Cuaderno grapado que entregaba como obsequio a sus clientes la librería El Coleccionista, con establecimientos en Madrid y Zaragoza.
La ilustración de portada, de Matías Alonso, fue realizada en su día para la colección Maestros de la Historieta.
Las mismas cubiertas sirvieron para ofrecer distintos contenidos procedentes de Editorial Valenciana. Entre esos contenidos figuran el número 34 de la colección El Guerrero del Antifaz de 1972 ("Encuentro inesperado"), el número 40 de esa misma colección ("Libertando cautivos") o el número 75 de la colección Roberto Alcázar y Pedrín de 1976 ("La mina sembrada").