Tebeosfera: Jim, gracias por concedernos esta entrevista.
Jim Starlin: Es un placer.
T: A lo largo de tu carrera has realizado muchas historias de ambiente
cósmico. ¿Son más fáciles para ti por alguna razón en particular?
JS: Sí, así no tengo que dibujar caballos o coches.
T: No te gustan.
JS: No, y además me resultan difíciles. No, la
verdadera razón es que me gusta esa ambientación, las naves y el espacio
exterior. Me es más fácil contar historias en una realidad que no es la
nuestra, de este modo no estoy limitado por la realidad. Así, si quiero
escribir una historia sobre, por ejemplo, políticos corruptos, es más
fácil situarla en el espacio exterior que en Estados Unidos, de manera
que no tendré a la gente diciéndome «Oh, estás hablando sobre Bush» y
todo eso, aunque probablemente lo esté haciendo [Risas].
T: Es decir, que utilizas esa ambientación para hablar de temas muy
humanos, incluso de gente real.
JS: Sí. Cuando en la década de los setenta empecé a
dibujar Capitán Marvel, por ejemplo, podíamos dibujar naves
espaciales mejor de lo que podían hacerlas en las películas durante
algún tiempo. Ahora no podemos competir con películas como Star Wars,
son mucho más espectaculares. Así que básicamente si no tienes una
historia, si no cuentas algo sobre las personas, intentar arrastrar a
los lectores al espacio exterior es perder el tiempo. En la mayoría de
los casos no tengo problemas con eso porque casi todas mis historias son
sobre personas y todo lo referente al espacio es simplemente
ambientación. Tengo una regla cuando escribo: el personaje principal
tiene que pasar por algún tipo de transición a lo largo de la historia.
Tiene que cambiar su forma de pensar sobre algo o aprender alguna cosa.
De otro modo sólo es una pelea y una pelea no es una historia, tiene que
haber una transformación de algún tipo.
T: Una pelea no es una buena pelea si no te importa lo que le pase a los
personajes.
JS: Sí, si no no hay motivo para contarla. Eso es lo
que muchos cómics intentan que olvides, dicen que con que haya acción es
suficiente. Y no lo es.
T: Has hablado sobre las películas de Star Wars. ¿Incorporas
ideas de películas o novelas de ese tipo a tus cómics?
JS: Probablemente al principio sí lo hacía, creo que
mis primeras historias le deben mucho a Roger Zelazny. No leo mucha
ciencia ficción actualmente, veo películas como Star Wars y otras
así pero la mayoría de mis lecturas actuales no son de ficción o son más
literarias que la ficción de género.
T: Muchos escritores confiesan que ya no leen nada de ficción.
JS: Bueno, yo aún lo hago de vez en cuando.
Precisamente cuando venía en el avión estuve leyendo La Iliada,
que es el primer libro de ficción que leo en algún tiempo. Es una nueva
traducción que acaban de publicar.
T: A mediados de la década de los ochenta escribiste una etapa muy
recordada de Batman, que no es precisamente un personaje cósmico.
JS: Quería cambiar. Fue un paso muy importante para
mí, en aquella época leía mucho a Elmore Leonard, autor de novelas de
género negro como Get shorty, y me apetecía hacer historias de
crímenes de ese tipo. Frank Miller había escrito una etapa muy buena en
Batman y después hubo otra no tan exitosa de Max Allan Collins.
Denny O’Neil me preguntó si quería probar a escribir un número, y
después de haber escrito tres o cuatro me di cuenta de que me había
convertido en el guionista regular de la serie. Me sentía cómodo con el
personaje, lo pasé bien escribiéndolo hasta que decidimos matar a Robin.
A partir de ahí todo fue mal.
T: ¿Te gustaba el personaje de Batman antes de guionizarlo?
JS: Cuando era niño, en los cincuenta, los únicos
cómics que leíamos eran Batman y Superman…
T: Ese Batman era muy distinto.
JS: Sí, había historias con peniques gigantes y
todas aquellas cosas tan raras [Risas]. A lo largo de los años continué
leyéndolo y siempre tuve mis propias ideas acerca de cómo debía ser el
personaje, pero no fue hasta los ochenta que tuve finalmente la
oportunidad de escribirlo y así fue como en cierta manera completé un
viaje que había durado treinta años.
T: En 1989 se estrenó la película de Tim Burton y el personaje se puso
de moda, el símbolo del murciélago estaba por todas partes. ¿Cómo
viviste todo aquello?
