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COSECHANDO HADAS. ENTREVISTA A JOSÉ LUIS ÁGREDA. Parte 2.

Entrevista practicada por Manuel Barrero mediante correo electrónico entre los días 14 y 28 de abril de 2002; con un añadido en julio de 2002.

Barrabás © 2002 J.L. Ágreda

[ A la derecha, una muestra de los lápices inéditos de la obra Barrabás, de la cual nos habla el autor en esta entrevista. Imagen © 2002 J.L. Ágreda


José Luis Ágreda, autor de ¡Eh, tú Chaval!, Barrabás y de muchas colaboraciones con algunas de las propuestas más vanguardistas de la historieta española, es el autor de Cosecha Rosa, tebeo ganador del premio "Mejor Obra de 2001" en el Saló Internacional del Còmic de Barcelona celebrado en mayo de 2002.

Esta entrevista tuvo que ser dividida en dos en su edición en abril de 2002 debido a problemas insoslayables que afectaron a las dos partes. He aquí el final de la misma. 


[ Leer la primera parte de la entrevista, publicada en la quinta edición de Tebeosfera ]

Tebeosfera: Se observa un cambio en tu estilo en los primeros noventa de la mano de Olivares, Germán García, Pulido, Bustos, Javier Rodríguez (o al mismo tiempo que ellos, y a mi parecer, claro) ¿crees que conformáis un grupo definido, al menos desde el punto de vista estético; una suerte de “generación”?

José Luis Ágreda: A esta pregunta ya he contestado antes más o menos. Pienso que no. De los que has puesto, los cuatro últimos sí que tienen puntos en común, pero no con Javier, excepto Luis que sí que ha bebido mucho de Javier, como yo mismo.  Olivares viene de antes, ha vivido otras épocas del cómic en España y su formación es diferente también. No, no creo que la estética sea lo que pueda unirme a mí con Germán, Pulido o Javi Rodriguez. 

T: ¿Cómo logras entrar en el Especial Nuevo Comix Underground de El Víbora... Dices haber tenido mucha suerte, pero, sería interesante que comentaras el modo en que te moviste y lograste contactos, pues muchos neófitos no saben cómo hacerlo...

JLA: A mí me habían llamado para la exposición del Saló "Qué Joven Te Veo", que reunía autores nacidos en torno a 1970. En ese Saló, al tener un par de páginas expuestas, me resultó más fácil acercarme a mucha gente, entre ellos a Hernán Migoya, que unos meses después me llamó para hacer una historieta para el especial. Creo que fue Christian el que me lo presentó.  Las cosas se fueron enlazando bien, por eso lo de la buena suerte. No tuve que moverme demasiado. No sé, no tengo una receta de cómo acercarse. También es verdad que unos años antes me había pasado por Barcelona recorriendo editoriales y no me comí un colín. Trabajar, suerte y llamar a las puertas adecuadas, no presentar un producto, aunque sea bueno, a alguien que no le interesa ese tipo de trabajo. 

T: Se te ve siempre vinculado con ciertas músicas y ciertas filmografías, siempre apartadas del “mainstream” ¿es de ahí de dónde surgen algunos de tus intereses e ideas? ¿podrías citarnos una o dos docenas de nombres de músicos y cineastas que te han influido o que puedas ver vinculados a tu modo de entender la historieta (de entonces y de ahora)?

