Como anécdota cabe destacar que la publicación fue acusada en noviembre de 2001, de divulgar contenidos pornográficos e imágenes violentas y vejatorias, estando esta subvencionada por la Administración. Esta acción fue promovida por un concejal, en rivalidad con el entonces alcalde por intereses políticos. El error de la publicación fue no tener en portada la calificación de Para Adultos, ni el retractilado de la revista. Esto, unido a la desinformación del tema y falta de responsabilidad política y mediática, dio lugar a este incidente.