3.
Historietas de crítica política. Historietas grotescas.
La
critica político / social se destacó en “Bosquivia”, serie
aparecida en revista SuperHum® protagonizada por animales
humanizados que representaban a personajes reales de la sociedad
argentina, en aquel momento dominada por un gobierno militar
autoritario. “Bosquivia”, ilustrada por el dibujante uruguayo
Tabaré, luego por Fortín, fue posteriormente continuada en revista
Magazine con dibujos de Saborido.
Caben bien aquí las afirmaciones del artista español Luis Bagaría,
quien solía decir que su intención en la caricatura era «humanizar
a los animales y animalizar a los humanos». Dichas palabras quedan
enganchadas a este maravilloso viaje por el mundo del humorismo,
con la época de la Argentina Revolucionaria, donde el padre
Castañeda realizó la primera caricatura conocida firmada,
convirtiéndose así en el primer artista argentino de humor con
copyright. El rebelde Castañeda dibujó a un burro rebuznando:
«¡Viva el rey!», y claro, solo a un borrico realista podía
ocurrírsele expresar tales palabras en tiempos del fervor
americano revolucionario e independentista.
Los
especialistas internacionales y los jóvenes compatriotas poco
informados que hablen de Bosquivia aludiendo a la
inspiración de Rebelión en la granja y patatín y patatán,
allá ellos. Los argentinos tenemos a nuestro Castañeda con su
burro y a los artistas anónimos que ilustraron las luchas por
independizarse de España, y posteriormente las primeras guerras
civiles argentinas, utilizando siempre animales como
protagonistas. Y es en ellos en quienes nos inspiramos y a quienes
continuamos en su labor creativa.
En
Bosquivia los protagonistas eran los animales humanizados
que representaban la sociedad argentina de aquel momento histórico
(años 1976-83) pleno de represión, violencia y atropello. Las
autoridades aplicaban la ley de la selva donde predominaba la ley
del más fuerte y en Bosquivia eran representados como
opresores los rinocerontes, gorilas y otros prepotentes animales
que tiranizaban a los bichos más débiles. También aparecían bichos
oportunistas y cómplices como los camaleones o los cerdos
burgueses, etc.
Esta historieta derivó de las diferentes caricaturizaciones que
los dibujantes y humoristas argentinos efectuaron de los
presidentes, las autoridades y los funcionarios gubernamentales
durante toda la historia argentina: el zorro, el burrito, el
peludo, los gorilas, la morsa, la tortuga. Sumaron a ello las
características animalizadas de la sociedad, que el acervo popular
incorporó refiriéndose a distintas personalidades, profesiones y
actitudes: los buitres y cuervos, las palomas y halcones, la
víbora, el caballo, el pato criollo, etc. Bosquivia era la cabal
demostración del manejo autoritario y arbitrario que sufría la
sociedad argentina. Bosquivia era la actitud saludable de la
crítica hacia el medio circundante, a través de la alegoría, el
humor y el simbolismo que todos comprendían.
Carlos Trillo en revista SuperHum®, se inició como asesor
creativo y llegó a encargarse de propia dirección, de la
orientación de la revista. Su labor fue destacada ya que estaba en
pleno auge la renovación de la historieta argentina, la cual tuvo
alcance mundial. Trillo permitió la expresión de dibujantes no
ortodoxos ni costumbristas, representando esa apertura en una
ampliación en lo temático con la inclusión de guiones menos
convencionales. También la mano de Carlos pudo observarse
tangiblemente por la apertura de un espacio importante hacia el
estudio crítico y la reflexión referidas a la historieta,
disciplina que Trillo cultivó con maestría junto con su brillante
amigo y colega Guillermo Saccomano. Estas grandes perspectivas se
vieron frustradas por decisión de la dirección patronal de
Editorial La Urraca, quienes decidieron politizar SuperHum®
al producirse la apertura política de la sociedad argentina.