JS: Bueno, yo ya no escribía el personaje así que no
tuve nada que ver con aquello, un escritor escocés cuyo nombre no
recuerdo se había hecho cargo de la serie. Para mí simplemente fue una
buena película que disfruté viendo, esa fue toda mi conexión con
aquello.
T: ¿Has visto la nueva?
JS: ¿Batman Begins? No, aún no. Me han dicho
que es bastante buena. Estoy seguro de que va a ser mejor que la de
Los 4 Fantásticos, vimos un avance y era malísima.
T: Cuando escribías Batman tuviste como dibujante a Jim Aparo…
JS: Sí, Jim, y después Bernie [Wrightson].
T: No creo que haya sido nunca un dibujante de moda entre los
aficionados, pero a mí particularmente me gusta mucho su trabajo.
JS: Jim es un dibujante muy trabajador, con buenas
cualidades para su oficio. Lo curioso es que nunca llegamos a conocernos
durante todo el tiempo que estuvimos trabajando en Batman, sí que
trataba mucho a Denny O’Neil pero nunca me encontré con Jim. No fue
hasta unos años después de que hubiéramos matado a Robin que nos
conocimos en una convención. En la época en que trabajábamos juntos
nunca hablamos, ni nos telefoneamos ni nada por el estilo, simplemente
yo le enviaba la historia y él la dibujaba. Solía hacer una página al
día, dibujo y entintado. Creo que lo único que le interesaba era
entregar su trabajo lo antes posible, vive a varios estados de todo el
mundillo editorial y no está realmente interesado en los líos de los
negocios alrededor de los cómics. Recuerdo que cuando por fin nos
conocimos le comenté que, al enviarle el guión de la página en la que
Robin es asesinado y se ve a Batman sosteniendo su cuerpo, le puse una
nota diciéndole que ese iba a ser el dibujo más recordado de los que él
hiciera en toda su vida. Se lo volví a señalar en la convención y él me
contestó «tío, cada vez que me doy la vuelta veo ese dibujo por algún
lado, tenías razón» [Risas].
[
Nota: El 19-VII-2005, un mes después de
la realización de esta entrevista, Jim Aparo falleció a los 72 años de
edad ]
T: ¿Crees que a los lectores de un personaje como Batman les gusta que
los guionistas experimenten con el personaje o quieren leer las mismas
historias una y otra vez?
JS: Creo que muchos editores piensan que los
lectores quieren leer las mismas historias una y otra vez y por eso en
los últimos diez años o así los guionistas han sido poco menos que
ignorados, dándole toda la importancia al dibujo y a los artistas. Sé
que en estos momentos en DC están trabajando para cambiar esa situación,
esa es la razón por la que estoy volviendo a escribir para DC. Debido a
que los guionistas estaban siendo ignorados muchos de ellos, los que
escribían para Marvel en los ochenta, no encontraban trabajo. Bob Harras
fue el único al que seguían contratando para hacer guiones, mientras que
escritores tan buenos como Peter David se veían empujados a un rincón,
porque muchos de aquellos ignorantes convertidos en editores que no
tenían ninguna experiencia como guionistas habían sido fans de Bob. Por
eso era el único al que contrataban.
T: ¿Significa eso que en realidad es un pequeño grupo de gente la que
decide quiénes tienen trabajo y quiénes no?
JS: Sí, en gran medida es así. Depende de cómo sean
los editores en un momento determinado, en las compañías los editores
están cambiando constantemente. En los noventa en concreto los editores
eran las personas que los jefes pensaban que iban a conseguirles más
dinero. En los viejos tiempos los editores solían ser gente que llevaba
treinta años en los cómics y sabían lo que hacían. De ahí salieron Joe
Orlando, Archie Goodwin, Roy Thomas... todos los buenos editores. Ellos
ya habían hecho lo que los nuevos estábamos haciendo, y nos apoyaban.
Ahora muchos editores se limitan a buscar a alguien que sepa escribir y
que esté dispuesto a trabajar en una colección por menos de diez mil
dólares al año. Ese es el panorama actual.
T: Es triste.
JS: Sí, pero como he dicho antes creo que la
situación está cambiando un poco, porque se están empezando a dar cuenta
de que todos esos cómics eran tan malos debido a que estaban mal
escritos. Empiezan a comprender que los cómics son palabras y dibujos
mientras que durante mucho tiempo han creído que sólo importaban los
dibujos.
