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EL GLOBO

El Globo. Revista mensual del cómic

1973-1974. “Revista mensual del cómic” / revista de historietas, o tebeo, con textos sobre humor gráfico e historieta, San Sebastián I números # 1 (III-1973) a # 21 (XI-1974) I mensual I precio facial: 50 ptas. Hasta él # 18, incrementado a 75 ptas. Los tres # restantes. I 27 x 21 cm. I de 64 pp. –con grapa-, b/n, más cubiertas en color
Edición: Buru Lan SA de Ediciones  |  Redacción: Avda. de Francia, 4, San Sebastián

Dirección: # 1 José de Aramburu, # 2 y posteriores José María Mendiola Insausti I Director editorial: # 1, Luis de Apraiz I Dirección técnico artística: a partir del # 2, José Manuel Horna Rosich I Coordinación: Miguel Ruiz Márquez I Impresión: E. Icharopena | 
Redacción: Avda. de Francia, 4, San Sebastián

Colaboradores: Esteban Bartolomé López, Miguel Berzosa, Luis Echeburúa, José Ignacio Fontés, Román Gubern, Francisco López-Mora, Miguel Ruiz Márquez, Félix Rodríguez, Pedro Tabernero, Francisco Hidalgo, Terenci Moix, Piero Zanotto, Enrique Martínez Peñaranda, Juan González Yuste, Claudio Bertieri, Carlo Frabetti.
Depósito Legal: SS 65/1973

[ Ilustración de cubierta del núm. 1 y de los números 5 y 11 de El Globo, todas ellas de Quino, uno de los autores más queridos de la revista  © Quino ]


El Globo, comentario

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El Globo: La revista del cómic adulto que quiso ser y no pudo, por Félix Cepriá


El Globo fue un magazín de gran formato (270 por 210 milímetros) cuyo número 1 apareció, con el subtítulo “Revista mensual del cómic”, el 01-III-1973, y duró hasta el # 21 fechado el 01-XI-1974. La revista fue editada por la editorial donostiarra Buru Lan, uno de los sellos artífice del boom de la historieta a principios de la década de los años setenta con sus famosas reediciones de clásicos del cómic americano, que dispuso su difusión y venta incluso por diversos países hispanoamericanos, pues así figuraba en la cabecera de la revista. La publicación estaba coordinada por Miguel Ruiz Márquez y en ella llegaron a colaborar los redactores y estudiosos: Esteban Bartolomé López, Miguel Berzosa, Luis Echeburúa, José Ignacio Fontés, Román Gubern, Francisco López Mora, Félix Rodríguez, Pedro Tabernero, Francisco Hidalgo, Terenci Moix, Enrique Martínez Peñaranda, Juan González Yuste, Carlo Frabetti, Piero Zanotto y Claudio Bertieri.

En aquel año de 1973, todo aficionado a los tebeos que se acercara a cualquiera de los quioscos que salpicaban la geografía española se daría cuenta que en cuestión de tebeos había mucho donde elegir, pero la mayor parte de ellos eran de poca o nula calidad. Recuerdo Trinca como la mejor revista de historietas publicada en muchos años, y acabó su vida precisamente en julio de aquel año. Menos mal que en el mes de marzo había aparecido El Globo, y en el quiosco también se podían encontrar los productos de la editorial Buru Lan, sus fascículos coleccionables de clásicos del cómic, las publicaciones de Euredit, Casper, o Cascarón, de la madrileña Rollán, material inglés de muy baja calidad, como Galaxus, Casey, Texas Jack, Zip Nolan. También estaban a nuestro alcance las reediciones remontadas de las Aventuras del FBI de Luis Bermejo, las de Mendoza Colt, Rock Vanguard y Doc Savage, historieta primeriza del gran Antonio Hernández Palacios; los tebeos de editorial Bruguera, los conocidos súper y no súper Mortadelo, DDT, Din Dan, Pulgarcito, Joyas Literarias Juveniles, la colección Olé, etc. Editorial Vértice inundaba ya el quiosco con sus superhéroes de Marvel e historietas de terror. Editorial Valenciana daba los últimos coletazos tratando de mantenerse a flote con sus famosos Pumby y Jaimito y reediciones de material de los años cincuenta y sesenta, tratando de sacar beneficio del boom del coleccionismo de tebeos. Editorial Ursus hacía lo propio con la reedición de material de la desaparecida Toray. Ibero Mundial de Ediciones, de modo similar, editando en castellano las versiones hispanas de las revistas de terror de la Warren americana: Vampus, Rufus y Dossier Negro. Con interés en sacar provecho del auge del terror en medio mundo y siguiendo la estela de las anteriores hubo infinidad de revistas de terror con mayor o menor éxito, todas ellas de nula calidad, véase Terror Gráfico, Pánico, Espectros, Escorpión, Horror, Macabro, etc., la mayoría surtidas con material de agencia. También había revistas de humor para adultos como Mata Ratos, Hermano Lobo y El Papus, y algunos títulos más, aproximadamente setenta u ochenta títulos mensuales.