Trillo no concordaba con esta intempestiva intromisión y dejó la
editorial. Posteriormente La Urraca editó Fierro a Fierro,
la excelente publicación de historietas dirigida por Juan
Sasturain y que llevó a la cúspide el trabajo de los artistas
argentinos.
El
dibujante Alberto Breccia, por ejemplo, luego de utilizar un
tratamiento historietístico convencional en sus primeros trabajos,
se fue deslizando hacia un lenguaje muy cercano a la plástica y el
expresionismo rosarinoporteño de Antonio Berni. Partió
desde él y lo incorporó a la historieta como un planteo gráfico
ideal para plasmar los guiones que le van solicitando. Berni
utilizaba el expresionismo a modo de protesta, haciendo hincapié
en la temática de hondo contenido social; Breccia, dentro de la
historieta, empleó dicho expresionismo concretamente para subrayar
y resaltar el ambiente dramático imperante dentro del género con
temática fantástica que estaba desarrollando. El trabajo con
Carlos Trillo lo encontramos ya netamente compenetrado en ahondar
aún más las características plásticas de su trabajo. Hansel y
Gretel, Blancanieves,
Cenicienta, La bella durmiente son los
cuentos infantiles que Trillo adaptó, en irónica versión adulta,
para que Breccia los ilustrase.. Alberto realizó cautivantes
creaciones en collage y vivos colores. Se publicaron en las
revistas Hurra y SuperHum®.
Alberto Breccia profundizó su arte sumergiéndose en una búsqueda
estética más personal, orientada hacia la plástica dentro del
marco historietístico. Perfeccionó su expresionismo y su
acercamiento a lo goyesco en trazos y personajes, clima y
ambientación. Trabajó en conjunto con Trillo en: “Donde suben y
bajan las mareas” de Lord Dunsany, en “La pata del conejo” de
Jacobs y en la historieta “Un tal Daneri”, un tipo bravo, pesado y
matón del barrio de Mataderos que se ocupaba de sucios crímenes y
de amargos casos de mezquinas venganzas. Se destacaba el
expresionismo de Alberto Breccia con sus paredones barriales
patéticos y grises.. Son algunos episodios: “El duelo”, “El
bagre”, “Ojo por ojo”, “Ojos dorados”, “La bruja”....
También la dupla Trillo / Breccia realizaron “El viajero de gris”,
“Mr. Valdemar” y otras historietas.
En
general, en la producción que efectuó Breccia para El Péndulo
se destacaba la total presencia de una atmósfera goyesca que
nos remitía a la imperante en las Pinturas negras y en
Los caprichos; así lo observamos en “La corte de los milagros”
escrita por Carlos Trillo. Por esa vía, el expresionismo que
Alberto siguió experimentando lo llevó hasta abrevar en el
mismísimo y genial padre fundador de estos climas y ambientes,
Goya.
Trillo trabajó con un Alberto Breccia netamente experimentador en
la historieta “Buscavidas” perteneciente a la revista SuperHum®.
Allí se desarrolló una temática oscura realizada con dibujo no
convencional; en las imágenes aportadas por Breccia se observaba
una búsqueda plástica: deseaba reflejar en los personajes la
textura visual áspera, porosa, rugosa de una escultura. El
expresionismo de Alberto fue llevado a su cota máxima, buscando
plasmar la textura escultórica con blancos y negros a pleno
semejando un enfoque de rasgos caricaturesco / grotescos.
Estos últimos personajes realizados por Breccia nos remitían hacia
el tratamiento historietístico experimental anticipatorio que
efectuaron durante el siglo XIX los primeros dibujantes argentinos
que practicaron la narración gráfica en secuencias, la cual
todavía no había sido “inaugurada” oficialmente en los Estados
Unido pero que ya existía en todo el mundo y se plasmaba con mayor
rigor plástico que en las tiras cómicas iniciales.