T: ¿Se están dando cuenta de eso tanto en Marvel como en DC?
JS: Creo que las cosas están cambiando más en DC que
en Marvel. Recientemente he tenido una etapa de mucho éxito en Marvel
con una serie llamada Thanos, que se convirtió en su quinta serie
más vendida de la noche a la mañana. En cuanto se convirtió en un éxito,
y te lo digo sinceramente, el editor me echó de la serie de una patada.
Poco después de echarme la colección pasó de ser la quinta más vendida a
ser cancelada.
T: Sí, lo recuerdo.
JS: Pues bien, hace poco tuvimos una serie de
conversaciones acerca de la posibilidad de que hiciera un nuevo trabajo
para Marvel. Y en ese momento fui informado de que no podría hacerlo a
menos que le pidiera disculpas a Joe Quesada [Editor en Jefe de Marvel].
No me han informado acerca de qué tengo que pedirle disculpas, así que
no creo que trabaje para Marvel durante bastante tiempo [Risas].
T: ¿Te interesan los aspectos de los cómics relacionados con los
negocios o prefieres sentarte a escribir y dibujar sin saber nada de esa
parte?
JS: Me gustaría no hacer nada aparte de escribir y
dibujar pero no es fácil. Ahora mismo estoy trabajando en Kid Kosmos
y los derechos son sólo míos, el cómic es mío por completo, así que
tengo que conocer el negocio de la publicación para ser capaz de
conseguir que el libro acabe apareciendo. En un mundo perfecto yo sólo
me sentaría y me pondría a escribir y dibujar pero lo cierto es que
estoy dentro de un negocio y tengo que hacer otras cosas. Esta
entrevista por ejemplo forma parte de ese negocio, uno no puede
limitarse a hacer sólo una parte de su trabajo.
T: Hablemos de tu parte favorita, el proceso creativo. Has sido
guionista de otros dibujantes y dibujante de otros guionistas. También
has hecho cómics como autor completo. ¿En qué papel te sientes más
cómodo? ¿Cuál crees que es la mejor combinación?
JS: Si el guionista y el dibujante están realmente
compenetrados y trabajan bien juntos hay una energía creativa que es muy
interesante. Yo trabajo muy bien solo, me encuentro cómodo encargándome
de todo incluido el color, como estoy haciendo ahora en Kid Kosmos.
Pero a veces alguien como Bernie Wrightson se cruza en tu camino y surge
la posibilidad de hacer un trabajo juntos, y puedo hacerlo perfectamente
y disfrutar de la colaboración.
T: Cuando escribes y dibujas, ¿escribes un guión para ti mismo, como si
fuera para otra persona?
JS: Algunas veces lo hago, aunque sin llegar a
escribir los diálogos. Eso viene al final, es la última parte del
proceso. Puedo tener unos diálogos escritos, pero mientras no esté todo
acabado no incorporo los definitivos a la página, así que puede decirse
que el guión no acaba de escribirse hasta después de haber dibujado el
cómic. En el caso concreto de Kid Kosmos llevo dibujadas ciento
veintiuna páginas de un total de ciento cuarenta y cuatro, pero
realmente sólo he terminado de escribir unas cuarenta páginas. Empecé a
darme cuenta de que cuando añadía los detalles finales al dibujo estaba
añadiendo elementos a la historia y los diálogos que había escrito
previamente debían cambiar, así que este método me permite dejar que la
historia vaya evolucionando y creciendo. Las motivaciones del
protagonista, por ejemplo, empezaron a cambiar, a volverse más
complejas. Si se tratase de una historia corta de veintidós páginas sí
es posible que completase el guión antes de empezar el dibujo, pero con
una historia de esta extensión es mejor dejar que ella misma evolucione
con más libertad.
T: ¿Cuántas páginas crees que necesitas para conocer bien a los
personajes?
JS: Bueno, esta es la segunda miniserie y no estoy
seguro de que en la primera llegara realmente a conocerlos del todo. Al
comienzo de la primera miniserie tenía a un adolescente, en realidad a
un chico de doce años al que seguimos hasta que tiene quince, con lo que
tenemos un periodo de tiempo interesante ya que íbamos a ver cómo se
enfrentaba a su pubertad. Yo tenía pensado toda una serie de hechos que
iban a ocurrir en su vida y cuáles iban a ser las motivaciones por las
que iba a reaccionar como lo haría ante esos acontecimientos. Al
comienzo es un chico huérfano de doce años que va a suicidarse, su vida
ha sido terrible hasta ese momento. Va a arrojarse desde un edificio.
