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VÍCTOR MORA, EL CAPITÁN TRUENO Y EL AGUANTE DE UN GUIONISTA.

Texto de Eduardo Martínez-Pinna.

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[ Cubierta de una de las recopilaciones de Ediciones B de la colección primera de El Capitán Trueno, gran creación de Víctor Mora, engalanada con una ilustración de Miguel Ambrosio Zaragoza "Ambrós". La sonrisa y la incombustibilidad del personaje fueron una baza importante de su éxito. Haga clic sobre la imagen si desea ampliarla, al igual que sobre el resto de las imágenes de esta página web. © 2003 Eds. B / V. Mora / Ambrós ]


El Capitán Trueno es una historieta en formato cuadernillo de contenidos épicos muy característica de la España de los años cincuenta. Los créditos -cuando aparecen- vienen firmados por el guionista Víctor Mora (con el pseudónimo de V. Alcázar y otros) y por el dibujante Miguel Ambrosio Zaragoza (Ambrós). Desde los primeros tiempos de su creación, parece asumir -que no asume- todos los tópicos de un género de tan elevado aprecio popular. El nombre de su protagonista, su componente estólido, la jerarquía que impone a sus compañeros, de claro tinte paternalista, y la presencia de una dama con la que mantiene un amor casto y mendaz, que lejos de humanizar al héroe lo reafirma como estereotipo. En suma, hay una contrastada superioridad de lo masculino sobre lo femenino, y de la nobleza de los caciques sobre la incultura y patanía que derrochan las clases populares que ven en el líder un modelo de comportamiento a seguir.

La ambientación de un escenario, esencial en el desarrollo de cualquier historia heroica, queda por completo desdibujada en estas aventuras medievales, no sólo en el plano gráfico, sino también en el literario. Este hecho puede deberse aparte de la impericia de los narradores, a una estrechez de plazos de entrega motivados por una cadencia semanal que impide la precisa visualización geográfica. En la vertebración del relato se rinde un excesivo tributo al “continuará”, por otra parte típico de cualquier serial de todo país o época, que sirve para presionar a los compradores en la adquisición del siguiente cuadernillo. Los ciclos argumentales deben terminar antes del final de un ejemplar para rápidamente comenzar el siguiente y acabarlo en situación apurada. Como la acción es el centro y la coartada de las historias, los diálogos son escasos y donde se hacen necesarios resultan engolados y retóricos tanto en las Página de Ambrós. Clic para ampliarla. escenas de (falso) amor, como en otro tipo de parlamentos religiosos o ideológicos, en consonancia con la casta dominante del país, y vigilados por una censura poco dada a concesiones y flexibilidades.

En El Capitán Trueno, la recalcada ausencia de factor tiempo y el encadenamiento de episodios más o menos independientes, no ligados por subtramas, incide en el cierre de las posibilidades de evolución de la historia por lo que la repetición de supuestos argumentales será una constante temida al poco tiempo de la apertura de una colección.

El equipo formado por Víctor Mora y Ambrós modifican el cerrado libro de estilo que cursa con los seriales de aventuras en la mayor parte de los primeros 175 cuadernillos de este serial. La reforma del canon trae como consecuencia la deriva hacia un relato más personal dotado de un cuerpo de mucho mayor contenido y sensiblemente mejor construido que bebe de influencias más veraces que las propuestas por los seriales de aventuras patrios. Las referencias irrefutables que aproximan el relato de Mora (y Ambrós) hacia una mayor cualificación son las historietas de la prensa sindicada estadounidense, más en concreto las de Milton Caniff (Terry y los piratas) y Hal Foster (Príncipe Valiente) que el autor conoce y admira.

Historia editorial de El Capitán Trueno.

Un enfoque simplificado de la trayectoria editorial de la obra, compleja en formatos, guionistas y dibujantes, podría venir representada en tres épocas distintas, correspondiendo dos de ellas a la producción de material original y una tercera a la reedición de productos de calidad ínfima que han contribuido a demonizar y dar contexto a la (cierta) leyenda negra de Bruguera.