Cito la página de Eduardo Sojo titulada “Historia negra... y
sotanesca”, aparecida en la revista Don Quijote en 1886 y
que es una historieta hecha y derecha. Era un relato en
“secuencias con consecuencias” de nueve viñetas en tres tiras (a
razón de tres encuadres por tira) con didascalias, o sea texto al
pié en verso que separaba cada viñeta de la siguiente. Si bien las
tiras no se hallaban enmarcadas, las viñetas estaban perfectamente
encuadradas formando una auténtica secuencia historietística y
humorística. También es importante observar el uso de iconemas:
signos gráficos que muestran sensaciones o sentimientos, tan caros
a nuestro género. Esta página automáticamente atañe a
realizaciones de Alberto Breccia como “El otro yo del Dr. Jekyll”
y otros trabajos contemporáneos del autor.
Las
primeras tiras cómicas diarias consideradas como “oficiales” por
muchos estudiosos aparecieron en la prensa estadounidense ya
certeramente elaboradas, encuadradas y sintetizadas pues, en
realidad, fueron producto de la evolución de aquellas
experimentaciones gráficas; experimentación que siguió su curso y
que halló en Breccia uno de sus más destacados cultores, quien
paradójicamente, al buscar su propio camino expresivo,
absolutamente contemporáneo, lo llevó – notablemente - a asemejar
su arte con el de aquellas manifestaciones originales
preoficiales.
No
debemos olvidar tampoco en Breccia su clara identificación con el
género grotesco rioplatense, el cual se desarrolló en la plástica
y el dibujo tanto como en el teatro y, en menor medida, en el cine
argentinos. Fue en el ámbito teatral donde el grotesco denominado
bonaerense, porteño, criollo y / o rioplatense se convirtió en un
género muy importante, clave para nuestra cultura. No hay que
buscar tantos antecedentes ni influencias foráneas en artistas de
tanta personalidad como Alberto, tan cabal representante de la
sociedad que lo vio desarrollarse. Yo diría que tanto el pintor
Fígari como el dibujante Diógenes “el mono” Taborda (ambos
uruguayos) estaban contenidos dentro de la magna y universal obra
artística brecciana..
Nos
dice la teoría que la historieta es una forma de narración y que
tiene la particularidad de valerse de dos tipos diferentes de
medios expresivos: las imágenes o dibujos por un lado y la palabra
por el otro, que transmite el contenido del relato, los diálogos,
pensamientos y reflexiones. Por lo tanto resulta una expresión
híbrida, compuesta por lenguaje visual + lenguaje verbal. Y si las
tiras están bien logradas, las ilustraciones generan una cadena
asociativa con su propia mecánica que hace volar al lector mas
allá de la narración explícita, pues los personajes insertados son
ficción y por ello nos permiten despegar de la realidad concreta.
Pero, como ya vimos, la historieta no es una simple mezcla o
combinación de géneros, es la unión indivisible entre dibujo y
texto, hasta en una historieta muda, que narra en silencio.
También los dibujantes nos dicen lo suyo. Adolfo Mazzone considera
que existen dos tipos de dibujantes: los transportistas,
ilustradores rutinarios que copian las ideas y estilos con mayor o
menor suerte, y los creadores, quienes con su propia personalidad
enriquecen las historias y los personajes protagonistas de ellas.
Alberto Breccia es el paradigma de los dibujantes creadores y en
la adaptación del cuento “La gallina degollada”, que escribió para
él Carlos Trillo, la historieta alcanza los más altos niveles de
calidad, expresión y creatividad; y si llega a estas alturas es
porque «la jerarquía no está en los géneros sino en los creadores»
(Juan Sasturain). Y los creadores en cuestión son los uruguayos
Horacio Quiroga, Alberto Breccia y el argentino Carlos Trillo.
