Texto promocional editorial:
La Mafia ejerce el control del crimen organizado en Chicago, Boston, Nueva York, Filadelfia, Providence, Detroit, Las Vegas y Nueva Orleans, un total de veintiséis ciudades dominadas por familias criminales y asociados en otras urbes. Su prestigio les ha llevado a formar parte de la cultura popular norteamericana y protagonizar películas, series de televisión, novelas y cómics.
Como alimentaban la prensa sensacionalista, se convirtieron en personajes sensacionales. Los mitificaron, cobraron un extraño atractivo romántico: cuando el país entró en recesión y la mayoría de los norteamericanos tenían problemas para encontrar empleo, vieron con embeleso la lucha encarnizada de aquellos hombres por enriquecerse y amasar fortunas, era imposible no quedar hechizado por su ascenso meteórico. Además, lo consiguieron dándole a los norteamericanos lo que querían: un lingotazo de alcohol, chicas hermosas, emoción, juegos de azar, préstamos rápidos. Diversión, dinero, glamour. Si comenzaron siendo los villanos en los pulp magazines y en el cine, su carisma hizo que coparan el protagonismo del relato, de némesis del héroe llegaron a ser antihéroes, el eje vertebral de la trama. Igual que en la vida real, pasaron de la marginalidad a la cima: la ficción los encumbró por segunda vez. Su arrogancia, su habilidad para salirse siempre con la suya sin respetar la ley ni seguir las reglas como el resto de personas, hace que nos preguntemos qué les hace distintos a nosotros y cómo piensan. Eso y el morbo, el ser incapaces de apartar la mirada cuando sucede algo terrible, un hecho escandaloso, sangriento, injusto.
Thank you for your note. If you need my permission per law, I am hereby granting your request. Best of luck on your project. Respectfully, —Meyer Lansky II