Revista impresa a una tinta, con portada a dos o a tres tintas, o a todo color. Periódico satírico valenciano, antimonárquico y anticlerical, que tuvo una larga aunque intermitente vida al igual que ocurrió con los dos periódicos que llevaron este mismo título durante el siglo XIX. Esta época de La Traca, editada por V. M. Carceller, recogió tres etapas editoriales del periódico que arrancaron respectivamente en 1908, 1909 y 1911, quedando unidas todas bajo una misma numeración a partir de 1912 y publicando más de 1.200 números hasta el final de la guerra civil. Destacó por su severidad crítica y satírica en sus dos períodos de vida en ambas repúblicas, con firmas satíricas como las de Tramús, Bluff o M A.
Evolución de La Traca desde su nacimiento en el siglo XIX:
LA TRACA (Semanari pala chent de tro, 15-XI-1884 - 13-III-1887) 113 números publicados, con siete suspensiones en su trayectoria editorial.
LA NOVA TRACA (pregonera de toda clase de porquerías españolas y especialmente valencianas, 1894) se desconoce el total de números, fueron escasos.
LA TRACA (1908, continuarora de la anterior) se han referenciado cinco números publicados.
LA TRACA NOVA (seguidora del periódico alegre y festivo que en otras épocas tan ruidoso éxito alcanzó, 11-IX-1909) se han referenciado cinco números publicados.
LA TRACA (NOVA, 25-XII-1911 - 25-vII-1912) 39 números publicados.
LA TRACA (Semanari bilingüe, festiu i lliterari, 28-IX-1912), arrancando con el nº 46. Año IV. Alcanza el número 659 hasta la suspensión -con algunos bailes de números generados para despistar a los censores de la época- más varios extraordinarios de tipo almanaque.
LA MATRACA (Semanari pa la chent de tro, 21-IV-1916) diecinueve números.
LA SOMBRA (19-VII-1924 - 3-IV-1926) 87 números publicados.
LA CHALA (3-IV-1926) 186 números, más dos extraordiarios
LA TRACA (21-IV-1931 - 1934 y 1938 - 1938), sin datos sobre el total de números publicados, supuestamente en torno a los 600.
Trayectoria de todas las publicaciones de La Traca y de Carceller:
El primer número de La Traca, subtitulado "Semanari pala chent de tro" apareció en Valencia el 15 de noviembre de 1884. Dirigido por Manuel Lluch Soler y con Luis Cebrián Mezquita como redactor principal, el semanario heredó el gusto por la sátira y las tradiciones populares locales de las publicaciones en boga del momento editadas por Bernat y Baldoví y que circulaban con gran éxito por la ciudad. Se editaba en lengua valenciana de la capital, castellanizada y sin ningún rigor gramatical, y era de orientación antimonárquica y contraria a la iglesia, denunciando todo tipo de abusos que se producían en Valencia con un tono ácido y crítico de gran calado popular, que le permitió alcanzar tiradas de 12.000 ejemplares. En sus primeros 40 números fue suspendida en siete ocasiones y su director encarcelado por injurias al rey Alfonso XII. El 13 de marzo de 1887 se publicó su último número, el 113, con Manuel Lluch todavía en prisión.
Pero el éxito alcanzado por aquella primera La Traca fue tal que durante el siguiente cuarto de siglo la cabecera resucitó en varias ocasiones. En 1894, se anunció La Nova Traca como "pregonera de toda clase de porquerías españolas y especialmente valencianas". Tuvo escaso éxito. Navarro Cabanes ha referenciado otros cinco números de La Traca en 1908. Posteriormente, el 11 de septiembre de 1909 salió a la venta La Traca Nova, que se manifestaba "seguidora del periódico alegre y festivo que en otras épocas tan ruidoso éxito alcanzó". Colaboraron en sus cinco números publicados: José María Puig Torralva y Lorenzo Fuster y Llaza.
El 23 de diciembre de 1911, un grupo de periodistas liderados por el republicano blasquista Félix Azzati resucitaron la cabecera (y el espíritu anticlerical original de 1884) con el añadido “Nova” en el título a pequeño tamaño. Se publicaron 39 números hasta el 25 de julio de 1912, con colaboraciones de los redactores: Bernardo Morales, José Collado, Vicente Miguel Carceller, Alberto Año y Pedro Chirivella. Finalmente, el 28 de septiembre de 1912, con Carceller como director y editor en solitario, reapareció robustecida La Traca con el subtítulo "Semanari bilingüe, festiu i lliterari" de "idees republicanes i tendencies sicalíptiques". Su primer número continuaba la numeración de las dos cabeceras anteriores, alcanzando el 46 en su IV año. En poco tiempo, La Traca ya contaba con 600 suscriptores y 10.000 ejemplares de tirada. Ese mismo año Carceller fue detenido y encarcelado por injurias a Alfonso XIII. La monarquía, la Iglesia, la burguesía y en general todo lo tradicional eran objeto de mofa en el semanario, y los dibujos acentuaban la burla con su sarcasmo y acidez a cada número más acusadas. Esos primeros años bajo la dirección de Carceller implicaron también la inclusión de la sicalipsis en el semanario, que en pocos años y de la mano de dibujantes como Tramús y Méndez Álvarez derivó hacia lo pornográfico. La mujer moderna era objeto de chiste y burla machista sin concesiones en este periodo. Este giro hacia lo sexual, junto con el lenguaje cada vez más soez y ofensivo provocó un cisma en 1916, de modo que un grupo de redactores abandonaron La Traca para fundar La Matraca, "Semanari pa la chent de tro", cuyo primer número vio la luz el 21 de abril de 1916. Entre los redactores estuvieron Ricardo Valero, Vicente Caro Adam, Eduardo Estellés y Vicente Mallent. Especialmente revelador fue el texto publicado en su primer número: "nuestro propósito es exteriorizar la gracia y el buen humor valenciano, sin tener que apelar para conseguirlo a las injurias y marranerías". Duró 19 números.
