Libro de historieta con 208 páginas en blanco y negro, encuadernado en rústica, con cubiertas en color. Constó en créditos: "Este libro ha sido editado con la ayuda de la Concejería de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha". "Producción a cargo de Conrado Dube. Preimpresión: Preuve. Impresión: Artes Gráficas Yosil.
Extracto del prólogo:
Hace unos años, mientras estudiaba en la Escuela de Cine, pasamos una tarde memorable hablando de viejas películasy series de televisión, cuyos actores protagonistas se metieron tanto en el papel que acabaron creyéndose los personajes que interpretaban. Johnny Weismuller pasó de campeón olímpico de natación a estrella de cine, y acabó internado en un psiquiátrico jurando que él era Tarzán. Bela Lugosi se hizo enterrar disfrazado de Drácula, convencido de que volvería de entre los muertos. Leonard Nimoyse dedicó a exorcizar su personaje escribiendo los libros autobiográficos I am Spock y I am not Spock. Hulk Hogan, el luchador de wrestling, se dejaba ver fuera del ring con la misma actitud que mostraba en sus espectáculos. Adam West es el paradigma del actor encasillado en su papel de Batman. Y Elvis está más allá de todo comentario, pasó de ser el músico más influyente de la Historia a convertirse en una parodia de sí mismo.
Pero el trágico desenlace que tuvieron sus carreras, ¿desmerece su carácter icónico o forma parte de la leyenda? Aparte de la fascinación que despiertan en mí las historias de perdedores, siempre más ricas e interesantes que las biografías oficiales de personajes intachables, pienso que su ocaso, ésa manera de identificarse con su papel hasta imbuirse plenamente de él, los hace míticos. constituyen un ejemplo en vida, un ejemplo de auténtica fe. El personaje de Tarzán es tan grande que debería ser real, y Johny estaba ahí para encarnarlo. Lo mismo con el conde Drácula, un personaje literario tan interesante que debería caminar entre nosotros, y para eso Bela Lugosi nos regaló su mejor representación. Podemos sonreír y pensar "menuda panda de fracasados" ...o verlo bajo otra perspectiva y aplaudir su capacidad para creer en lo imposible y hacerlo real, sin importar quién les llamara locos. [...] Respecto a este volumen, me gustaría que la historia hablase por sí misma. Empezó siendo una broma, y fijaos lo que ha durado. Que no te engañe el hecho de que escogiera a Michael Jackson y algún otro capullo para los papeles de villano. He procurado que éste no sea un comic de humor sino de acción, de aventuras a la vieja usanza. Eso sí, al contar con plena libertad creativa, aproveché para llevar las cosas al extremo, y má allá. Si antes había reunido a ese puñado de actores para liarse a mamporros con Jack Michaelson, lo que ya era el colmo, ¿qué pasaría luego? Bien, para contar la historia definitiva de los Super-Freaks tenía que buscar al tipo más odioso que se me ocurriera. A unos cuantos tíos chungos. Creo que Michael Jackson ya es bastante repulsivo, pero en esta ocasión se ha traído a unos amigos: reflejos de Bill gates, Arnold Swartzenegger, Madonna, Walt Disney... Y otro para el que sobran presentaciones: el Doctor Frederick Werttham, quien aparece aquí bajo la forma del patético Doctor werther.
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