WANTED - El FILM. BANG-BANG (MY BABY SHOT ME DOWN)
WESLEY GIBSON, pringado integral, es rescatado in extremis de su calamitosa vida por una escultural/expeditiva mujer, FOX, introduciéndolo en un delirante mundo de violencia, persecuciones y alucinantes FX.
Wesley es la pieza capital de la HERMANDAD, ancestral procesión de asesinos pseudomísticos, para destruir a CROSS, un letal renegado, responsable de la muerte del propio padre de Gibson, virtuoso del asesinato. El problema surge cuando, durante el enfrentamiento mortal, Cross revela, con su último aliento, la verdad a Wesley: nunca ha dejado de ser un pringado, manipulado por terceros.
LA MUJER ILUSTRADA.-
Retocando el título de los relatos de RAY BRADBURY, empezaremos diciendo que, aunque la adaptación de la miniserie de MARK MILLAR, J.G. JONES y PAUL MOUNTS se salde con un balance positivo, respecto al espectáculo, la imaginería visual y las pistolas customizadas, no ha sido totalmente fiel al relato que adapta, sustituyendo la complejidad del bizarro Universo paralelo de enmascarados supervillanos por una sociedad secreta de asesinos, émulos de los TEMPLARIOS, que llevan un milenio ejecutando, como tampoco ha respetado el nihilismo iconoclasta del Wanted original dibujado (hay una película francesa de igual título).
En ese aspecto, tan poco se parecen ambas obras que el espectador es introducido en la sede de la Hermandad, ubicada en un castillo medieval (de ladrillo), con planta textil además, tapadera para su actividad real, paseándolo por estancias sobrias, espartanas, con un marcado aire monacal, catedralicio. Para más INRI, toda la fuerza de asesinos, aparentes artesanos de la tela, creen con convicción fanática en una potencia sobrenatural como es el Destino, lo que equivale a decir en Dios. En el cómic, le recordamos al lector, en lo más que creían los participantes eran en sí mismos y en días alternos.
Por otra parte, intuimos que la señalada iconoclastia de Wanted nos parece extraída, directamente, de MARSHAL LAW, de PAT MILLS y KEVIN O´NEILL, lo cual atenúa bastante el glamour aparente que al respecto posee la saga de Millar.
Como parecía excesiva la trama de éste, con todos esos barrocos disfraces, y sus retorcidos y caníbales personajes (y los otros de nombres soeces, o de constitución excremental, que tanta fascinación concita en la crítica, obviando resaltar los aspectos más contundentes de la obra de Millar, como la elegía a la hiperviolencia que contiene Wanted), los responsables del film han adaptado a unos estándares más convencionales ciertos preceptos del cómic, edulcorándolos además (como destacamos en el entrenamiento de Wesley, que tiene algo de JEDI, y que JAMES MCAVOY interpreta con ajustada precisión, haciéndonos temer que le exploten las prominentes venas de la frente). Tal vez se valoró que sacar tal brutal mascarada podría confundir al espectador, ajeno a la obra ilustrada original, atragantándolo, perjudicando así la taquilla. (Una vez más: esto es un negocio. Debe rendir; se hace para ganar dinero.) De todos modos, algo ha quedado con sabor a tebeo: los secundarios, inventados para esta adaptación, no tienen nombre de pila, sólo alias. En sí, sólo el protagonista tiene nombre y apellidos.
Temiendo, pues, por una taquilla débil, han hecho desaparecer los disfraces ceñidos y extravagantes, al brutal FUCKHEAD, reemplazándolo por una estoica ANGELINA JOLIE con casi cada palmo de su piel de pecado carnal cubierta de elaborados tatuajes, algunos como supuestos símbolos sacros; los más, paganos, como otro indeciso guiño al tebeo.
Su personaje también sufre mutación, y mientras que en el cómic satisfacía sexualmente a Wesley, la castidad domina, rigurosa, su interpretación.
SHOOT’EM UP!.-
Fuera, pues, el toque veneciano de carnaval, ¿qué tienen los responsables de la película? Pues la necesidad de tirar de metraje ya existente, bajo el embalaje digital de lo nuevo y lo mejor, renovado. Este dato nos lo insinúa la innegablemente impecable y espectacular secuencia del asesino que salta a través de la ventana (pura escena MATRIX) donde los cristales que lo revisten componen un elaborado mosaico, índice de los films que replica y también de algún tebeo del gusto de los Wachowski (Hard Boiled). ¡Pero con la virtud de hacerlo tan bien que parece concepto original! (Como usar armas del siglo XVI customizadas, o las balas labradas de Cross, quien te emplaza en una X antes de matarte –Cross-cruz-equis: tirado, ¿no?-).
Esa escena revela, además, que estos asesinos, dedicados nada menos que a enmendar los errores de Dios (menuda presunción herética; y luego LUCIFER era soberbio), tienen alguna clase de superpoder, que el inalterable gurú MORGAN FREEMAN (SLOAN, en la película), reiterando sus tics de EL CABALLERO OSCURO, explica de algún modo: es un chute de adrenalina. Obvia mencionar que, con semejante subidón adrenalítico, uno se echa a temblar, pero es una licencia, más, que se toman en nombre del buen curso del film, apelando a nuestra cómplice comprensión, como la de aceptar los secundarios no procedentes del tebeo.
Por sus referencias, Wanted nos recuerda, a voleo, a Shoo’tem Up, cuyo protagonista parece una versión madura de Wesley; a todo el cine de HONG-KONG, esencialmente JOHN WOO y CHOW-YUN FAT: THE KILLER, HARD BOILED (la peli) y FULL CONTACT (ésta, cinta de RINGO LAM), y a ASESINOS DE REEMPLAZO (ANTOINE FUQUA). Wanted está surtida de metraje de estos y parecidos filmes.