“La
gallina degollada” aparecida en la revista Fierro núm. 8 en
abril de 1985, en la página 78, es una extraordinaria historieta,
una de las más notables jamás realizadas y la mejor adaptación
literaria sin lugar a dudas. Trillo relata escuetamente la
historia a través de cortos diálogos, frases mínimas y monosílabos
claves, dejando que el dibujo narre toda la acción. Breccia, en su
nivel superlativo, la dibuja con estilo expresionista que resalta
el horror y las sorpresas (y fundamentalmente todo ese efecto de
la sorpresa final) que provoca el relato original de Quiroga, ese
genial y atormentado escritor uruguayo, compatriota del también
genial dibujante Breccia.
Trillo respeta a Quiroga en su exigencia de síntesis y
condensación de gran severidad, lo mismo realiza Breccia con su
dibujo: caracterizar personajes, colocarlos en ambiente, arrancar
al lector del desgano habitual, interesarlo, impresionarlo y
sacudirlo.
Es
una historieta escueta, casi silenciosa. En donde la solitaria
palabra “mamá” adquiere una connotación fundamental pues la única
persona que jerarquiza dicho vocablo –Bertita- es quien
protagoniza la tragedia y su grito de socorro: «¡mamá!» estremece
el corazón de su madre y también el de cada lector.
Los
recursos tipográficos están utilizados sobriamente. Las diversas
intensidades de la voz indicando matices del relato son ilustrados
aumentando de forma somera, apenas ligeramente el grueso de la
grafía, dentro de un contexto severo. Los escasos diálogos y las
expresiones vocales de los protagonistas son expuestos en globos
cuadrangulares, secos, los cuales concuerdan perfectamente con la
seriedad dramática que impone la historia.
No
hay onomatopeyas ni preciosismos que distraigan al lector; nada
sobra, nada falta, el dibujo lo cuenta todo y cuando es preciso
aparecen las palabras que son claves y fundamentales: «rojo»,
«mamá», «hija» que simbolizan “sangre”, “terror”, “dolor”. Es una
historieta contenida y a la vez muy dinámica, cuyo tempo narrativo
se acelera hacia el final cuando se desencadena la tragedia.
Al
ser “La gallina degollada” una historia truculenta en su mismo
origen («una Obra maestra del horror familiar, fábula tenebrosa
sobre la niñez y el parentesco» según Ricardo Piglia), Trillo y
Breccia, al optar por una adaptación más cerebral y no
historietística (sin onomatopeyas ni gritos ilustrados en zigzag,
sin escenas detalladas explicitando la tragedia cuadro a cuadro,
golpe a golpe) cerraron filas en torno a un estilo basado en la
ilustración sobria en secuencias, dejando de lado los tan mentados
y, a la postre, tan contaminantes recursos identificatorios de la
historieta. Si la hubieran adaptado al más puro estilo género
negro, o sea como Torpedo, el resultado final hubiera sido
rutinario, una exhibición de atrocidades como suelen mostrarnos,
siguiendo las convenciones del género negro, Bernet y Abulí. En
definitiva Trillo / Breccia adaptaron una obra literaria de
Quiroga con un concepto historietístico estéticamente adulto,
serio y contemporáneo e impusieron nuevos parámetros artístico /
creativos.
4.
La aventura.
«La
AVENTURA es un valor, una alternativa para vivir y dibujar porque
pone en movimiento valores absolutos; el cuerpo la emoción, los
sentimientos, la ternura» (Sasturain), y también: «La historieta
cuando está bien hecha crea complicidad entre el lector y el
dibujante, estimula a pensar, a imaginar lo que el
dibujante
insinúa» (Alberto Breccia). Uniendo estas dos afirmaciones
obtenemos como resultado la Aventura en su máxima expresión: la
serie Alvar Mayor de Carlos Trillo y Enrique Breccia.
Alvar Mayor es el gran personaje universal por antonomasia de
Carlos Trillo, se lo considera hecho de la misma sustancia
inherente a la leyenda. Como relato de todo buen escritor
argentino, Alvar está basado en textos que fundamentan la cultura
occidental (incluyendo también a la República Oriental del Uruguay
de Alberto Breccia).
