12-VI-1948 · Nueva York · Nueva York · Nueva York · 
Len Wein fue un niño judío débil y enfermizo que se aficionó a la lectura de tebeos en sus convalecencias, y ya desde joven manifestó talento artístico, que decidió encarrilar en la creación de historietas.
Su amistad con Marv Wolfman fue decisiva en su entrada en la industria. Wolfman era un aficionado muy activo y deseoso de incorporarse a la profesión, y juntos acudían a menudo a las oficinas de DC a presentar sus proyectos (en los que Wein era el dibujante). Finalmente, consiguieron que Joe Orlando les contratase como autores por libre, a los dos como guionistas, estrenándose Wein con una historieta para la serie Teen Titans que se publicó en diciembre de 1968. Ya entonces Wein pretendía romper moldes, porque con su amigo Marv habían creado al primer superhéroe ruso y también plantearon un proyecto con un superhéroe afroamericano para DC, que fue rechazado entonces.
Wein ejercitó su talento como escritor de cómics en meses siguientes aportando historietas de romance y de horror. Las de amoríos se publicaron en la cabecera de DC Secret Hearts. Las de horror en cabeceras de varias editoriales: The House of Secrets, de DC; Tower of Shadows y Chamber of Darkness, de Marvel; Nightmare y Psycho, de Skywald; Boris Karloff Tales of Mystery, de Gold Key... También escribió guiones de wéstern y de ciencia ficción. Fue precisamente en esos comic books de horror variado en los que Wein cosechó su primer éxito: el personaje Swamp Thing, junto al dibujante Berni Wrightson, que surgió en The House of Secrets y que luego obtendría cabecera propia, hoy mítica.
No obstante lo bien que se le daba escribir historietas de miedo, Wein siguió trabajando en cómics de superhéroes durante toda la década de los años setenta. La lista de títulos es larga, pero sus trabajos más interesantes son fáciles de citar: Justice League of America, Action Comics, Detective Comics y The Brave and the Bold, para DC; Marvel Team-Up, The Amazing Spider-Man, The Incredible Hulk, Thor, Fantastic Four y The Defenders, para Marvel.
En sus trabajos se caracterizó por transgredir. Por ejemplo, en DC pergeñó la idea de que algunos argumentos de sus historias trazaran puentes con comic books de la competencia, de Marvel (y así ocurrió con Amazing Adventures, 16 - JLA, 103 - Thor, 207). Fue Wein quien creó a un personaje más animal que humano, algo nunca visto, llamado Wolverine (con John Romita padre y Herb Trimpe). Y también fue Wein el encargado de revitalizar a los X-Men en 1975 (junto a Dave Cockrum) con una idea por entonces revolucionaria: el equipo sería no solo marginado, también multirracial.
Desde el final de los años setenta, Wein trabajó como editor y como guionista en DC sobre todo. Allí siguió creando personajes interesantes e ideas nuevas: Lucius Fox en Batman, luego usado en el cine; la primera miniserie de Batman, en 1980; editó la primera maxiserie, la de Camelot 3000; editó la aclamada Watchmen, y dio nuevo brío a la serie Wonder Woman en el final de la década de los ochenta.
Atraído por otras formas de narrar y de trabajar, se trasladó a la costa californiana en los noventa para trabajar para la compañía Disney. Abandonó esta empresa, pero permaneció haciendo televisión, trabajando en variadas series de superhéroes o fantasía, todas ellas animadas. Volvería a escribir cómics, pero de manera esporádica y muy diversificados. Por ejemplo, colaboró en una miniserie de Conan, ideó historietas para The Simpsons y trabajó en el título The Victorian, del sello Penny-Farthing Press. En el siglo XXI su nombre apareció solo en créditos de series animadas de la compañía Cartoon Network. A él le debemos algunos de los episodios más ingeniosos de Ben 10, por ejemplo. Luego le veríamos a menudo en entrevistas añadidas a los DVD de películas inspiradas en comic books. Y también llegó a escribir el guion para un videojuego: The End is Nigh (el inspirado en Watchmen).
En 2011, para sorpresa de todos, volvió a escribir cómics. Regresó a DC y participó en lanzamientos especiales de las series Batman, Green Lantern y, por supuesto, Watchmen, dado que trabajó en el proyecto Before Watchmen y escribió una de las miniseries.
Estuvo casado dos veces, con la colorista Glynis Oliver y con la abogada y fotógrafa Christine Valada.
Pese a su gran aporte creativo, Wein fue merecedor de pocos premios, y casi todos otorgados por la afición, no por la profesión: recibió en 1972 el Shazam por Swamp Thing; en 1974, el Comic Fan Art Award; en 1977, el Inkpot Award; en 1982, el Comic's Buyer's Guide Fan Award. En 2008, eso sí, fue incluido en la Will Eisner Comic Book Hall of Fame.