Mención aparte merecen las colecciones Noveno Arte, Años de oro, Lucca, etc., de la editorial Pala (perteneciente al grupo Planeta), también radicada en San Sebastián, como Buru Lan. Estos tomos editados exquisitamente bajo la dirección de Luis Gasca deberían ser un ejemplo a seguir por todos los editores, incluso los actuales.

Con la edición de El Globo, Buru Lan quiso iniciar una etapa más adulta en su línea de publicaciones, pero sin llegar a abandonar la edición de clásicos. Siguiendo las pautas marcadas por las revistas que triunfaban en Italia, Linus, Eureka y Sorry o la francesa Charlie, El Globo pretendió ser en España una revista del cómic “adulto”, editando material similar a aquellas. Si lo pudo lograr, no lo sabemos, ya que veintiún meses después dejó de existir, en parte por la llamada crisis del papel y el encarecimiento del mismo, ocurrida a mediados de 1974 a remolque de la iniciada el año anterior en EE UU, lo cual provocó una subida del cincuenta por ciento en el precio de la revista. Es de suponer que éste encarecimiento contribuyó a la retirada de muchos de los compradores de la revista. Su despedida de los lectores en el número veintiuno era presentida, pues poco antes lo había hecho su compañera de editorial Zeppelín, si bien El Globo finalizó las historietas en curso, al contrario que la primera en morir, quizás por que la mayor parte de las historietas en curso eran episodios auto conclusivos.

El Globo fue una revista en blanco y negro, con grapas, compuesta de sesenta y cuatro páginas mas portadillas, estas de cartulina, siendo las páginas de un gramaje superior al estándar de las publicaciones del momento. Una publicación de este tipo vino a ser en aquel momento como una bocanada de aire fresco en el pequeño y cerrado mundo de la edición de historietas en España, a pesar de algunas críticas de los que se tenían por “entendidos en la materia”. Según ellos, el material publicado tendría que haber sido más seleccionado,  cuestión más que debatible ya que ésta revista puso al alcance del aficionado español historietas como El Eternauta de Breccia y Oesterheld, Li’l Abner y Fearless Fosdick de Al Capp, El Mago de Id y B. C. de Jonny Hart, Spirit de Will Eisner, Dick Tracy de Chester Gould, Corto Maltés de Hugo Pratt, Kerry Drake de Alfred Andriola, Tiffany Jones de Pat Tourret y Jenny Butterworth, La Astronave pirata de Guido Crepax, Pogo de Walter Kelly, varios cuentos fantásticos de la mano de Dino Battaglia, Jeff Hawke de Sydney Jordan, Peanuts de Charles M. Schulz, Mafalda de Quino y diversas páginas de humor de los argentinos Mordillo y Oski. Todo ello acompañado de artículos sobre el mundo de la historieta, biografías de autores, entrevistas a autores del medio, galería de héroes del cómic y artículos diversos sobre la relación entre el cine y el cómic, etc.; y todo ello aderezado con diferentes imágenes o ilustraciones relativas al tema tratado.

La reproducción del material respetaba el formato de las obras originales, mas no el orden de algunas historietas, ya que al ser episodios auto conclusivos, se intercalaban episodios modernos entre otros más antiguos (en los casos de Spirit y Li’l Abner por ejemplo)

Estamos de acuerdo que varias de éstas historietas ya se habían publicado anteriormente (Spirit o Dick Tracy lo habían sido tiempo atrás) o se estaban publicando en ese momento (véase Mafalda, que estaba siendo editada por Lumen en tomos apaisados, o El Mago de Id y B.C. editados por la propia editorial en libritos), pero en general podemos decir que la nota media de la revista fue alta ya que publicó historietas que de otra forma el aficionado medio no llegaría a conocer salvo por referencias. De hecho Li’l Abner o Pogo no se han vuelto a editar en España. Con todo, el público respondió favorablemente, y debido al inmediato éxito de El Globo, seis meses después de su aparición y siguiendo la misma línea, Buru Lan lanzó al mercado la revista Zeppelín, diferenciándose de aquella en el formato (tamaño tabloide) pero no en la intención, pues ser publicaron en ella historietas de humor “más o menos adulto”, historietas serias y artículos en torno al cómic. [ para más información véase el repaso a Zeppelín de Martínez-Pinna en Tebeosfera undécima edición. Clic aquí ]

Únicamente podríamos argüir en contra de El Globo que pecaba de pretenciosa en sus planteamientos, que trataba de ser una revista de cómic para gente que había superado la juventud y no se avergonzara de leer historietas. Dada su corta vida no sabemos el alcance que tuvo en sus pretensiones, pero podríamos decir que en conjunto El Globo estaba muy por encima del resto de publicaciones de la época, y si algo hubiera que reprocharle, sería la nula producción de historietas propias, españolas. De todos modos, fue ésta una práctica habitual en la efímera vida de Buru Lan, con la excepción del primer tomo del coleccionable Drácula (II-1971 – VII-1971), en el cual la editorial si publicó material original español realizado expresamente para el sello.


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[ © 2004 Félix Cepriá,  para Tebeosfera 040306 ]