» HAXTUR
1.-
Guerrillero en un paisaje extraño donde afronta un dragón con una simple
espada.
“¿Por qué?” es la pregunta fundamental que aparece en la primera página
y que volveremos a encontrar, al cierre del ciclo, en la última página
de la serie.
Es una manifestación contra la violencia y por la supervivencia y
predominio de la razón, de la inteligencia. La historia es como un sueño
acaecido durante los últimos segundos de la agonía del guerrillero
herido de muerte.
Crucificado (alusión religiosa y símbolo de la víctima por excelencia,
del mártir que sufre la tortura y perece por sus ideas), cuatro
personajes a los que no se nombra, pero que la simbólica del atuendo y
la última página de la serie identifican como los 4 Caballeros del
Apocalipsis, le condenan a errar por el tiempo y el espacio. Estos
Caballeros, aunque no concuerdan exactamente con los que están descritos
en la Biblia, corresponden en la historieta a lo que Víctor considera
como Caballeros del Apocalipsis: la guerra, el despotismo, el sistema
comercial y la muerte.
El simbolismo de este primer episodio es claro: el guerrillero
representa al idealista que no puede realizar su sueño y cuya única
salida y destino es la muerte. La ilusión primera, semejante a la
búsqueda del Paraíso por medio del desplazamiento migratorio, se
desvanece ante la dura realidad. No tiene sitio en un Sistema que le
rechaza, como él rechaza al Sistema, poniéndose preguntas a las que no
tiene respuesta y peleando por lo que cree ser una causa justa que
podría cambiar al mundo, pero es consciente de que se enfrenta a un
enemigo muy superior y que su esfuerzo es condenado al fracaso.
Los 4 Jinetes del Apocalipsis muestran el sino de un sistema mundial que
no tiene arreglo. Son enviados por la potencia divina “para purificar la
Tierra”, como se mostrará al final de la historia, donde todo termina
como empezó, mostrando que la historia no es más que una reflexión
personal sobre la condición humana y sobre la condición del individuo,
en particular del individuo exiliado.
Este tema del exilio es evidente. El guerrillero es, por definición, un
exiliado, puesto que tiene que vivir en la selva para llevar a cabo su
revolución. El personaje del Che Guevara es la personificación misma del
exiliado: argentino de origen fue a Cuba para hacer la Revolución con
Fidel Castro, y cuando ésta triunfó en la isla del Caribe se fue de allí
par llevar la Revolución a otros países de América Latina, muriendo en
Bolivia, como Haxtur, a manos de las tropas regulares del país. Víctor
de la Fuente es el exiliado por antonomasia. Ya dejó su Asturias natal
para trasladarse a Madrid, luego a las Américas, luego vuelta a España,
para ir a parar a Francia, donde reside con su esposa chilena, otra
exiliada.
Por fuerza tiene que encontrarse esta temática en toda su obra, en
particular en Haxtur, que es el reflejo, el espejo, la
proyección, el vocero, el fantasma, el grito de protesta y la obsesión
del autor. Además Haxtur muestra que el exilio no es solamente
geográfico, sino que se encuentra a todos los niveles de la existencia,
incluso de la existencia interior: vecinos, amigos, amor, trabajo,
ideas, política, filosofía, religión, sociedad.
2.-
Transportado por un barquero (Caronte, barquero infernal, llevaba las
almas a través del fangoso río Aquerón para llegar al Imperio de los
Muertos) Haxtur penetra en un universo extraño, poblado de monstruosas
criaturas (los Gurus) y de mortales robots (los Griks) a los que se
enfrenta con éxito.
Entre la vida y la muerte, Haxtur entra en el Infierno, donde debe
enfrentarse con criaturas de pesadilla. Los robots representan la
amenaza de la ciencia al servicio del poder y contra el individuo,
incluso contra aquellos que son considerados como criaturas inferiores,
representados aquí por los lagartos. Este lugar simboliza el Infierno
del sistema opresor político, económico y religioso, del que todos somos
víctimas, allá donde vivamos.
