Periódico satírico con viñetas, esqueje de La Traca tras la suspensión a la que se vio obligado su editor a la llegada de la dictadura del general Primo de Rivera. El semanario cambió de nombre en su número 659, en este caso por el de La Sombra, publicándose el 19 de julio de 1924 el primer número. Carceller, firmando como Mamerto Bufalaga, reprodujo en la nueva cabecera dibujos de publicaciones satíricas catalanas y de la madrileña Buen Humor pese a que contaba con los extraordinarios dibujantes de la casa Tramús, Barber, Machí, Badía, Tono o Vercher. El semanario, que salía los sábados, siguió publicándose en valenciano con el tono satírico suavizado, desapareciendo casi por completo lo pornográfico y el anticlericalismo. El 3 de abril de 1926 la censura suspende La Sombra que pasó a llamarse La Chala tras 87 números publicados.