JLA: Uy... da un poco de cosa cuando dices lo de "entonces" y "ahora" como si separasen muchos años... Bueno, lo de la música y el cine... o la literatura añadiría yo... Efectivamente mi educación estética pasa por mucho de ese cine alejado del mainstream. No sé de dónde viene mi interés por eso. Yo empecé a ver mucho cine clásico gracias, otra vez, a mi hermano. Veíamos y comentábamos muchas películas, pero conforme llegaba a los dieciocho me fueron interesando también otras historias un poco diferentes. Ya en la universidad, y formando parte del cine-club, descubrí autores que me contaban cosas nuevas y de forma distinta. A esa edad también hay siempre algo de snobismo, de no seguir la corriente habitual, y eso creo que es sano, si se es al mismo tiempo un poco crítico con todo. De "entonces", y que me sigan interesando mucho mucho, y que creo que sí que me han influido en el tipo de historias que cuento o en la forma de hacerlo, te puedo decir un par de nombres, Jim Jarmusch y Aki Kaurismaki. No siempre hacen películas maravillosas, pero sí que siempre tienen una mirada especial, un gesto, un tono. De "ahora" añadiría a Wong Kar Wai, por ejemplo. En el cine-club conocí a Lucía, que es la que me va enseñando ahora cosas distintas (clásicas y modernas), ella es mucho más aficionada y experta que yo y me dejo influir felizmente por sus recomendaciones. En música, prácticamente lo mismo. Aunque antes era un poco más arriesgado, ahora me da más pereza escuchar a grupos excesivamente raros. Si me pusiesen ahora un disco de los Swans, por ejemplo, me parecería aburrido e incluso malo. Bueno, antes también me lo parecían, pero me aguantaba... Cuando Bernardo y yo hacíamos "Los Chapas" en El Jueves, nos metíamos con el tono petulante del Rock de Luxe, pero en realidad yo suelo seguir con interés sus comentarios y busco las cosas que recomiendan que me parece que me pueden molar. Si quieres otro par de nombres... Pixies y Einsturzende Neubaten de "entonces" y Will Oldham y Dominique A de "ahora". En libros, Burroughs, Kerouac y Auster de la "época arty" y Nabokov y Von Rezzori de ahora. Y entremedias todo lo demás. Sigo viendo películas comerciales, escuchando música de cine, y leyendo ciencia ficción. 

T: Hempel y Ware son autores que, de repente, se erigen en tus modelos a seguir: cómics muy personales, y divertidos, según tú. Mas, ¿no ves algo vacías las propuestas de Ware? ¿O bien compartes su mensaje de elegía a la soledad humana, que se entrevé en sus a veces laberínticas composiciones de página?

JLA: Vaya con la pregunta tendenciosa... A mí Ware no me parece vacuo. Es más, me parece denso e intenso. Y divertido, usa esencialmente la ironía y el humor en todas sus viñetas. Es muy obsesivo con su tema, pero ¿qué pasa?: lo cuenta tan magníficamente bien y de manera tan original que siempre me resulta interesante ver su enfoque. Además, es muy excitante artísticamente. Por otra parte, no es un autor oscuro, en eso es muy americano, no intenta esconder o disimular su pensamiento o sentimiento, ni siquiera con "laberínticas composiciones de página". Es una propuesta a la que hay que abrirse, es cierto. Pero no es difícil de leer, aunque exija algo más del lector que lo que suelen exigir los tebeos habitualmente. Y eso es sólo un problema de los tebeos, no de Chris Ware. Hempel es más abiertamente divertido, y no por ello menos lleno de contenido. Narrativamente también es muy sabio y sus tebeos se disfrutan igualmente a un nivel de entretenimiento, estético, sentimental e intelectual. 

T: En tu obra también hay retazos de Kyle Baker y M. Mignola, si bien son universos los de estos autores bastante distantes entre sí ¿Estás de acuerdo; qué obtienes de cada uno?

JLA: Sí, sí. Son dos autores que me interesan mucho también. Baker, como se prodiga menos, pues como que me llama más la atención. Y que su Cowboy Wally Show me parece una obra maestra de guión. Mignola me interesa especialmente por el dibujo, aunque sus historias de Hellboy me parecen muy entretenidas y con nivelón. Es un gusto leerlo. 

T: ¿Estás conmigo en que Kricfalusi, Bill Wray, Roger Landridge, o incluso Lutes y Seth, son valores a los que un mercado español sobresaturado de mediocridad no ha llegado a tratar debidamente? ¿Podrías hacer eso extensivo a otros autores que tú lees y la mayoría de los lectores no leen o no conocen?

JLA:  ¿Es que el mercado español trata debidamente a alguien? No sé, no me voy a poner a decir nombres, intento leer las cosas que me pueden interesar, vengan de donde vengan, lo que pasa es que el mercado francés y el norteamericano son los más accesibles. Todo son cosas que se pueden pillar a través del Previews o por Amazon, así que no voy a descubrir ningún autor oscuro y desconocido y que no hayan comentado ya las revistas de crítica. Vamos, que no suelo salir de Fantagraphics o Drawn & Quarterly. Y, si acaso, tebeos de superhéroes emparentados por autores o estética con las series de Batman Animated de Bruce Timm. En los franceses es Bernardo el que me suele dar chivatazos de las novedades o autores que cree que me pueden gustar. 

T: La añoranza creo que es otro de tus temas capitales. O la nostalgia por la memoria que se pierde ¿te atrae este Leitmotiv?

