«NACIO EN MENDOZA
EN 1932. A LO LARGO DE SU CARRERA SUS OBRAS LO TRANSFORMARON EN
UNO DE LOS NOMBRES MAS PRESTIGIOSOS DEL HUMORISMO GRAFICO ARGENTINO Y
DEL MUNDO. ESTE ES UN REPASO POR LA OBRA Y EL PENSAMIENTO DEL CREADOR DE
MAFALDA.
.¿Siempre quiso ser dibujante?
Q: Desde siempre. A los 3 años yo ya quería ser dibujante. No tenía
claro de qué, recién a los 14 lo decidí y cuatro años más tarde, vine a
Buenos Aires y empecé a recorrer las revistas. Por lo general me decían
que las ideas estaban bastante bien, además en esa época todas las
revistas trabajaban con libretista. Mi ideal hubiera sido hacer humor
mudo, pero cuando entré a trabajar a Rico Tipo (Guillermo) Divito, a
quien yo respetaba mucho, me dijo que la gente que pagaba por la revista
quería que se le diera material para leer. Yo lo quería y lo admiraba
tanto, que le hice caso.
.¿Qué hubiera sido, de no ser dibujante o humorista?
Q: Mirá, no lo sé muy bien, tampoco me lo planteo mucho. Es lo único que
sé hacer, lo único que me ha atraído en la vida. En esta profesión uno
nunca deja de trabajar. Uno está sentado en un bar, en el colectivo o
donde sea y tengo que estar observando a la gente. Y no soy el único,
eso le pasa a todos. Es muy difícil decir cuántas horas trabajo, porque
siempre estoy trabajando. Incluso cuando voy al cine estoy mirando,
aunque ya haya visto la película, y presto atención a cómo está hecho el
montaje, para cuando yo hago una historieta, darme cuenta de qué
cuadritos sobran. Mi trabajo se parece mucho al de un director de cine,
ves en qué ángulo ponés la cámara, si tomás un plano grande o chico y
después ponés a los actores, que son los "monitos". A mi
desgraciadamente, todos los monitos me salen muy parecidos entre sí, me
gustaría tener mayor diversidad pero no me sale.
.¿Mafalda nace por un encargo publicitario?
Q: Exacto, fue un encargo de una agencia de publicidad. Me la encargaron
para una línea que iba a sacar la empresa Siam con el nombre Mansfield,
por eso busqué nombres que se le parecieran, como Mafalda. Después, no
sé por qué la campaña no se hizo, ni salieron esos productos, ni nada.
Yo me quedé con 12 tiras que había hecho, con esa familia tipo que era
una mezcla de Blondie con Peanuts. Recuerdo que yo compré Peanuts (que
en esa época venía directo de Estados Unidos) y me di cuenta de que
Schulz había producido un cambio muy grande dentro de la historieta,
porque hasta ese momento, todos los personajes tenían una sola
característica. En Argentina estaba Avivato, que en todas las tiras
hacía una avivada, Falluteli y otros así y en las historietas
norteamericanas pasaba lo mismo. Pero este tipo Schulz trajo personajes
antipáticos, simpáticos, buenos, malos, envidiosos y eso fue una
revolución. Yo tomé bastante de él, pero como no soy norteamericano,
hice una adaptación muy argentina de la cosa.
.¿Cómo fue armando el elenco de Mafalda?
Q: Mafalda me parece el personaje más fabricado. Los otros fueron
apareciendo después. Las primeras tiras eran el papá, la mamá y Mafalda,
que les hacía preguntas y ellos no sabían qué contestarle. Felipe
apareció muchas tiras después. Me cansé y dije "Acá hay que meter otro
tipo, sino esto va a ser un plomo". Y así fueron apareciendo todos, por
una necesidad del libreto.
.¿Es cierto que usted se parece mucho a Felipe?
Q: Felipe y Miguelito, una mezcla de los dos. Supongo que me debo
parecer a todos. En Susanita y Manolito he puesto lo que más me molesta
de mí.
.La evolución del dibujo en Mafalda ¿es intencional o espontánea?
Q: Uno va corrigiendo y va cambiando. Es como si compararas una firma
tuya actual con una de hace seis años. En Mafalda fueron cambios
positivos, en otras épocas de mi vida no. He hecho narices horribles.
Pero las etapas van pasando sin que uno se dé cuenta. Como dijo el Lolo
Amengual, uno dibuja como puede y no como quiere.
.¿Es verdad que usted muchas veces calca?