Se
vislumbra en su trama la presencia de mitos reales y mitos
literarios, encontramos tanto al poema caballeresco como la novela
romántica moderna y por supuesto la épica de la historieta
argentina y sudamericana no está ausente, hermanándolo con Nippur
de Lagash y Dago, héroes inmortales desarrollados por la brillante
pluma del gran guionista paraguayo Robin Wood (Ñande chámigo porá
tiene payé). También están presentes espiritualmente en las
historias de Alvar Mayor: Homero, Dante, Ariosto, Rabelais,
Cervantes, Shakespeare, Goethe, Melville, Hemingway; en una
palabra hallamos a Borges y a Cortázar, y a tantos otros
argentinos poseedores de esa cultura universal que Trillo
homenajea a través de su mítica historieta. Yo afirmo que es
mérito de los argentinos haber difundido una cultura universalista
sin haber ejercido nunca presión política ni económica, pues
Argentina jamás formó parte de ningún imperio, ni ejerció ningún
tipo de dominio sobre otros pueblos.
En
la saga de Alvar Mayor también se perciben conceptos de
Freud, pues Alvar es a la vez una exploración metafísica del alma
humana y una alegoría que indaga las inquietudes y el significado
de la existencia. Hallamos asimismo climas oníricos y surrealistas
en su andadura en viñetas; y aquí debemos resaltar el acierto de
los teóricos que nos dicen que la historieta es una forma de
narración que condensa en sus cuadros toda la fantasía de
aventuras que caben en el pensamiento humano. Por ello su mundo es
complejo y en él caben todos los elementos y todos los temas:
hombres, cosas, animales, naturaleza, y todo lo insólito,
desconocido y original que pueda concebirse. Alvar Mayor es una de
las cabales representaciones de dichos conceptos y en su trama
aventurera incide un alto contenido simbólico.
Alvar se enfrenta en sus historias con personajes que simbolizan
la belleza, el amor, la envidia, la vida, la muerte, la maldad, la
juventud, la vejez, la codicia, la traición, la esperanza... Doy
simplemente un ejemplo: La historieta “Otra versión del cuento”
está protagonizada por una jovencita que recorre el bosque, una
anciana solitaria y un joven corpulento de aspecto lobuno. Uno
infiere que se trata de Caperucita roja con un tratamiento
más adulto, y sin embargo finalmente se transforma en La bella
y la bestia pero con final trágico. Los jóvenes son dos
enamorados y por ende simbolizan el amor y la ausencia de
discriminación mientras que la vieja representa, a la postre,
tanto a la envidia como a la locura y no a la bondad como se
presumía. Alvar aquí actúa como un entrometido y engañado por las
mentiras de esa vieja que se enfrenta y derrota al joven
matándolo. Alvar pasa por ello a ser tan antipático como la
anciana, pues descargando su espada salvaje mata al Amor (con
mayúsculas) y hace vencer a la envidia. El escupitajo final de
Alvar Mayor hacia la vieja, al comprobar su demencia, también debe
serle espetado al propio caminante por entrometido. La gran
mayoría de las historias de Alvar Mayor poseen ese mensaje
simbólico señalado y si es oportuno y necesario Trillo, el autor,
hacen quedar mal parado hasta al propio héroe de la historieta
–como observamos-.
Enrique en los inicios de la saga plasmó el dibujo con estudiado
costumbrismo histórico, luego el trazo se hizo más fluido,
liberándose. La presencia femenina con las hieráticas damas
castellanas iniciales daba paso luego a muchachas más exóticas de
mirada soñadora, cabelleras revueltas y túnicas sueltas luciendo
una sensualidad natural.