La primera fase de producción de material original, principal e inicial, queda enmarcada entre 1956 y 1968, con la aparición del personaje en cuatro soportes editoriales. Cuadernillos de El Capitán Trueno en número de 618 (14-V-1956 a 12-VIII-1968), siendo sus dibujantes más cualificados Ambrós y Pardo. A los tres meses de iniciarse este formato aparece el héroe en dos páginas de la revista Pulgarcito, desde el día 13-VIII-1956 hasta el 1-I-1962, con un receso que ocupa la práctica totalidad de 1957, año en que no hace presencia en la revista. El 18-I-1960 surge un formato vertical con el nombre de El Capitán Trueno Extra, publicación que cae en manos de autores artesanales obligados a asumir el estilo Ambrós y que alcanza 427 ediciones hasta su cancelación el 18-III-1968. En estas tres conformaciones hay presencia de ediciones especiales llamadas extras y almanaques. La publicación de material original, en esta primera fase, culmina con la aparición de seis títulos en la colección Héroes, entre marzo de 1963 y marzo de 1966.

De 1968 a 1975 Bruguera da pie a su leyenda negra al sacar al mercado una especie de refrito titulado Trueno Color, de 297 números en total, que mezcla sin ningún reparo episodios de las ediciones anteriores, a excepciónClic para ampliar de la colección Héroes. Es una mezcla desordenada (sublimación de una primera colección espuria titulada Album Gigante) con supresión de episodios y viñetas completas, remontado y retocado de las mismas por concesiones a la censura, a lo que hay que sumar el añadido de color de calidad ínfima y unas portadas, que pese a la bondad de las pinturas de Bernal, no justifican una edición tan… injustificable. Las múltiples reediciones y retapados de este producto menor, hacen de él la colección más conocida del héroe de Mora.1

Durante la década de los ochenta, y a consecuencia de un auge editorial de cómics en España, la obra retorna en dos diferentes modelos de renovación. Uno son las reediciones fieles de parte del material original, realizado la mayoría de las veces por editoriales piratas y a precios abusivos. Su reclamo comercial está basado en la evocación nostálgica que despierta el personaje en un sector adulto de la clientela que quiere recuperar sus tebeos de infancia, aun a precios astronómicos. Tebeos que por otra parte pasan de ser una “vil muestra” de la industria franquista a historias meritorias con las que aprendieron a soñar muchos jóvenes españoles. Aquella validación al alza trae como consecuencia la producción de nuevos relatos, publicados por otras editoriales además de por Bruguera y su continuadora Ediciones B. El personaje es básicamente el mismo con un remozado y pulido en sus actitudes más reaccionarias, incluida su postura ante el amor, lo que permite a los españoles hacer realidad el fetichismo soñado de ver la cara oculta de la luna, la integridad dorsal de una Sigrid maciza y sensual. Pese a los intentos de Víctor Mora por mantener en un plano de actualidad a su antigua creación, pese a los espectaculares dibujos de algunos de sus nuevos dibujantes (en especial los de John Burns) y pese a la desnudez de Sigrid, estas historias tan sólo traen un valor coyuntural en la biografía editorial del personaje, y su breve estela se disipa en los inicios de la década de los noventa. Aparte, en mayo de 1982, en la enciclopédica Historia de los Comics de Toutain Editor, aflora una curiosa aventura de El Capitán Trueno obra de Mora y Ambrós, de componente testamentario, que de una manera metafórica narra la caída de la censura y la liberación del personaje en todas sus manifestaciones. Una escena brilla especialmente: Sigrid, desnuda y en el lecho conyugal, pide más lances amatorios a un Capitán Trueno sumido en un estupor cómplice y refractario.

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1 Uno de los trabajos que quedan pendientes sobre El Capitán Trueno, sería el de la indización e identificación editorial de las páginas de Trueno Color. Actualmente, la indización más detallada y pormenorizada de toda la bibliografía de la obra es la de José Fernández que viene en el libro El Capitán Trueno, un héroe para una generación [previamente publicada en autoedición; clic aquí para ver su ficha en Tebeosfera], la cual se completa con la aportación de otros datos significativos como fechas, dibujantes, guionistas, cadencias y complementos, recomendándose enfáticamente su consulta [clic aquí para acceder a su última edición].

[ Artículo dividido en 3 partes. Leer la parte:  1   |   2   |   3   ]

[ leer texto sobre Mora de Ramón Pérez Rodríguez, con una sección de vínculos ]


[ © 2003 Eduardo Martínez-Pinna, para Tebeosfera, 031223  ]