polémico trasvase del Ebro se escapan de la crítica. Faro y Grasset reparten estopa a diestra y siniestra. Los que salen peor parados, como siempre, son los políticos, pero es que ellos se lo buscan, la verdad.

No me extenderé hablando de los textos de Grasset, pero cabe decir que son artículos de un humor resultón y sin complicaciones que juega con los tópicos y las palabras.

Los chistes de Faro, en cambio, merecen una especial atención. Faro es un humorista al que les aconsejo que no pierdan de vista. Posee  un gran olfato para el gag, a lo que hay que añadir una arrolladora potencia gráfica: a pesar de ser un dibujante autodidacta, es uno de esos humoristas que sabe dibujar y dibuja. Sin que se le note demasiado, ha procesado influencias tan diversas como los muñecos de Disney, las sátiras de los principales cartoonists americanos, así como el cómic europeo, entre otros; y aunque el resultado de combinar todos estos elementos bien podría ser un mejunje incomestible, Faro ha construido un estilo propio, amable, limpio y agradable. Porque ya en el primer vistazo, su dibujo engancha, gusta, funciona. Y esto es porque sus composiciones son, como ya he dicho, amables. Su grafismo no es nada estridente, nada violento, con lo que consigue que al lector le guste mirar sus monigotes. Y es que como todos llevamos un niño dentro, a todos nos encandila ver ese dibujo dónde las manos tienen cinco dedos, y los ojos están encima de la nariz y debajo de la frente.

Faro es un buen chico, y eso se le nota, aparte de en el estilo de dibujo, incluso en los chistes. Cuando va a caricaturizar cualquier situación, siempre se decantará antes por hacer risa que por hacer sangre. Y a mi entender, eso tiene mucho mérito. Además, como ya hemos dicho, es un humorista que tiene mucho olfato para el gag, hace que -sin serlo- los chistes parezcan fáciles, de esos que al leerlos uno piensa “¡Vaya!, ¡esto se me podría haber ocurrido a mí!”; logra que el chiste fluya y aparezca como el único resultado posible de la situación que nos plantea, por muy absurda que sea. Por éstos chistes, que son la mayoría,  le podemos perdonar su gusto desmesurado por los juegos de palabras, que incluso le han llevado a inventarse un monigote, el “Farillo”, con el que puede dar rienda suelta a ese torrente de juegos ortográficos con los que remata al juego gráfico de cada viñeta.

A quien pueda interesar, le contaré que resulta un ejercicio interesante observar los chistes de Faro, que han sido publicados en un medio local como el Diari de Tarragona y pensados para un publico local, y compararlos con las viñetas que aparecen en los periódicos de ámbito nacional. El punto de vista con el que se tocan algunos temas ofrece sutiles diferencias. Faro parte con ventaja, pues conoce a sus lectores y su sensibilidad es mucho más cercana a la de sus lectores que la que pueda tener, pongamos por caso, un dibujante catalán que dibuje en un periódico para toda España o un dibujante andaluz que haga lo mismo en un periódico editado en Madrid para toda la península. Y con esto no es que quiera entrar en la calidad de los chistes, sino hacer notar los matices de enfoque y tratamiento. Sin duda un dibujante catalán vivió la catástrofe del “Prestige” [http://www.gpx.es/humor/humor.html#] con diferente intensidad que un dibujante gallego; aunque la indignación pudiera ser la misma, y el resultado está reflejado en los chistes que dibujaron cada uno. Vamos, digo yo.

En éste punto, llega el momento en que la mayoría de gente que escribe sobre un libro de humor gráfico no puede sucumbir a la tentación de explicar alguno de los chistes: “es muy bueno ese en el que se ve dibujado un talibán que le dice a otro: -Oye, me ha dicho Bin Laden que...”, pero no. Yo estoy totalmente en contra de que se expliquen los chistes que alguien ha dibujado, pues si han sido pensados y dibujados para ser vistos y leídos, es injusto -para el autor y para el oyente- que alguien pretenda explicarlos con palabras. Y si bien muchos chistes mantienen su gracia aún si son explicados, hacerlo es -a mi parecer- una cosa tan absurda como intentar explicar un cuadro o una sinfonía. Les recomiendo que abran los enlaces de ésta página y que vean los chistes con sus propios ojos, que es lo que debe ser. Y si les gustan, pueden visitar la página web de Andrés Faro [http://www.e-faro.info/]

Y nada más por hoy.


VÍNCULOS (más artículos de Capdevila):

Humor gráfico en Cataluña: hoy, en Tebeosfera 030131


 [ © 2003 Jaume Capdevila, para Tebeosfera 030716 ]