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EL GAUCHO INODORO
Y EL MAFIOSO BOOGIE, SUS DOS GRANDES ACIERTOS
Curiosamente,
el autor del gaucho Inodoro Pereyra jamás vivió en el campo. Del campo
tiene solo referencias: ciertos vocablos localistas, la ropa típica, el
caballo. Sucede que en los años de furor de la revista Hortensia
hubo un nacionalismo de moda que hizo que todo lo folklórico cobrara
actualidad. La mujer de Inodoro se llama Eulogia por una canción de
Mercedes Sosa, “La Pomeña”, que habla de una tal Eulogia Tapia. «A
Inodoro lo dibujo con un perro, porque el cuadrito de la tira es tan
pequeño que un caballo no me entraba. Y lo dejo siempre hablando solo en
el campo, porque soy muy vago, y hacer edificios me agotaría. En cambio,
el campo es un horizonte, una línea de tierra, y si no la dibujo es lo
mismo. Después de todo, el gran motor del progreso ha sido siempre la
vagancia, porque el tipo que inventó la rueda no quería caminar más».
Don Inodoro es una
especie de filósofo natural, un vago que de tanto no hacer nada en medio
de la soledad del campo se pregunta cosas esenciales de su vida tan
pequeña, y se las contesta solo, siempre juzgado por la mirada
inteligente de su perro Mendieta, que es el dueño de la verdad, la voz
de fondo del autor, y quien vive asombrándose de los desatinos
permanentes de la lógica absurda de su amo. Fontanarrosa es un autor
profundamente obsesionado con la actualidad y la noticia del momento.
Tienen que estar muy informado para hacer la viñeta diaria de la página
de humor de Clarín y una viñeta a toda página en al revista
dominica Viva, también de Clarín. Pero la tira del guacho
tiene poco de costumbrista y mucho más de reflexiones donde se cuelan
las situaciones más vigentes: visitas de delegaciones de Fondo Monetario
Internacional a la Argentina, el desempleo, los atentados terroristas,
la clonación. A veces raya el delirio onírico, otras veces con un humor
ingenuo rayano en lo infantil, Inodoro nos traslada a un mundo netamente
argentino, porque es un lugar donde todo puede suceder en cualquier
momento.
El personaje de
historieta Boogie el Aceitoso fue una parodia a la película de moda en
esa época Harry, el Sucio, interpretada por Clint Eastwood. «Creo
que los lectores se identificaban con la capacidad de destrucción de
Boogie, que solucionaba todo con la violencia, pudiendo reaccionar
violentamente con impunidad y sin consecuencias». Boogie fascinaba
especialmente a jóvenes y adolescentes -en plena etapa de querer romper
todo como él podía hacerlo– y contaba con fans predominante masculinos,
también deseosos de acribillar con una ametralladora a una mujer que no
para de llorar con reclamos sentimentaloides, como sólo podía hacerlo el
personaje dibujado.
Fontanarrosa
también envió a Hortensia parodias de películas de Vietnam que no
tuvieron la repercusión de los otros dos ejemplos.
UN CURIOSO
PERPETUO
Sabiendo que el
autor de estos éxitos hizo un culto de la amistad, uno no se explica
cuando encuentra tiempo para dibujar.
Según él, viaja
cada día a un estudio que tienen a pocas cuadras de su casa, donde
trabaja de 9 a 12. A mediodía vuelve para almorzar en familia junto a su
hijo Franco, y regresa luego a su estudio. No tienen e mail ni
computadora, reniega de todo lo que tenga que ver con la cibernética, y
es muy improbable que lea jamás esta nota porque según el, su pagina web
www.negroontanarrosa.com es algo que le hacen unos muchísimos
amigos, pero que de lo que él no guarda mucho registro.
Envía sus
originales coloreados por correo y las viñetas por fax. Se sabe que
quien llegue a Rosario es convidado con un rico asado en su casa, y se
sabe que atiende a Joan Manuel Serrat y a Vargas Llosa con la misma
naturalidad que a cualquiera de sus compinches. De lo que sí guarda
registro es de cada historia que le cuentan, cada diálogo que escucha,
porque todo lo que oye va a parar a sus cómics y sus cuentos.
Fontanarrosa vive obsesionado por los diversos giros en el uso del
lenguaje coloquial. Cree que no va tanto a ver partidos de fútbol por el
fútbol mismo, sino para detectar las expresiones de la hinchada. Es
enfermizamente curioso. Una vez que compartí con él la mesa de
humoristas de Ediciones de la Flor en la Feria del Libro de Buenos
Aires, lo llevé en mi auto hasta el lugar donde los participantes fuimos
invitados a cenar. Como soy periodista además de dibujante, suelo
escuchar más de lo que hablo y preguntar más que lo que respondo. Pero
Fontanarrosa, que en las conferencias, charlas y mesas redondas no para
de hablar a borbotones- en ese viaje me sorprendió acribillándome a
preguntas con curiosidad infinita, y me dejó con la confusa sensación de
que él había entrevistado a la entrevistadora. Luego me vengué en una
charla en La Boutique del Libro en la que le hice varias preguntas que
he volcado en este texto.
Fontanarrosa es,
en esencia, un historietista completo: escribe y dibuja sus propias
creaciones. En una nota de Clarín confesó: «Tengo el síndrome del
historietista. ¿ Acaso han visto a Batman con otra ropa? Y yo, en ese
aspecto, soy un tipo rutinario a nivel personal. No he cambiado de
mujer, tengo otro auto, por supuesto. Pero tengo un Citröen del año ‘73.
He vivido siempre en Rosario, en la misma casa. Entonces, tal vez uno ve
dibujantes que tienen personalmente otro tipo de altibajos y eso se
refleja también en el dibujo de los personajes. Hubo un caso que era
bastante enfermizo. Era el caso del Príncipe Valiente. El Príncipe
Valiente creo que envejecía un año por cada seis años reales, y Harry
Foster tenía prevista la tira para su muerte. Eso, para mí, es
demasiado.»
Nosotros,
agradecidos de que siempre dibuje y escriba igual. |
Ana
von Rebeur
es periodista, escritora,
conferenciante, dibujante humorística y
presidenta de FECO Argentina. Se inició en la revista HUM®,
donde trabajó durante 11 años seguidos, hasta su cierre. Es autora de más diez libros de
humor, entre ellos: Chistes
Feministas (Planeta, 2001), No me pisen que ando en
ojotas (Planeta, 2001). En los últimos años ha sido reconocida con el Award
of Success del Aydin Dogan Vakfi, Turquía, con la Mención
de Honor del Festival Yomiuri Yimbun de Japón, y
con un Bronze Prize en el 1st FreeCartoonsWeb International
de China.
Actualmente publica textos y dibujos humorísticos en
revistas de Argentina, Irán e India. Ana se halla localizable en
www.anavonrebeur.com.ar
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