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Por los años 50 eran los tebeos las lecturas favoritas de los entonces
niños. No sólo teníamos a El guerrero del antifaz (1944) o a
Roberto Alcázar (1940), sino que conocimos a, Brick Bradford
(1947) o el material de la Colección Walt Disney (1945) o al
Capitán Marvel (1948). En el 53 se editan en España ocho tebeos,
siendo los más famosos Red Dixon e Hipo, Monito y Fifí, Y
dos suplementos de periódicos para niños: uno fue en La Prensa,
de Barcelona, y el otro, en el diario CORDOBA, que se llamó PEQUES.
Cuando en
Córdoba se hacían tebeos
Alcalde, EL Cordobés que dibujó su ciudad.
F.
FERNANDEZ CABALLERO
PEQUES fue una realización íntegra del entonces dibujante del diario
José Alcalde Irlán, que ya era conocido por los lectores por ser el
autor del personaje Pepe Carapato; viñeta crítica del acontecer
diario de la ciudad.
No
me costó mucho trabajo encontrar el chalet Montecamelo en la
barriada del Naranjo, Alcaide Irlán estaba esperándome. La salita donde
me recibe está decorada con fotografías familiares y cuadros pintados
por él. Toda la habitación es muy recuerdo nostálgico de años pasados.
Cada imagen fotográfica y cada cuadro, tiene su historia en la vida de
Alcaide que, a lo largo de la conversación que con él mantengo, lucha
por no emocionarse ante los hechos que, como dibujante de tebeos –de
monos, gusta decir él- voy desgranando.
–¿En qué año nació?
–En el 14. Pero lo de la edad es mejor que lo suprima. Yo me encuentro
joven y me da pena...
–Creo que es importante porque; usted comenzó a dibujar muy joven en
revistas nacionales. Tenga en cuenta que mi generación estuvo varios
años leyendo PEQUES, además de otros tebeos. Usted ha sido el dibujante
de tebeos más conocido de Córdoba.
–Lamento que cuando se han hecho esas Jornadas dedicadas al tebeo en la
Posada del Potro no tuvieran el pequeño recuerdo mío... Recuerdo una
exposición de tebeos que me puso en un local de la iglesia de la
Carretera de Almadén, donde había una página de PEQUES.
–Esa exposición la monté yo y entre las 50 páginas de tebeos expuestas
había una SUYA. Pero, dígame, ¿cuáles fueron sus principios como
dibujante?
–¿De monos? No. Yo estudié en la Escuela de Artes y Oficios, en el
barrio de Santiago, pues soy de Córdoba, nacido en la calle San Alvaro.
Compañeros míos de Artes y Oficios fueron Martínez Cerrillo y Díaz Peno.
Ingresé en el periódico CORDOBA como auxiliar de redacción y estaba en
la compañía Sevillana como delineante, profesión que tengo. Siempre me
llevé muy bien con todos los directores del CORDOBA.
–¿Dónde comenzó a hacer sus primeros dibujos?
–En el año 1935, en la revista El Explorador, que era de los boy
scouts, en la que hacia Aventura de Buck el lobato y el viejo lobo,
dónde siempre pintaba un hombre viejo y un niño, porque yo uno al niño
con el viejo en sus sentimientos y todo, porque el niño se asemeja mucho
al viejo y el viejo se asemeja mucho al niño. En agradecimiento, me
nombraron instructor honorario de los exploradores de España.
-¿Dónde estuvo en la guerra?
-Pertenecía a artillería pesada en la sección de topografía y estuve en
Belmez y Extremadura. En mis ratos libres sacaba mis carpetas y dibujaba
todo lo que veía.
En Pelayos
En
el año 1936 dibuja en Pelayos, revista que se edita en San
Sebastián.
-Recuerdo que mandé allí unos dibujillos y me los aceptaron. Me
publicaron todo lo que enviaba y me daban por ello una gratificación.
-En Pelayos dibuja entre otros personajes a Polito y Paco el
minero. Y a Polito lo viste de falangista. ¿La época?
-Eso, la actualidad. A Paco el minero le ponía la boina colorada,
que después se la quité. Como ve siempre uno al mayor y al niño
[sic].
-En el 38 pasa a Chicos, de San Sebastián donde hace su primera
historia en dibujo serio, además de sus personajes Cocolín y
Jamoncito, titulada El Capitán Acuña, firmando como A. Yrlán.
-Fue El Capitán Acuña, de la policía indígena del Canadá,
que yo hacía de libros y recortes que me mandaban.
-En Mis Chicas (1.941) hace Pituca y Marga. Rafi y el
viejo minero. Era una revista para niñas.
-También hago Din, el duendecillo del bosque.
-De Mis Chicas pasa a Editorial Española SA y dibuja,
entre otros, las historietas de Polito con la curiosidad de que
ese personaje, es el único que cuando lo hace [es] con bocadillo o
globo, mientras que los demás dibujantes lo hacen por medio de textos de
apoyo.
