WANTED. NATURAL BORN KILLERS
WESLEY GIBSON, pringado donnadie, resulta repentinamente millonario y heredero de unas espectaculares facultades superhumanas para asesinar. En el lote, entra la sensual amante de su padre, cuya imagen él tenía idealizada.
Mientras lo flipa asesinando por placer, poderosos acontecimientos, fruto de una larga conjura donde su participación resultará capital, están a punto de remodelar su mundo, donde poco es lo que parece. El villano se transformará en héroe, mal que le pese.
THE SMITHS: SEXO, DINERO, PODERES, UNIFORMES MOLONES.-
Es éste, entre otras cosas, un tebeo profuso en detalles y cameos que resbalan a lo largo de sus 6 números, obligando al lector a un juego de búsquedas, lo cual merma la concentración sobre el hilo central del relato, ralentizando su asimilación y avance.
También, rebosa nihilismo (Wesley nos llama fracasados y nos da, y nos manda, a tomar por culo en la última página) más que iconoclastia, algo que resulta agradable si lo aceptamos como un caso anecdótico más que como una norma a seguir, porque en conjunto evoca a los momentos más destructivos del cómic de los 1980 y 90.
La inteligencia de MARK MILLAR (SUPERMAN RED SON) ya está contrastada y por eso con Wanted no se ha podido resistir a la tentación de mostrar todo su pontencial presentado ‘su’ WATCHMEN, protagonizado empero por los malos. Replicar Watchmen es tentación latente en todo guionista de cómic que se precie. El impacto de la obra de ALAN MOORE está resultando considerable a lo largo de las décadas. Mientras que obras de igual, o parecido esplendor aparecidos entonces (BATMAN, EL SEÑOR DE LA NOCHE, de FRANK MILLER, o BATMAN, THE CULT, de JIM STARLIN y BERNI WRIGTHSON, por citar dos ejemplos), comienzan a quedar atenuadas o empequeñecidas por el paso del tiempo, Watchmen mantiene su potencia intacta, o acrecentada, debido a los replicadores, caso de Millar, que han incrementado su resonancia obsesionados por destronar la obra del DIOS DEMONIO DE NORTHAMTON.
Su planteamiento nace de una pregunta What If…?, como detalla un personaje de la historia: “¿Qué pasaría si los supervillanos nos uniéramos zurrando hasta la muerte a los superhéroes?” Pues que, carentes de límites morales y remordimientos, gobernarían. Millar relata cómo se dejaron de pequeñas raterías (o no del todo) y óperas germanas grandilocuentes de poses histriónicas (DR. DOOM) y sacaron la faca y regaron de sangre la pista de baile y demás órganos. Porque si por algo es notable Wanted es por su volumen de casquería, la cual, en un tebeo con pretensiones intelectuales (como las que bosqueja Millar), es un defecto más que un atino. De ser una parodia, todavía. Pero precisamente no es este el caso.
Así, empleando elementos de drama televisivo estilo DALLAS o DINASTÍA, su propia calidad/capacidad y el resplandor de los vigilantes de Moore como guía, Millar (que para MARVEL ha guionizado recientemente CIVIL WAR, o los tumultuosos acontecimiento que derivaron, en Watchmen y Dark Knigth, en el Acta contra los superhéroes) construye esta interesante fábula tan real como la vida misma (porque, seamos honestos: en la vida real los malos ganan; sólo en la ficción la virtud triunfa), de fetichismo y sexualidad abrupta, pasiones execrables y desatados bajos instintos, asesinatos injustificados y dos personajes que han debido de servir de modelo para los protagonistas de la película SR. Y SRA. SMITH. (Como mínimo, la neumática ANGELINA JOLIE repite papel, como THE FOX.)
BRAVE OLD WORLD.-
Por lo tanto, Millar, conjunto con cualquier aportación efectuada por el dibujante, J.G. JONES, ha especulado con un mundo paralelo donde sus líderes, LOS CINCO (¿de veras que es por los continentes de la Tierra y no por las novelas de ENID BLYTON?), una mafia masónica (el símbolo que los identifica es muy parecido al masón), entregada completamente al esparcimiento de sus pasiones criminales y cabecillas de las huestes de supervillanos vencedores, manipulan la realidad para encubrir sus matanzas, empleando una máquina lavacerebros que borra de la mente de la población todo recuerdo al respecto, porque, de vez en cuando, se relajan matando gente por ver “qué cara ponen”, como diría JAMES GANDOLFINI en AMOR A QUEMARROPA, una de las referencias donde se apoya esta miniserie. Otra sería HARD BOILED, la saga de Frank Miller y GEOFF DARROW, pues los asesinatos escenificados recuerdan bastante esas matanzas. Y no sabemos si este abuso del gore es como crítica a la hiperviolencia o por catarsis de los autores.