Aparición de una hermosa y misteriosa mujer, quien le ordena cortar un
tronco de árbol seco que se encuentra en la cima de un peñón. Para
llegar a él tiene que atravesar un puente tendido sobre un abismo
insondable (representación del cruce de la frontera, elemento muy
sensible para el exiliado). Del tronco se escapa una bella y etérea
mujer. Pierde el sentido y cuando lo recobra, el puente ha sido cortado.
3.-
Construye una rueda con la madera del árbol seco, para cruzar el abismo.
Aterriza donde un anciano con un bastón en forma de cruz egipcia,
símbolo religioso. El viejo le dice que ha devuelto sus poderes a la
diosa del mal al liberarla del tronco en la que estaba prisionera.
Haxtur construye un arco y flechas con la madera del árbol seco que
queda de la rueda destrozada y mata a la mujer de un flechazo, pero
ésta, antes de morir, le revela que ha sido engañado y que en realidad
es el anciano el detentor de los poderes del mal. Haxtur mata al viejo
también de un flechazo.
Varias veces se dará este caso de aparición de una bella mujer en
diferentes episodios. Es la admiración de la mujer, de la hermosura
femenina, del soplo de vida y belleza en una vida difícil. Es una
representación de la Verdad, fundamento del Amor y de la Libertad.
Haxtur busca la Verdad, simbolizada por la mujer, es sincero y está
dispuesto a pelear por ella, pero, como todos los humanos, somos las
víctimas de engaños que nos hacen actuar al contrario de lo que
desearíamos, y queriendo hacer bien, hacemos mal.
El viejo representa la Mentira. Mentira practicada por los poderes
oficiales (políticos, económicos, religiosos) que mantienen en el engaño
a los hombres y asesinan, o provocan el asesinato de la “Mujer” que
representa la Verdad, esa verdad que tiene que ser liberada del árbol
seco y estéril de la ignorancia y la censura, donde se encuentra
aprisionada, y que es hermosa, como una bella mujer. Víctima del engaño,
de la propaganda político / religiosa, el individuo mata (o ignora, o
evita, o combate) la Verdad. Pero es luchando, batiéndose, permaneciendo
lúcido, continuando la búsqueda, que el hombre logra identificar la
Verdad, liberarla y erigirse contra la Mentira. Es evidente que para
ello, el individuo, como Haxtur, tiene que ser honrado, leal a su causa,
osado y valiente.
4.-
El errante Haxtur aparece ahora a caballo y por primera vez con un
collar del que pende una cruz egipcia, símbolo de creencia religiosa
pero fuera de los cánones establecidos por las religiones oficiales. Es
una creencia individual, personal, libre. Al mismo tiempo, esa cruz es
símbolo de los sexos masculino y femenino unidos, mostrando por ahí el
ansia de libertad, de unión del hombre y la mujer y de desafío al
fanatismo religioso.
Llega a la mansión de un sabio anciano quien porta siempre un libro en
la mano, símbolo de conocimiento y sabiduría. El anciano le aconseja
volver a su lugar de origen, pero Haxtur quiere encontrar la respuesta a
sus preguntas.
Haxtur se enfrenta a un guerrero montado en un fiero elefante. En la
pelea le hace caer de su montura y está a punto de ahogarse a causa de
su pesada armadura. Haxtur acude a socorrerle, pero el guerrero ordena
al elefante de matarlo. Haxtur se aparta y el elefante aplasta al
guerrero, tras lo cual se calma.
El errante se aleja a caballo preguntándose si ha ocurrido algo en
realidad.
El viejo representa el consejo de retorno a los orígenes, lo que es
quizás la voz de la sabiduría. Conformarse con lo que se tiene, con su
posición, y dejar de errar, de arriesgarse. Ahí no está la solución para
el autor. Quiere saber, quiere comprender, está dispuesto a continuar
luchando y afrontando peligros. Los ‘inicuos’ perecerán en su propia
trampa y son desagradecidos cuando se intenta ayudarles o convencerles
de que su camino está equivocado.