Q: Si, de un cuadrito a otro. No puedo reproducirme a mí mismo y le
tengo tanto respeto al dibujo original, que me pongo Felipe y digo "¿Y
si en el otro cuadrito no me sale igual?".
.¿Alguna vez se arrepintió de alguna tira de Mafalda?
Q: Si, cuando se pone a dar peroratas sobre la paz. Eso no es creíble en
una nena de esa edad.
.¿A usted le gustaba la sopa?
Q: Sí, sí, la sopa es una metáfora sobre el militarismo y la imposición
política.
.¿Cómo y por qué decidió dejar de dibujar la tira?
Q: Estaba cansado de hacer siempre lo mismo. La decisión pasó hasta por
zonas conyugales, porque mi mujer estaba podrida de no saber si podíamos
ir al cine, invitar gente a cenar o qué sé yo, porque yo estaba hasta
las 10 de la noche con las tiras. Además me costaba mucho no repetir y
me daba cuenta de que cuando no se me ocurría nada, enseguida echaba
mano a Manolito o a Susanita, que eran los más fáciles. Además hubo un
tipo que fue maestro de los dibujantes de mi generación, Oski, y él nos
decía que nunca nos metiéramos con un personaje fijo y si nos metíamos,
agarráramos una tira y tapáramos el último cuadrito con la mano. Si el
lector adivina cómo va a terminar, ahí hay que dejar de hacerlo. Me
pareció un buen momento y no me imaginé que veintitantos años después
fuera a seguir vigente.
.¿Y a qué atribuye esta vigencia?
Q: No sé. Además yo la hacía para la página editorial, no para la página
de historietas. Salía en la página de comentario político y de
actualidad. Siempre la hice pensando en gente adulta, no para chicos.
Pero ahora los chicos tienen tal nivel de información que más o menos
pescan todo lo que dice en las historietas de Mafalda.
.En aquel entonces tampoco se imaginó que pudiera tener tanta
repercusión en países como Alemania, Grecia, Canadá, Finlandia...
Q: No, no, porque son culturas bastante distintas. Allá se publica como
una nena sudamericana. No obstante, las relaciones entre padres e hijos
son mas o menos iguales en todo el mundo.
.¿Tuvo que hacer algún cambio en las tiras para exportarlas?
Q: No, se publicaron siempre en argentino, aún en España.
.Si usted decidiera volver a dibujar a Mafalda, ¿se podría adaptar a los
tiempos actuales?
Q: Podría acompañar lo que está pasando en la parte humana. Lo que yo no
sabría cómo manejar es la parte tecnológica. Cuando yo hacía la tira, la
televisión recién aparecía a nivel masivo, popular. Toda la gente tenía
televisor en la casa y eso con las computadoras todavía no pasa, pero va
a ir pasando y ese mundo yo no lo manejo. No tengo la menor idea de qué
tiene un nene en la cabeza ni en qué piensa cuando anda con todo eso,
así que no me animaría a meterme. Sí podría acompañar las dudas
políticas, los miedos por la situación económica, el sueldo del viejo,
todo eso sí. Hace poco un amigo me decía "¿Por qué no hacés una Mafalda
de treinta y pico, casada y con hijos que tengan esta mentalidad
monetarista jodida que tienen los chicos de ahora? Y que ella luche
contra todo eso". Como idea no es mala, muchísima gente me dice "¿Por
qué no volvés a hacer Mafalda?".
.Mafalda tenía como fantasma a los chinos. ¿Cuáles serían sus fantasmas
en la actualidad?
Q: No sé, el SIDA, la destrucción del planeta...
.¿Sería ecologista Mafalda?
Q: Si.
.Hay personajes de historieta a los que la gente les deja siempre la
misma edad, pero con Mafalda se da lo contrario, todo el mundo se
imagina que creció. Inclusive usted dijo que hubiera sido una
desaparecida más. ¿Por qué cree que la gente quiere ver a Mafalda
crecida?
Q: Porque la toman como a un personaje de carne y hueso. Eso me ha
llamado siempre la atención. Para mí siempre ha sido un dibujo. A lo que
hago para la revista de Clarín le pongo la misma pasión, entusiasmo y
esfuerzo que ponía para hacer Mafalda.
.Y además de esas páginas para Clarín, ¿está haciendo algo más?
