Humorista gráfico e historietista de humor que trabajó fundamentalmente en periódicos y tebeos del entorno barcelonés, creador de Josechu el vasco.
Antes de la guerra civil ya colaboraba con varios semanarios satíricos y como viñetista en prensa, con un trazo espontáneo heredero del magisterio de Valentí Castanys: El Be Negre, Gràcia-rambles, En Patufet, L'Esquitx, Cinópolis, pero sería durante la posguerra cuando se convertiría en uno de los principales humoristas gráficos catalanes y de España. Su fecundidad se hizo legendaria cuando simultaneaba la viñeta diaria en cinco periódicos al mismo tiempo: La Vanguardia, Dicen, El Mundo Deportivo, Vida Deportiva, además de seguir trabajando en historietas y otras viñetas para publicaciones diversas de cadencia semanal, como TBO, 4-2-4, Fotogramas, Tele/estel o Tío Vivo (del sello D.E.R.-Crisol).
Para la historieta creó varias series, en las cabeceras TBO (Cristóbal y Angelina, Aventuras de Doña Exagerancia, Tito el deportista) y Tío Vivo (El doctor Pitoff, Ríase de... -sin personaje fijo-), pero la más popular fue la de Josechu el vasco -también para TBO-, en la que explotó los tipismos asociados a los habitantes del País Vasco. También colaboró con muchas otras publicaciones (¡Turutut...!, Pepe Cola, No veas, Lean, La Guindilla, El Gran Chicos, Cristal, Cavall Fort, Barça, Atalaya, Arriba) y trabajó como animador y guionista de cine junto a Escobar, José Fogues y Antonio Isasi.
También fue, eventualmente, escritor y autor teatral. Estrenó en el teato Talia su obra En Baldiri de la costa en agosto de 1965.
Uno de los teóricos del medio que más han atinado con la biografía de Muntañola ha sido Jaume Capdevila, que en su sección Garabatolandia de la edición electrónica de El Mundo Deportivo establecía:
"(...) La búsqueda del chiste sencillo y directo ha permitido que su humor resista muy bien el paso del tiempo. Huyendo del humor demasiado intelectual o politizado, de la ocurrencia excesivamente elitista, tocando temas más próximos a la sensibilidad cotidiana y con un lenguaje directo, ha conseguido que muchos de sus chistes dibujados hace más de 30, 40, 50 o 60 años, mantengan intacta aún hoy su sentido y su carga humorística, cosa que no pasa con el trabajo de otros humoristas. Muntañola es sin duda un especialista en conectar con su público, porque todo en él es espontáneo, fresco y directo.
(...) La mayor parte de la actividad de este dibujante se desarrolló bajo el ojo vigilante de la censura. Si bien sus primeras viñetas aparecieron en la prensa de los años treinta, se convirtió en profesional del humor en la década de los cuarenta. Por fuerza, los equilibrios para esquivar a la férrea censura debieron ser constantes y considerables. El gobernador civil de Barcelona Felipe Acedo Colunga le obligó a dejar de dibujar las blancas historietas de “Don Felipe” que aparecían cada día en El Correo Catalán, porque el personaje bajito y calvo que las protagonizaba tenía su mismo nombre. También la revista Locus, de la que fue editor y director entre 1955 y 1956, dejó de aparecer tras un encontronazo con la censura.
Muntañola siempre ha sido un autor de un grafismo vanguardista. Su estilo es de trazo ágil y agradable, con personajes definidos por una línea viva y directa. Nunca exagera demasiado a los personajes, que centran la atención de la mayoría de sus composiciones. (...) Una de las grandes autoridades sobre la materia que nos ocupa, Josep Maria Cadena, escribía en el diario Avui: “su sentido del humor es absolutamente catalán, y aunque sin trascendentalismos, lucha con sus chistes por la libertad humana. Sumergido en la sociedad burguesa, no deja de censurarla y denunciar sus egoísmos”.
(...) el primer dibujo que publicó en la prensa fue de temática deportiva: en 1930, contaba 16 años, envía como amateur una viñeta a la revista Xut!, es publicada, juntamente con un comentario que le anima a perseverar en la práctica del dibujo: “tiene madera”. Dos años más tarde ya entra en la plantilla de Patufet, en la que combinará su faceta de dibujante y escritor, y pronto en TBO, Lecturas y El Be Negre. Tras la guerra civil se dedicará a la animación, creando varios cortometrajes protagonizados por el Faquir González (que realizará en colaboración de Josep Escobar, el padre de Zipi y Zape). Después dirigirá la revista infantil Atalaya, se incorporará como dibujante a El Correo Catalán y de nuevo al TBO y se saca de la manga una exitosa campaña publicitaria para Potax, realizando una viñeta gigante a diario en una valla de la esquina de la calle Vergara con la Plaça Catalunya. Eso significa su definitivo lanzamiento a la fama como humorista.
En 1945 se incorpora como dibujante de El Mundo Deportivo, sustituyendo a Valentí Castanys, que abandona el diario para fundar El Once, publicación de humor deportiva con la que pretende emular el éxito de Xut!. Muntañola, realizará infinidad de viñetas y caricaturas para nuestro diario hasta mediados de los años ochenta en que paulatinamente se retira de su actividad en los medios. Hasta ese momento dibujará también en La Vanguardia (una viñeta diaria durante más de veinte años), Dicen… (dos viñetas cada día, una de fútbol y otra de cine), Lean, Don Balón, RB, Barcelona Deportiva, Vida Deportiva, Tururut!, Tele/Estel, el recuperado Patufet o Tío Vivo. (...) además de sus famosas historietas de “Josechu el vasco” para TBO y muchisimas páginas para otras publicaciones, sus colaboraciones en radio, sus comedias –estrenó ocho, con gran exito de público-, sus libros –más de treinta, entre novelas, artículos y recopilatorios de chistes-.
[Es] un hombre jovial y alegre que aún tiene energía e ilusión para sacar de vez en cuando algún librito de dibujos (el último, titulado Ahir i avui, las pasadas navidades), preparar otro con anécdotas y asistir a las inauguraciones por toda Catalunya de una exposición antológica [comisariada por el mismo J. Capdevila, patrocinada por] la Obra Social de Caixa Sabadell".