La libertad pasa, evidentemente, por lo sexual, representado por la cruz
egipcia, pero no por una revolución sexual, como pretende adoptar la
sociedad contemporánea, sino por una vuelta al origen puro del hombre y
la mujer. El individuo, el rebelde, desea, trata de ayudar a los que se
encuentran en el camino equivocado, pero sólo la erradicación definitiva
de la maldad aportará la paz y la seguridad.
La vida es como una pesadilla. A veces nos preguntamos si es real lo que
ha sucedido o si estamos soñando. El artista fluctúa en permanencia
entre la vida real y la imaginaria, quizás encontrando así el frágil
equilibrio necesario.
5.-
En su camino, Haxtur encuentra a una hermosa mujer atada a un poste y la
libera, a pesar de sus protestas, temerosa del furor de Glabth. Mientras
la mujer huye a caballo, Haxtur es atacado por unos guerreros que le
reducen a la impotencia y le atan al poste donde estaba la mujer, en
ofrenda a Glabth. Ahora es ella la que libera a Haxtur, cuando aparece,
surgiendo de las aguas, el monstruoso Glabth, quien abate al caballo y a
la mujer que se sacrifican por Haxtur.
Haxtur deposita unas flores en el río donde ha perecido la mujer, y de
nuevo se aleja.
Puesto que está atada, la mujer representa a la Libertad, prisionera y
condenada por el Poder. Haxtur pelea por la Libertad y pierde su propia
libertad en esta lucha, pero la Libertad misma acude en su auxilio,
dispuesta a sacrificarse por los que aspiran a ella. Por la Libertad es
necesario pagar un alto precio, aunque no resulte en la consecución de
esa libertad. El monstruo que abate la Libertad lo hace en posición de
violación, como los poderes intolerantes y fanáticos violan la libertad
de múltiples maneras.
Las flores que Haxtur deposita en el río, como bello homenaje natural,
son arrastradas violentamente por la corriente de las aguas. El monstruo
de la Opresión permanece como una amenaza constante, borrando a la
fuerza las muestras de amor y homenaje a la Libertad, lo que es bello
como las flores: las artes, la poesía.
Si el tiempo y la oposición han conseguido llevarse las ilusiones del
exiliado, no han podido hacerlo con la obra de Víctor que permanece como
un hermoso canto en homenaje a la Libertad.
6.-
El paisaje es desolador: troncos de árboles secos, sin hojas, sin
vegetación. Piedras cortantes, amenazadoras. Y el polvo del camino.
Los habitantes de la región son mudos. Haxtur es hecho prisionero por un
sacerdote que le lleva al templo para pasar la prueba de oír la voz del
dios. La voz es producida por la fuerte luz que golpea una membrana,
haciéndola resonar. Haxtur interpone una tela entre la luz y la
membrana, lo que consigue anular la voz, imponiendo el silencio. Pero
cuando la tela se quema por el potente efecto de la luz, la membrana
vuelve a emitir sonidos mucho más fuertes que antes y el templo se
desmorona, haciendo callar la voz del dios para siempre y liberando así
a los habitantes de la región, quienes recuperan el habla.
Historia antirreligiosa por excelencia. Bajo la opresión
del clero, se impone el silencio a los humanos y se les obliga a
escuchar la voz del “dios tiránico”. La Tiranía se desmoronará por obra
de fuerzas exteriores que la destruirán sin piedad, devolviendo a sí la
voz y la libertad a los oprimidos.
7.-
Haxtur continúa su errar, en medio de un paisaje
desolador. Rocas y polvo, ardientes bajo el efecto del sol abrasador.
Encuentra un emblema grabado en la roca y que representa a dos
serpientes superpuestas. Una bella mujer le dice de no tocarlo ni
penetrar en el mundo de Mockt, del que nadie puede volver. Los
supervivientes del pueblo de la mujer han escapado a los hombres de
Mockt y quieren alejarse porque temen a “la muerte lenta”. Con uno de
ellos se introduce en la fortaleza. El dios Mockt es una estatua de
uranio puro. Son atacados por los hombres de Mockt, pero consiguen
escapar, ayudados por los cautivos que se rebelan.