Q: No, porque eso me lleva toda la semana. Es que cada vez estoy más
hincha con las cosas, cada vez me fijo más y borro más. Entonces cada
idea me lleva mucho tiempo. Tengo una carpeta llena de bocetos que sé
que pueden funcionar pero no les encuentro la vuelta. Y por ahí los
dibujo después de cinco años. Ahora estoy dibujando una que la idea
tiene como ocho años.
.En estos trabajos posteriores a Mafalda, ¿se siente más libre?
Q: Si, claro. Dibujar siempre en la misma medida y con los mismos
personajes me quitó espacio. No es lo mismo un gallinero que una cancha
de futbol.
.¿Este trabajo para Clarín le alcanza para ganarse la vida?
Q: No, no. Si no fuera por los derechos de autor de Mafalda no me
alcanzaría.
.¿Pensó alguna vez en retirarse?
Q: No, a lo mejor un día me pudro de la entrega y digo "No, no entrego
más ni una vez por semana y hago dibujitos para sacar un libro cada
tanto. Mientras me dé la vista y no me tiemble mucho la mano, no voy a
dejar de dibujar.
.¿Lo censuraron alguna vez?
Q: Con Mafalda no, con las páginas de humor sí. Cuando llegué a Buenos
Aires en 1954 con mi carpetita me enteré cómo era la cosa: Chistes con
la religión no, con sexo tampoco, con militares no, que atenten contra
la famila (que no sé bien qué quiere decir) tampoco. No había un ente
censor, pero el secretario de redacción por ahí te decía "No, esto mejor
lo guardamos". Era una especie de autocensura, pero se sabía que venía
de más arriba.
.¿Podría decir que siempre hizo lo que quiso?
Q: No, me hubiera gustado hacer más sexo, más antimilitarismo y más
anticlericalismo.
.¿Es cierto que usted es un asiduo lector de la Biblia?
Q: Si, pero no en un sentido religioso, sino para buscar ideas. He
sacado un montón de chistes de la Biblia. Me asombra sobre todo el poder
de síntesis que tiene: Noé baja del arca, planta una viña y se agarra
una curda.
.Mafalda fue llevada a la animación ¿Qué opina de los resultados?
Q: El resultado no me gusta nada. No hay gags cinematográficos, no tiene
hilación. Además hicieron una versión muy edulcorada. Por ejemplo
muestran la escuela con colores celestitos y rosaditos, es todo prolijo.
No hay techos rotos como los que yo hacía. El productor de esa serie es
Daniel Mallo, un tipo que ganó mucha guita con un culebrón que se llamó
Simplemente María y que perdió otro tanto con un documental sobre el
peronismo llamado "Ni Vencedores, Ni Vencidos". Era un tipo muy
exagerado para todo. Así que me estuvo persiguiendo cinco años para
hacer una película con Mafalda en dibujo animado. Yo no quería saber
nada, pero después de tanto insistir, al final le dije que hiciera lo
que quisiera pero yo no quería participar en los guiones ni en nada. Mi
única participación se limitó a escuchar voces durante seis meses pero
ninguna me gustaba. Me parecían malísimas. Me arrepiento de haberme
metido en estas cosas. La película me gusta como animación, nada más.
Después el productor se fue del pais y sigue vendiendo los dibujos por
todo el mundo. Yo nunca cobré derechos, ni nada. No digo que la piratee
porque hay un contrato del que lamentablemente no me puedo desligar. En
cambio estoy muy conforme con el trabajo realizado por Juan Padrón en
los Quinoscopios que se realizaron en Cuba.
.¿Se puede adaptar Mafalda a la pantalla en forma efectiva?
Q: A mí no me gustan las adaptaciones. En el `68 vi en Londres una
adaptación teatral de Peanuts con unos actores bárbaros, pero a mí no me
gustó. Tampoco las películas de Blondie. Los dibujos animados de Charly
Brown eran de una tristeza espantosa. La ausencia de los padres, que en
las tiras no se nota, en la pantalla se nota muchísimo. Por ejemplo, que
Snoopy le lleve el desayuno a la cama a Charly Brown. Dejame de joder
con eso. No soy partidario de las adaptaciones. Manuel Puig, por
ejemplo, estaba furioso cuando vio "El Beso de la Mujer Araña", decía
que eso no era lo que había escrito. Yo leí el libro y la película me
pareció muy buena. Será que en general los autores no estamos muy de
acuerdo.
.¿Tiene algún proyecto a mediano o corto plazo?
Q: Seguir dibujando y hacer un libro que no sean recopilaciones.
.¿Y una historieta de Mafalda adulta?
Q: Por el momento no.
.Bueno, muchas gracias por todo.»
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