1.
Pensábamos que
Jesús Barony era la firma del dibujante Jesús Gaona Conde,
natural de Algeciras. Una tierra la del Sur de Cádiz particularmente bendecida por el talento para dibujar: Rojo, Pacheco, RyP, Merino… ¿a qué crees que es debido?
Bueno, en realidad mi nombre es Jesus Gaona Barony, lo de Gaona Conde
fue una especie de coña con un amigo hace mucho tiempo... Lo de
Algeciras es curioso, pero obedece a una mera casualidad, aunque es
cierto que somos varios los que nos dedicamos a esto (con mayor o menor
fortuna) allá en el Campo de Gibraltar, aunque Merino es de Jerez. A mí
la afición me viene por mi padre que era asiduo lector de tebeos; hacía
la colección de 1984 y CIMOC, y algo más de esa cuerda.
Cuando murió, hace ya mucho, heredé de él la colección. Yo ya leía
Tintín, Astérix y Mortadelo, y esos tomos de Novelas Ejemplares
que todos tenemos en casa, pero cuando descubrí a Corben, Maroto,
Fernández, Giménez (los dos), etc., se me abrió un mundo nuevo. Yo debía
tener unos diez u once años. El primer tebeo que me compré con mi propio
dinero fue La feria de los inmortales de Bilal. Como te imaginas,
fue un flash. Ya entonces el impúber Jesus Barony hacía viñetitas y
contaba historias con dibujos; descubrir este material fue un revulsivo
enorme; fue un «¿Pero esto se podía hacer?»
2.
Y, entonces, ¿por qué el seudónimo?
En realidad utilizo mi segundo apellido, ya que mi madre era pintora y
firmaba con su apellido, Baroni; y mi padre, que también dibujaba,
adoptó el apellido de mi madre en varios de sus dibujos, lo mío fue una
mera continuación.
3.
Desde crío participaste en fanzines locales. Muy fértil
el panorama fanzinista gaditano ¿no?
Sí, sí... El primer fanzine que hice fue con un amigo de mis pisos que
también dibujaba, eran bromas sobre los vecinos y nuestros amigos de
entonces (ya te digo, diez o doce años). Un día, años más tarde,
encontré pegado a una farola un cartel fascinante: Un anuncio del CACI,
Colectivo de Amigos del Comic y la Ilustración. Llamé por teléfono al
número que rezaba en dicho cartel, y pocos días más tarde Eugenio Santos, hoy retirado, pero de una enorme calidad como dibujante,
se presentó en mi casa. Le estuve enseñando mis dibujos y le gustaron
mucho. Planeaban hacer una exposición de cómics y dibujos en la Escuela
de Artes Aplicadas de Algeciras, y contaron conmigo; corría 1986. En la
exposición conocí a un tipo con mucha mala pinta, con una cresta
amarilla y lleno de tachuelas y pendientes. Era Juan José Rodríguez
Prieto, hoy conocido como Juanjo RyP. Sin duda lo suyo era lo mejor de
la exposición, pues Juanjo apuntaba ya muy buenas maneras desde pequeño.
También estaban allí Antonio Garrido "Garry", Pepe Marín, el Samo y
muchos otros. De este encuentro colectivo surgió la primera (que no la
última) de las publicaciones de aficionados de Algeciras: Humor
Sátiro. Yo no tuve mucha cancha en ella, la verdad, sólo publiqué
dos o tres cosillas. Cuando feneció, el Garry sacó su Cristal,
después Kristal, donde sí que tuve cancha, hice portadas,
ilustraciones interiores y muchos tebeos de corte "radikal"; eran los
ochenta y había gente que decía y hacía cosas diferentes a ver la
televisión y comprar los discos que dicta la moda. Es más, esto no
llamaba la atención; era normal que un grupo de personas se manifestara
en contra o al menos de manera divergente con el pensamiento de la
mayoría. Hoy día eso ya no existe. Después fue Pepe Marín quien se lanzó
al mundillo editorial fanzinero, y surgió Caballete. La verdad es
que Caballete era bastante mala, y murió en seguida. Después vino
La Historieta que contó con la colaboración de profesionales de
renombre como Mingote o Ozeluí. Fue el primer sitio donde vio la luz mi
obra "El pirata Drake", que tuvo una cierta repercusión en su momento.