-Pues no me acuerdo. De eso no conservo nada. Además hace tiempo tiré
una maleta llena de tebeos y originales, pues me dije que ya estaba
olvidado por completo del mundo infantil. Lo mío, en realidad, era el
dibujo académico, la plumilla, el óleo y la acuarela.
-Pero usted es más conocido por sus dibujos de tebeos y personajes de
humor.
-Más tarde le enseñaré la colección de dibujos a plumilla que estoy
preparando para una exposición.
-Vayamos al diario CORDOBA. Usted Comienza a dibujar hacia el año 40 sus
primeras viñetas.
-Comencé siendo director un tal Escalera.
-¿Todo lo que dibujaba era original suyo en los temas?
-Todo era mío. Yo me refugiaba en el archivo y allí iban los redactores
a informarme y pedirme un determinado dibujo. -Su personaje más famoso
fue Pepe Parapeto [sic]. ¿Cómo surgió?
-Fue el director don Pedro Alvarez el que me pidió una viñeta diaria de
un personaje cordobés. Se me ocurrió entonces hacer un hombre como un
pato, vivo como un muñeco, que no se ofende por nada y que a través de
él se podían hacer críticas callejeras. Lo aceptó y resultó totalmente.
Tuvo un gran éxito, aunque también hubo sus más y sus menos, pues
interpretaron mal algunas viñetas y tuvo que intervenir el gobernador,
ya que algunos de la Vieja Guardia querían anular los dibujos. Estos
eran muchos y había quien los interpretaba mal.
-Con la férrea censura de la época...
-Yo salté con diplomacia todo en Como pasa el rato Pepe Carapato.
Lo había observado todo en tabernas y en la calle. Por cierto, que no
tengo nada guardado.
-Pepe Carapato es un cordobés, pero señorón al cien. ¿De quién tomó la
idea?
-De Fernando, el gitano, que bailaba muy bien y siempre estaba en Las
Tendillas. De él tomé la Idea.
-¿Lo que le ocurría a Pepe Carapato era real?
-Todo, todo. De fantasía nada. Pues era lo que veía. Y lo que hoy es
cartas al director yo lo decía a través del personaje. Yo me ocupaba de
lo que pasaba en la ciudad. Lo que veía mal yo lo plasmaba en esa viñeta
muda, que cada uno podía Interpretar como le daba la gana.
-¿Hubo alguna advertencia de la Administración?
-Sí, algunas, pero no hubo grandes problemas.
En el diario CORDOBA
-En el año 53 sale en el CORDOBA el suplementos infantil PEQUES. El
primer número sale. el 28 de julio, realizado con material facilitado
por la Agencia del Movimiento. Así se publica durante 6 semanas. Y el 27
de septiembre de 1953 vemos un nuevo PEQUES de ocho páginas realizado
íntegramente por, usted. ¿Por qué se deja de publicar el de agencia y se
encarga usted de hacerlo?
-Pues porque la factura que pasaba Madrid al periódico era muy grande y
me propusieron que yo lo hiciera.
-En portada figuraba La familia Polvorilla, ¿de dónde sale esa
familia?
-El nombre puede ser que saliera de un profesor que tuve en la Escuela
Francesa y que era muy bajito. Yo me basaba en la actualidad para sus
aventuras. El padre era pequeño y la madre era muy grande, quizá porque
siempre me han gustado las mujeres altas, y dos hijos, niño y niña. Son
una familia de la clase media acomodada de aquellos años y yo retrataba
en las historietas lo que veía y era la vida de una familia de la
ciudad.
-Hace otros personajes que adquieren popularidad y también hace
historietas en dibujo serio. Para mí lo mejor de todo lo publicado en
PEQUES fue El Califato de Córdoba, que se reeditó en tiras
diarias en el año 1972. ¿Se piensa reeditar en libro?
-Pues lo tengo preparado para hacerlo. Tanto el libro de El Califato
de Córdoba como las viñetas de los lugares de Córdoba. Todo lo tiene
Murillo, que es maestro nacional y hermano mayor de la Virgen de Las
Angustias, para gestionar su publicación a través del Monte de Piedad.
El Califato que se publicó en tiras lo tiene en original, en las
que ha rectificado algunas viñetas y ha quedado muy bien.
-¿Estaba marginado el tebeo en aquellos años?.
-No, ni hablar. Los tebeos los leían todos, grandes y chicos: Había
muchas personas que me leían en los tebeos y me felicitaban. El PEQUES
era muy leído. Cuando desapareció no llegué a enterarme de la causa,
quedando algunas historias sin terminar.
Imposible transcribir toda la conversación con José Alcaide Irlán. Como
epílogo, me enseña sus dibujos a plumilla, sus óleos y sus acuarelas.
Por último, vamos a su cuarto de trabajo. Muchos cuadros, apuntes y, en
un lateral, un diploma/título de miembro fundador de la Asociación de la
Prensa de Córdoba.
"Estoy olvidado ya, pero me gustaría hacer algo para el periódico". me
dice en la despedida cuando me lleva a ver los dibujos que ha realizado
en la parroquia del barrio.
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