Fuera de la fortaleza se lavan para purificarse de la maldición de Mockt.
La tribu se aleja, pero Haxtur no les acompaña, a pesar de sus ruegos,
incluso de la mujer. Debe continuar buscando su destino.
Una de las obsesiones y temas de Víctor es la destrucción del mundo como
consecuencia de una catástrofe nuclear (véase la primera página de
Mathai-Dor). El uranio representa esa amenaza de autodestrucción de la
humanidad, cuyos fanáticos, movidos por el Poder y el Dinero, imponen su
adoración, aunque sea a costa de innumerables vidas. Es “la muerte
lenta” que nos está matando a todos, la polución, las centrales
nucleares y tantos otros agentes contaminantes, incluso el agua y los
alimentos, que van efectuando su implacable obra de destrucción y
muerte.
Haxtur arriesga su vida por el rescate de sus semejantes. Es necesaria
la “purificación”, simbolizada por el agua con la que se lavan los que
escapan de la fortaleza. Todos los que no quieren hacerse cómplices de
un sistema asesino tienen que “purificarse” por medio de lavar sus
cerebros de la mentira y las malas inclinaciones que pudieran ser
fatales para su prójimo. El héroe no permanecerá con los liberados, a
pesar del atractivo y el deseo de la bella mujer que le ha guiado y
ayudado. Tiene que continuar buscando, luchando, permaneciendo exiliado.
Para Haxtur no habrá reposo hasta que le halle la muerte.
8.- Haxtur continúa su deambular errático en un paisaje
completamente desolado, sin árboles ni vegetación, como en un mundo
muerto.
Entra en una especie de caverna que se asemeja a un templo y allí se
encuentra con un enano desnudo que le aconseja volverse de donde viene.
Aparece un monstruo-dragón, el guardián de Khut. Huyendo,
llega al antro del brujo, quien tiene el poder de convertir a los seres
en estatuas lanzándoles un fruto redondo. Quiere poseer el cerebro y el
corazón de Haxtur, reencarnándose en su cuerpo. Haxtur convierte en
estatuas al brujo y al monstruo lanzándoles unos frutos y se aleja de
nuevo.
El simbolismo es aquí la posesión de los individuos por la propaganda
que se asemeja a un fruto delicioso y bonito (redondo, perfecto), pero
que los transforma en esclavos inmóviles.
Inmóviles
son aquellos que han sido poseídos por la propaganda y que son ya
incapaces de escapar a su sino, como el enano. El brujo desea poseer “el
corazón y el cerebro”, los órganos más nobles y fundamentales del ser
humano, puesto que representan la personalidad del individuo y su
inteligencia. Es así como los Dominadores pretenden dominar.
Sólo los seres
libres e independientes pueden escapar al proceso de alienación del
sistema establecido que utiliza todos los medios a su disposición (los
frutos del Sistema: medios de comunicación, propaganda, censura,
pensamiento, fuerza y mentira).
A condición
que no teman enfrentarse a las incomodidades, las presiones y los
sufrimientos impuestos por un mundo hostil y tiránico que trata de
dominarlos y aniquilarlos para su provecho.
9.-
Haxtur continúa errando, como un caminante alucinado en un mundo irreal,
como un muñeco en manos superiores y manipuladoras.
Encuentra a una hermosa mujer acompañada de una pantera. La desconocida
desea ayuda para alcanzar una piedra negra sobre la que está grabada la
ley que otorga los mismos derechos para todos los hombres, dominantes o
dominados. Los Rhans quieren impedirle proclamar la verdad para que su
dictadura se perpetúe. Se enfrentan a los Rhans y les vencen. Llegan a
la piedra negra, donde se queda la mujer con la pantera y Haxtur se
aleja, saludando a la bella desconocida con un gesto de su mano.