Entonces algo llamado “El Legado” aparece en su vida y le transporta a
una civilización extraterrestre, donde todos esperan de él que se
enfrente a los malos. Conforme fui avanzando en la historia me fui dando
cuenta de que este chico no iba a ser en absoluto un héroe típico, que
lo que yo pensaba cuando hacía la página cinco que iba a ocurrir en la
página ochenta no iba a funcionar en absoluto. Creía que él iba a pensar
«bueno, esta es mi responsabilidad, es lo que tengo que hacer» y lo que
él pensaba en realidad era «¿cómo puedo librarme de este trabajo? No
sirvo para esto, sólo voy a conseguir que me maten y que maten a toda
esta gente. Sólo tengo doce años, por el amor de Dios», así que en
realidad los personajes nunca dejan de evolucionar.
T: Te gusta más así.
JS: Sí, lo hace mucho más interesante. En Marvel y
DC les gusta tener una sinopsis lo más completa posible de lo que vas a
hacer en los siguientes seis números, y si cambio algo a mitad de
historia tengo que volver a escribir la sinopsis completa de lo que
ahora pienso hacer. Eso es un proceso tan largo y tedioso que la mayor
parte de las veces acabo por no hacer los cambios. Pero aquí puedo
modificar sobre la marcha todo lo que quiera para hacer la historia lo
más interesante posible.
T: ¿Te gusta trabajar con ordenadores?
JS: Facilitan mucho el trabajo, te liberan de
ciertas tareas. Hay ciertos fondos espaciales en Kid Kosmos que,
si los hubiera tenido que dibujar, me habría vuelto loco. En lugar de
eso elijo alguna fotografía que me parezca apropiada y la modifico con
Photoshop. En realidad no es tan sencillo, si cogiera una
fotografía y la colocase en el dibujo directamente quedaría mal,
normalmente hay que combinar varias fotografías, cambiar los colores,
añadir unas cuantas estrellas aquí y allá... hay algunos fondos en este
cómic cuya base es una imagen computerizada del cerebro humano, y el
resultado final es un paisaje espacial muy interesante. El Photoshop,
el Painter y otros programas nos permiten hacer cosas que antes
eran imposibles.
T: ¿Recuerdas un tiempo sin ordenadores o eso ya parece parte de la
prehistoria?
JS: No, claro que lo recuerdo. Cuando empecé, los
ordenadores eran algo que sólo cabía en una habitación muy grande...
T: Podías meterte dentro del ordenador.
JS: Sí, bueno, de hecho tenías que hacerlo. La
verdad es que es bueno haber estado entonces, en los viejos tiempos. Así
te das cuenta de cosas divertidas. Por ejemplo hace unos años, hablando
con un editor de Marvel sobre cómo haríamos un cómic, le dije que quizá
quedaría bien hacer la rotulación a mano, como antiguamente. Él se giró
hacia mí y me dijo «en toda la historia de Marvel nunca ha habido un
cómic escrito a mano». Me quedé mirando a aquel chico de veintidós años
que era editor y pensé «anda y vete a jugar por ahí un rato» [Risas].
T: ¿Crees que hoy en día se abusa del ordenador en los cómics, por
ejemplo en los efectos del coloreado?
JS: Es lo mismo que pasa en las películas, ahora
puedes hacer prácticamente lo que quieras en ellas en cuanto a efectos
especiales. Puedes hacer que historias simples tengan una apariencia
brillante. Todo eso está bien siempre que no te olvides de lo
importante, si los efectos que introduces empiezan a distraerte de lo
que estás contando estás abusando de los ordenadores. Recuerdo una
escena en una película de Tom Cruise, Misión Imposible, en la que
hacían unas maniobras con un helicóptero que obviamente no podrían
realizar con un helicóptero real, y eso te hacía darte cuenta de que
habían realizado esa escena con ordenadores y te sacaba de la historia.
Desde hace unos años la utilización de ordenadores está cambiando la
forma en que hacemos los cómics, eso no es malo en absoluto si sabemos
aprovecharlo de manera que enriquezca la historia que queremos contar.
Historias y personajes. Siguiente página >
|