Autorretrato de Alex Raymond,
realizado alrededor de 1946. |
Aviso
promocional de Agente Secreto X-9, guionada por el célebre Dashiell
Hammett. Es notoria la inclinación hacia el estilo de la ilustración
de revistas populares (pulps), todavía predominantes en los años
treinta. |
Caricatura de Alex Raymond, realizada de memoria por su hermano Jim en
1941, cuando Alex era ya un artista reconocido. De pie, a la
izquierda, observando atentamente al “genio trabajando”, está el tío
de ambos, Larry Crosley, quien aportaba ideas a Alex para la
historieta Flash Gordon. “Riese”, el gran danés de Raymond, dormita en
primer plano, a la derecha. |
A
pesar de haber sido concebida como una respuesta a la exitosa Buck
Rogers, Flash Gordon (1934), tenía más en común con la fantasía y los
cuentos de hadas que con la ciencia ficción. El mediocre guión de Don
Moore no se equiparaba a las magistrales ilustraciones de Raymond.
Este cuadro pertenece al período más inspirado de su trayectoria,
durante los años treinta. En la década siguiente, la técnica del
ilustrador se depuraría, haciéndose más “naturalista”, pero la
grandiosidad visual quedaría en el pasado. [Viñeta extraída de la
edición en italiano (Garzanti, 1972)]. |
En
el apartado dedicado a la “Historia y desarrollo de la historieta” del
libro El dibujo a través del temperamento de 150 famosos artistas, de
Enrique Lipszyk (©1953), se reseñaba el Flash Gordon de Raymond por
comparación con otro clásico del cómic de ciencia ficción, Buck Rogers,
que en su inicio ilustrara Dick Calkins, “con menos calidad en la
ilustración, pero con más fantasía”. |
Ya en
el núm. 2 de Patoruzito, del 18 de octubre de 1945, estaba
desarrollándose una aventura de Flash Gordon, lo cual indica que la
célebre tira de Raymond fue una de las que inauguraron la recordada
publicación argentina, junto a otras historietas que también habrían
de concitar las preferencias de los lectores durante más de una
década: El Joven Capitán Marvel, ilustrada por Mac Raboy (quien
casualmente habría de heredar más adelante el Flash Gordon dominical),
Bruce Gentry, de Ray Bailey, Connie, de Frank Godwin, y varias
producciones argentinas de calidad, entre las que se destacaba Vito
Nervio, ilustrada primero por el uruguayo Cortinas y posteriormente,
en su etapa más reconocida, por el maestro Alberto Breccia |
El
libro Arte y Ciencia de la Historieta (de S.W. Tencer, sin fecha en
créditos), editado por Hobby a fines de la década de los cuarenta en
Buenos Aires (uno de los mejores tratados didácticos sobre el tema que
tuve ocasión de leer, además de pionero en esta disciplina, y aún no
viciado por el “intelectualismo” que veinte años después sería norma
en los autores especializados), se servía de las ilustraciones de
Raymond y de las de otros maestros como Foster, Hogarth y Wunder para
pautar las cualidades de la buena narración en imágenes. El hecho de
que se omitieran los textos, para concentrarse únicamente en lo
gráfico, aportaba una cuota de “misterio” que, al menos en mi caso,
sumaba otro ingrediente para la fascinación, a los 8 ó 9 años de edad,
como por entonces contaba. |
Jim
de la Jungla era la historieta que aparecía en el Album Pif-Paf núm.
87, publicado por la editorial “Tor”, de Buenos Aires, en marzo de
1956. Esta revista, de formato pequeño y apaisado (170 x 125 mm),
impresa en forma basta, en papel obra, en monocromático, con excepción
de las cubiertas y un pliego interior, poseía sin embargo un
inclasificable encanto, que la convierte hoy día en codiciado objeto
de coleccionista. |
También los Big Little Books incluyeron al selvático héroe de Raymond
entre sus numerosos y celebrados personajes. |
La
pareja protagónica de Rip Kirby: el apuesto investigador y su rubia
“novia eterna”, Honey Dorian, dos fisonomías que llegaron a adquirir
categoría de clásicos. Fueron incontables las imitaciones que se
hicieron de uno y otra, aunque sin lograr conferirles jamás el
distintivo “toque Raymond”. |