La mujer y la pantera.
La belleza
espiritual y la física. El amor y la lucha. La inteligencia y la belleza
unidas a la fuerza y la astucia. Dualidad de los personajes, como es
frecuente en el autor. Es un canto a la mujer libre y bella, capaz de
luchar por la Libertad y el Derecho.
Si la Ley está grabada en una piedra es para asegurar su
permanencia, su solidez, su inmutabilidad. Es la Ley grabada en la
Piedra, símbolo bíblico. La roca se opone victoriosa a los esfuerzos de
los enemigos de la Justicia que quieren hacerla desaparecer. La Ley
triunfará a pesar de los partisanos de la Intolerancia y la Opresión.
10.-
Haxtur llega a un lugar pedregoso donde todo parece inanimado, sin vida,
incluso el aire. Apresado por unos licántropos, es conducido a una
especie de circo donde tiene que enfrentarse al jefe. Tras la pelea, los
licántropos se precipitan sobre su vencido jefe para matarlo a golpes.
Haxtur acude en su ayuda, pero el jefe le muerde rabiosamente y se ve
obligado a matarlo. Los licántropos, tras la muerte de su jefe, arrojan
sus armas al suelo en son de paz.
Haxtur se aleja pensando que quizás había estado ayudando a un tirano,
pero, una vez más, no tiene respuesta.
Simbolismo del individuo que sostiene al dictador sin ser consciente de
ello.
El héroe está en una especie de circo, como siendo un
espectáculo ante los demás.
Consciente de ello
tiene que actuar en armonía con sus creencias y sus nobles ideales para
obtener el reconocimiento de los demás que se identifican con él al
luchar por la misma causa.
Todo intento
de compromiso con el dictador no puede tener éxito y la única solución
se revela ser la lucha abierta.
11.-
Haxtur llega a un lugar señalado por un burdo poste coronado por un
cráneo humano. Es cogido al lazo por un guerrero a caballo quien se
burla de él al encontrar a otro guerrero, porque no ha sacado su espada.
Obligado, Haxtur pelea. Tras vencer y apoderarse de una cabalgadura,
Haxtur se aleja reflexionando sobre la dignidad humana.
Feroz denuncia de la opresión y la violencia ejercida sobre aquellos que
no tienen los medios para defenderse.
Los
violentos y poderosos se burlan de los débiles y sometidos, quienes
guardan su dignidad y la tienen en alta estima, a pesar de los esfuerzos
de los opresores por ridiculizarles y someterles a la impotencia. La
única solución, una vez más, reside en la lucha abierta.
12.-
Haxtur cae en una trampa disimulada en el camino por la hojarasca y se
encuentra ante un desconocido sentado bajo un dolmen en el centro de un
espacio circular. Tocando un tambor, también redondo, hace aparecer un
monstruo que no es más que una visión, puesto que la espada de Haxtur no
le puede alcanzar. El desconocido le conduce ante un hombre atado a una
piedra circular y le ordena matarle. Haxtur escucha la súplica del
prisionero y le libera. El hombre se arroja sobre el desconocido. Haxtur
coge el tambor que hace bailar las marionetas y lo rompe con su puño.
Todo desaparece. Lo que parecía existir era el fruto de ese fetiche
simbólico. Haxtur se aleja una vez más, reflexionando en lo que hace que
los humanos se maten unos a otros.
La vida, como una trampa disimulada, conduce a Haxtur a través de un
pasadizo oscuro hasta un claro circular. El mago le hace luchar contra
una visión, una ilusión de los sentidos. Haxtur rehúsa, no quiere
hacerse cómplice de sus quimeras. Luego el mago le conduce ante alguien
concreto con el objetivo de hacerle aceptar el mal, pero Haxtur,
solidario del sufrimiento de los oprimidos, libera al cautivo. No
obstante, al deshacer el encanto, hasta lo que parecía concreto
desaparece, mostrando la vanidad de las apariencias que nos rodean y nos
aprisionan. El muro entre la apariencia y la realidad se va desmoronando
a medida que nos acercamos al desenlace de la historia.