Yo estaba muy metido en la historieta, hacía anuncios, portadas,
tebeos... en fin, un poco de todo, hasta que me fui a Sevilla a estudiar
Bellas Artes. A partir de ahí aunque seguía ligado a ella, la cosa
aflojó, claro. La portada del número 1 era preciosa, obra de Juanjo, que
había estado hasta la fecha metido en todas estas historias conmigo.
4.
Tu primera publicación con cierta proyección es la que
haces bajo el sello A.J. Ediciones Veleta, Wolves. ¿Recuerdas
esta etapa?
Bueno, este es un tema doloroso. Vamos por partes. Me desplazo a Granada
a terminar allí la carrera. A la vez que estudio, monto mi pequeño sello
editorial junto con unos amigos, Alejandro Godoy y Juan Emilio Ríos; el
sello se llamaba el Comité Hirosoguchi, y lo primero que sacamos fue un
tebeo de Miguel Osuna, alias El Bute. La cosa gustó y nos lanzamos a
publicar un volumen de casi ochenta páginas con lomo recopilando El
Pirata Drake. Nuestra última publicación fue Historias sucias
de El Bute también, libro este que tuvo bastante repercusión en medios y
tal. Fue la última porque en la presentación del tebeo, que fue en el
bar El Enano Rojo, apareció un grupete de personas con las que El Bute y
yo entablamos conversación; eran Alex Casasola y Emilio Bueso, entre
otros. De esta manera, para bien o para mal, la floreciente Comité
Hirosoguchi fue absorbida por Ediciones Veleta. El tema es largo y
complejo. En resumidas cuentas te diré que yo me ocupé de buena parte de
la infraestructura de la organización del IV Salón del Comic de
Granada, y estuve supervisando todas las publicaciones de ese año
para el Salón, que fueron varias. Supervisé todas, menos mi propio
tebeo. No te imaginas la cara que se me quedó cuando me trajeron los
libros y los vi por dentro. Aquello era un horror. Las fotocopias de la
papelería de debajo de mi casa eran mucho mejores en cuanto a
reproducción. Hay que decir que el tomo de El pirata Drake
también había salido completamente pixelado, muy mal, y que deslucía
muchísimo mi trabajo. ¡Ya iban dos!
5.
Dado que desempeñaste un puesto directivo en la
Asociación granadina que capitaneaba Alejandro Casasola, me gustaría
conocer tu opinión de Veleta “desde dentro” y cómo has visto su
evolución hasta lo que es hoy.
Bueno, a ver. Yo en Veleta hice muchos y buenos amigos. Veleta, cuando
yo entré, era un colectivo de gente flipada por los tebeos, Miguel Angel
Alejo, Alex Casasola, Javi Panter, Emilio Bueso, Antonio González,
Oscar... Y su interés común eran los tebeos. Yo en su momento hablé con
la cabeza visible, Alex Casasola, y le comenté la posibilidad de crear
una verdadera editorial, publicar tebeos y todo eso. Alex parecía estar
de acuerdo, pero poco a poco la cosa se fue especializando en hacer su
propio Salón del cómic; en convertirse en el “Ficomic andaluz”. A mí eso
no me interesaba, la verdad. Lo del salón está bien, pero a mí no me iba
a dar de comer, ni iba a satisfacer mi anhelo de ser historietista
profesional. Llegó un momento, durante el Salón del Comic de
Barcelona, en que comprendí que mi sitio no estaba allí, y por eso
me fui. Eso, añadido a una serie de problemas personales con algunos de
los integrantes de la Asociación, problemas que hoy, por suerte, ya se
han solucionado. Hoy por hoy Veleta ya no tiene nada que ver con todo
aquello. Hoy han cumplido su objetivo, y son de hecho el “Ficomic
andaluz”, con la salvedad de los casi veinte años de experiencia, lo que
les lleva a cometer ciertos errores organizativos de los que carece el
equipo barcelonés. También hay que tener en cuenta, sobre los errores de
aquellos años, que ninguno de los que allí estábamos montando
exposiciones, montando
stands,
acomodando invitados, haciendo de guía turístico para autores, etc.,
ninguno, digo, nos dedicábamos a ello profesionalmente. Éramos unos
chavales con muy buenas intenciones y con muchas ganas, pero ya está.
