Ernán es troskista y fanático de Huracán. Tiene, por lo tanto, una evidente aversión al éxito. Lo detesta. Esta inclinación por la épica de los derrotados la sublima en sus historietas, en las que suele conquistar el mundo, liderar nuevas religiones y comprar deslumbrantes ferraris. Un psicólogo diría que se trata de un alter-ego neurótico obsesivo que cumple los deseos reprimidos del yo. Como diagnóstico suena bastante grave. En este libro que usted, afortunado lector, tiene ahora en sus manos, la neurosis de Cirianni alcanza proporciones bíblicas, galopa como un caballo enloquecido en el que, sin embargo, te dan ganas de montarte. Una vez que pusiste el ojo sobre la primera viñeta, es dificil no lanzarte a acompañarlo en esa travesía desaforada e hiperrealista. Un libro revelador, me animaría a afirmar, capaz de cambiar la vida. Sobre todo la de los trotskistas e hinchas de Huracán.
Diego Marinelli