Alvar Mayor
daba comienzo a sus aventuras en tiempos de la conquista española
de América y, transformado en el viajero infatigable, se internaba
en el épico mundo de una América ancestral mágica y a la vez real,
desentrañando la esencia misma de la tierra que camina al recorrer
sus imponentes montañas, cruzar sus caudalosos ríos y visitar sus
enigmáticas ciudades. Su peregrinación a través del continente le
brindaría varios compañeros de ruta, el indio Tihuo, la bella y
oportunista Lucía, y en esa búsqueda obsesiva de lo inextricable
Alvar Mayor luchará permanentemente, pues su destino es cosechar
innumerables rivales, sortear aquellos enemigos que le impidan
continuar con su periplo.
La
serie se publicó en revista Skorpio de Editorial Récord
entre los años 1977 y 1983, en 57 episodios. De las obras de
Trillo, fue la historia preferida de los lectores de revistas con
relatos completos, y llegaría a ser muy admirada en Europa. La
historieta Alvar Mayor es bien argentina, es universal.
Trillo, incansable, continuará creando más y más historietas:
El peregrino de las estrellas (con Enrique Breccia); la
historia de espionaje
"Nadie", dibujada en estilo
convencional por Alberto Breccia para Tit-Bits (tal vez sea
la última que encaró Alberto de modo tan tradicional); El loco
Chávez (con Altuna) para Skorpio; Las puertitas del
señor López (con Altuna) en El Péndulo en 1979 y
Hum®, en diciembre 1980; Charlie Moon y Merdichesky
(ambas de Altuna); las Historias mudas unitarias
magistralmente dibujadas por Mandrafina: “El mago”, “El cartero”,
“La bailarina”, “La manzana”, etc. Estas Historias mudas,
publicadas en SuperHum®, son grandes perlitas de la
tragicomedia universal. En la misma publicación aparecieron: “El
payasito”, que representa la ternura, dibujado por Sanyú; “Loco
Jones” con Lito Fernández: la vida posterior de un héroe y su
chica rescatada; Buscavidas (con A. Breccia); Ulises
Boedo (con
Mandrafina); Sección “Hacé la corta” (con varios);
Buenos Aires Punk (con Sanyú)... En la revista El
Péndulo escribió “La corte de los milagros” para Alberto
Breccia, historieta publicada en 1979.
En
su faceta de crítico e investigador, Trillo escribió junto con
Guillermo Saccomano la sección “La historia de la historieta” en
la revista Tit-Bits, luego recopilada y publicada como
libro en su edición completa como La Historia de la historieta
argentina bajo el sello Récord. En esta misma faceta escribió
la sección llamada “El club de la historieta”, también con
Saccomano y desarrollada para la revista Skorpio. El
mentado tándem publicó asimismo artículos en la revista
fantacientífica El Péndulo, de Editorial La Urraca,
entre ellos el riguroso “Contra los defensores de pobres”. Como
detalle vale la pena decir que la revista de fantasía y ciencia
ficción El Péndulo, fue en su momento internacionalmente
votada como la mejor revista de todo el mundo de su género, mas no
sólo fue galardonada por ser la mejor de su propia época, sino la
mejor de todos los tiempos. Aquí debemos brindar nuestra
felicitación por la tarea a su director Marcial Souto, nacido en
España (Galicia), quien supo combinar las distintas especialidades
de la ciencia ficción con ese punto de vista universalista tan
rioplatense, tomando lo mejor de cada época y lugar. Digamos al
pasar, y para no extendernos en demasía, que grandes literatos
rioplatenses como Bioy Casares, Lugones, Quiroga, Borges, ya
cultivaban el género fantástico y éste último narrador en 1928
había escrito una serie de magníficos artículos periodísticos
analizando el género para la revista popular El Hogar;
dichos artículos se recopilaron muchas décadas más tarde en un
libro llamado Borges: textos cautivos. Al respecto, el
escritor uruguayo Angel Rama expresó: «Borges es el primer
americano que ve en su totalidad el fenómeno nuevo del siglo XX,
el de una cultura universal y no exclusivamente europea, y que
intenta engranar a América en ese concierto que supera la fácil
oposición de Oriente y Occidente.»
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