Centrándonos en el argumento, diremos que estas matanzas empiezan cuando, so pretexto de vengar su muerte, rodeada del adecuado misterio y las oportunas dosis de sospecha, THE KILLER (¿por la película de JOHN WOO, de las cuales este cómic es también muy tributario?) encomienda a sus más íntimos espabilar a su hijo, Wesley, del cual lamenta no haberlo tratado más personalmente, y sacarle el ADN asesino, superpoderes incluidos (o sea: ser rápido del copón y mortífero de infarto), como condición inexcusable de su testamento.
Pues, entre otras cosas, The Killer intuyó el golpe de estado que planeaba, desde hacía tiempo, MR. RICTUS (trasunto de CRÁNEO ROJO) y decidió que fuese su desatendido retoño quien frustrase los planes del supervillano. (Nota: aunque Mr. Rictus sea Cráneo, quien lleva la esvástica tatuada es THE FUTURE, un nombre y un símbolo inquietante para el porvenir.) En apariencia, la codicia de Mr. Rictus la espolea el haberle tocado Australia en el reparto del mundo que hicieron Los Cinco.
No es tanto que quiera Norteamérica para masacrarla y violarla a placer (su catadura es tal que devora, en fastuosa cena, a EL PROFESOR), sino que más desea volver al tiempo anterior a su triunfo sobre los superhéroes. Añora las palizas y exteriorizar las más perversas facetas de su ser (reprimidas antaño por su fe; Mr. Rictus era un devoto creyente que, tras un accidente mortal, resucita trayendo la respuesta de qué hay Más Allá; y este revulsivo, más que revelación, lo torna el peor canalla habido), contenidas por un pacto de prudencia establecido por Los Cinco. Aunque comete tropelías, éstas ya no le bastan. Por lo tanto, complota para destruir la FRATERNIDAD esperando provocar una respuesta desde los planos donde aún hay superhéroes. Wesley le hace fracasar, ejecutando, de paso, al muy variopinto y hasta fecal grupo de sicarios que lo respaldan, espoleado por la certidumbre de que Mr. Rictus fue el asesino de su padre.
NO PARA MELINDROSOS.-
Con esta historia, Millar intenta mostrarle al lector lo incongruentes que son nuestros familiares superhéroes y supervillanos, exponiéndonos que estos sujetos, tan excepcionales, sangran (Wesley y The Fox se encargan de hacerlo). Critica el que no importa la cantidad de balas, o testarazos, reciban: apenas muestran rasguños; los supervillanos acaban entre rejas, con los comunes, haciendo muecas mientras aprietan los barrotes de su celda, mascullando, y no en la UVI o la tumba.
Ha procedido así, más o menos:
“Veamos, Doc Doom pilla a los Fantásticos en la mazmorra de la muerte, y en vez de hacerlos picadillo en el acto, lo lógico, se pone a presumir de la longitud de sus erecciones, o algo así. REED RICHARDS no es tonto y enseguida le propina el varapalo. Eso sí, con clínica esterilidad.
“Pero ¿y si Doc Doom fuese al grano y apretase el botón de la picadora? Pues que nos ahorraríamos la verborrea y las posturitas épicas y 12 páginas del tebeo, pero ¿no sería coherente su conducta? JAMES BOND suele huir más a menudo por la pomposa ineptitud de sus enemigos que por meritos propios.”
En su mundo, el PADRINO es EL PENSADOR LOCO de Marvel, un poco más centrado y menos histérico, y Mr. Rictus no predicaría las excelencias de la raza aria con CAPITÁN AMÉRICA sino hasta después de descoserle las costillas con un cuchillo. En esto reposa la grandeza de esta historia: en apelar a la coherencia, la lógica y al pragmatismo. Millar ha puesto a TONY SOPRANO al mando, obligando con un juramento de fidelidad al resto de los payasos a comportarse como los canallas desalmados que son en realidad.
LOS DEFECTOS DEL THRILLER.-
Porque es en esta clave como Millar engatusa al lector, trazando la obvia analogía de que es el hijo de EL COMEDIANTE quien investiga su muerte, en vez de hacerlo RORSCHACH. Pero en realidad, la investigación ocupa muy poco tiempo a Wesley, mucho más entregado a entrenarse para ser malo como un dolor de huevos, satisfacer sexualmente a The Fox y matar, por venganza o por placer. Le arrojan unas pocas sombras y sospechas contradictorias (DOLL-MASTER sobre todo), que Wesley mastica despacio y asimila con lentitud. Agujerear 200 cabezas le parece más prioritario. Así que, como thriller, puro y duro, Wanted fracasa.
Tampoco nos explicamos completamente la naturaleza del título (Se busca), porque no es hasta muy adelantada la saga que sucede algo que lo justifique. A tenor del título, y la portada del número 1, parece una historia estrambótica de cazarrecompensas SM.