¡Demasiado bien quedaban las jornadas!
6.
También hiciste un breve pero intenso paso por la
malagueña MegaMultimedia. ¿Qué nos puedes decir del arranque de este
sello editorial andaluz?
Esto merece un paso atrás en el tiempo, a los tiempos en que yo andaba
con el Comité Hirosoguchi. Para este efímero sello, los proyectos en
marcha eran La mansión Dietrich, con guión mío y dibujo de Juanjo
RyP, una revista llamada Das Gabinet y alguna que otra cosa. Un
día recibí una carta de unos chavales de Málaga que editaban unos
fanzines muy cañeros. Hablamos por teléfono un par de veces y quedamos
en que nos iban a venir a visitar a Granada. El Bute se apuntó a
conocerlos, y un día nos fuimos de almuerzo y cervecitas, allí en
Granada: el Bute, el Torres, Antonio Vázquez y Pepe y Enrique, más
conocidos como Los Divertidos Dos, y yo mismo, claro. Estuvimos
intercambiando material y pareceres, y comenzó una simpática relación.
Llegamos a un acuerdo: nuestra siguiente publicación sería Caleorn el
Maldito, un tebeo de fantasía heróica realizado por Antonio Vázquez
de una calidad impresionante. Algunos meses más tarde me sorprendió la
noticia de que el Torres encabezaba una sección de la editorial
malagueña MegaMultimedia, y de que iban a sacar un tebeo. Fue Mala
Impresión, que gozó de bastante repercusión. Durante las Jornadas
de Comic de Granada de 1998, se me ocurrió proponerles un proyecto:
una revista de tebeos eróticos con material de autores andaluces. Para
ese entonces ya se habían apuntado al carro del Comité Hirosoguchi:
Raúlo Cáceres, Juanjo RyP, el Bute, el Spin-e-t, un ilustrador
hiperrealista hoy retirado, y varios otros. Cogí los dibujos de estos
autores y me planté en Málaga con el proyecto bajo el brazo. Les
encantó. Así que tomaron el proyecto, lo sacaron adelante... y para mí
queda ser el creador de Wet Comix, espaldarazo de salida de
Juanjo y Raúlo, entre otros. Lo mejor fue el momento en que, desde allí
mismo, la sede de Mega en Málaga, llamé a Juanjo y le dije que un editor
quería hablar con él para publicar sus dibujos a nivel nacional, y con
billetes de por medio. Debo decir que para ese entonces Juanjo se había
retirado el mundo del tebeo y la ilustración, y que fui yo quien, un día
en su casa en Algeciras, le dije: déjamelos, que yo te los muevo. A mí
me une a Juanjo una profunda amistad que va mucho más allá del mundo del
comic; él ha sido para mí un Amigo -con A mayúscula- desde hace mucho
tiempo, y ha estado a mi lado en momentos muy duros de mi vida, y quiero
aprovechar este foro público para decirle lo mucho que lo aprecio, desde
antes de que fuera Juanjo RyP, cuando "sólo", con muchas comillas, era
mi amigo Juanjo. El ha sido, es, y espero que lo siga siendo, una de las
personas más importantes de mi vida.
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