JLA: La añoranza sí, por supuesto. Y la pérdida. Lo de la memoria lo he usado en una o dos historias, pero tiene más que ver con la pérdida en general. Y sí, me interesan esas historias, por alguna razón. Puede ser una defensa, un prepararse a perder. O que soy masoquista y me gusta regodearme en esos sentimientos. La verdad, no sé de dónde viene la necesidad de contar estas cosas, o la necesidad de contar simplemente.

T: Hay mucho de melancólico en tu historieta, tu aportación a NSLM, tu historieta de la sirena varada para la Bienal, Cosecha Rosa... ¿es comparable esta tónica a la triste ironía de Jarmush o a la resignación ante lo inmarcesible que late en Lynch? Yo veo que tu obra se halla pendiente de una tristeza sosegada pero inacabable; me atrevo a afirmar que la conduce (te conduce) una necesidad de cantar a la infancia cohibida y a la timidez asumida ¿quizá me atrevo mucho en mis apreciaciones?

El humor de Ágreda en El JuevesJLA: Bueno, ahora habría que puntualizar. Nos estamos centrando en una parte de mi obra que ni siquiera es la que más ocupa en mi producción, y nos estamos olvidando de que yo me dedico al humor principalmente y que semana a semana publico páginas de risas, con mayor o menor fortuna, en El Jueves. Y esas historias son tan personales como las otras de las que estamos hablando, porque dan mi visión de lo que me rodea. Dicho esto, para que no parezca que yo me paso el día mirando melancólicamente por la ventana escuchando a los Tindersticks, procedo a contestar a tu pregunta. En las historietas que hago generalmente sin fines comerciales sí que suelo desfogar esos sentimientos más nostálgicos, o melancólicos, los que no tienen cabida en las revistas en las que publico habitualmente.

Como ya te he dicho antes, Jarmush me interesa mucho por el tono de sus historias, por sus personajes. Lynch también, como espectador. Pero en lo que se refiere a posos claros en mi trabajo, yo me referiría especialmente a Jarmush y a Kaurismaki. Y a Tom Waits en la música. En los tres casos, y también en Lynch, el humor está unido a la tristeza o el drama, y ese contraste  enriquece ambos aspectos. Sobre el tema de mis historias, no he pensado tanto como tú, me temo. Cuento lo que me pide el cuerpo, y en cada caso es algo distinto. Después, con la distancia, que a mí me resulta imposible mantener, es posible descubrir los temas recurrentes, o incluso el TEMA del que uno está hablando siempre. Lo de la infancia es cierto, que está ahí, junto con el paso del tiempo y las cosas que se pierden con él. Pero lo de cohibida o timidez asumida no sé si lo veo tan claro, no lo entiendo bien en relación a mi trabajo. Vamos, yo soy tímido, y lo he sido aún más, hasta extremos ridículos, pero no lo veo como un tema que me interese o que haya tratado yo. El miedo sí, por ejemplo, o la inseguridad. El fracaso, la pérdida. Historias de personajes que no tienen la capacidad de superar sus debilidades, y que están a merced de los otros. Y eso es triste, y hay que contarlo como algo triste, como algo ridículo, risible, pero triste. 

T: ¿Qué valor crees que hay que darle al ilustrador del libro infantil? ¿es narrador, es representador, es el reclamo de la añoranza, es demiurgo? Este mercado sigue siendo medianamente robusto en España y la obra que aquí se destina es mejor remunerada que la del historietista, si bien sigue estando desvinculada de las “artes mayores” y carece del respaldo analítico y teórico de la historieta... ¿qué significado tiene a tu juicio, como vehículo plástico, narrativo, industrial?

JLA: Respecto a la primera pregunta, al valor que hay que darle al ilustrador, dependerá tanto del propio artista como de la obra, como del público al que va destinada. Para niños muy pequeños el peso de la narración viene de la mano de las ilustraciones, conforme va creciendo el lector, crece también la importancia de las palabras en detrimento de los dibujos. Las ilustraciones son siempre el primer reclamo del libro, las que deberán atraer al lector hacia él y, según mi opinión, deberán ser fieles al mismo para que el comprador no se sienta defraudado. ¿Y qué debe representar? Eso es cosa Ilustración de Ágreda para la revista Fotogramasdel ilustrador, o de las exigencias del editor o del autor del texto, o de un pacto de todos ellos. Puede sugerir o puede representar detalladamente, una cosa condicionará al lector menos que la otra. Puede enriquecer el texto con subtramas visuales o puede ceñirse a él. Puede ser, y esto contestaría también a la segunda pregunta, una interpretación totalmente subjetiva del mismo, añadiendo otro punto de vista a la obra escrita. Creo que ése sería el valor de las ilustraciones de textos para adultos, aportar una nueva reflexión sobre el texto (sea artículo, libro, reportaje...)