Falla también el argumento en un detalle que comenta El Profesor: The Killer deja a Wesley 5 millones de dólares como parte de su herencia. Cuando las sospechas lo salpican y Wesley lo comenta, y que el móvil sería el dinero, éste lo niega y habla de la codicia ajena. Él destinaría ese dinero a sus investigaciones (unas armas pavorosas de alta tecnología). Pero cabe preguntarse: ¿él no puede meter la mano donde le plazca? ¿No es el líder? Por como se expresa, parece un científico de la NASA lamentándose de inacabables recortes presupuestarios. Además, la suma legada en herencia, aunque considerable, es una bagatela, ni calderilla, para tales sujetos.
El acuerdo de mantenerse con un perfil bajo en su actividad supercriminal también chirría. El Profesor justifica su prudencia debido a que eso atraería la atención de los radares de los superhéroes de los planos paralelos (como donde van a robar la KRYPTONITA) y los machacarían. Si hay algo que caracteriza a los superhéroes es que siempre acuden al rescate, de quien sea, y más conscientes de que hay un plano en poder de los supervillanos. A TONY STARK o Reed Richards se les ocurriría algo para atravesar las defensas, la barrera interdimensional. Fijo. Ellos proceden así.
Tanto ha querido abarcar Millar, en espectáculo y fantasía, que le ha fallado lo que más pretende obtener: la coherencia.
RECAPITULANDO.-
El estilo realista de J.G. Jones, quien se entinta además, coloreado por MOUNTS con la frialdad mecánica del PhotoShop, en un siempre correcto empleo de la paleta cromática que también permite la introducción de efectos cinéticos varios (como el retroceso de las correderas de las pistolas), tiene el inconveniente de que sacrifica movimiento por detalle y calidad.
Aunque como ciudadanos comunes resentidos con motivos pudiéramos simpatizar con Wesley, es un personaje hasta repulsivo, de rasgos afeminados, más que aniñados, y en un par de viñetas su cara y la de The Fox apenas se diferencian. Esta historia, falsamente, explora la erótica de las armas, lo que haría un sujeto ordinario atrapado en UN DÍA DE FURIA con el absoluto poder de la vida y la muerte, preso en un trabajo deprimente, con una jefa tocapelotas negra racista (¡menos mal! A ver si os creéis que son sólo los blancos los xenófobos), cameo de la actriz CCH POUNDER, una vida privada tutelada por un vecino cargoso, una novia casquivana y una impuesta ideología vital cretina, aunque progre: es miembro de GREENPEACE y vegetariano. Millar parece mofarse de este esnobismo, que afirma que la persona excelsa es, primero, vegana, y luego, de Greenpeace, o de una organización similar, y está en la pomada de todo lo ecológico, lo cívico y lo contracultural, aunque la contracultura sea ya, de por sí, una cultura.
Pero no porque, como individuo, acepte legítimamente estos postulados, sino porque es la moda impositiva de la Sociedad. Estos son valores positivos a cultivar/que deben cultivarse. Una ideología más conservadora, capitalista, carnívora, es detestable e indeseable. Estos sujetos predican sin cesar sobre la libertad, pero limitan la capacidad de elección del individuo, coartándolo: o eres como nosotros, o te etiquetamos de fascista. (Esto también lo expone Millar: el término está tan maniqueamente explotado que ha perdido significado; es nebuloso y refiere a cierta maldad, pero se aplica sin ton ni son, sobre todo a quienes discrepen de la estúpida opinión de la masa.)
Notemos que tan nihilista es este tebeo que en sus últimas páginas se torna autocrítico, mas llamando a la rebelión del individuo frente a una sociedad retorcida y sin escrúpulos, armada con la etiquetadora descomunal de fascistas.
En conjunto, un apreciable cómic que maneja unos interesantes supuestos que, a su vez, revelan uno de los defectos de Millar como cuenta cuentos: la excesiva condensación de ideas que merecen más espacio para desarrollarse. Quizás debió sacrificar más secuencias de ASESINOS y planos saltimbanquis del ninja mortal Wesley para detenerse a extender las ideas que se quedan en un truncado embrión, pese a su prometedor aspecto.
Veamos qué suerte corre la adaptación cinematográfica, ungida por la polémica (seguramente ñoña y estúpida, injustificada, promovida por los de la etiquetadora). A tenor de las secuencias promocionales exhibidas, la ausencia de tantas máscaras resulta más que clamorosa. No parece haber habido coraje para adaptar el tebeo per se. ¿O fue por falta de fondos? El metraje lo dirá.
Reseña por Antonio Santos
De su serie GRAMÁTICA PARDA, entrega 5
TEBEOAFINES
Ficha de la película en Tebeosfera
Ficha de la edición de Planeta-DeAgostini
Ficha de la edición de Norma