Las secuencias con los coches proceden de JAMES BOND, aunque, por su corte oscuro y secreto, la Hermandad, y en especial Wesley, emane de EL MITO DE BOURNE, y algunos de los secundarios salen de películas como LEON, EL PROFESIONAL (LUC BESSON) o DESPERADO (ROBERT RODRIGUEZ). Por alguna razón, ciertos elementos hermanan directamente ambas películas de forma intensa (Desperado y Wanted: una interesante correlación de western…).
El asalto de Wesley con las ratas explosivas (así como la secuencia MISIÓN: IMPOSIBLE del tren) ya tiene paralelos por ahí, pero su irrupción en la fábrica es la de UNIDAD 4, protagonista del tebeo Hard Boiled,de FRANK MILLER y GEOFF DARROW, en la empresa WILLEFORD. Escena rematada por el inesperado giro que Jolie le imprime, por cierto, al hilo de la historia.
IMPERFECCIONES HEREDADAS.-
Al igual que la estructura del Wanted de Millar se resentía con la pregunta: “¿De dónde sale el dinero de Wesley, si entre los supercriminales no se matan?”, la misma cuestión afecta a la adaptación cinematográfica: ¿de qué vive la Hermandad? ¿De maná? ¿O el Destino deja un cestito de billetes en la puerta del telar, como un niño expósito? Porque los textiles darán dinero, pero ¿tanto?
Que luego Sloan se lo monte como asesino a sueldo pudiera explicar la inyección de capital; pero, de entrada, nada lo sugiere. Todo parece manar, pues, de la Divina Providencia, como intuye la pregunta de Wesley: “¿De dónde surgen los objetivos?”, que Sloan replica: “De la necesidad”. O sea, del mismo sitio de donde sale su dinero, parece ser.
En esta secuencia sí se adivina la iconoclastia del tebeo, pues delata que el Plan Divino (caso de creer/aceptar el control omnímodo de Dios en todo aspecto vital del individuo, restándole, pues, resolución y albedrío) tiene fallos que la Hermandad corrige.
La película también falla en que, pese a estar identificados y reclamados por la policía, excepto por una breve actuación al principio, la ley no les persigue. En la secuencia de los periódicos-como-pasquines se justifica el título de la cinta (cosa que Millar no hace bien en el tebeo), pero luego advertimos que de ningún modo la poli remacha el asunto. Wesley, Fox, Sloan, toda la peña, desaparecen por una fisura de la realidad, tan perfecta que es opaca a todo rastreo y encuesta.
RECAPITULANDO.-
Cierto: no es cinta profunda y reflexiva la que TIMUR BEKMAMBETOV nos ofrece; nada de comida de tarros existenciales y complejos simbolismos que barrenan la moral del espectador. Es soberbia y espectacular evasión, pura y simple. Sirve a sus principios de forma excelente. Es la peli para echar el rato y deleitarle comentándola luego. Arrebata un momento los problemas de la mente del espectador y le proporciona una dosis de catarsis (el teclado de la computadora reventado en la cara del compi de Wesley), y es considerable logro, uno cuya naturaleza no obstante les parece a muchos herética y sin mérito.
De ahí a decir que, por tanto, es una nulidad, tintándola con el elusivo adjetivo de cine de palomitas (o sea: así se evitan hacer la crítica), pues tampoco (el teatro de SHAKESPEARE lo era, en su momento; hoy está sacralizado, pero su obra frisaba el PULP), ya que el capítulo de sus referencias es lo suficientemente abultado como para merecer destacarse. Además, las actuaciones son correctas; Jolie aporta el ictus dramático con su lacrimógena historia infantil (su vida no fue distinta por un 9mm. Para.) y hasta apreciamos otro ataque a la obesidad, el Mal supremo, superior al cáncer, el terrorismo y las plagas bíblicas, procedente de estas mentalidades imbuidas en la eugenesia médica nazi que nos hostiga. ¿Ejemplo? La jefa de Wesley es una tragaldabas borde, y sustituye a la negra racista del tebeo. Es un homenaje a lo políticamente correcto (¡cómo va a haber un negro racista!) y una muestra de adhesión al movimiento médico ario.
Surge luego el asunto de la polémica británica sobre el afiche promocional, eyaculación precoz de las mentes diminutas y de escaso riego sanguíneo, porque en esta página aportamos pruebas (el cartel de Desperado) de que el pecado ya se había cometido, y antaño no suscitó ninguna alarma. Lo ocurrido aquí sólo son ganas de joder por joder, hablando en plata, y nada más.
Como película, Wanted no resiste la comparación con otros estrenos, quizás EL TREN DE LAS 3:10 o REYES DE LA CALLE; no es tanto cine. Pero se defiende con dignidad y cuenta con un cierto volumen de aspectos imaginativos, originales. Deliberadamente eludimos referir el paralelismo existente entre el telar y las PARCAS (al igual que a lo de las balas con efecto, desafío a la gravedad y la lógica balística, aunque en este aspecto nos recuerda a los malos WESTERN-SPAGUETTI, donde el pistolero protagonista hacía virguerías excepcionales con su revólver), porque otros incidirán en el tema. A cambio, dejaremos esta observación al lector: aunque sangrienta, Wanted no es sanguinaria, ni tampoco la mitad de violenta que, por ejemplo, GRUPO SALVAJE (SAM PECKIMPAH), índice que nos delata el grado de estulticia de los polemistas que han menoscabado esta película con sus críticas.
Por Antonio Santos
De su serie Gramática Parda, entrega seis
TEBEOAFINES
Reseña del cómic por A. Santos
Reseña del filme, por A. Santos
Ficha de la película en Tebeosfera
Ficha de la edición de Planeta-DeAgostini
Ficha de la edición de Norma