Círculo de la Tierra, todo es circular en la historia, como un eterno
volver a empezar, como una prisión en la que se da vueltas sin llegar a
ninguna parte, siempre volviendo al punto de partida. Así se terminará
también el ciclo de Haxtur, como se ve en los dos episodios finales.
13.-
Haxtur tiene la impresión de encontrarse en un lugar que le es familiar.
Le ataca un hombre que resulta ser él mismo, su doble perfecto. En el
diálogo que entablan manifiestan el deseo de conocer la verdad. Dejan
sus espadas clavadas en tierra (de la de Haxtur cuelga su collar con la
cruz egipcia), y llegan al lugar donde se encuentra la clave de la
respuesta que buscan. Los soldados regulares disparan y matan a los
guerrilleros. Haxtur, herido de muerte, se desploma.
Nos acercamos al desenlace. Haxtur vuelve a su punto de
partida, donde encuentra a su “doble”. Imagen de sí mismo,
autorreflexión, auto contemplación, dualidad del ser humano, Doctor
Jeckyll y Mister Hyde, el Bien y el Mal, la Sombra y la Luz. Pero esta
imagen va mucho más lejos. El individuo se encuentra a sí mismo.
El artista
rechaza el mundo que no acepta porque le oprime, y, entrando en la
ficción de sus sueño, se convierte en un hombre libre, viviendo desde
entonces una doble vida: mientras el hombre “normal” lucha, sufre y
aguanta haciendo frente a la opresión, el hombre “ideal”, que en verdad
es el auténtico, aunque sea un fruto de la imaginación, se evade, se
expresa y vive en el sueño, en el arte, en su mundo creado, idealizado y
añorado.
En el Paraíso recobrado. Es el tema del doble. Doble que
muere cuando muere el original (ambos se encaminan juntos hacia lo
ineluctable). Las espadas quedan atrás, clavadas al suelo, como el
pasado, como la vida, como las esperanzas, las ilusiones, las
aspiraciones, las luchas. Monumento mortuorio en memoria del Amor, la
Libertad, la Verdad, la Vida. El autor permanecerá vivo en la obra
producida.
Mueren los dos guerrilleros, como muere Haxtur, como muere su Doble,
desplomándose al irse escapando la vida, lentamente, inexorablemente.
14.-
Haxtur quiere vivir. Los 4 Caballeros del Apocalipsis le contemplan.
Haxtur pierde la vida y no ha encontrado la respuesta. Ahora Haxtur está
ante la prueba suprema, la Muerte. Si Haxtur ha destrozado ídolos, otros
los han reemplazado. Vanidad... todo es vanidad... Haxtur muere y los
Caballeros se lanzan al galope para efectuar su tarea, purificar al
mundo.
Resuenan en las profundidades de la selva los ecos de la pregunta del
principio, la pregunta fundamental por excelencia: “¿Por qué ?”, con
énfasis, repetida tres veces.
Ha terminado
la historia. O el sueño. O la visión de un moribundo en los últimos
segundos de su vida. Hemos vuelto al principio.
Haxtur nos concierne, a cada uno de nosotros. La historieta manifiesta
una forma de pensar. Un Autor se pone las preguntas esenciales del
hombre y se eleva al rango de los Artistas al realizar una obra
plásticamente bella, de profundo sentido, un poema épico-filosófico de
extraordinaria belleza. Un canto a la Libertad, la Vida, el Amor.
Protesta y desafío a la Injusticia, la Opresión, la Intolerancia. Se
cierra el ciclo con la vuelta al principio.
Víctor de la Fuente, como Haxtur, no tiene la Respuesta. Pero expresa su
sentimiento y su indignación haciendo un llamado a la razón y la
sabiduría, clamando su protesta.
