Libro con interior en blanco y negro, encuadernado en rústica, con las cubiertas en color.
La edición se hizo a través de la plataforma de autoedición Bubok.
Promoción editorial:
FireStar en sus inicios estuvo fuertemente influenciado por las publicaciones de ciencia ficción del momento como 1984 y Zona84 de Toutain Editor. Pero mas que admiradores del genero, siempre seguimos fielmente a los autores, consagrados ya por aquellos mágicos años 80. Y si hay algo que muchos de ellos tuvieron en común, es que produjeron infinidad de historias de terror para la editorial estadounidense Warren Publishing en las décadas de los 60 y 70, en revistas como Creepy, Eerie y Vampirella entre otras. Historias que a su vez se compilaron y publicaron en nuestro país en otras revistas bajo otros sugestivos nombres como Vampus o Rufus. Posteriormente y desde 1979 Josep Toutain adquirió los derechos para usar la marca Creepy, de cual se publicaron 87 números hasta el año 1984, en donde aquellos autores como José Ortiz, Victor de la Fuente, Pepe Gonzalez o Rafael Auraleón, por mencionar unos pocos de los muchos genios del comic que se dieron cita en aquella revista bajo el sello de Toutain que tendría una segunda época mucho mas breve en 1990.
De vuelta a nuestra etapa dorada Fanzinera, en 1989 decidimos empezar un proyecto para una revista nueva de genero de terror bajo el sello de FireStar Comics. ¿De terror? Bueno, a esas alturas mas bien poco interés podríamos haber despertado si nos hubiéramos dedicado a por aquel entonces ya en decadencia genero de terror. Y así, reflexionando, caímos en la cuenta de que intentar hacer una historia de terror podría dar hasta risa. Pues eso. ¿Por que no decantarse más hacia el genero macabro y mezclar escenas y personajes de terror con situaciones divertidas?
Dicho y hecho, de modo que decidimos hacerle un homenaje a aquellas viejas publicaciones de genero y nos pusimos a buscar una mascota y un nombre con letras chorreantes y con dos "es" para nuestra revista. Mentiríamos despiadadamente si dijéramos que nos inventamos el nombre. "El Weleslé" era el apodo popular de alguien a quien conocíamos y del cual no sabíamos si era totalmente consciente de que la gente lo llamaba así, creo que mas bien no. Con esto y con todos los respetos, tomamos prestado el nombre, aun hoy sin copyright, y añadimos una "e" al final de la palabra. Una revista de terror que se precie sin una doble "e" como Creepy o Eriee, estarán de acuerdo conmigo que no va a ningún sitio. Para la mascota que presentara las historias cortas al mas puro estilo "Tio Creepy", Fángel creó una caricatura de un personaje de simpática risa macabra que bautizamos definitivamente "El Weleslee".
Tenemos que confesar que la época "Welesleleica" fue muy divertida, nos lo pasamos en grande dibujando y publicando El Weleslee. Las historias, de hecho, están repletas de lo que llaman hoy "Easter Eggs" o "Huevos de Pascua". En muchas historias hay guiños a personajes reales que en aquella parte pudieron formar parte de nuestro entorno. Incluso una de las historias, en concreto la genial historia de Fángel "La Broma", y por increíble que parezca, es en un relato basado en un 99% en un hecho real , bueno mas bien en una "broma" real que le gastamos a un querido amigo. Broma por llamarlo que alguna forma cariñosa. Amigo del cual hoy en día podemos presumir de que sigue siendo nuestro a pesar de que casi lo matamos literalmente del susto.
Hay que destacar sobre todo, que en aquel momento, entre la publicación del primer numero y el segundo fue cuando conocimos a Fulgencio Hernandez Campos "Pencho". Recuerdo que se presentó ante con un puñado de originales de su historia "El Profanador" y nos dejó muy impresionados con su estilo y su dominio de la pluma y el pincel. Él aportó y sigue aportando en la actualidad la parte mas puramente técnica y cuidada de FireStar Comics.
No podríamos pasar por alto que "El Weleslee" fue la casilla de salida para personajes que tuvieron continuidad hasta nuestros días como el "Paco el Enterraor" y "El Increible HUH!" los cuales podemos encontrar a lo largo y ancho de la historia de FireStar.
Santiago Pagán