Información de la editorial:
El título primigenio de la colección fue "Las aventuras del califa Harún El Pussah", con lo que parece claro quién era, en un principio, el personaje principal de la serie. Este encabezamiento duró tan sólo dos álbumes, porque sucedió que el innoble felón, con increíble rapidez, se erigió como protagonista absoluto. Así pues, su título inicial, convenientemente metamorfoseado, se convirtió en Las aventuras del Gran Visir Iznogud. El “malo”, como héroe absoluto de un tebeo de humor, no resultaba gracioso en Europa, por la época en que se creó el personaje. Tampoco era bien visto. No obstante, el infame Iznogud, con su barba afilada como una espada venenosa, su nariz ganchuda y amenazante, sus terroríficas expresiones y sus ocultos deseos de poder para empalar a sus enemigos en la más absoluta impunidad, representó en su día una corriente de aire fresco y renovador en el cómic de humor a escala mundial. El ambiente oriental y misterioso de la legendaria Bagdad, constituyó el marco apropiado para que Goscinny y Tabary sacaran el máximo partido de tan prometedor escenario. El perverso Iznogud, haciendo uso de su retorcida imaginación, no renuncia a ninguna de las oportunidades que la exótica ciudad de las Mil y Una Noches le brinda. Brujos, encantadores, ilusionistas, alfombras voladoras, lámparas mágicas, hipnotizadores, genios, los más variados brebajes y todo lo que llegue a sus oídos que sea capaz de hacerlo califa en lugar del califa, será experimentado por el simpático desalmado en la minuciosa preparación de sus retorcidos planes. De “Tabary y El Gran Visir Iznogud”