Encontramos en esta obra la angustia y la amargura del exiliado:
proyectado a través de la muerte a un mundo onírico en el que reinan las
interrogantes y se cuestionan las constantes del sistema que provoca la
alienación del hombre y que se llaman la tiranía, el despotismo, la
propaganda, la violencia, la guerra, el crimen, la mentira, la
injusticia, la explotación, la esclavitud, la muerte. Haxtur es un viaje
iniciático en busca de la libertad, un canto poético a la vida y a las
más altas aspiraciones del ser humano en un texto escueto, pero adornado
con hermosas imágenes llenas de poesía.
El exiliado es profundamente sensible a todos estos temas que se tocan
en la obra que consideramos. Ha sufrido en su carne y en su mente todos
los desgarros propios del que es arrancado de raíz de la tierra que le
ha producido. Su corazón siempre está dividido, siempre está inquieto,
temeroso de lo que le rodea. El bebé que nace es la primera experiencia
del exiliado. Luego vienen los desarraigos de la niñez, de la
juventud..., de toda la vida con sus constantes cambios: cambio de casa,
de pueblo, de ciudad, de región, de país. Los paisajes cambian, los
amigos cambian, los amores pasan, las actividades se multiplican, las
penas desaparecen, los recuerdos permanecen... y las ilusiones se
pierden con el paso del tiempo. Pero el artista tiene una ventaja sobre
el sencillo ciudadano. Y es que puede expresarse y logra pasar un
mensaje importante: todos podemos expresarnos y tenemos derecho a ello.
Cada individuo es libre y puede y debe manifestar, por todos los medios
a su alcance, su pensamiento y sus aspiraciones.
Y
ahí está también el mensaje de Víctor, mensaje de libertad, de esperanza
y, a pesar de la amargura, a pesar de la consciencia de la vanidad de
las cosas de la vida, ese mensaje resulta ser un mensaje positivo, una
exhortación y ánimo a la libertad de expresión.
Quizás Víctor de la Fuente no sea completamente consciente de todo lo
que su obra encierra, aunque tendamos a pensar lo contrario. Ahí está.
Una obra de arte que el autor/dibujante ha producido y nos ha dado, para
que la hagamos nuestra, para nuestro placer personal y nuestra
reflexión. En el año 1971 fue esta obra un verdadero choque, una
revolución que algunos no supieron apreciar y otros incluso
despreciaron. Pero la mayoría de los amantes de la historieta no se
equivocaron. Allí había algo nuevo, algo
diferente, algo con sentido. Algo que vale y que permanece.
Haxtur consta de 14 episodios, 2 veces 7, símbolo de perfección. Número
apropiado a esta obra, la única que Víctor de la Fuente consiguió
acabar. Ninguna de sus otras obras ha conocido el final, todas han
quedado inconclusas, como la vida misma, donde nadie puede llevar a cabo
ni una ínfima porción de lo que se propone o de lo que desearía. La
propia obra de Víctor es una ilustración de su destino.
HAGGARTH,
por ejemplo es una especie de prolongación de Haxtur. Pero el autor no
podía resucitar al personaje que había matado y cuya saga constituye una
entidad única, completa y perfecta, que no se puede ya tocar.
Con Haggarth Víctor ya entró de lleno en la fantasía heroica. De
nuevo encontramos aquí el simbolismo de la paz y la guerra, con la
muerte del héroe que renace después, encarnándose en un joven leñador,
gracias a las artes de una bruja. Haggarth vive así una doble vida en un
solo cuerpo, como expresión de la eterna dualidad humana, el bien y el
mal, la luz y la oscuridad, el hombre y el artista.
Víctor se explaya en su género preferido, ya que le permite expresarse
lo más libremente posible, dando rienda suelta a su fantasía, a su
imaginación. Pero, tras haber publicado sólo 2 episodios en Francia, por
desacuerdos con el editor, pasó a publicarlo en los Estados Unidos, en
la revista Eerie. Pero ni ahí se publicó íntegramente, quedando
inconclusa, como tantas otras.