T: Observo que el color, en tu obra, ha variado desde la acuarela bravía hasta el actual apastelamiento digital ¿es evolución estilística o mera cuestión instrumental? Lo pregunto porque tus argumentos evolucionan a la par, desde planteamientos algo neuróticos hasta los actuales, más complacientes...

JLA: Creo que es un poco las dos cosas a la vez. No sé, el color en El Jueves sigue siendo bastante chillón, aunque lo haga más entonado que hace tiempo. Y fuera de El Jueves, en ilustraciones sí que "apastelo"  algo más los colores. De todas formas, no suelo variar mucho mi paleta en el ordenador.

Aunque hay algo en tu definición que me inquieta... ¿crees que soy complaciente? No pienso que Cosecha Rosa, por ejemplo, tenga esa intención, buscar el agrado. Quizá sí que sea menos histriónica que cosas más adolescentes aún, pero no tenía un propósito específico de complacer a nadie con la historia, y el tono desapegado en gran parte de la misma, y el mismo final, no  me parece que hagan pensarlo. Vamos, que a mí me encantaría que a todo el mundo le gustase, pero ésa no ha sido la intención para contar la historia de una determinada manera. 

T: Ingenuidad infantil, ternura... todos los que opinamos sobre tebeos vamos calificando así tus trabajos... pero ¿acaso son máscaras de otros temas que tú quieres tratar, como la insatisfacción, o de la cobardía?

JLA: No, no sé. Creo que una cosa es el tono, y otra el tema. El tono sí que puede ser infantil, ingenuo, tierno principalmente, y los temas seguir siendo los que tú comentas. De todas formas ese tono tierno suele desaparecer en mis trabajos en El Jueves, y soy bastante menos cariñoso con mis personajes ahí. "Los Chapas", cuando yo me encargaba del guión, y tal y como después los continuó Bernardo, fueron muy maltratados. Lo mismo que cuando trato temas de actualidad, que rara vez Tira cómica para El Juevesconsigo ser amable con los tipos que represento. La mirada se hace un poco más canalla. Y ahí sigo hablando de la cobardía, la falsedad o la insatisfacción, del mismo modo que en las historietas no comerciales. 

T: La experimentación es algo que te caracteriza: Jugabas con ello ya en la historieta de Sol Löbenicht, luego en la saga de Barrabás, y lo bordas en las historietas “Redes” y la ejecutada para Historia del Blues, donde trabajas, sin saberlo, sobre la misma “multilinealidad” que Sergio García desarrolla como tesis (en Sinfonía Gráfica) ¿De dónde parte este afán, estas ideas tan sorprendentes?

JLA: Muchas veces me lo he preguntado. No lo sé, una inquietud. A veces es puro juego, otras es encontrar el modo de contar las cosas de la manera óptima, aprovechar recursos que están ahí. No he inventado nada en esto, son formas de comunicar las cosas en el cómic que, por alguna razón, no se han hecho habituales, pero que tienen mucha fuerza y que pueden enriquecer  el mensaje, o transmitirlo de una forma nueva. A veces por pereza no se tienen en cuenta estas herramientas y se recurre a las soluciones habituales, ya probadas, pero creo que merece la pena entretenerse un poco y pensar la forma más rica para contar algo. Lo mismo que cuando barajas distintos planos para contar una escena, puedes plantearte qué tipo de paginación quieres y tantear distintas posibilidades. En Historia del Blues no funcionó excesivamente, porque en ese caso, al ser la historia de encargo,  me interesé más en hacer experimentos formales que me sirvieran como banco de pruebas. Usos posteriores de la multilinealidad, de la viñeta recorrido y de cosas así han estado más integrados, más conectados con la historia y, sobre todo, más a su servicio. 

[ Leer el final de la entrevista en siguiente página web ]


VÍNCULOS:

Ficha de José Luis Ágreda

Reseña de Cosecha Rosa

Primera parte de la entrevista a José Luis Ágreda (en Tebeosfera cuarta edición )


[ Entrevista y ficha: M. Barrero para Tebeosfera 020831 ]