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La historia de Tex
Cuando conocimos a Tex era un fuera de la ley, lo que lo distinguía de
las otras series que estábamos acostumbrados a leer. No conocíamos las
razones de su situación, ya que sólo se dieron a conocer bastantes años
más tarde (núm. 83/84 de la serie corriente, con el episodio “El pasado
de Tex”, donde descubrimos que su padre, Ken, dueño de un rancho cercano
a Rock Springs, al sur de Texas,
había
sido asesinado por unos bandidos y Tex ejecutó la venganza al margen de
la ley con la ayuda de un antiguo pistolero, empleado de su padre, Gunny
Bill, quien le enseñó a disparar. Tras su venganza, dejó el rancho, a
cuya vida sedentaria no podía adaptarse, a su hermano Sam, respetuoso de
la ley, y se fue a correr mundo en pos de la aventura... Gana un rodeo,
donde traba conocimiento con su famoso caballo, “Dinamita”. Su hermano
también es asesinado por unos facinerosos y es vengado por Tex,
anteponiéndose a la ley y convirtiéndose así en un fugitivo. Es en esta
situación cuando lo descubrimos por primera vez. A pesar de su condición
de fuera de la ley, a causa de su sentido particular de la justicia, en
armonía con su personalidad libre, rebelde y algo anarquista, Tex se
comporta como un justiciero del Far West, un “desfacedor de entuertos”
quijotesco, que sale en defensa de los débiles y desamparados, de las
víctimas inocentes, y en contra de los desaprensivos opresores de todo
tipo.
También era nueva, en cierta manera, la técnica del héroe, del que se
puede decir que “primero dispara y luego discute”. Son famosos sus
“interrogatorios” en los que, por regla general, hace salir de la
habitación al representante de la ley de turno y “entrevista” al
malhechor “hablando con sus puños” hasta que consigue la información
deseada. Héroe poco convencional, con la violencia reinando en un mundo
salvaje y lleno de malhechores, Tex no duda en utilizar métodos
expeditivos, escupiendo plomo con sus pistolas o su Winchester con
rapidez y puntería inigualables. Sin embargo, no se recrea en la
violencia. Sus acciones están ampliamente justificadas y sus ejecuciones
de justicia ampliamente merecidas.
Sus hazañas son notadas por los famosos rangers de Texas, quienes lo
hacen agente secreto para trabajar en misiones peligrosas junto a
Arkansas Joe y el que se convierte en uno de sus inseparables compañeros
de aventuras, Kit Carson, quien, dicho sea de paso, nada tiene que ver
con el legendario héroe del Oeste.
Tex se casó con Lilith, la hija del jefe de los navajos, Flecha Roja,
una bella india que lo salvó del poste de tormento. Bonelli trazó un
hermoso retrato de mujer de carácter, buena, hermosa, inteligente,
educada por los misioneros religiosos y con perfecto conocimiento del
inglés. Pero ¿cómo podía armonizar la sedentaria vida del padre de
familia con la del inquieto héroe justiciero? Bonelli no podía guardar a
la esposa en un hogar que ataría al noble Tex, impidiéndole llevar a
cabo su destino. Lilith, la amante esposa, moriría poco después de dar a
luz un hijo, Kit, quien también se convertirá con el tiempo en el
compañero de aventuras de su padre. Respecto a la muerte de Lilith
tampoco se nos dieron detalles en su época, y hubo que esperar 18 años
para que se nos revele el secreto en una escena en la que Tex relata la
historia a su hijo (“El juramento”, 1969). Descubrimos que unos
desaprensivos transmitieron un virus mortal entre los indios por medio
de unas mantas contaminadas. Por supuesto, Tex supo llevar a cabo su
venganza, como de costumbre.
Tex queda así libre en su vida de aventuras sin fin. Permanecerá siempre
fiel al amor y la memoria de Lilith. La hermosa india no envejecerá
nunca y permanecerá siempre como la más bella y pura mujer en la memoria
de Tex. Hasta hoy, el ranger permanece como esposo de una sola esposa.
Es una extraordinaria y poética historia de amor que dura ya más de 50
años. Un amor eterno para un personaje eterno.
Como jefe de los indios navajos, Tex recibe de ellos su nombre de
“Águila de la Noche”, durante una aventura en la que Tex viste todo de
negro. Este será uno de los grandes atractivos de la serie. La reserva
navajo es para Tex como un remanso de paz, donde viene a reposarse de
vez en cuando, y seguramente a meditar y comunicar espiritualmente con
su amada esposa. Como jefe y defensor de la reserva, Tex no permite
nunca que los malhechores violen esa paz. Esta reserva ideal e
idealizada es un verdadero paraíso que Tex protege celosamente, cuidando
de sus súbditos como un padre amoroso, contra las insidias y peligros de
la civilización de los blancos, el tráfico de alcohol, los tratados de
paz falsificados y la codicia de buscadores de oro o profanadores de
tumbas... Su protección se extiende también a otras tribus indias que
aparecen en los diversos relatos, apareciendo como un amigo de los
indios, un pacificador que sale siempre en defensa de los nativos,
enfrentándose a los “malvados” del ejército o a los rebeldes indios que
surgen a veces y ponen en peligro la paz reinante. La reserva navajo
viene a ser como un Paraíso que nuestro héroe ha encontrado y preserva,
la realización del sueño de muchos mortales.