En La Traca se siguieron produciendo suspensiones gubernativas en función de los contenidos de la publicación y las denuncias que recibía. El editor, como estrategia, fue cambiando denominación de épocas, la rotulación y alternó numeraciones correlativas, un sinfín de estratagemas dirigidas a burlar a los censores que han despistado a los historiadores. La llegada de la dictadura del general Primo de Rivera provocó la suspensión de La Traca en su número 659. Como tantas publicaciones de la época, el semanario cambió de nombre, en este caso por el de La Sombra, publicándose el 19 de julio de 1924 el primer número. Carceller, firmando como Mamerto Bufalaga, reprodujo en la nueva cabecera dibujos de publicaciones satíricas catalanas y de la madrileña Buen Humor pese a que contaba con los extraordinarios dibujantes de la casa Tramús, Barber, Machí, Badía, Tono o Vercher. El semanario, que salía los sábados, siguió publicándose en valenciano con el tono satírico suavizado, desapareciendo casi por completo lo pornográfico y el anticlericalismo. El 3 de abril de 1926 la censura suspende La Sombra que pasó a llamarse La Chala tras 87 números publicados.
Iniciada la decada de los 30, Vicente Miguel Carceller publicaba en paralelo El cuento del diumenge, El Clarín, El Piropo, Bésame y varias publicaciones falleras y taurinas, diversificando temáticas y contando con las mejores rotativas y técnicas de impresión del momento. La Traca edita aucas, almanaques y numerosos extras, satirizando temas tan diversos como Carnaval, Todos los Santos o el futuro y dedicados a fiestas locales como las Fallas o la Feria de Julio, para estos últimos contará con escritores valencianos como Carlos Salvador y Maximiliano Thous. Políticamente, Carceller no se posiciona entonces, aunque quiere abarcar todo el espectro de la izquierda, lo que supone vender más ejemplares de La Traca. Con la llegada de la República en abril de 1931, La Traca inaugura segunda época y estrena numeración, Carceller decide editarla en castellano y ampliar la distribución, hasta el punto de transformarla en una publicación de masas ya que alcanzó cifras nunca vistas en España. Sólo a Barcelona llegaban 70.000 ejemplares, la tirada total rondaba el medio millón en algunos números. La publicación, ahora radicalizada políticamente, se mostró profundamente anticlerical y antimonárquica, y lo sicalíptico volvió a ganar terreno convirtiendo el semanario en un referente del humor popular de aquellos años. Con la llegada de la Guerra Civil finaliza la segunda época y continua la numeración iniciada en 1909, el antifascismo y la burla a los dictadores Hitler y Mussolini se incrementó. Franco fue tildado de homosexual en varias portadas de Bluff y Carnicero, y los curas de pederastas.
Finalizada la guerra, la represión se cebó en La Traca. Se desconoce el momento exacto en que cesó la publicación, pero se han manejado números publicados en 1938. Carnicero, uno de los principales caricaturistas políticos, fue encarcelado en San Miguel de los Reyes. El editor, Vicente Miguel Carceller, fue detenido, torturado y obligado a comerse varios números de La Traca ante su negativa a revelar la identidad de Tramús. Fue fusilado en Paterna el 28 de junio de 1940 según varias fuentes (también se decía esto de Méndez Álvarez, pero se ha demostrado que no fue así). Sí que lo acompañó en el paredón el dibujante Carlos Gómez Carrera, Bluff, que durante su estancia en prisión fue obligado a dibujar en la publicación franquista Redención y acusado de "dibujante satánico". A Juan Pérez del Muro, Enrique Soler y Godes, Arturo Ballester y muchos otros les esperaba la prisión o el exilio. Los menos fueron protegidos en el seno de la Editorial Valenciana por Juan Puerto, caso de Ley, seudónimo de Soriano Izquierdo, y Tramús, Sade o Marqués de Sade, alias todos ellos de Enrique Pertegás.
Se generó gran terror en torno a La Traca tras el fin del conflicto porque la posesión de un ejemplar podía suponer la muerte del portador. Las muestras que han llegado hasta nuestros días son muy escasas, tan pocos y raros que imposibilitan un estudio detallado de la revista satírica más importante que ha tenido España, relegándola casi al olvido por esta razón.