Un simpático italiano dueño de un conventillo de Buenos Aires que hablaba en “cocoliche” tratando de satisfacer las opuestas y a veces absurdas necesidades de sus inquilinos.
Aparece por primera vez "Don Nicola", el imborrable personaje inventado por Héctor L. Torino. En la revista porteña ¡Aquí está! se presenta la tira "Conventillo 1937", creada por el joven y modesto dibujante Héctor Torino. La misma se trataba de una caricatura amable de la vida cotidiana y sus personajes, de carácter universal, representaba a hombres y mujeres de los que se topaban todos los días por la calle. Ambientada en un conventillo del barrio de La Boca, de la ciudad de Buenos Aires, su dueño, Don Nicola, era un simpático italiano que hablaba en cocoliche y que trataba de satisfacer las opuestas y a veces absurdas necesidades de sus variados inquilinos. De gorra a cuadritos, nariz providencial e impresionantes bigotazos, acompañaban al chaplinesco Don Nicola en sus risueñas y delirantes aventuras los "profesores", dos hermanos inventores de cosas innecesarias e irreales que siempre ponían en aprietos al "gringo". Luego apareció también el Maestro, una especie de chanta con monóculo y bigote finito que fumaba con boquilla y se las daba de sabihondo. Al año siguiente la tira se llamó "Conventillo 1938". Con el correr del tiempo fue adquiriendo los nombres de "Las grandes aventuras de Don Nicola" y "El conventillo de Don Nicola". Luego se independizó de la revista y comenzó a publicarse en formato de álbumes y bajo el sello de Ediciones Torino, con el que también publicó la revista "Bicho Feo" -"la que usted pide silbando", según el eslogan-, y donde compartía cartel con nada menos que el gran José Luis Salinas, Breccia y los tres Guillermo: Roux, Guerrero y Battaglia. Entre los títulos más recordados de Don Nicola se encuentran: "Paseo accidentado por Villa Paciencia, Villa Confianza, Villa Cachada y Villa Bélica"; "A través del tiempo"; "Cómo conocí al Maestro"; "Tesoro en el Polo Norte"; "El hombre y la bestia" y "Fútbol femenino: el conventillo contra las minifaldas". Torino se esforzaba por reflejar a la pobreza con bondad, emancipándola por momentos de su entorno cruel y brutal. Repleta de nostalgia, la historieta tenía un sentido autobiográfico ya que Torino, por completo autodidacta, era de padres italianos y había nacido en La Boca en el año 1913.
Datos obtenidos de www.archivo.lacapital.com.ar