Es una crónica autobiográfica. Con intermitentes análisis subjetivos respecto a la cultura de masas, la posverdad, la felicidad, los roles de género y la subjetividad del éxito. Desde que era un niño de los ochentas viviendo en la periferia de la provincia hasta ser el autor que leemos, Maxi no se priva de contar nada. Como dice Diego Parés en su prólogo, “Maxi dibuja y dice todo lo que puede”. Esa honestidad puede ser de a momentos incómoda, pero en el mejor sentido posible de la incomodidad, porque invita a la reflexión, a ponerse uno mismo en los escenarios que plantea el libro.