Tras haber realizado Haxtur, Víctor hizo MATHAI-DOR. En
esta super-estética muestra de epopeya con mezcla de fantasía heroica en
un mundo postatómico, el autor demuestra su profunda preocupación por el
porvenir de la humanidad, amenazada de una destrucción nuclear. La
sociedad se reforma en grupos tribales que luchan por la supervivencia.
La serie tiene conexiones con el Western, ya que el personaje
viste y va peinado como un indio, armado con arco y flechas y viajando
en una canoa india. Es como una premonición de su serie Amargo.
Le acompaña una pantera negra, escogida sin duda porque ese animal tiene
una enfermedad de la piel, como una tara que llevase el exiliado y que
le hace diferente, como una marca de extranjero, que no se encuentra
“bien en su pellejo” en ninguna parte, aunque goce de fuerza y belleza.
En esta serie vemos una clara influencia, en cuanto a la temática, del
escritor francés René Barjavel (La noche de los tiempos, 1968) y
también del belga Rosny Aîné (La captura del fuego, 1911). Tales
son, por cierto, los títulos de los dos álbumes publicados en Francia.
La trama es de lo más simple: el fuego de la tribu se apaga al sufrir el
ataque de un oso furioso y Mathai-Dor parte en busca del fuego. Para
ello debe llegar a la ‘Llama de los Lares Sagrados’, antes de que
lleguen los grandes fríos. Tema con el que se critica la opresión
ejercida por la religión y por el que se inquiere sobre el sentido de la
vida y la dependencia del hombre con relación al poder.
En camino encuentra a Dago, perteneciente a otra tribu, que se
convertirá, junto con la pantera, en su compañero de aventuras. Dago es
también un exiliado, por lo que su amistad y unión con Mathai-Dor
constituyen el grito de llamada del exiliado a la comprensión y a la
solidaridad, lo que se confirmará al final de la historia.
Son 18 cortos episodios de 5 páginas, narrados con brío y llenos de una
belleza barroca, decorativa, con una puesta en imágenes de un efecto
estético que parece ser la razón principal del autor para efectuar este
trabajo. Es sin duda su obra maestra a nivel de dibujo, pues, a pesar de
la simpleza de la trama, seguimos el periplo de los personajes con un
interés constante, debido al placer visual.
Al final del viaje se les revela el secreto del fuego, una vez que los
conocedores del secreto son convencidos de su honradez y buenas
motivaciones. Es, al mismo tiempo, un canto a la solidaridad de los
hombres frente a las expresiones del Mal.
Muerte de una civilización que se ha suicidado, revancha de la
naturaleza que lo invade todo, jungla paradisíaca con animales fieros y
monstruosos, como una amenaza constante al individuo purificado por la
destrucción de un mundo de maldad. En medio de todo ello, el hombre, el
exiliado, luchando por la supervivencia y descrito por el dibujante como
un cántico a la Belleza de la creación, a la belleza incomparable del
cuerpo humano, armonioso, plantado sobre el suelo con pie firme,
moviéndose con actitudes llenas de fuerza y agilidad o nadando con
gracia en aguas agitadas por animales amenazantes. Belleza del guerrero
indómito y varonil, que no se rendirá nunca, que hará frente a todos los
peligros y amenazas con determinación y valor. Como el exiliado que no
se rinde y que ha decidido aguantar hasta el fin, afirmar su
personalidad y probar su existencia por su obra artística. Es un canto
simbólico a una sociedad humana donde reina la hermandad, la sabiduría y
la paz. Es, también, un símbolo del retorno al Paraíso.
Esta serie tampoco está acabada, aunque termina con la recuperación del
fuego. Sin duda Víctor deseaba prolongar la historia y decirnos más
cosas, pero, como Haxtur, no tenemos la respuesta.
Su siguiente realización personal fue un personaje del Oeste americano:
Amargo. Si Víctor es capaz de dibujar cualquier género, y en
todos ellos se luce, el Western es su género preferido, después
de la fantasía heroica.
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