El carácter de Tex
Tex es una mezcla de ranger, de aventurero libre, de sabio guerrero
indio y de valeroso caballero medieval. Esta amalgama es, seguramente,
la clave del éxito del personaje, además de gozar de excelentes guiones
y de una impresionante galería de autores gráficos que se cuentan entre
los mejores del mundo.
El carácter de Tex, si parece evidente desde los primeros episodios, se
va matizando a través del tiempo, de las historias y de los relatos en
flash-back. Muestra un carácter entero, indómito, libre, con un sentido
personal y expeditivo de la justicia (un gusano es un gusano) y una
tendencia revolucionaria a flor de piel, a pesar de su papel de agente
secreto de los rangers y de jefe de los navajos. Esta última
responsabilidad le cuadra bien a un hombre ansioso de verdad, libertad y
de paz, nociones representadas por la reserva navajo, con sus llanuras,
praderas y montañas, propicias al contacto y comunicación con la
naturaleza, a la relación personal con el Creador y a la meditación.
Tenía al principio la fisonomía de Gary Cooper y el comportamiento de
John Wayne, por imposición de Bonelli, quien veía en éste último el
actor que mejor podía encarnar a su personaje. La serie se dirige más
bien a un público adulto que a los niños, aunque es apreciada tanto por
unos como por otros. Desde la primera viñeta aparece con las pistolas en
la mano y en plena acción, dispuesto a usarlas ¡y las usa! En España
quizás nos chocaba menos, porque teníamos a nuestro Pequeño Luchador
nacional.
De todos es sabido que Bonelli quería llamarle Tex Killer, “El Matador”,
pero la editora se opuso a un nombre que podía traer problemas a la
empresa en aquel tiempo de prejuicios, en el que la censura, poco a
poco, iba a causar estragos, culminando en los años cincuenta, lo que en
definitiva seguramente fue un acierto. El lenguaje es duro y violento,
mucho más al principio que después, en armonía con el cine negro y como
comportamiento natural de un justiciero decidido, capaz de ponerse
rápidamente al margen de la ley si es necesario. Es fuerte y poderoso,
con músculos de acero y complexión de atleta; un pistolero excepcional,
tan hábil con las pistolas (dispara con las dos a la vez) como con el
Winchester; y un jinete consumado y un jugador de poker capaz de
enfrentarse y ganar a los mejores tahúres.
Los 3 Mosqueteros, como todo el mundo sabe, eran cuatro. Los tres
inseparables amigos de Tex son: su hijo Kit, el viejo ranger Kit Carson
y el fiel indio Tiger Jack. Juntos, o de dos en dos, conocerán aventuras
sin fin. Y el lector encontrará su placer en las parejas protagonistas o
en la banda completa. Pero esta larga serie comporta una innumerable
cantidad de personajes, amigos o enemigos de Tex, algunos de ellos
recurrentes y que disfrutamos de encontrar de vez en cuando.
En Tex encontrábamos todos los ingredientes característicos de la
mitología del Oeste, tal como la imaginábamos en Europa, aunque nos
faltaran algunos de los elementos más fundamentales de su origen y
simbología, los cuales vinieron a incorporarse más tarde en nuestra
vida, cuando ya profundizamos en el cine y la literatura y comprendimos
más plenamente lo que el Western significa. Ello nos permite hoy
apreciar aún más esta serie única y rica en contenido, donde encontramos
al héroe y sus compañeros frente a los pistoleros y malhechores
desaprensivos, la justicia frente a la iniquidad, la libertad frente a
la opresión, la valentía y la generosidad frente a la cobardía y la
mezquindad, la lealtad frente a la traición, el amor a la naturaleza y
la vida frente a la civilización mortal y sin piedad, la aventura frente
a la monotonía de la vida “normal”. Y, por supuesto, cabalgadas en las
praderas, emboscadas en cañones profundos, indios buenos y malos,
jugadores profesionales y vampiresas cantantes o jefas de banda, bares
llenos de humo y tahúres, la gloriosa caballería americana y los
inevitables mejicanos, entre los que destaca el simpático Montales, uno
de los amigos de Tex, todo ello con una pizca de la vieja Europa, en
particular el humor italiano que surge en algunos personajes secundarios
y en las eternas disputas amistosas entre Tex y Kit Carson.
Tex es, quizás, el último personaje del Oeste de la bella época que
queda en Europa, e incluso en el mundo. Un verdadero caballero del
Oeste. Un mito eterno. |